Ganeko le quiere a Ibarretxe de jarrón chino

Le acabo de oir en ETB a Patxi López en una entrevista alfombra. Los responsables de su imagen han excluido a Amaya Artetxe, la periodista de Deia que, entre otras, le hizo aquella incómoda pregunta sobre la fotografía de Vanity Fair. Nada de sorpresas. Dos buenos profesionales de la nómina de la casa, algo respetable, pero  no  propiciando dar  vuelcos en el corazón.

Tono presidencial, monocorde, institucional diciendo cosas que no son verdad como eso de que el PNV ha vuelto a la senda estatutaria. Ibarretxe tuvo que plantear la reforma del estatuto ante la pared que se encontró. Y en cada pleno hemos hecho preguntas, interpelaciones, mociones y resoluciones  sobre el estatuto. Otra cosa es que no hayan sido noticia, pero lo que es preguntar y enfrentarnos a un PSE que votaba en contra, todo ha sido uno.

Me ha gustado oírle que la transferencia de las políticas activas de empleo es buena para Euzkadi. No ha sido hasta ahora esa su política, ni la de Mikel Torres, ni la de Pastor que querían una transferencia devaluada pero traída por ellos. Y una pena lo que ha  dicho del Guggenheim y las ikastolas de Iparralde. De pena. De mucha pena.

Pero hablemos de Ibarretxe y El Mundo.

Dicen las/os cotillas que Belén Esteban por Andreíta, «¡Mata!». Algo así como un periodista por una especulación sobre quién va a ser el candidato a Lehendakari, a Diputado General, a Juntero, a alcalde, a sucesor de Zapatero… a lo que sea. Los debates nominalistas son los que más gustan a los periodistas. Sueltan liebres, queman esas liebres, especulan, montan circos… El caso es darle a la manivela del molinillo. Es un debate que les gusta más que comer con los dedos. Será quizás porque a los lectores también nos guste comer con los dedos.

El caso es que hoy Ganeko, que es el seudónimo que utiliza el colectivo de la gente que manda en EL Mundo de El País Vasco, nos sale con una falsedad y una imprecisión especulativa.

La falsedad es atribuirle a Felipe González  la frase de «los ex presidentes son como los jarrones chinos, muy valiosos, pero nadie sabe dónde ponerlos». Es un venezonalismo como aquella  de «loro viejo no aprende a hablar» que traje de Caracas cuando se la escuché al ex presidente Rafael Caldera y se la atribuí a Manuel Fraga cuando dimitió en aquellos tiempos. Le gustó tanto a Felipe González que la repitió y la repite  y ahora se la atribuyen a él. Cuando estuve con González le pedí derechos de autor, no para mí, que no es mía, sino para la chispa de la patria de Bolívar.

Y la frase viene a cuento de la charla que ha dado Ibarretxe hoy en Bruselas y Ganeko nos dice que es un culebrón que retroalimenta las especulaciones sobre su vuelta. De eso nada. Las especulaciones las hace Ganeko destacando que se le siga llamando Lehendakari. Pues sí. Eso se aprobó en la ley de gobierno, habida cuenta que a Leizaola se le llamaba “Lehendakari zarra” y a Garaikoetxea, cuando llegó Ardanza, no era el caso utilizar la misma apelación. Y además está bien. A López dentro de tres años se le llamará así, aunque no esté en Ajuria Enea.

El Mundo y Ganeko como se ve no son muy partidarios de Ibarretxe (están en su derecho)  argumentan que maquilló los efectos de la crisis. Curioso. ¿Y el hecho que Euzkadi tenga la mitad de paro que en España, también eso es maquillaje?.

Ya sé que no hay fórmulas mágicas. Solo una. Hacer los deberes. Y Ardanza e Ibarretxe los hicieron. Y no está mal que lo explique en Bruselas. Le llaman y el lo cuenta. Lo del culebrón es de Ganeko, no de Ibarretxe.

De todas maneras me parece bien que el Lehendakari Ibarretxe difunda la fórmula utilizada para combatir el paro, generar riqueza y crear empleo. Cosas de las que legítimamente se aprovecha este gobierno a pesar de la cara tan triste del consejero Aguirre cuando da una buena noticia.

Lo malo es la decepción que va a seguir causando Ibarretxe porque no es la fórmula secreta de la Coca Cola sino algo tan sencillo como trabajar día y noche por el país. Tan sencillo como esto.

Agur, Anton

1978 Anton Ormaza en el Batzoki de Barcelona

Se nos ha ido Antón Ormaza. Uno de esos hombres de los que Bertold Brecht decía era de los imprescindibles. Buena gente, comprometido, luchador, desobediente ante la imposición, humano, de los que en una casa son los cimientos, no el balcón.

