LA VIDA EN EL CARLTON

Domingo 13 de abril de 2025

La fotografía es muy ilustrativa. Tomada en julio de  1937  le vemos en el centro de la misma al espurio  alcalde de Bilbao, José María de Areilza, vestido de falangista y levantando el brazo derecho con el clásico saludo fascista. Previamente habían entrado en el despacho del Lehendakari Agirre, lo habían saqueado y se habían llevado sus pertenencias, incluso su carnet del Athletic, recuperado hace muy poco. Están todos en la puerta del hotel Carlton. Al balcón le habían quitado con regocijo el letrero “Lendakaritza”, puesto un cortinón con el yugo y las flechas de la Falange y colocados esos medallones con la apelación de “Franco, Franco, Franco”. La foto es de cuando se le cambió de nombre a la plaza y se la denominó Federico Moyúa.
Conviene recordarlo, por si queda alguna duda, ya que Areilza fue aquel alcalde de Bilbao que en su ominoso discurso en el Coliseo Albia dijo aquello de que “Bilbao no se ha rendido, sino que ha sido conquistada por el ejército y las milicias con el sacrificio de muchas vidas. Bilbao es una ciudad redimida con sangre. A nuestra Villa no la salvaron los gudaris, sino los soldados de España, los falangistas y los requetés a costa de esfuerzos heroicos, de jornadas sangrientas de arrojo inigualado, a costa en fin de centenares de muertos. Que quede bien claro. Bilbao conquistado por las armas. Nada de pactos y agradecimientos póstumos. Ley de guerra, dura, viril, inexorable. Ha habido, ¡vaya que si ha habido Vencedores y Vencidos!. Ha triunfado la España, una, grande y libre, es decir la de la Falange Tradicionalista. Ha caído vencida para siempre esa horrible pesadilla siniestra y atroz que se llamaba Euzkadi y que era una resultante del socialismo prietista de un lado y de la imbecilidad vizcaitarra por otro. Para siempre has caído tú, rastacueros del nacionalismo vasco, mezquino, rencoroso y ruin, que jugaste a personaje durante los once meses del crimen y robo en que te encaramaste al poder, mientras los pobres gudaris cazados a lazo como cuadrúpedos en las aldeas se dejaban la piel en las montañas de Vizcaya, muriendo sin saber por qué, acaso convencidos de su ignorancia cerril de que luchaban por la causa de Dios…..”
Esto es parte del discurso de aquel alcalde, mientras se fusilaban gudaris y milicianos y aplastaban al pueblo como hormigas. En ese ambiente Areilza cambió el nombre de la Plaza de Señorío de Vizcaya, que todos conocían como Elíptica, a Federico Moyúa, un alcalde de  la dictadura primoriverista de Bilbao. Una dictadura (1923-1930) sin elecciones, partidos ni libertad de expresión. Los bilbaínos de toda la vida y los abertzales, no llamamos a esta plaza como Moyúa sino Elíptica y va siendo hora de que se cambie como se cambió y recuperó el nombre de Circular a la bautizada como de España, cumpliendo el espíritu de la Ley de Memoria Histórica y Democrática.
EL HOTEL – LEHENDAKARITZA
El hotel Carlton, preside la Plaza Elíptica de Bilbao. Fue edificado entre 1919 y 1926. Es una construcción hotelera exenta y ejemplo tardío del estilo Segundo Imperio. Además de su interés arquitectónico el edificio tiene un gran significado histórico y simbólico, ya que fue sede del primer Gobierno Vasco (Lendakaritza ponía en su balcón). En los años ochenta estuvo a punto de ser derribado por la especulación urbanística. Se salvó en el último segundo.
Allí tuvo su despacho el Lehendakari Agirre y de allí partió para Trucíos, Santander, Barcelona, asentándose  posteriormente en  su  largo exilio parisino donde murió hace ahora 65 años. Y en este hotel celebramos el regreso del exilio del Lehendakari Leizaola la noche del 15 de diciembre de 1979. Es la Lehendakaritza de Agirre y el dato se respeta por lo que tuvo lugar el pasado 2 de abril un acto necesario y simbólico  reconociendo a Alfredo Espinosa Oribe, Consejero de Sanidad del primer Gobierno Vasco fusilado en Gasteiz el  26 de junio de 1937, tras traicionarle el piloto Yanguas que aterrizó en la playa de Zarautz, tras fingir una avería.
El Consejero volvía de Biarritz tras supervisar directamente el traslado a Baiona de 160 menores enfermos de tuberculosis que estaban en el sanatorio de Gorliz. Había sido gobernador de Burgos y Logroño, concejal del ayuntamiento de Bilbao, responsable del área de Radiología del hospital de Basurto y presidente del partido Unión Republicana, pero por sobre todo una magnífica persona y un médico vocacional. El Consejero Espinosa acudía a los Consejos de Gobierno en el primer piso de aquella Lendakaritza.
 El Lehendakari Pradales destacó que Espinosa fue un ser humano excepcional y una figura de máxima relevancia en la historia del sistema de salud en Euzkadi. ”Una persona altruista y generosa, que se dedicó a hacer el bien como profesional de la medicina y como responsable político”. Este último reconocimiento está enmarcado en la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Euzkadi.
Y sinceramente me alegra este reconocimiento pues tuve la suerte de conocer a su viuda y a su hijo ya que fue Xabier Agirre, ex alcalde de Getxo y Parlamentario vasco, quien le realizó el primer homenaje en la primera legislatura vasca en 1982. En tiempos del Lehendakari Urkullu en 2016  y siendo Consejero de Sanidad Jon Darpón se inauguró el hospital Alfredo Espinosa que estando en Urduliz se le llama con el nombre de la localidad y no con el nombre bautizado en honor de un médico tan heroico. En Madrid al Ramón y Cajal no se le llama El Fuencarral, barrio donde está ubicado, sino con el nombre de la gran personalidad de Ramón y Cajal, porque las personas siguen existiendo mientras se les nombra, pero nuestro adanismo y espíritu inconvenientemente iconoclasta se niega a reconocer a tan eximia  personalidad. Para mí es el Hospital Espinosa, no el de Urduliz. Como es Plaza Elíptica y no Moyúa. Simple concepto de ciudadanía.
