Luis, hermano de Javier Solana y quien fuera presidente de Telefónica y de RTVE, le ha escrito a uno de los periodistas estrellas de la clausurada CNN-Plus una carta diciéndole que la culpa del cierre no la tiene el PSOE sino la desastrosa gestión de Juan Luis Cebrián. Antonio San José está molesto con el PSOE: «El futuro está escrito y los apoyos mediáticos del PSOE, también. Su desilusión y su desdén por el cierre de medios como CNN+ es más que evidente. Con su pan, se lo coman”. Es lamentable que fracase una empresa periodística, sobre todo por sus trabajadores, no por la impresentable línea sectaria que siempre ha llevado CNN+ en relación con el nacionalismo vasco y con el vasallaje total hacia la monarquía. Pero es lamentable también que un medio se apague aunque sea por criterios de gestión o por poco seguimiento. No fue el caso de “Egunkaria”, cuyo cierre político CNN+ no criticó nunca. Y es verdad lo que dice San José en relación al PSOE. Era una correa de transmisión de este partido, no en sus detalles, sino en sus líneas gruesas.
Pero es que el PSOE está como está. Cuando la ideología socialista se resume solo a lo que hacen los socialistas, cuando no se defienden los derechos humanos más que de palabra, cuando no hay coherencia, entre lo que se dice y como se actúa, cuando falta la sindéresis, cuando no existe la ideología sino la lucha por el poder, el pescado se pudre por la cabeza.
Este gobierno central, conjuntamente con el PP, sigue sin reconocer a Kosovo mientras rechaza cualquier comparación con Catalunya y Euzkadi aunque en los papeles de Wikileaks aparece lo contrario. Cuando el presidente del PSOE sigue oponiéndose a que el tránsfuga socialista de Benidorm se presente en representación del PSOE incumpliendo el acuerdo existente sobre transfuguismo, pero el partido socialista, con el apoyo de Leire Pajín, sigue manteniendo la candidatura de Agustín Navarro. Cuando los socialistas se felicitan porque en Argentina, quien fuera su dictador, Jorge Rafael Videla es condenado a prisión perpetua a cumplir en una prisión por crímenes de lesa humanidad y no bajo arresto domiciliario y aquí el PSOE pacta con el PP una descafeinada ley de la Memoria Histórica, que es incapaz de hacer justicia con las fosas comunes y que procesa al juez que trata de poner en el banquillo al franquismo y que además acepta como normal al frente de un partido a un ministro del dictador que participó en la decisión de fusilar a Julián Grimau. Cuando Zapatero, Jauregui, y Trinidad Jiménez actúan de hecho aceptando la soberanía de Marruecos sobre el Sahara, no habiendo hecho absolutamente nada en estos años para cumplir resoluciones de Naciones Unidas, ni tratando de saldar la deuda moral con un pueblo al que abandonaron a su suerte siendo su potencia colonial y habiéndoles prometido Juan Carlos de Borbón y Felipe González que jamás les abandonarían. Cuando ZP, prescinde de su ministro de Trabajo, Jesús Caldera con un «te vas porque tu política de inmigración me ha costado muchos votos» y Jesús Caldera le contesta: «Será la tuya». Y Zapatero: «Bueno, es lo mismo», ¿qué se puede esperar de este socialismo sin ideología que pacta en Euzkadi con el PP y en Catalunya con quienes habían perdido las elecciones para arrebatar al nacionalismo democrático su mejor derecho?. Pues nada.
Y sigo. Cuando se prioriza la imagen y no la sustancia, cuando las grandes apuestas feministas creando ministerios para Bibiana Aido y Beatriz Corredor se quedan en simples secretarías de estado, cuando a la secretaria de organización del PSOE la tienen que hacer ministra de sanidad, cuando a la candidata perdedora de Madrid le nombran ministra de Exteriores, cuando el famoso relevo generacional se queda en el embelesamiento hacia un ministro de Felipe González que aparece ahora como Superman Rubalcaba, cuando se pasa de la socialdemocracia al neoliberalismo sin solución de continuidad, cuando se hacen grandes loas al autonomismo pero se apuesta por la España radial con un sistema ferroviario de Alta Velocidad único en el mundo donde todo nace y muere en Madrid sin que el corredor mediterráneo, ni la conexión Lisboa-París por Irún hayan sido las prioridades dictadas así por la Unión Europea, cuando a una de las responsables del desastre de los controladores, la ministra Magdalena Álvarez, se le da la salida de hacerla vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones con sueldo de controlador aéreo y a todos les parece estupenda la decisión, es que algo muy serio se ha roto en el socialismo español.
