EL DISCURSO DE ACEPTACIÓN DE MARÍA CORINA MACHADO DEL PREMIO NOBEL DE LA PAZ. NO TIENE DESPERDICIO.

Miércoles 10 de diciembre de 2025

Sus Majestades, Altezas Reales, distinguidos miembros del Comité Nobel, ciudadanos del mundo, mis queridos venezolanos:

He venido a contarles una historia, la historia de un pueblo y su larga marcha hacia la libertad. Esa marcha me trae hoy aquí, como una voz entre millones de venezolanos que se han levantado una vez más para reclamar el destino que siempre les ha pertenecido.

Venezuela nació de la audacia, moldeada por una fusión de pueblos y culturas. De España heredamos una lengua, una fe y una cultura que se hermanaron con nuestras raíces ancestrales indígenas y africanas.

En 1811 escribimos la primera constitución del mundo hispano, una de las primeras constituciones republicanas de la Tierra. Allí afirmamos una
idea radical: que cada ser humano posee una dignidad soberana. Esa constitución consagró la ciudadanía, los derechos individuales, la libertad religiosa y la separación de poderes.

Nuestros antepasados cargaron la libertad sobre sus hombros. Cruzaron un continente entero, desde las orillas del Orinoco hasta las alturas del Potosí, convencidos de que la libertad nunca está completa si no es compartida. Desde el principio creímos en algo tan simple como inmenso: que todos los seres humanos nacen para ser libres. Esa convicción se convirtió en el alma de nuestra nación.

En el siglo XX nuestra tierra floreció. En 1922, durante nueve días, se produjo el Reventón de La Rosa, en Cabimas, Estado Zulia, y de allí manaron el petróleo y grandes posibilidades. En tiempos de paz, convertimos esa riqueza repentina en un motor de conocimiento y de imaginación. Con el ingenio de nuestros científicos erradicamos enfermedades, fundamos universidades de prestigio mundial, museos y salas de conciertos, y enviamos miles de jóvenes venezolanos a estudiar en el exterior, confiando en que sus mentes libres regresarían a transformar el país. Nuestras ciudades se llenaron con el arte cinético de Soto y de Cruz-Diez. Forjamos acero, aluminio e hidroelectricidad, demostrando que Venezuela era capaz de construir todo lo que se atreviera a soñar.

También fuimos refugio. Abrimos los brazos a migrantes y exiliados de todos los rincones del mundo: españoles que huían de la guerra civil, italianos y portugueses escapando de la pobreza y las dictaduras, judíos que dejaban atrás el Holocausto, chilenos, argentinos y uruguayos que huían de los regímenes militares, cubanos que repudiaban el comunismo y familias enteras de Colombia, Líbano y Siria que buscaban la paz. Les dimos hogar, escuela
y seguridad, y todos ellos se hicieron venezolanos.

Esta es Venezuela.

Construimos una democracia que se convirtió en la más estable de América Latina, desatando toda la fuerza creadora de la libertad.

Pero incluso la democracia más fuerte se debilita cuando sus ciudadanos olvidan que la libertad es algo que debamos esperar, sino algo a lo que debemos dar vida. Es una decisión personal, consciente, cuya práctica cotidiana moldea una ética ciudadana que debe
renovarse cada día.

La concentración total de la renta petrolera en manos del Estado generó incentivos perversos y le dio al poder gubernamental un control inmenso sobre la sociedad, que terminó traduciéndose en privilegios, clientelismo y corrupción.

Yo tuve la fortuna de crecer junto a un padre que dedicó su vida a construir, a crear y a servir. De él aprendí que amar a Venezuela significa asumir la responsabilidad de su destino; sin embargo, como sociedad no supimos hacerlo a tiempo.

Cuando comprendimos cuán frágiles se habían vuelto nuestras instituciones, ya era tarde. El cabecilla de un golpe militar contra la democracia fue elegido presidente, y muchos pensaron que el carisma podía sustituir el Estado de derecho.

