En el trópico y con txapela.

Sábado 30 de mayo de 2020

Una foto de los años cincuenta de Gerardo González. Se le ve a Juan Etxearte, de Aulesti, con gafas, padre de una gran familia que vivió en Puerto La Cruz. Su hijo Domeka fue delegado en la Oficina del Gobierno Vasco en Caracas, «Eguzki». A su nieto Gaizka lo asesinó cuando se produjo el golpe militar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez en 1992 por parte de Hugo Chávez. El otro es Sergio Irazú, un vasco salao, que apenas hablaba castellano, al  que le preguntaron un día si se tomaba la tensión y él contestó que lo que se tomaba eran unas buenas cervecitas.

Los domingos, en el colegio de los Padres Paules y en una L que les hacía de frontón, jugaban a pelota mano  y luego se tomaban sus cervezas y arreglaban el mundo. A esas reuniones iba mi aita. Tengo que encontrar la fotografía donde están jugando a mano, nada menos que en Cumaná, capital del estado Sucre y con una temperatura que oscilaba entre los 35 y los 40 grados.

Posteriormente se hizo un Centro Vasco con frontón al que acudió a la inauguración Martin de Ugalde. La gente no entendía aquella pared verde tan grande y los adecos (socialdemócratas) decían que los (social cristianos y de tolda verde) la utilizaban para fusilar adecos.

Sergio Irazú estaba casado con Maritxu Egibar, tía del aita de Joseba Egibar. Su hermana Andone, andereño, exiliada como su hermana fue la madrina de boda de mis aitas.

Era lo bueno del exilio dentro del dramatismo que suponía vivir a siete mil kilómetros de casa. Que todos se conocían y se ayudaban. Lo primero que hicieron fue crear la Asociación de Socorros Mutuos con un lema «Vasco, ayuda al Vasco».

Encuestas anestesiadoras

Viernes 29 de mayo de 2020

Las encuestas, si están bien hechas, son fotografías de situación. Y, estos días, hemos tenido varias.

La entente PNV-PSE sube y logra una ansiada mayoría para hacer muchas cosas sin necesidad de aguantar a un PP, todavía resentido por la Moción de Censura contra Rajoy, un Podemos con cambio en la jefatura que cree que hacer oposición es jurar acabar con el PNV y una EH Bildu ofreciendo la misma ración de lo mismo adobado con pintadas en los batzokis y Casas del Pueblo sin la menor capacidad de condenar esas acciones porque “no queremos decir lo que ustedes quieren que digamos”. Como discurso ético y político deja mucho que desear, pero eso a ellos no les importa. No abjuran de un pasado que es una ignominia y se molestan porque se lo recordemos, como a los franquistas el suyo.

Un dato que ha pasado desapercibido es aquel que nos dice que en un sesenta por ciento los ciudadanos vascos ven bien el ir a votar el 12 de julio. Y seguramente, si las cosas no se tuercen subirá ese concepto de normalidad que dejará las argumentaciones de Bildu y Podemos en ese discurso jeremíaco  de casqueta, mala manera de hacer oposición por hacer oposición. La nada con sifón.

Y llama también la atención que la fórmula de la Coca Cola que quiere vender Casado con Iturgaiz de que el futuro pasa por el PP y Ciudadanos en comandita, aquí en Euzkadi se va a llevar un sopapo de nota. En Galicia, no digamos. Núñez Feijoo le dijo en su día que él no iba con Ciudadanos en la candidatura y ganó  el pulso. Si aquí en Euzkadi se confirman los datos de la irrelevancia de la fórmula PP-CDS me imagino que algún genio de Génova  pensará que algo del discurso han de cambiarse para desmarcarse de las tremebundeces e insultos de VOX que afortunadamente por aquí ni se aasoma, siendo Abascal de Amurrio. Se lo dijo Sánchez a Casado: Si usted habla como Vox, actúa como Vox y vota como Vox es Vox.

En relación a los socialistas vascos me  alegra que al  PSE no le pase factura su coalición con el PNV, a pesar de que en toda la campaña le achacarán de ser un monaguillo de los jelkides. Confío no se pongan nerviosos y sepan atinar en sus perdigonadas pues el enemigo a batir  para ellos no es Urkullu, quien van a volver a gobernar sino Podemos y Bildu. Que no hagan lo que hizo el pusilánime Ramón Jauregui con Ardanza cuando siendo vicelehendakari en cuanto no sacó un buen resultado le entró la depre y se fue a Madrid a hacer las Américas..

