Viernes 30 de septiembre de 2022
Aperribai leyó la reseña que hice dedicada a Domeka Elezkano, fallecido la semana pasada. Domeka falleció a punto de cumplir cien años y tras una vida intensa de servicio al país, de militancia jelkide y de amor al montañismo.
Mónica no le conoció pero nos ha escrito una bella reflexión: Dice así:
“Ni mi aita, que es montañero también, ni yo tuvimos la suerte de conocer a Domeka. Pero si conocemos a Iñaki García Uribe, otro gran amante de la montaña. Nos ha encantado lo que ha contado sobre él y su apasionante vida.
Amante de un deporte de sufridores como es subir montes y coronar cumbres. Una tradición muy arraigada en Euskal Herria. La montaña aporta algo especial, que como deporte no sé si lo aporta con esa magnitud cualquier otro. La sensación de plenitud, la satisfacción de ver gracias a tu esfuerzo físico lo maravillosa que es la naturaleza y lo poco que la valoramos y cuidamos.
Siempre he pensado que los montañeros están hechos de otra pasta, lo sigo viendo en aita, es su pasión. Y no menos me ha impresionado la trayectoria de compromiso, implicación y fidelidad a sus ideales con su partido. Y mérito tiene saber que pese a los tiempos de censura y represión que le tocó vivir no se achantaba ante nada.
Su cuerpo habitó varias veces una celda, pero su espíritu de lucha seguía fuera. Pena, vuelvo a decir, no haberle conocido.
Pero como bien se dice al final del artículo, seguro que existe un paraíso lleno de montes y cumbres maravillosas donde van esas personas tan integras y sufridas. Allí estará en la cumbre más alta que es el cielo.
Monika Aperribai”