Desde 1999, el régimen se dedicó a desmantelar nuestra democracia: violó la Constitución, falsificó nuestra historia, corrompió a las Fuerzas Armadas, purgó a los jueces independientes, censuró a la prensa, manipuló las elecciones, persiguió la disidencia y devastó nuestra biodiversidad.

La riqueza petrolera no se usó para liberar, sino para someter. Se repartieron lavadoras y neveras en televisión nacional a familias que vivían sobre pisos de tierra, no como símbolo de progreso, sino como espectáculo. Apartamentos destinados a la vivienda social se entregaban a unos pocos como recompensa condicionada a la obediencia.

Y entonces llegó la ruina: una corrupción obscena, un saqueo histórico. Durante los años del régimen, Venezuela recibió más ingresos petroleros que en todo el siglo anterior. Nos lo arrebataron todo.

El dinero del petróleo se convirtió en un arma para comprar lealtades en el exterior, mientras el Estado se fusionaba con el crimen organizado y con grupos terroristas internacionales.

La economía colapsó más de un ochenta por ciento, la pobreza superó el ochenta y seis por ciento, y nueve millones de venezolanos se vieron obligados a huir.

No son solo cifras; son heridas abiertas.

Pero más profundo y corrosivo que la destrucción material fue el método calculado para quebrarnos por dentro. El régimen se propuso dividirnos: por nuestras ideas, por raza, por origen, por la forma de vida. Quisieron que los  venezolanos desconfiáramos unos de otros, que nos calláramos, que nos viéramos como enemigos. Nos asfixiaron, nos encarcelaron, nos mataron, nos empujaron al exilio.

Han sido casi tres décadas de lucha contra una dictadura brutal, y lo hemos intentado todo: diálogos traicionados, protestas multitudinarias reprimidas, elecciones manipuladas. La esperanza se derrumbó, y con ella se fue apagando la fe en que algo pudiera cambiar. La posibilidad de un cambio se volvió una ingenuidad o una locura.

Y, sin embargo, desde lo más hondo de ese abismo, un paso que parecía  pequeño, casi burocrático, desató una fuerza que cambió el rumbo de nuestra historia. Decidimos, contra todo pronóstico, realizar una elección primaria, un  acto de rebelión improbable. Decidimos confiar en la gente.

Para reencontrarnos, recorrimos el país por carretera y por caminos de tierra, en una Venezuela sin gasolina, con apagones diarios y con las comunicaciones colapsadas.

Sin recursos, sin publicidad y sin medios de comunicación dispuestos a mencionar nuestros nombres, avanzamos armados únicamente de convicción. El boca a boca se convirtió en nuestra red de esperanza y se extendió más rápido que cualquier campaña, porque el deseo de libertad seguía vivo dentro de nosotros.

La migración forzada, que buscaba fracturarnos, terminó uniéndonos en torno a un propósito sagrado: reunir a nuestras familias en nuestra tierra.

Muchos abuelos me confesaron que su mayor miedo era morir sin conocer a sus nietos vivían en el exterior. Niñas, con voces demasiado tenues para tanto dolor, me pedían que trajera de vuelta a sus madres y hermanos dispersos por el mundo. Nuestro dolor se unió en un solo latido: traer a nuestros hijos de regreso a casa.

Y, como si ese amor compartido abriera caminos, comenzaron a ocurrir pequeños milagros.

En mayo de 2023, durante un acto de campaña en el pueblo de Nirgua, se me acercó una maestra llamada Carmen. Me contó que había visto allí a su jefa de calle, una operadora del régimen que decide, casa por casa, a quién se le da una bolsa de comida y a quién se castiga con el hambre.

Sorprendida, Carmen le preguntó: “¿Qué haces aquí?” Y la mujer le respondió: “Mi único hijo, que se fue a Perú, me pidió que viniera hoy. Me dijo que, si ustedes ganan, él regresará. Dime qué tengo que hacer.” Ese día, el amor venció al miedo.