Y le recuerdo al Lehendakari Ibarretxe, en el homenaje al primer Gobierno Vasco de la historia, en la Casa de Juntas de Gernika, leer con mucha emoción la carta de despedida que Espinosa le envió  al Lehendakari Agirre, poco antes de ser fusilado, pidiendo al Consejo del Gobierno Vasco que no se fusilara a nadie, aun estando en guerra. Esa carta fue asimismo leída por el Lehendakari Agirre en el Congreso Mundial Vasco de 1956 celebrado en Paris. Es una carta de una altura moral tremenda. Esa carta y el manifiesto de Trucíos son dos hitos en aquella guerra demostrativa de un comportamiento ético insuperable.
AQUELLA LEHENDAKARITZA.
El Carlton aquellos días aciagos, tuvo vida propia. Por eso le solicitamos a quien fuera Secretario de Sanidad Militar a los 23 años, José María Bengoa, que nos relate el ambiente que se vivía en el Carlton. Bengoa, médico, exiliado en Venezuela fue representante de este país en la OMS en Ginebra. Su hijo Rafa Bengoa fue Consejero de Sanidad y él, José Mari, con Aya Goñi, uno de los fundadores de Osakidetza. Nacido en las Siete Calles era del EAJ-PNV.
 Esto es lo que me contó del ambiente del Carlton donde tenía él su despacho:
“Al crearse el Gobierno Vasco, el Lehendakari se instaló provisionalmente en la Diputación de Vizcaya. Al concluirse las obras de adaptación en el Hotel Carlton, que se hicieron en pocas semanas, el Gobierno pasó a este edificio, donde se organizaron las oficinas de la Presidencia y de la Consejería de Defensa, ya que Aguirre ocupó los dos cargos. En la Presidencia tenía como Secretario General a  Antón Irala y en Defensa a Joseba  Rezola.
Durante diez meses, diariamente, alternamos entre el optimismo y el pesimismo.  El optimismo nos llegaba de la voz del Lehendakari, para quien nunca existieron dificultades que no pudieran superarse. El pesimismo venía, de un visitante diario al Carlton, el Coronel Montaud, Jefe, del Estado Mayor de Euzkadi. Era un pesimismo no derrotista sino más bien constructivo, pero que contrastaba con la fe en la victoria del lehendakari. El Coronel Montaud, que vivió exilado muchos años en Venezuela, por seguir —según él decía— los consejos de su ma­dre de que no se sublevara, nunca, basaba su pesimismo en la falta de armamento adecuado.
“Mire usted, Presidente, decíale Montaud al lehendakari, yo quisiera que nuestro armamento fuera de oro, pero es de plomo, y el plomo es gris, pesado, blando y no es que yo le tenga rabia, al plomo, Presidente, es que el plomo es así». El Lehendakari solía entonces hablar de la fuerza moral de los vascos, de algunas epopeyas en el pasado y algunas actuales, y terminaba imputando a Montaud dejarse llevar por un pesimismo excesivo. Terminaban abrazados, porque sabían que los dos tenían algo de razón.
En el Carlton se trabajaba mucho y se comía, muy mal. La ración era la misma claro está, que la que padecía la población civil, pero en menor cantidad. El único que tenía una ración extra de un pote de leche condensada, que se lo comía con fruición y regodeo, era el periodista, inglés Steer, que años más tarde escribiera el libro «El Árbol de Guernica». El Lehendakari comía los garban­zos cocidos como todos los demás. Al almuerzo solía comer acompañado de Rezola, Irala, o de su secretario particular  Pedro Basaldua. El Lehendakari tenía su habitación privada en el mismo Carlton. Trabajaba 14 o 16 horas diarias y una vez por semana, al menos, visitaba el frente.
Fue un privilegio para mí haber vivido en el Carlton  aquellas horas trágicas, para el pueblo vasco, con un hombre dotado de condiciones tan excepcionales, en quien no se sabe qué destacar más, si lo humano o lo político. Tal vez en el Lehendakari  ambas personalidades tuvieron un mismo e indisoluble aliento y una misma e in­conmovible fe en el destino de Euzkadi”.
LOS MIKELETES
Me imagino que muchos habrán leído el libro del corresponsal de The Times, George Steer “El Árbol de Guernica”. Recomiendo su relectura o su primera lectura. Es una magnífica fotografía de situación de lo que fue aquella guerra. En el capítulo 10 nos habla del Carlton donde le recibió el Lehendakari.
“Al día siguiente de mi llegada visité el hotel Carlton  donde  se había instalado la Presidencia. La primera sorpresa del recién llegado era el contemplar la entrada vigilada por dos guardias, ya de edad, con uniforme azul y boina roja. Llevaban guantes blancos y fusil al hombro y hacían las rondas paseando de arriba abajo frente a la entrada de la Presidencia, con cierto desenfado entibiado solamente por el reumatismo”.
Sigue describiendo la escena y Bruno Mendiguren (tío de Ibon Areso) le dice “Ahora venga a ver al Presidente“. Un ordenanza de uniforme de la Presidencia entró y dijo. ”José Antonio me envía a decirle que ya está listo”. Aquel viejo empleado se sentía con la libertad suficiente como para parecerle innecesario usar el apellido de su Presidente en presencia de un extranjero. Fue como un sobresalto. Imagínense a un nazi diciendo al corresponsal del The Times en Berlín. ”Lo siento pero Adolfo no puede recibirle hoy porque tiene una terrible ronquera”. El Plan Cuatrienal se hubiera desplomado en un minuto y Alemania se sentiría de nuevo humillada”.
Ya ve. Lean a George Steer.


