La receta de Garbiñe

Viernes 30 de octubre de 2020

He escuchado con atención la entrevista en Radio Euskadi de Garbiñe Aranburu secretaria general de LAB. De principio a fin todo ha sido una crítica al Gobierno Vasco y al PNV. El sindicalismo de la primavera roja, solo tiene derechos. Ningún deber  y mucho menos en tiempos de zozobra. Huelgas, amenazas, desinformación, pésima gestión, prepotencia, clientelismo. Todo es culpa del Gobierno Vasco por su imprevisión, su silencio, su no saber hacer bien las cosas. Un marciano llegado a Euskadi oye a esta señora y coge su nave voladora y se va a Júpiter diciendo. «¡Me he equivocado de destino. He visitado el infierno de Dante!!!.

Ante la  necesaria pregunta de cómo se puede crear empleo en una situación de catástrofe económica, ha dado su mágica y milagrosa receta cuya respuesta  he apuntado:

«Para salvar la destrucción  del empleo hay que hacer una política de empleo más contundente».

Respuesta concisa, sencilla, clara como el agua cristalina y merecedora  de optar al  premio Nobel de Economía.

Efectivamente los profetas siguen acertando. Lo de las elecciones  en octubre como proponían o lo de las escuelas les retrata. Hicieron previsiones catastrofistas y los hechos y el tiempo les han quitado la razón, pero no importa. Ahora es la sanidad y en algo tan vocacional hay que hacer huelgas. La huelga por la huelga como dijeron con el puño cerrado.

Lo dicen sin ponerse colorados y circulan, hablan, declaran profetizan y aleccionan como si nada. Y lo peor es que quienes van a sus ruedas de prensa no les preguntan por estas cosas. Tienen impunidad para todo ya que nada ni nadie les pasa factura y como no se presentan a las elecciones porque dicen que son sindicatos  políticos pero no partidos políticos, todo vale.

En este clima tan poco solidario y de auzolan este  pasado jueves-viernes por la noche un grupo de descerebrados al grito de «Libertad» se han dedicado a hacer un importante daño social destruyendo contenedores y alterando el orden público. Al inicio de la transición sonó con fuerza una bonita canción que repetía la estrofa de «Libertad, Libertad, sin Ira, Libertad». Sin ira. Lo del desaguisado de plaza Indautxu era con ira y el viceconsejero de seguridad los ha descrito como delincuentes y muchos de ellos con antecedentes penales además de insolidarios. Gamberros violentos.

Ese vandalismo existe en toda sociedad. En tiempos de ETA la Kale Borroka, además de reivindicaciones políticas tenía sujetos de este tipo y que como se ve no han desaparecido.

Junto a eso es verdad que hay un discurso negacionista que da alas a esta violencia. Dicen enfáticos: «se nos quita la libertad, las vacunas son malas y es un negocio, no hay que cumplir leyes que van contra nuestra libertad. Detrás de todo esto hay una mano negra».

Escuchaba a Carlos Herrera en la Cope una vergonzosa descripción del pleno de ayer dándole una importancia impropia a la salida de Sánchez del hemiciclo para preparar una reunión europea y lo comparaba con Macron que además no comparece nunca ante el parlamento.

Me parece que desde una emisora episcopal se ataque a las instituciones como hace este caballero, tan poco caballero. Tan español que porque el PNV negocia no subir el diésel nos describe como los del chuletón del txoko pasando factura. Una radio de valores no puede utilizar este tipo de argumentación falsa y estupidizante. Me pareció una bajeza. Y todo para que su señorito Casado tenga un dupplex  dialéctico de pin  pan pum con Sánchez llamándole líder de la oposición. No es verdad. Es líder de su partido. La oposición no tiene líder a pesar de que el periodismo de Corte lo bautice así.

Ese cara a cara le interesa a la derecha madrileña y por eso convierten los plenos del Congreso que deberían servir para hablar de la crisis sanitaria que vivimos en un patio de monipodio para lucimiento de un peso pluma de la política española como está demostrando ser Pablo Casado.

Es lo que hay, y mientras, el virus, muerto de risa. 

Una mujer elegida, otra rechazada

 Jueves 29 de octubre de 2020

Estas son noticias que los medios no siguen y tienen su importancia. Entiendo que todo el interés informativo se centre en el debate  habido hoy en el Congreso en relación con el estado de alarma, absteniéndose el PP y Bildu, junto con Vox. Los extremos como siempre dando la nota.

Pero ocurren otras muchas cosas, que son relevantes, y de las que casi nadie se hace eco.

Este jueves se ha elegido a una mujer y se ha rechazado a otra.