Dos semanas después llegamos a Delicias, un pequeño caserío tomado por la guerrilla colombiana y por el narcotráfico, donde ni una gallina puede venderse sin permiso de los criminales. Ningún candidato había estado allí desde 1978. Mientras subíamos la montaña, vi banderas de Venezuela ondeando en cada una de aquellas humildes casas. Pregunté, ingenuamente, si era un día de fiesta nacional. Alguien me susurró: “No. Aquí la bandera se mantiene escondida. Sacarla es peligroso. Hoy la gente la alzó para darte las gracias por
atreverte a venir. Tú te irás, pero nosotros nos quedamos, marcados.” Ese día, familias enteras confrontaron a los grupos armados que dominaban sus vidas. Y cuando cantamos juntos el himno nacional, la soberanía renació en la forma de un coro frágil y desafiante. Ese día, el coraje venció a la opresión.

Nuestros encuentros se transformaron en reuniones íntimas de miles de personas, donde nos abrazábamos, llorábamos y rezábamos. Comprendimos que nuestra lucha iba mucho más allá de una elección. Era una lucha ética, por la verdad; una lucha existencial, por la vida; y una lucha espiritual, por el bien.

Faltaba menos de un año para la elección presidencial, y nuestro deber era unir a todas las fuerzas democráticas y recuperar la confianza en el voto. Con las primarias lo logramos. Fue un esfuerzo cívico y autogestionado que levantó una red ciudadana en todo el país, como nunca antes en Venezuela.

Así fue como, el 22 de octubre de 2023, contra todo pronóstico, Venezuela despertó.

La diáspora, que ya era un tercio de la nación, reclamó su derecho a votar. El hijo que se fue votó junto a la madre que se quedó, y las filas se extendían por cuadras mientras las papeletas de votación se agotaban. Confiamos en la gente, y la gente volvió a confiar en nosotros.

Lo que comenzó como un mecanismo para legitimar liderazgos se transformó en el renacer de la confianza de un país en sí mismo. Ese día recibí un mandato, una responsabilidad que trascendía cualquier ambición personal. Entendí el profundo peso de la tarea que me había sido confiada.

Pero el régimen, amenazado por esa verdad, me prohibió postularme a la presidencia. Fue un golpe duro, pero los mandatos no pertenecen a las personas, pertenecen al pueblo. Entonces salimos a buscar a quien pudiera tomar mi lugar.

Edmundo González Urrutia, un diplomático sereno y valiente, dio un paso al frente. El régimen creyó que no representaba una amenaza. Subestimaron la determinación de millones de ciudadanos, una sociedad plural, que desde la riqueza de su diversidad se unió en torno a un propósito común. Comunidades, partidos políticos, sindicatos, estudiantes y sociedad civil trabajaron juntos para que se escuchara la voz de la nación.

Faltaban tres meses para el día de la elección, y pocos conocían nuestro  candidato.

Además, no bastaba con obtener los votos; había que defenderlos. Durante más de un año habíamos estado construyendo la infraestructura para hacerlo: seiscientos mil voluntarios en treinta mil centros de votación, aplicaciones para escanear códigos QR, plataformas digitales y centros de llamadas desde la diáspora. Desplegamos escáneres, antenas de Starlink y computadoras escondidas en camiones de frutas para llegar a los rincones más remotos del país. La tecnología se convirtió en una herramienta para la libertad.

Este premio tiene un significado profundo: le recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz. Y lo más importante, el principal aprendizaje que los venezolanos podemos compartir con el mundo es la lección forjada a través de este largo y difícil camino: si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad.

La libertad se conquista cada día, en la medida en que estemos dispuestos a luchar por ella. Esa es la razón por la cual la causa de Venezuela trasciende nuestras fronteras. Un pueblo que elige ser libre no solo se libera a sí mismo, sino que contribuye con toda la humanidad.