 
 
 

7 comentarios en «LA VIDA EN EL CARLTON»

  1. La foto que ilustra el artículo podría pasar perfectamente por una de la Alemania nazi, cambiando el nombrel de Franco por el de Hitler. Los energúmenos que aparecen en la misma gozaron de la extraordinaria placidez del franquismo y los que llegaron vivos a finales de los setenta pasaron por la gracia de dios a ser demócratas de toda la vida.
    Leemos hoy en ELDIARIO.ES que el departamento de la socialista San José, jefa de GOGORA, lleva mucho retraso en la confección del Mapa de Lugares de la Memoria Histórica. Dice la jefa de GOGORA que quieren hacerlo con » rigor histórico » aunque vaya Vd a saber qué quiere decir con ello. Por cierto que en el resto de las CCAA el asunto está mucho más avanzado e incluso los lugares designados serán objeto de normas de protección, mientras que los de la CAV no. Eso da a entender que el interés del PSE por una memoria rigurosa es muy relativo y que por esa razón y no por otras fue cedida por parte de los actuales dirigentes nacionalistas vascos, para los cuales esto no deja de ser un marrón sin importancia ¡Qué triste!

  2. Magnífico consejo: leer a George Steer. Y desde luego, recuperar la historia . Es posible que el tiempo que vivimos en la Dictadura de Franco , nos hizo más propensos, a querer enterarnos, a leer en la clandestinidad, parece que las dificultades lo hacían más apetecible. Hoy corremos el peligro de que las nuevas generaciones no conozcan muchos momentos y personajes de nuestra historia, a los que nosotros pudimos llegar a escuchar de viva voz en ese largo tiempo de oscuridad , la historia que casi cada día recuerdas, Iñaki. Eskerrik asko.

  3. Iñaki, en mi casa siempre fue José Antonio, supongo que en tu casa igual. Por supuesto, dicho con todo el respeto del mundo.
    Ese libro lo leí hace muchos años, lo tenía un tío mío, gudari del Irrintzi.