La historia es ésta: 

La austríaca Christa Schweng asumió este jueves la presidencia del Comité Económico y Social Europeo (CESE) con el objetivo de reconstruir «la unidad y el prestigio» de este organismo e influir en las políticas de la Unión Europea (UE).

Schweng asume el cargo en un momento delicado, ya que últimamente se han alzado algunas voces críticas sobre la utilidad y función de este órgano, especialmente tras las denuncias de un caso de supuesto acoso psicológico por parte de uno de sus miembros más antiguos.

«Unidos por el futuro de Europa» es el lema de Schweng, la trigésimo tercera persona que preside el CESE y la quinta mujer al frente de este órgano de la UE, que representa a la sociedad civil organizada (empresarios, sindicatos y asociaciones) desde su creación en 1958.

En el contexto actual «debemos más que nunca unir nuestras fuerzas, elaborar una visión para una nueva Europa posterior a la Covid-19 y hacer el máximo esfuerzo para conseguir que nuestro Comité contribuya con fuerza a la recuperación de Europa y a su resiliencia futura. Esto irá de la mano de la reconstrucción de un CESE más unido, eficaz y prestigioso», subrayó.

Lo dicho es la buena noticia. La mala e inexplicable es lo que acaba de hacer Trump.

Estados Unidos rompió este miércoles el consenso e impidió la designación de la exministra de Finanzas de Nigeria Ngozi Okonjo-Iweala como nueva directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Okonjo-Iweala había sido propuesta para llevar las riendas de la OMC por un panel al término de las consultas entre los 164 países miembros y concluir que la candidata africana reúne más apoyos que su última oponente, la ministra surcoreana de Comercio, Yoo Myung-hee.

«Una delegación no apoyó la candidatura de Okonjo-Iweala y dijo que continuará apoyando a la candidata de Corea del Sur. Esa delegación fue la de Estados Unidos», anunció el portavoz de la OMC, Keith Rockwell.

La candidata africana tiene una trayectoria profesional de gran prestigio. Fue la primera mujer ministra de Finanzas de su país (puesto que ocupó dos veces, de 2003 a 2006 y de 2011 a 2015), la primera en ocupar la cartera de Asuntos Exteriores (2006) y a nivel internacional ha tenido cargos de responsabilidad en distintas entidades internacionales.

Entre ellos destaca su papel como directora gerente del Banco Mundial y presidenta de la alianza para las vacunas GAVI, cargo que ejerce en la actualidad y a título independiente.

Asimismo, la Unión Africana la nombró recientemente su enviada especial para movilizar financiación destinada a la lucha contra la covid-19 en su continente.

Un panel de la OMC comunicó hoy en una reunión informal de embajadores de los Estados miembros que Okonjo-Iweala reunió una gran cantidad de apoyos entre los países, con un margen cómodo frente a su rival surcoreana.

EEUU fue el único país que se negó a darle su respaldo, impidiendo el consenso necesario para el nombramiento de la nueva directora general de la Organización.

«Estados Unidos dijo que apoyan a la ministra Yoo por sus veinticinco años de experiencia en el comercio y que no podía podían apoyar Okonjo-Iweala, pero no sé las razones», comentó Rockwell.

El portavoz indicó que el panel que propuso la nominación de la candidata de Africa «explicó que era la preferida (de los países) por un amplio margen y que recibió un gran apoyo de países de todas las regiones y niveles de desarrollo».

La UE ha respaldado a Okonjo-Iweala, a quien ha considerado la candidata mejor preparada para dirigir la OMC.

Tras este bloqueo está previsto que todos los países miembros se reúnan nuevamente el 9 de noviembre para tomar una decisión.

El resultado de las elecciones del próximo 3 de noviembre en Estados Unidos será determinante en el futuro de este proceso de elección.

Los observadores adelantan que si Trump es reelegido la OMC entrará en un periodo todavía más crítico y que es imposible predecir cuándo y quién podría dirigirla.

En el caso de que su oponente demócrata John Biden sea el próximo presidente, su Administración empezaría solo a finales de enero, por lo que es altamente improbable que la OMC no cuente con un director general en los próximos meses.

La única salida sería una votación, algo que todos los países prefiere evitar porque equivaldría a abrir una caja de pandora.

«La gran preferencia de los países es decidir por consenso y de aquí al 9 de noviembre habrán consultas en ese sentido», explicó Rockwell.

La OMC busca a un nuevo director general tras la salida del brasileño Roberto Azevêdo, quien abandonó su cargo un año antes de concluir su mandato para ocupar un alto puesto directivo en una poderosa multinacional.