Solo es posible alcanzar la libertad cuando decidimos no vivir de espaldas a nosotros mismos; cuando afrontamos la verdad, por dura que sea; cuando el amor a lo que realmente importa nos inspira el coraje necesario para perseverar y prevalecer. Solo al alcanzar esa coherencia interior, esa integridad vital, logramos estar a la altura de nuestro destino. Solo entonces llegamos a ser quienes realmente somos y podemos vivir una vida que valga la pena vivir.

En esta larga y dura travesía, los venezolanos hemos ganado certezas del alma, verdades profundas que le han dado un sentido trascendente a nuestras vidas y que nos preparan para construir un gran futuro en paz.

Por eso la paz es, en última instancia, un acto de amor. Y ese amor ya ha puesto en marcha nuestro futuro.

Venezuela volverá a respirar. Abriremos las puertas de las cárceles y veremos salir el sol a miles de inocentes que fueron encarcelados injustamente, abrazados al fin por quienes nunca dejaron de luchar por ellos. Veremos a las abuelas sentar a sus nietos en sus piernas para contarles historias, no de héroes lejanos, sino del valor de sus propios padres. Veremos a nuestros estudiantes debatir con pasión, sin miedo, con sus voces al fin libres. Volveremos a abrazarnos, a enamorarnos, a oír nuestras calles llenas de risas y de música.

Todas las alegrías simples que el mundo da por sentadas volverán a ser nuestras.

Mis queridos venezolanos, el mundo ha quedado maravillado por lo que hemos logrado. Y pronto presenciará una de las imágenes más conmovedoras de nuestro tiempo: el regreso de los nuestros a casa.

Yo estaré allí, nuevamente, en el puente Simón Bolívar, en la frontera con Colombia, donde una vez lloré entre los miles que se iban, para recibirlos de vuelta a la vida luminosa que nos espera. Porque, al final, nuestro viaje hacia la libertad siempre ha vivido dentro de nosotros. Estamos regresando a nosotros mismos. Estamos regresando a casa.

Permítanme rendir homenaje a los héroes de este camino. A nuestros presos políticos, a los perseguidos, a sus familias y a todos los que defienden los derechos humanos. A quienes nos protegieron, nos alimentaron y lo arriesgaron todo por cuidarnos. A los periodistas que se negaron a callar. A los artistas que llevaron nuestra voz al mundo. A mi equipo extraordinario, a mis maestros, a mis compañeros activistas políticos y sociales. A los líderes del mundo que nos acompañaron y defendieron nuestra causa. A mis tres hijos, a mí papá adorado, a mi mamá, a mis tres hermanas y a mi valiente y querido esposo, quiénes me han sostenido durante toda mi vida.

Y, sobre todo, a los millones de venezolanos anónimos que arriesgaron sus hogares, sus familias y sus vidas por amor. Ese mismo amor del que nace la paz, el que nos sostuvo cuando todo parecía perdido y que hoy nos une y nos guía hacia la libertad.

A ellos pertenece este honor. A ellos pertenece este día. A ellos pertenece el futuro. Seguimos de la mano de Dios.

Gracias.

19 comentarios en «EL DISCURSO DE ACEPTACIÓN DE MARÍA CORINA MACHADO DEL PREMIO NOBEL DE LA PAZ. NO TIENE DESPERDICIO.»

  1. Se escucha como que igual Trump llega a algún tipo de acuerdo con Maduro y ahí le deja…, no digo que eso vaya a ser así, pero…, ¿y si así fuese?

  2. RECUERDO QUE UNA VEZ ESCUCHÉ QUE SI LA OTAN DESAPARECIESE Y LA UNIÓN EUROPEA SE HUNDIESE, AL DE ALGÚN TIEMPO HABRÍA UN GOLPE DE ESTADO EN ESPAÑA. dice:

    RECUERDO QUE UNA VEZ ESCUCHÉ QUE SI LA OTAN DESAPARECIESE Y LA UNIÓN EUROPEA SE HUNDIESE, AL DE ALGÚN TIEMPO HABRÍA UN GOLPE DE ESTADO EN ESPAÑA.

