BILDU, como siempre, ocho años tarde

Lunes 2 de marzo de 2020

Ojalá toda la gente del EAJ-PNV tuviera los reflejos del senador Cazalis para poner las cosas en su sitio. Lo pongo como ejemplo para que toda esa desinformación agobiante  que estamos viviendo en relación con una IA que se cree el ombligo del mundo. Tras haberse negado  a ir a  las Cortes españolas por españolas, resulta que ahora las han descubierto y no solo no salen de allí sino nos  dan clase de cómo proceder. Han pasado de apoyar a ETA a darse cuenta que otra vida existe, pero, eso si, sin reconocer absolutamente nada de un pasado que les pesa como una losa y para disimularlo han elegido como su enemigo a batir, al PNV.

Por eso lo cuelgo aquí hoy ante esa rueda de prensa de Mertxe Aizpurua y Oscar Matute diciendo que ellos y la Izquierda independentista son la garantía de estabilidad del Gobierno Sánchez. ¡¡¡Tarde piaste pajarito!!!

Ésto es lo que dice Cazalis que está muy bien:

¡D. Oskar Matute, llega usted OCHO años tarde!

Acabo de escuchar al diputado de EH-Bildu, jactarse de haber “conseguido” un acuerdo con el PSOE, para permitir que los ayuntamientos que no tienen déficit puedan aumentar su capacidad de gasto.

¡Enhorabuena! Aunque llegue casi ocho años tarde.

Porque EAJ-PNV ya plantamos esa cuestión en septiembre de 2012.
Y no se lo planteamos, como ahora, a un Gobierno que no está en disposición de decir que no a casi nada. Se lo planteamos al ministro Montoro, el primer año de la primera legislatura de mariano Rajoy.

Como dice mi amigo Iñaki Anasagasti, solo aciertan cuando rectifican…o cuando consiguen enterarse de algo.

«Pregunta sobre las medidas que va a adoptar el Gobierno para permitir a los Ayuntamientos sin endeudamiento la utilización de sus superávits presupuestarios en proyectos de inversión que ayuden a generar empleo.»
Sesion plenaria nº 16, 12 de septiembre de 2012

Por qué el PNV siempre gana en Euzkadi

Domingo 1 de marzo de 2020

Este trabajo, con estas fotografías y este texto, de Antonio Ruiz Valdivia salió este fin de semana en El HuffPost

Esta es la imbatible fórmula de los nacionalistas vascos que aspiran a conseguir todavía más escaños el 5-A.

FLICKR / PNVUrkullu

El PNV funciona como un reloj suizo. Pura precisión electoral. Ya tiene preparada toda la maquinaria para volver a ser la indiscutible primera formación en el País Vasco el próximo 5 de abril. Y con un objetivo que le auguran las encuestas: superar los actuales 29 parlamentarios. La fórmula de la Coca-Cola peneuvista sigue funcionando en las urnas cuarenta años después.

En todas las elecciones autonómicas el PNV se ha impuesto en número de votos a sus competidores. Sólo en 1986 el PSOE vasco logró más escaños, pero no papeletas y los nacionalistas lograron retener la Lehendakaritza. La única legislatura en blanco de poder fue entre 2009 y 2012, cuando un pacto entre PSOE y PP hizo presidente a Patxi López en unas circunstancias muy especiales. Aun así, en aquella cita también se impusieron en las urnas los peneuvistas.

¿Y cómo se consigue eso? ¿Qué hace el PNV para ser ese torpedo electoral? ¿Por qué nadie logra el sorpasso? Una mezcla de factores se amontonan detrás de estas preguntas: haber logrado que se identifique Euskadi con sus siglas, el mito de la buena gestión, los logros gracias a los acuerdos con los sucesivos Gobiernos en Madrid, la imagen de partido serio con toques cristianos pero a la vez muy sensible con los temas sociales, la incompatibilidad de la izquierda, el significado de derecha española que tiene el PP, un electorado más conservador de lo que se imaginan fuera de la autonomía…

¿Qué vende el PNV?

El PNV, según fuentes de la dirección consultadas por El HuffPost, llega otra vez con grandes perspectivas a las urnas: “Acudimos con un balance de legislatura más que satisfactorio y con estabilidad política, no como en Cataluña”. Con el orgullo de haber logrado pactos durante estos años: “Hemos aprobado tres presupuestos, sólo uno se prorrogó”. “Acuerdos que demanda la sociedad vasca”, señalan desde el partido, que pone en valor que se ha podido entender el Gobierno de coalición PNV-PSE en algunos asuntos con Podemos y en otros con el PP.

Getty ImagesUrkullu durante la noche electoral del 10-N

Iñigo Urkullu sale al ring electoral también vendiendo, añaden las fuentes, que se ha cumplido “con creces” el gran objetivo que se vendió en la anterior campaña: concluir la legislatura con el paro por debajo del diez por ciento. Con el “colofón” del acuerdo con el Gobierno central del “cronograma” para cumplir con el Estatuto de Gernika: “Una reclamación de todos los vascos, no sólo de los votantes del PNV”.

Eso sí, han tenido el sobresalto en las últimas semanas del derrumbe del vertedero de Zaldibar (Bizkaia). “Confiamos en que los ciudadanos sepan valorar en su justa manera la gestión que ha hecho el Gobierno”, comentan fuentes del PNV, que dicen que son conscientes de que algunos partidos políticos quieren hacer oposición con este tema y utilizarlo electoralmente.