Los orígenes de Osasuna son vasquistas y comunistas

Miércoles 28 de octubre de 2020

«Éramos nacionalistas», declaraba Inocente San José a la periodista Ana Ollo en una entrevista en Navarra Hoy en 1988. «Además de jugar al fútbol, realizábamos excursiones al monte y participábamos en el grupo de danzas del Buru Batzar». Señalaba que la directiva del entonces presidente Ezcurra no les reconocía, sentía la falta de vínculo, pero «me alegro por el club y sus éxitos, no habrá nadie que quiera a Osasuna más que yo y todos los que lo fundamos», declaraba como único superviviente. Eso debió ser en 1920, porque en 1931 estaba afiliado al Partido Radical Republicano, del que era tesorero.

Osasuna fue el club de los napartarras, como según Valentín Arteta se denominaba en Pamplona en los años de su fundación a los primeros nacionalistas vascos. Félix Monreal se refiere a ellos como filo-vasquistas, y la mayoría de familiares de los fundadores con los que hemos hablado nos cuentan lo mismo: eran simpatizantes de esta corriente política.

Muchos de ellos participaron en diferentes asociaciones de orientación vasquista como Eusko Ikaskuntza, Juventud Vasca y Centro Vasco de Pamplona o en partidos como PNV o Acción Nacionalista Vasca (ANV). Antonio Leoz, Francisco Altadill, Txomin Meaurio, Néstor Aldave, Eladio Zilbeti, Fortunato Aguirre, Martín Goñi, Pablo Archanco, Cristóbal Manso, Isaac Echauri, Pedro Ardaiz, Estanislao Aranzadi, Estanislao Goiburu, Severiano Goiburu, Catachú, Cuqui Bienzobas, Oyaneder… son algunos de ellos. Hay otros muchos que no aparecen en los expedientes de estas asociaciones, pero son sus familiares quienes confirman su posición ideológica.

Incluso entre aquellos que pertenecían a otras organizaciones políticas, fueran de izquierdas o de derechas, varios, como Domingo Beúnza o Hilario Etayo, participaron en proyectos culturales vascos o de apoyo al euskera. Durante los primeros años del siglo pasado simpatizar con la cultura vasca no era una cuestión de disputa política. Desde El Pueblo Navarro, periódico de tendencia liberal, Marcos Aizpún animaba y apoyaba la constitución de Osasuna –realizando convocatorias y avisos–, señalando que en los estatutos se declaraba apolítico. Y preguntaba a La Deportiva, club adscrito a la Juventud Jaimista y de tendencia marcadamente conservadora, si ellos podían decir lo mismo, invitándoles a mostrar sus estatutos.

En aquellas primeras reuniones celebradas en octubre de 1920 en el Café Kutz, se juntó un grupo de amigos con la firme voluntad de refundar un club con un nombre nuevo, en euskera y que su nombre traspasara las fronteras de Navarra. Como es bien conocido, el nombre elegido fue Osasuna. Eladio Zilbeti, Txomin Meaurio e Ignacio Perillán elevaron su propuesta a la asamblea del club, presidida por Eduardo Aizpún. Todos ellos sufrieron represalias tras el golpe de 1936.

Sobre el origen social de aquellos fundadores, la esposa de Inocente San José dijo de ellos que eran unos «señoritos». Hijos de familias de clase media-alta en su mayoría, desahogadas económicamente, muchos de ellos eran estudiantes que acabarían siendo abogados, jueces, industriales, comerciales e incluso algún biólogo.

Con todo, no pasarían muchos años antes de que las clases trabajadoras acabaran apoderándose del fútbol. En la esfera internacional se habían sucedido grandes acontecimientos históricos tales como la Primera Guerra Mundial, la Revolución bolchevique, la dictadura primorriverista, la guerra de Marruecos o la llamada gripe española. Hechos que, más cercanos o más lejanos, sacudieron de algún modo la sociedad navarra de la época, rompiendo la imagen monolítica de sociedad provinciana que ofrecían desde sus páginas algunos medios como Diario de Navarra y muy especialmente quien fuera su director, Raimundo García Garcilaso o El Pensamiento Navarro.

Y es que, para los viejos anarquistas argentinos, el fútbol representaba la plasmación de los ideales y valores sociales más elevados en un juego perfecto. Donde la solidaridad, colaboración en equipo y sacrificio individual por un mismo objetivo común tenían su fiel reflejo en el gol como utopía realizada. Las iglesias protestantes entendieron la importancia del fútbol como elemento de socialización y formación de identidad. Los hijos de las élites sociales económicas lo practicaban, y en el marco de fenómenos internacionales como la Revolución rusa, algunos de estos sectores y personas concretas entran en contacto con dichos movimientos políticos.