  3. «»»Venezuela nació de la audacia, moldeada por una fusión de pueblos y culturas. De España heredamos una lengua, una fe y una cultura que se hermanaron con nuestras raíces ancestrales indígenas y africanas»»»»

    Imagino que en otro contexto este párrafo y esta referencia a la colonización española como «hermanamiento» habría generado otra reacción ¿no?

  4. «Decenas —casi cientos— de manifestantes se concentraron para rechazar la decisión de otorgar el galardón a María Corina Machado».
    Noticia de «cubainformación». Banderas palestinas, cubanas y venezolanas, pancartas contra la OTAN y hasta representación de Euskal Herria en la «multitudinaria» manifestación.
    Y a todo esto, el jefe del gorilato agradeciendo a toda Oslo las muestras de apoyo….hay que estar muy jodido y necesitado de «cariño» para resultar tan patético……..la izquierda internacional tocada y casi hundida. Ánimo.

  5. Xabier.No llegaban a 200 y siendo hay gente pa tó como decía el Guerra. Esa gente no quiere la democracia en Veenzuela,lo junta todo y les encanta el espía Pablo González.Resignación cristiana ,nos pedían.

  6. Pues si es para que s econsolide un sistema democratico,ni tan mal.Aqui el dictador murió en la cama y toda su estructura apolillada pasó a mejor vida sin pagar ninguna factura.

  7. Pues si es para que s econsolide un sistema democratico,ni tan mal.Aqui el dictador murió en la cama y toda su estructura apolillada pasó a mejor vida sin pagar ninguna factura.

  8. Hoy he visto que Esther Palomera, decía respecto a una sentencia, que en España queda inaugurado un nuevo sujeto judicial, los entornos…, esto me ha recordado a cuando se aplicó la doctrina de ETA y su entorno…, es decir una serie de partidos (o el mismo cambiando de nombre), un sindicato, unos medios de comunicación o un grupo de comunicación, una serie de personas, etc., también me recuerda esto cuando a la izquierda abertzale o incluso un poco más allá, se aplicó aparte del estado de derecho, guerra sucia, cloacas del estado, lawfare, guerra mediática, etc., y no pasaba nada…, pero años más tarde se les aplicó medidas similares a los políticos catalanes que querían hacer una consulta en una teórica democracia tipo las que se hicieron en Quebec o en Escocia, pero no contentos con eso, años más tarde se utilizaron algunas de esas medidas contra PODEMOS, para impedir que este partido desbancase al PSOE y pudiera gobernar en España en solitario o con ayuda del PSOE, pero siendo PODEMOS primera fuerza, bueno…, pues ahora vemos como el PSOE (además gobernando), dice que se lo están haciendo a él, incluso el PP lo dice en alguna ocasión y es que…, no nos equivoquemos, mañana el PP se lo puede hacer a VOX o viceversa, incluso se lo pueden hacer dentro del mismo partido, de hecho ya ha ocurrido en ocasiones…, y es que claro, al final ese es el problema, que el país es así, hoy se lo hacen a unos, mañana a otros, pasado a ti…, que has sido tan idiota de pensar que contigo no iba la cosa…, solo un último apunte, con la transición no se cambió a la policía franquista, tampoco a los que torturaban durante el fascismo, estos a su vez se encargaron de seguir haciendo lo mismo y enseñarlo a nuevos durante la guerra sucia, a ver si por una ironía histórica nos vamos a encontrar con que de nuevo se impone una dictadura en España y los herederos de la guerra sucia, pueden emplear de nuevo lo aprendido y retenido, contra la totalidad del pueblo español, como en el franquismo…, sería el rizar el rizo, a ver si nos encontramos con aquello de ETA vuena con Franco, mala con democracia y ¿si volviese un fenómeno similar a la dictadura franquista, sería de nuevo bueno en toda España un fenómeno similar a ETA?, ¡anda ya, conmigo que no cuenten…!, pero no me deja de sorprender la candidez de muchos, que toleran ciertas cosas, pensando que a ellos no les va a tocar, cuando lo que han hecho mediante esa tolerancia es amamantar o alimentar a una bestia que han creado o mantenido, y ahora ahí está bien cebada agazapada esperando su momento, y que no tiene porqué ser contra a los que les caen mal, sino contra todos o contra ellos mismos, esto es un clásico en la historia de España.