  4. Agradecimiento a Anasagasti – como más veces he escrito en este blog- por los apuntes históricos que publica en este blog.

    Y por supuesto mi adhesión al recuerdo a Alfredo Espinosa y al Lehendakari Agirre.

    Aun asumiendo que Anasagasti puede tener sus fobias (como lo tenemos todos) y manifestarlas en su blog, recuerdo:

    – El mismo pleno del Ayuntamiento franquista que denomino la plaza Moyua; denomino la avenida Zumalacárregui.
    y salvando las distancias de distintos tiempos históricos en el que vivieron Zumalacárregui y Moyua:

    uno fue un general que sitio a Bilbao que resistió por su sentimiento liberal y otro fue Alcalde elegido por el mismo sistema electoral que Bilbao eligió en las décadas de 1900 1910 y 1920 a varios alcaldes militantes del PNV ( según repaso en Wikipedia . a cuatro : Gregorio ibarreche , José Horn , Mario Arana y Gabino Orbe) y a un socialista ( Rufino Laiseca) antes de la dictadura de Primo de Rivera.

    Y parece que fue el Alcalde que logro entre otros logros para Bilbao, el pantano de Ordunte o el Mercado de la Ribera

  5. Euskadi para el Alcalde dictador José M°Areilza fue «una horrible pesadilla».

    PESADILLA fueron los tres años de terror a la que nos llevaron los amigos de la guerra y los 40 siguientes de opresión.

    SINIESTROS los que fusilaban sin más, los que condenaban a cadenas perpetuas sin juicios previos.

    ATROCES las torturas que hubo durante la guerra y continuaron en la dictadura.

    IMBECILES ellos que pensaron desde el comienzo de la contienda Bizkaia iba a ser conquistada de un plumazo con el famoso refrán de Queipo de Llano: «Dejaré Vizcaya más llana que mi apellido»

    RASTACUEROS, MEZQUINOS, RENCOROSOS Y RUINES los que traicionaron al Gobierno Vasco para conseguir méritos y reconocimientos por parte del bando sublebado como lo hizo entre otros el ingeniero Goikoetxea al desvelar el punto más frágil del «cinturón defensivo de hierro».

    ANALFABETOS y FALTONES al considerar a los gudaris cuádrupedos ya que no entendían qué ideales democráticos defendían.

    IGNORANTES por subestimar al » enemigo vasco» pasando por alto su integridad y valor.

    VOMITIVO el discurso de este personaje que tachó de criminales y ladrones a los nacionalistas.

    Discurso digno de un DICTADOR,
    TIRANO, DESPOTA, PERVERTIDO Y PLEISTOCENICO.

    La Plaza Elíptica se merece recuperar su nombre.

  6. Areilza terrorista frankista Espainiako Handia izan zen. Nazkagarria!.
    Areilza = Franco/Hitler/Stalin/ETA/Vichy.
    Areilza , fue posiblemente el más importante terrorista franquista de origen vasco. Despreciado por la Generalitat de la Nación de Cataluña, despreciado por el Gobierno del Estado de España, despreciado por el Gobierno de la Nación de Euskadi es sin duda el más cobarde, terrorista, franquista, envidioso del glorioso PNV. Como alcalde de Bilbao pronunció un discurso plagado de triunfalismo (con ayuda de Hitler y Mussolini) con injustas burlas a los gudaris vascos asesinados por el terrorismo franquista que el PNV nunca olvidó.
    EAJk biziarteko-kartzela zigorra ezarriko zion Areilzari, Bilbaoko herritarren aurka egindako krimenengatik.
    El PNV siempre reivindicará la democracia en la Nación de Cataluña, en el Reino de España, en la Nación de Euskadi.
    Gora Imanol Pradales lehendakaria!.
    Gora Aitor Esteban EBBko presidentea!.
    «Gora EAJ!». «Aurrera EAJ!» «EAJ herria zurekin!».

  7. Del padre de este sujeto se saben muchas cosas buenas. Director del hospital minero de La Arboleda, del Sanatorio de Gorliz, y del Hospital de Basurto, se le ha reconocido con sendos bustos en Gorliz y en Basurto, y dando su nombre a una calle céntrica de Bilbao. Del hijo se ha dicho todo aquí. Pero yo me quedo con una imagen, cuando se «legalizó» la ikurriña (lo entrecomillo, porque siempre ha sido legal), tuvo que exhibirla en la balconada de su casa de Mutriku, bueno en la de su mujer, él era consorte. Con el odio que destilaba, lo pasaría de mal …..

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