Lo de Podemos es de nota. Apoyando el PNV al gobierno Sanchez-Iglesias, la Sra. Gorrotxategi utiliza los muñecos del vudú para meter cada día un alfiler en el ojo a los jelkides como si Iglesias no fuera vicepresidente gracias a los votos del Grupo Vasco en el Congreso. Y lo hace de manera zafia, con argumentos  pueriles, exagerando la nota y siendo menos creíble que Pinocho. Desde luego es una bendición tener semejante candidata tan peso pluma que  junto a su  próxima secretaria general Carmen Garrido y su sospecha de que las elecciones no van a ser democráticas se cubren de gloria cada vez que abren la boca. Lo único que tienen a su favor es el descaro. Hasta los de Equo se les han ido.

La candidata ha puesto en circulación la posible entente Bildu, PSE,Podemos y ya ha logrado el primer NO de Idoia Mendia y el frotamiento de manos del PNV. Si la gente viera que eso fuera posible lograrían el efecto contrario al que buscan. Que las urnas se llenen a rebosar de  papeletas a Urkullu. ¿Alguien se imagina un gobierno tripartido a la contra?. Hagamos apuestas de cuanto duraría.

La Sra. Iriarte, incapaz de condenar las pintadas porque así se lo han dicho en la casa matriz, da brazadas en el aire y prepara su artillería pesada contra el PNV basándolo todo en descalificar a Urkullu cuando el personal quiere liderazgos claros, eficientes y conseguidores, no llorones ni dedos acusadores sin sustancia. Que sigan así.

Vuelvo a repetir. Las encuestas son fotografías que en el caso del PNV y PSE pueden tener el peligro de dar excesiva confianza a su votante y desmovilizarlo. La anestesia es mala en momentos en los cuales el ponerse las pilas es vital.

Por qué no me afilié

Jueves 28 de mayo de 2020

Martin Lasa me escribió estas líneas explicando el por qué no se afilió a ELA. Su argumentación me parece relevante y la reproduzco a continuación:

ELA estuvo durante algo más de un año intentando que me integrara en sus filas.
El militante que, con entrega total, lo intentó, me conocía únicamente a nivel profesional, y utilizó dos argumentos principalmente:

Uno, que ELA era no del PNV, sino anti PNV

Dos, que organizaban unas partidas fantásticas de mus a primera hora de la tarde.

Afortunadamente no lo hice y no tuve, por tanto, que pasar el bochorno de los compañeros de trabajo con carnet del sindicato, cuando nuestra empresa cerró mediante un ERE de extinción y ELA no movió un dedo para ayudarnos, tal vez por ser una empresa pequeña que solamente contaba entre sus trabajadores con la mitad de ellos afiliados a ELA.

Después de aquello, cada uno buscamos nuestro camino, muchos en la competencia, y hoy en día conservamos una buena relación que me permite afirmar que todos los que estaban afiliados a ELA, lo siguen estando, pese al comportamiento en aquella situación extrema del sindicato, para con nosotros.

Esto, indica a las claras que la gente no está afiliada a un sindicato por seguimiento de una idea, como puede ocurrir en un partido político o por ilusión, como puede suceder con los aficionados al fútbol.

La gente se afilia a un sindicato, porque supone que sus alubias están mejor defendidas si está, que si no está sindicado.

No por ideología ni por amor.

Por eso ELA, que ha derivado en lo que ha derivado, se equivoca de pleno si cree que tiene la fuerza que le dan sus números de afiliación y sus delegados sindicales.

ELA está jugando con fuego, alejándose del sindicalismo, añorando ser un grupo de presión y cometiendo demasiadas barbaridades sin llegar a ningún acuerdo, buscando la huelga por la huelga y el juicio por el juicio sin conciliaciones posibles, porque al final, todo el mundo se cansa de aguantar.

Como con  el lío de  los municipales ahora, o como pasará con cualquier otro colectivo mañana.

Al final, terminaremos suspirando por el comportamiento de los boinas rojas de la UGT.

Quien lo hubiera dicho hace unos años.

Cosas veredes, Sancho.

Martín Lasa