Coincidencia o no, llama la atención que en fecha tan temprana como 1919, el primer presidente de la Sportiva fue Augusto Vizcarra, perteneciente al Partido Comunista y que tras la guerra del 36 tuvo que exiliarse. Seis meses después fue sustituido en la presidencia por José María Navaz. Su familia lo señala como uno de los primeros colaboradores en la fundación del Partido Comunista en Navarra. Tampoco es de extrañar, ya que en Madrid estaba en contacto con la vanguardia política, teniendo entre sus amistades a intelectuales tales como Luis Buñuel o Federico García-Lorca.

Hay otros casos como Carmelo Monzón, directivo del club y hermano del líder comunista Jesús Monzón, persona referente de la izquierda en Pamplona. En enero de 1928, Jesús sería el presidente del Comité Pro-Federación Navarra de Fútbol, al mismo tiempo que era vicepresidente de la Federación Navarra de Pelota. También participó en las pruebas de selección para ser árbitro de fútbol José Javier Villafranca, nacionalista en su juventud y posteriormente comunista. Por su parte, Jesús Monzón acudía a las primeras reuniones del Comité Pro-Federación como representante del Indarra y se encargó de elaborar los primeros estatutos federativos. Le sustituiría después Pablo Archanco, fundador de ANV. Además, los hermanos Vicente y Francisco Rey, masajista y jugador respectivamente, fueron militantes comunistas, como el portero Filomeno Urdíroz lo fue también de las Juventudes Socialistas Unificadas.

Crear la Federación Navarra de Fútbol no supuso problema alguno para Jesús Monzón. Sin embargo, para fundar el Partido Comunista en Pamplona en aquellos años, tal y como reconocería a un amigo, «para eso sí se requerían agallas».

Por lo tanto, es de justicia reconocer el esfuerzo que realizaron los fundadores por respetar la pluralidad ideológica. Filiaciones políticas de todo tipo convivieron sin ningún problema durante los primeros años del club. A partir de la guerra y de la instauración de la dictadura esta característica primigenia desaparecerá. Y es precisamente ese afán por silenciar la historia de los represaliados, o la ausencia de su relato, uno de los acicates que ha impulsado el trabajo que está desarrollando Osasunaren Memoria. La desidia posterior de las diferentes direcciones del club no podrá restar significado ni al testimonio de Inocente ni a su amor por Osasuna. No en vano, lo más importante para él era juntarse con los amigos y que todos los partidos terminaran con una merienda.

Navarra y Osasuna ¿siempre p’alante? Tras el golpe militar de 1936 contra la República, en el que Pamplona fue epicentro del mismo, varias personas que participaron en la fundación de Osasuna o estuvieron relacionadas con el club en sus primeros años fueron asesinadas, encarceladas o forzadas al exilio.

Fortunato Aguirre, Natalio Cayuela, Ramón Bengaray, Alberto Lorenzo, Eladio Zilbeti y Filomeno Urdíroz fueron asesinados. Otros sufrieron penas de cárcel y exilio, como Carmelo Monzón, Txomin Meaurio, Juanín Bilbao, Francisco o Vicente Rey. Terminada la guerra, alguna publicación dio noticia de la muerte de cuatro o cinco jugadores «caídos por Dios y por la patria», pero nunca se supo más de las personas que antes mencionábamos. Afortunadamente, los recientes estudios publicados sobre Osasuna con ocasión de su centenario han arrojado luz sobre esta parcela que ha permanecido oscura más allá del fin de la dictadura franquista, rescatando la memoria de aquellos primeros osasunistas.

Quien fuera presidente del Frente Popular en Navarra, miembro de Izquierda Republicana y directivo de Osasuna, Ramón Bengaray Zabalza, solía cantar siempre que podía la jota «Navarra siempre p’adelante», ya fuera en celebraciones privadas o incluso al termino de mítines republicanos. Ese espíritu es el que siempre alentó a Osasuna, «Osasuna, Beti Aurrera». La recuperación de la trayectoria vital de Ramón Bengaray en un libro recién publicado así como la de tantas y tantas personas asesinadas y represaliadas en Navarra, es un trabajo arduo de investigadores, asociaciones e instituciones. Desde esta tribuna, lanzamos la siguiente pregunta: ¿el Club Atlético Osasuna, en el año de su centenario, tiene pensado reconocer a estas personas y reparar, en lo posible, su memoria y aportación al club? La respuesta debería ser afirmativa. Hay un año por delante que no podemos dejar pasar.

*Mikel Hualde Alzueta, Esther Aldave Monreal, Jaxinto Gómez Viniegra, Josu Chueca Intxusta y Eduardo Martínez Lacabe son colaboradores del Proyecto Ramón Bengaray. Osasuna y República.