Supe de él por una información aparecida en la revista clandestina GUDARl. Allí se le veía en el monte rodeado de gente joven a los que arengaba para que no bajasen la guardia en medio de aquel túnel. Y le conocí unas navidades en las que Txomin Saratxaga me acompañó a visitarle en su casa de Bermeo. Una casa muy conocida por la policía. Sabían que era uno de los jefes de la resistencia.

Fui elegido con él burukide del Bizkai Buru Batzar en febrero de 1977. Un Bizkai presidido por Ajuriaguerra con Arzalluz, Sabin Zubiri, Kepa Sodupe, Iñigo Aguirre, Josu Bergara, Sabin Intxaurraga,y Juanjo Pujana. Y cuando Ajuriaguerra fue elegido diputado tras las elecciones de junio de 1977, le elegimos presidente de aquel colectivo que tuvo dos encomiendas importantes: la Constitución en 1978 y el Estatuto de Gernika en 1979. El no quería votar afirmativamente a la Constitución. Quería el no. Al final quedó en la abstención. Y luego una gran bronca innecesaria que nos enfrentó a unos y otros y que vista con la perspectiva del tiempo, solo sirvió para debilitar al nacionalismo.

Le  homenajeamos a nuestra manera en Sukarrieta en junio de este año. Le esperamos en el cementerio de Sukarrieta donde reposan los restos de Sabino Arana y allí le hicimos el paseíllo hasta la tumba deI fundador del nacionalismo. Luego, en Mañuas en la comida, acudió a los postres y como no podía hablar, su hijo Ruper, lo hizo por él.

Se nos ha ido una referencia, un hombre de bien, un abertzale,  uno de los líderes cuando apenas había líderes, uno de esos hombres clave para saber que pasó aquí bajo aquella oprobiosa dictadura. Se nos ha ido Antón.

La insuperable agresividad de Adolfo Muñoz

Adolfo Muñoz es el secretario general de ELA-STV. Ha hecho bueno a José Elorrieta. Hoy lunes, ha  realizado  unas explosivas  declaraciones en la mejor línea de lo que es el discurso destructivo de HB. No del constructivo. Ese lo desconoce. No ha hablado de sindicalismo. Ha hablado, como siempre, en clave política. Y en clave de Izquierda Radical No abertzale. El abertzalismo es otra cosa. El abertzalismo es amar a la patria y construirla cada día.

Nos ha acusado de  seguir los lineamientos de Botín, de pactarlo todo en Madrid para perjudicar al trabajador vasco y de ser unos alumnos aventajados del capitalismo más cutre, radical y sin alma. De todo, menos bonito.

Me imagino que dicho esto, se ha quedado descansado.

Adolfo Muñoz no ha valorado positivamente el logro de la casi imposible transferencia de las políticas activas de empleo. El da por hecho que eso tiene que ser así, y que no hay que felicitar a nadie. Típica mentalidad hachebera.

Adolfo Muñoz se dice sindicalista, pero olvida que aquí quien crea empleo no es la administración, ni los sindicatos, sino la empresa, y él, a la empresa la machaca. Y no en todo deja de tener razón, pero su insuperable agresividad lleva las cosas siempre al límite. Y llevar las cosas al límite no es querer resolver nada, sino enconar las posturas.

Adolfo Muñoz critica la negociación del PNV con el PSOE. Dice que ya todo está acordado y que todo es malo para Euzkadi.

No es cierto que haya acuerdo y si lo hay, será bueno para Euzkadi, porque la pregunta se impone, independientemente del contenido de la negociación. ¿Prefiere el Sr. Muñoz elecciones anticipadas y una mayoría absoluta del PP?. Parece que si. Lo suyo, con ese discurso es la barricada y nada más que la barricada.

Y además tiene fijación con el PNV. Como la gente de HB. Nunca sus intervenciones son sindicales ni aportando soluciones o propuestas sensatas. Lo suyo es la trinchera.

Desde luego, si fuera por este sindicalismo, Euzkadi estaría en la caverna. Y no  niego  que en algunos temas sindicales en relación con UGT y CC.OO  deje de  tener razón, pero también  los fracasos de las convocatorias con LAB  en  sus pintorescas huelgas generales le deberían hacer pensar que ese camino no nos lleva a ningún sitio.

Una pena que tengamos un sindicalismo tan chato, tan politizado y tan poco constructivo. Lo dicho. Ha hecho bueno a Elorrieta, aquel buen señor que siempre, siempre, siempre, estaba cabreado.