  9. Rompería con Sánchez,pero no le obligaría a convocar elecciones inmediatamente,pues la polarización entre Sánchez y el centro derecha,dejaria al PNV,muy fuera de juego.
    Mi humilde opinión.

  10. CUANDO EN ESPAÑA SE ESTÁ EXTENDIENDO PUBLICAMENTE EL RELATO DE QUE CON FRANCO SE VIVÍA MEJOR..., ES QUE SE ESTÁ PREPARANDO A LA GENTE PARA UNA NUEVA DICTADURA. dice:

    CUANDO EN ESPAÑA SE ESTÁ EXTENDIENDO PUBLICAMENTE EL RELATO DE QUE CON FRANCO SE VIVÍA MEJOR…, ES QUE SE ESTÁ PREPARANDO A LA GENTE PARA UNA NUEVA DICTADURA.

  11. Impresionante discurso.
    Una premiada con el Nobel de la Paz que no puede recogerlo porque está escondida para su protección.
    Doble mérito.
    Tiene que caer ese régimen, recuperar el control económico y el dinero escondido que se ha quedado el comunismo ladrón y que sirva para reconstruir y beneficiar al pueblo. La vuelta de los escapados y los detenidos y volcarnos el mundo libre en ayudar a restaurar las libertades.

  12. FELICIDADES POR EL CORAJE DE ESTA MUJER.

    La valentía la da la certeza de estar en posesión de la verdad y la justicia.

    La perseverancia la da el saber que el objetivo no es una utopía.

    La certeza de que la libertad es un derecho de todo ser humano, es el motor de corazones que laten a la vez para recuperar lo arrebatado, la democracia.

    Una Venezuela a la que iba mi aitite en sus múltiples viajes en barco, un barco que llevaba a miles de exiliados de una guerra civil en España y de la que hablaba con cariño y en la que la vida en ese maravilloso país no era corrupción, sometimiento, miseria, exilio, represión, miedo y silencio, esa es la tierra que se merecen volver a tener los venezolanos de bien.

    Y por esa rica y acogedora Venezuela merece la pena luchar.

  13. “El Oreshnik despegará desde una isla grande del Caribe”: la nueva amenaza de Moscú a Washington

    https://www.martinoticias.com/a/426436.html

    ¿Hacia una nueva crisis de los misiles en Cuba…? (Tras lo pasado en Ucrania, es posible que esta no termine igual que la anterior…, la cual casi desencadena una guerra).

  14. Hoy circulan dos bulos por la capital imperial borbónica pero como no los ha propagado MAR no tendrán recorrido..
    Uno es que el novio presunto delincuente de la cateta madrileña tiendria una personalidad corporativa en un grupo sanitario pero con un nombre distinto. Esa personalidad inexistente se enriqueció y se compró un pedazo de ático pagado por el Espiritu Santo en el que vive con la cateta.
    El otro bulo falso es que las juventudes de v Ox se quedaron con 100.000 euros donados para las victimas de la DANA. Uff imposible! Estas dos supermentiras no irán p’alante ni los investigará la UCO porque son calumnias lanzadas por ETA
    en contubernio con la prensa sanchista. Se espera en breve la detención de los calumniadores. España, pais de corrupciones.

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