Viernes 24 de junio de 2022
Este jueves, en el Archivo Nacional, tuvo lugar una sencilla ceremonia, no habitual en estos lares. La Secretaria General de Acción Exterior del Gobierno Vasco Marian Elorza y el Director para las Comunidades Vascas en el Exterior, Gorka Álvarez así como el Viceconsejero de Cultura Andoni Iturbe reconocieron como Koldo San Sebastian y quien esto escribe llevamos donando documentación al Archivo que sobre el Exilio y la Diáspora lleva desde 2018 organizando el Gobierno Vasco.
El acto tenía asimismo la intención de llamar la atención a quienes tienen documentación, cartas, publicaciones, fotografías y objetos que puedan donar para que lo hagan ya que casi se partía de cero, con la extraordinaria riqueza que tenemos los vascos en el exterior a lo largo de la historia. Conquistadores, misioneros, exiliados, emigrantes, pelotaris, comerciantes, arrantzales, granujas, deportistas, misioneros,…..y es que no se entiende nuestro país sin esa otra versión externa desde los albores de la humanidad.
Una Nación que se precie ha de tener bien catalogado y archivado lo que han ido haciendo a lo largo de la historia. Lo curioso fue que, apenas había ningún medio de comunicación, siendo un acto cultural y teniendo ese fin. Es curiosa la insensibilidad que hay para divulgar el conocimiento y la historia a pesar de que se nos llene la boca hablando de identidad vasca a todas horas. ¡Que poco la cuidamos!
Y fue una lástima pues la Secretaria General de Acción Exterior Marian Elorza animó a seguir enriqueciendo el Archivo de la Diáspora Vasca, para conocer “más y mejor” la realidad de la migración vasca a lo largo de la historia. La responsable del Gobierno Vasco fue la encargada de recibir las donaciones que hemos ido realizando a este fondo.
Se trata de objetos, documentación, bibliografía y material audiovisual recopilado a lo largo de los años a quienes la responsable del Gobierno Vasco ha querido agradecer sus “generosas y valiosas” donaciones. Sinceramente no estamos acostumbrados a semejante y cálida cortesía.
Desde su creación en 2018, el Archivo de la Diáspora Vasca se ha enriquecido con los materiales que han ido aportando personas, familias y asociaciones hasta configurar un importante fondo que cuenta 9.537 entradas conservadas en 265 cajas que contienen, fundamentalmente, documentos, bibliografía y objetos. A estas hay que sumar un fondo audiovisual de 220 entradas reunidas en 6 cajas con negativos, fotografías y videos que las Euskal Etxeak y particulares han donado, incluso durante la pandemia.
Marian Elorza señaló que próximamente se compartirá en la red el catálogo de fondos, se digitalizará el material audiovisual y se avanzará en la digitalización total del Archivo. Además y según ha explicado, ya está disponible en eliburutegia la importante biblioteca especializada con más de 1.800 volúmenes, y las puertas del Archivo están abiertas para el personal investigador y consultas de cualquier persona interesada.
Por su parte el Director para la Comunidad Vasca en el Exterior, Gorka Álvarez, anunció una campaña para dar a conocer este Archivo entre las Euskal Etxeak e hizo un llamamiento «a familias de Euskadi que conservarán cartas, objetos, documentos, fotografías, material audiovisual.. que nos puedan ayudar a contextualizar y completar esta gran historia de nuestro pueblo en el exterior»- señaló.
Estaba asimismo Anabell Rodríguez Apreza quien minuciosa y muy profesionalmente ha ido catalogando todo lo que hemos ido entregando y cuyos epígrafes encarpetados nos fue entregado por Marian Elorza.
Koldo San Sebastian agradeció en nombre de su mujer el espacio que la entrega de sus libros deja en su casa y yo, además de entregarles la colección de Euzko Deya que editamos en 1983 para las colectividades vascas, cuando no había internet, la colección Euzkadi del Centro Vasco de Caracas, la colección Nación Vasca de Argentina de 1924, hice entrega de una campana de bronce que el canónigo de Malinas, Herman Frateur, le regaló a mi tía Begoña, niña de la guerra, a la que acompañó de vuelta a San Juan de luz cuando comenzó la guerra mundial.
Animo pues a entregar material, por intrascendente que pueda parecer, ya que son piezas de un inmenso puzzle para el estudio futuro de los historiadores.
