Por unanimidad y por el 93%

Martes 1 de septiembre de 2020

He oído varios comentarios sobre el acuerdo de la Asamblea Nacional del EAJ-PNV en relación con la unanimidad de los allí presentes para avalar la información dada por Ortuzar y Urkullu en relación al pacto PNV-PSE. Lo mismo sobre los resultados de la consulta del PSE con un 93%. Decisiones a la búlgara.

Y si, puede resultar chocante si no se está en las claves de una situación límite como la que vivimos. Una situación que creará mayor desigualdad, tensión social, gente en creciente paro, ausencia de futuro. Una situación que requerirá más recursos y más inteligencia política ante una oposición lamiéndose sus heridas que ha de hacerse notar ante una mayoría absoluta gobernante.

Una situación que se verá sacudida por una cohabitación sindical y política de Bildu con ELA y LAB, que tratarán de llevar a la calle una crispación sindical articulada en un contexto de gran sensibilidad social y con esta a flor de piel. Salud, educación, asistencia social, trabajo, paro, servicios públicos y retos como la digitalización de la sociedad que en el confinamiento ha avanzado décadas en su concienciación.

Ante esto, la gente pone la lupa en los matices o apoya el carro con su hombro. Es lo que ha pasado en la Asamblea jelkide porque  internamente se le dijo al PNV que la meta era conseguir un parlamentario más en cada territorio, algo que se ha cumplido lográndose cotas de representación de los tiempos previos a la división del PNV en 1986. Nada pues que objetar sino todo lo contrario.

Llevo en la Asamblea Nacional desde 1977. Soy el único afiliado que tiene ese honor. El único. Y lo digo porque como nadie puedo comparar ambientes asamblearios. Los he visto todos y el de este lunes 31 de agosto en Sabin Etxea era el ambiente de gentes preocupadas, conscientes de la situación que se vive y dispuestos a no poner palos en la ruedas. No significa esto que el debate y las aclaraciones no se den ni sea la tónica a futuro porque además está convocada y viene  una Asamblea  general que se anunció para el 30 de noviembre donde se pueden discutir aquellas cosas que no funcionan en base a iniciativas y propuestas tratando de superar eso que dijo Ortuzar de que nos tildan de ser último partido analógico en una  sociedad digitalizada. Y si, hay que trabajar en ello.

El contexto de la aprobación este jueves del nuevo gobierno de coalición  es distinto a todos los demás. Hemos vivido las tres UVES. La Uve del virus. La Uve del verano haciendo elecciones en esta estación y la Uve del vacío electoral, produciéndose una gran abstención. El ciudadano por miedo o por falta de motivación o por confiar en los resultados el caso es que ha dejado de votar y esto es preciso analizarlo.

Vienen cuatro años duros pero con posibilidades de hacer muchas cosas. La oposición no dará tregua ni cuartel. Y el gobierno tiene que gobernar y explicar  bien lo que hace.

Ese es el gran reto.

Más importantes las discotecas que las escuelas

Lunes 31 de agosto de 2020

Duro artículo de The New York Times sobre España: «El país donde las discotecas son más importantes que las escuelas».

¿Puede haber mayor prueba de la urgencia de reformar la educación que la incompetencia de una clase política producto de sus deficiencias?», se pregunta el autor del artículo. «Fútbol, playas, corridas de toros y discotecas. Las prioridades en la apertura de España tras meses de confinamiento se podían leer como una declaración de intenciones sobre la visión del país». Así, sin paños calientes, da comienzo un duro texto publicado por The New York Times sobre la gestión de la desescalada en España. 

El diario, uno de los rotativos más prestigiosos del mundo, saca de nuevo los colores a España por su actuación en la pandemia de la covid-19. “El país donde las discotecas son más importantes que las escuelas”, tituló el escrito el periodista David Jiménez, en el que realiza un repaso por algunas de las medidas tomadas tanto por el Gobierno central, como en algunos autonómicos. Resalta el artículo que «el ocio nocturno permaneció abierto semanas después de haber sido identificado como un foco de contagios», y que «se autorizaron multitudes en celebraciones de todo tipo, trasladándose el mensaje de que la batalla estaba ganada». 

Señala, asimismo, que esto ocurría mientras los «partidos políticos y ciudadanos» se peleaban por «quién tiene la culpa, si la derecha o la izquierda, de un fracaso colectivo». El repaso del artículo también levanta ampollas en Madrid o Catalunya, ya que destaca que «las autonomías recuperaban las competencias en sanidad y educación sin haber organizado los sistemas de rastreo y seguimiento de contagios que han frenado la expansión en otros lugares». 

Con el inicio del colegio para millones de estudiantes, el artículo señala que falta de previsión ha sumido en el desconcierto la reapertura de las escuelas» y se hace una pregunta: «¿Puede haber mayor prueba de la urgencia de reformar la educación que la incompetencia de una clase política producto de sus deficiencias?» Jiménez señala que la crisis sanitaria «ha desnudado un modelo escaso de medios, con un profesorado mal pagado y desmotivado, planes de estudio anclados en el siglo XIX y una creciente desigualdad que permite a las familias con recursos eludir las carencias del sistema con apoyo extraescolar, enseñanza privada y cursos en el extranjero para sus hijos». 

