Jueves 22 de noviembre de 2018
Estuvo el miércoles 21 Julio Borges, presidente de la Asamblea venezolana hasta este año 2018 y fundador del partido Primero Justicia en la Fundación Sabino Arana ante una audiencia de vascos y venezolanos que la abarrotaban. Julio Borges es una personalidad muy conocida en su país y en los medios políticos americanos pues no en vano presidió la delegación encargada en Rep. Dominicana de negociar con el gobierno de Maduro. ”Hoy todos los que negociamos y todos los partidos que representamos estamos perseguidos, ilegalizados, o encarcelados” nos dijo. Vive actualmente en Colombia pues Maduro le acusa de ser un magnicida como anteriormente le culpó de ser responsable de la inflación.
A Euzkadi ha venido con su esposa a las jornadas que anualmente organiza la Fundación sobre América y quisimos que hablara a la creciente colectividad venezolana. Previamente había estado con el Lehendakari Urkullu en Lehendakaritza, la presidenta del Parlamento, viendo en su sede la biblioteca Bolivariana, atendiendo a los medios y reuniéndose con la directiva Tierra de Gracia con la que estuvo escuchando sus planteamientos sobre los venezolanos que viven en Euzkadi y sus necesidades de residencia, permiso de trabajo, pensiones que no cobran, sanidad y educación.
Tras la bienvenida de Atutxa, hizo la presentación el vicerrector de la Universidad de Deusto Josean Rodríguez Ranz y me tocó darle entrada recordando que por esa tribuna habían pasado el P. Luis Ugalde, Guillermo Luis Aveledo, el profesor José Manuel Puente y varios más. Recordé como los Lehendakaris en el exilio y con posterioridad habían sido recibidos en Venezuela y en su Parlamento y ahora le tocaba, desgraciadamente a él, huir de la dictadura madurista.
Al principio se escuchaban algunos cánticos y vociferaciones de gentes de Sortu y de Podemos que con una pancarta criticaban la estancia de Borges y a la Fundación por haberle invitado. Eran unos treinta que demostraban su jaez antidemocrático. Uno de los que iban a la conferencia les grito ¡Gora Euzkadi Askatatuta! y otro les invitó a ir a vivir bajo el régimen madurista.
La conferencia gustó mucho pues no se detuvo en la situación límite que vive Venezuela ni como se había llegado a ella sino en el futuro, las señales de agotamiento que vive la dictadura, los cuatro intentos de golpe de estado que ha vivido el chavismo este año pues la cúpula está podrida y los soldados malviven en los cuarteles, y la ruina total de la economía, el galope inflacionario y sobre como la industria petrolera había pasado de producir tres millones de barriles a un millón.
Se le hicieron muchas preguntas que contestó con datos y gran capacidad de comunicación y cuando le preguntaron si Chávez había sido la consecuencia de un fracaso democrático señaló como en 1983 el bolívar, la moneda más estable del mundo junto al dólar por setenta años, se había devaluado y allí empezó la fatiga de su economía no diversificada. Posteriormente vino el Caracazo que fue una explosión social. En tercer lugar la elección del Presidente Caldera, democristiano, con la izquierda que dislocó el tablero electoral y finalmente el golpe militar del teniente coronel Hugo Chávez en 1998. Es decir, a la crisis económica, se le unió la social, luego la política y finalmente la militar y eso había dado lugar a una dictadura que iba a llegar a plazos con Chávez y Maduro.
Dijo algo muy interesante sobre Rusia, China y Turquía países que han metido sus manos en Venezuela pero hizo mucho énfasis en que la situación de Venezuela no va a cambiar si no cambia la de Cuba ya que Cuba vive del petróleo de Venezuela y ha enfeudado al país. Destacó como el chavismo ya no solo es un problema para Venezuela sino para Colombia, Perú, Chile, Brasil y pronto en España. En Colombia hay un millón de venezolanos y es para el presidente Iván Duque su segunda prioridad.
Tras contestar preguntas, sacarse docenas de selfis, y tomarse el txakoli y las aceitunas acabó todo a eso de las diez de la noche habiendo pasado todos una jornada muy interesante e instructiva. En el día de hoy ha sido entrevistado por Dani Álvarez en Radio Euskadi y ha aprovechado para conocer Bilbao.
Termino transcribiendo el deseo de Laureano Márquez sobre Venezuela.
Cómo haremos para volver a creer en nosotros mismos, para considerarnos un pueblo digno de progreso y bienestar, de libertad y democracia
Digno de vivir feliz sin necesidad de huir de su tierra.
Es una pregunta que nos atañe y nos concierne a todos.
En nuestro horizonte hay demasiada hambre, demasiada sangre, demasiado odio.
Necesitamos con urgencia volver a creer en algo.
Creer que somos posibles, que podemos respetarnos y tolerarnos, que comer es una actividad normal del ser humano,
que podemos transitar calles seguras,
que los desacuerdos no nos condenan a asesinarnos,
que hay esperanza y futuro y que ese futuro puede ser del tamaño del empeño que pongamos en él.
No puede ser que una tierra que es capaz de producir tanto talento, tantas individualidades inteligentes y capaces, esté condenada al fracaso como proyecto común.