Y se nos preguntará, con toda razón, que hacemos apoyando a un Zapatero en la UVI, gran responsable con su geometría variable de toda una desastrosa política económica que ha llevado a España a una situación caótica, aunque en Euzkadi el PIB vasco por habitante sea un 33% superior al español y no precisamente gracias a Patxi López y Basagoiti sino a los treinta años de gobiernos nacionalistas. Pues muy sencillo. La alternativa con mayoría absoluta es el PP, y Aznar nos vacunó para trescientos años contra mayorías absolutas de hidalgos españoles que juegan al dominó en Quintanilla de Onésimo Redondo.
Pero ésto no nos hace dejar de criticar a un partido como el socialista del que se esperaba algo más en la defensa de los derechos humanos.
Y es en estos momentos de dificultad y de necesidad de un liderazgo mínimamente ético, cuando sale Felipe González y le dice a Juan José Millás que tuvo la oportunidad de dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA, es decir «volarlos a todos juntos» durante una reunión que iban a mantener en el sur de Francia, y no la dio pero tenía dudas sobre si hizo lo correcto y lo dice en un país cuya Constitución no tiene consagrada la pena de muerte y eso hubiera sido un asesinato múltiple. Y le preguntan a Zapatero sobre lo dicho por González y éste le contesta al periodista que ante sus declaraciones «le envié un sms con un fuerte abrazo». Y le preguntan a Ramón Jauregui, gran responsable por omisión de un GAL liderado por casi toda la dirección socialista de Bizkaia y contesta que hablar de éstas cosas le produce una enorme pereza intelectual. Lógicamente, ante el aplauso socialista, González insiste y al mes en Vanity Fair aparece fumándose un puro cubierta su cara con el humo mafioso de su cigarro: «probablemente hubiera tomado la decisión de volar el coche en el que viajaban los miembros de ETA que atentaron en el supermercado Hipercor de Barcelona en el año 1987». La misma lógica que la de ETA. El fin justifica los medios. Pero González no es anatematizado. Todos los socialistas quieren mítines electorales con él.
¿Qué se puede esperar de un partido que todavía no ha expulsado a un sinvergüenza político como su cabeza de lista en el Parlamento Europeo, Juan Fernando López Aguilar?. Este sujeto a la que Canarias se le quedó pequeña, según confesión pública, los papeles, de Wikileaks nos lo han presentado como lo que es. Un tipo políticamente asqueroso.
Resulta que el embajador norteamericano Eduardo Aguirre hizo gestiones para que los soldados norteamericanos que dispararon contra el hotel Palestina en Bagdad donde se encontraba José Couso, el cámara que lo había sido también de ETB, no fueran enjuiciados, y al que mataron. Y en el informe del embajador se dice algo tan grave como esto: «El entonces ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar aseguró a Aguirre que el Ejecutivo español pondría todo su empeño en cuestionar la decisión del juez basándose en argumentos técnicos» según el relato de un cable confidencial de fecha 21 de octubre de 2005.
Este perrito que mueve la cola ante el amo, es el Secretario de Libertades Públicas de la ejecutiva del PSOE. Las consecuencias están a la vista. Hasta cuatro jueces han reclamado colaboración judicial para interrogar a los tres militares con resultado negativo. Un funcionario del Departamento de Estado llegó a decir: «hará mucho frio en el infierno antes que los militares sean interrogados en España». Y todo gracias a la obstrucción a la justicia, del ministro socialista de “Justicia” que en público les dice a los familiares una cosa y en privado, ante el Tío Sam, dice otra. Y lo peor es que lo hace. Pero ningún socialista ha protestado ante la permanencia de López Aguilar en sus cargos públicos representando al PSOE.
Bueno pues este es el socialismo que capea el temporal. Un partido sin valores, un partido sin ideología. No me extraña que Gas Natural nombre a Felipe González miembro de su Consejo de Administración con estipendios millonarios.