Todo un alegato en pos de la educación pública. Resalta el texto que la situación del inicio del curso es caótica, señalando que da comienzo con «una huelga de estudiantes, estrategias diferentes en cada región y planes improvisados para reducir a toda prisa la ratio de alumnos». Además, señala que se intentan arreglar a toda prisa «reorganizar horarios, contratar profesores e implementar medidas que debieron ser planeadas con meses de anticipación». Sony.

«¿Felipe VI será el último rey?», se pregunta New Yorker.

Domingo 30 de agosto de 2020

La revista The New Yorker, el referente mundial en materia cultural, se ha preguntado en un extenso reportaje sobre la monarquía española si Felipe VI será el último rey de España.

Cita al prestigioso historiador Paul Preston para avalar esta posibilidad, mientras recuerda la polémica actitud que tuvo el monarca avalando la represión contra el referéndum del 1-O en Catalunya. «Paul Preston, el biógrafo de Juan Carlos, me ha dicho que no puede descartar la posibilidad [de que Felipe VI sea el último Rey]. «Felipe tiene muchas cosas en su contra», me ha dicho. Menos afable y carismático que Juan Carlos, Felipe VI ha adoptado una postura inflexible con las fuerzas independentistas de Catalunya, incluso avalando las duras tácticas policiales que se han aplicado. Eso lo ha convertido en una figura muy impopular en Catalunya, y en las últimas visitas que ha efectuado ha sido abucheado por la multitud que lo esperaba. «El Rey de España tiene que demostrar que representa a todas las comunidades del país, no sólo a los españoles», dice Preston», señala.

Sin embargo quien se lleva el premio a la hora de desprestigiar la monarquía española, según The New Yorker, es Juan Carlos I. «Se hace difícil pensar en un monarca hoy en día que haya caído en desgracia de una forma precipitada y completa como Juan Carlos. Su caída ha puesto en duda el futuro de la corona española. Las izquierdas en España piden un referéndum sobre el futuro de la monarquía. El presidente español, el socialista Pedro Sánchez, ha hecho un llamamiento a la unidad y ha reiterado el apoyo de su gobierno a las «instituciones nacionales», incluida la monarquía.

Pero la historia no se ha acabado y parece que es correcto preguntarse si Felipe VI será o no el último rey de España», indica. The New Yorker «La caída en desgracia de Juan Carlos en España y el precario futuro de las monarquías en el mundo», titula The New Yorker La revista, que hace un repaso de las monarquías europeas desde la Primera Guerra Mundial, cuando desaparecieron muchas de ellas, apunta que la británica es actualmente la más sólida. Recuerda que hace años también lo era la española, pero que eso ha pasado a la historia, al volver a experimentar al rey emérito la larga tradición borbónica de exiliarse de España. «Al huir del país, Juan Carlos está manteniendo una antigua, y a veces olvidada de forma conveniente, tradición familiar borbónica de subterfugios, huidas y exilios. En 1931, el abuelo de Juan Carlos, Alfonso XIII, huyó del Palacio Real de Madrid, y de España, sólo dos días después de que unas elecciones municipales que ganaron de forma masiva los republicanos acabara con la monarquía y estableciera la Segunda República española», apunta.

Pero recuerda también que esta Segunda República fue una de las pocas excepciones de la monarquía borbónica desde 1714, al lado de la invasión napoleónica y la denominada Revolución Gloriosa de 1868, además del paréntesis del general Franco. Después de que el dictador nombró a Juan Carlos como sucesor, y la consolidación del monarca después del intento de golpe de Estado de 1981, el autor del reportaje, Jon Lee Anderson, explica que ya en 1998 escribió un perfil en The New Yorker donde insinuaba los rumores que apuntaban que Juan Carlos recibía comisiones de los acuerdos comerciales internacionales en los que participaban empresas españolas.

Y relata un caso de censura. «Uno de los principales empleados del Rey en el Palacio de la Zarzuela llamó a los editores de una revista importante española, para advertirlos que no reprodujeran el artículo en español. Y obedecieron», lamenta. Según The New Yorker, la caída de Juan Carlos empezó en 2012 con el asunto de la cacería de elefantes en Botsuana, y de su amante Corinna Larsen, cuando España estaba en plena crisis económica y en medio de una fuerte recesión.

La conclusión final es que quizás lo que sucede es que las monarquías están en amenaza de extinción, y que la historia parece que quiere acabar lo que inició con la Primera Guerra Mundial. – Mucha gente piensa que no solo la historia quiere terminar lo empezado en la 1ª Guerra Mundial con respecto a las monarquías, sino también con respecto al derecho de autodeterminación (Escocia, Norte de Irlanda, Gran Bretaña frente a Europa, Quebec, etc.).

Nombre del comentarista: Sony