El PNV ha logrado identificar sus siglas con Euskadi y logra ser un voto utilitarista no sólo para los nacionalistas

Así encara Urkullu estas elecciones. ¿Y por qué son siempre los primeros? Desde la dirección del PNV dicen: “Primero, tenemos 125 años de vida. Por lo tanto, es el partido que lleva más tiempo y tiene muy a gala estar pegado a la sociedad”. “Estamos en la calle, nuestra actividad política se articula en torno a los batzokis, las sedes del partido, donde se juntan los afiliados en cada pueblo. Tiene su espacio de hostelería, su sala para asambleas y reuniones, iniciativas culturales, talleres para los ciudadanos”, indican.

Por eso, el PNV no necesita hacer grandes estudios demoscópicos, apostillan. A lo que hay que sumar su fuerte implantación municipal: “Esto te marca la posición de la sociedad”. Desde la dirección ponen este ejemplo: “Hace cuarenta años el PNV no habría apoyado una ley del aborto como la de ahora, pero evoluciona como la sociedad vasca”. “Hay gente que dice que más que un partido es un movimiento, eso puede explicar lo que sucede”, agregan.

WIKIPEDIA COMMONSBatzoki de Muskiz (Vizcaya)

Otro factor que pone el valor el PNV es “que se ha demostrado eficacia en la gestión”. Esa máxima de que lo que puedan gestionar desde allí funcionará mejor. “Pero lo tenemos que hacer siempre con el acuerdo de Madrid, no desde la ruptura”, señalan. Ahondan las fuentes: “No renunciamos a lo que somos, un partido nacionalista que aspira a la construcción de un Estado vasco, pero somos conscientes de que estamos dentro de un ordenamiento jurídico, de Europa y que tampoco existe una mayoría absolutísima o rotunda”.

La gente, entienden en el PNV, precisamente valora eso: “Y más en este tiempo, que existe tanto ruido en otros puntos del Estado como en Cataluña. Los ciudadanos de Euskadi, después de los años tan duros de ETA, necesitan un poco de reposo, calma y tranquilidad. Proporcionamos esa certeza y esa seguridad”. 

El PNV se presenta como calma y tranquilidad tras los duros años de ETA y la situación de Cataluña

En este contexto encaja muy bien precisamente la figura del lehendakari y candidato a las elecciones vascas, Iñigo Urkullu, según explica Rafael Leonisio, profesor de Políticas de la UNED y antiguo miembro del equipo del Euskobarómetro. “Es el tipo de dirigente gris, aburrido, soso, serio, sin aspavientos, que gestiona bien. No quiere teatro, no es farandulero ni populista. Eso no casa con la idiosincrasia vasca”, reflexiona. Ese corte parecido al portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban. “Ese esquema, de señor serio de Bilbao, sin zarandajas, al que le comprarías un coche de segunda mano”, subraya.

En la balanza, continúa Leonisio, al PNV le beneficia que no ha habido una alternativa muy clara, “tiene muchos militantes y ha creado también una red clientelar con personas a las que le va en ello su trabajo”. Se agrega la idea de un partido “conseguidor”: sus escaños influyen en Madrid, consiguen cosas, han pactado con González, Aznar, Zapatero, Rajoy y Sánchez. “Tiene ese voto utilitarista”, añade este experto en política vasca.

Europa Press News via Getty ImagesPedro Sánchez, Andoni Ortuzar, José Luis Ábalos, Idoia Mendia y Aitor Esteban

Asimismo, explica que la sociedad vasca es más conservadora que la imagen que se proyecta: “No quiere mucho cambio, está contenta con el PNV y sigue votando”. “Aun siendo nacionalista, más que a Junts per Catalunya, se parece al PP gallego, es como muy de aquí, de defender la tierra, lo que le permite tener votantes que no son abertzales. Hay gente no nacionalista que les vota, electores medios del PP. Otra cosa es qué pasaría con ellos si se volviera a una época más estilo Ibarretxe”, agrega Leonisio.

Respecto a otros de los mitos, el politólogo considera que sí ha habido también mala gestión y corrupción como el caso De Miguel. Pero, en su opinión, logran vender que “es menos corrupción que la del PP o la del PSOE, tienen ese aura de limpieza y no tiene costes para ellos. Siguen vendiendo la moto de que no hay corrupción”.

Urkullu es un líder gris y serio al que no le gustan los teatros y los aspavientos

El único periodo en el que el PNV no gobernó, a pesar de ser el más votado, fue el comprendido entre 2009 y 2012, cuando el socialista Patxi López logró la mayoría sumando en la investidura los escaños del Partido Popular. Pero fueron unas circunstancias muy especiales, ya que la izquierda abertzale fue ilegalizada por la ley de Partidos. Para el PNV se alteró entonces la aritmética habitual del Parlamento de Vitoria: entonces sumaron socialistas y populares 38 asientos, mientras que actualmente solo tienen 18.

Pocas personas saben más de las tripas del nacionalismo vasco que su exportavoz en el Congreso Iñaki Anasagasti: “El PNV tiene 125 años de historia, ha pasado todo tipo de vicisitudes. Es algo más que un partido, es una especie de microcosmos. Nace con Sabino Arana, la voz que se alza, crea la ikurriña”.

Ahora es aconfensional, pero su raíz cristiana conecta con la sociedad vasca

“El partido ideológicamente ha sido confesional, aunque ahora no. Pero ha estado adscrito al sociocristianismo, tratar de compatibilizar ese cristianismo con una inquietud social”, retrata para dibujar ese éxito. A lo que sigue: “No nos ha importado pactar con los llamados rojos. Cuando te dicen que somos un partido de derechas… No es esto, es otra cosa”. En esos puntos a favor, continúa, está “la bandera social”: un partido que pone en marcha la renta de garantía de ingresos, por ejemplo. “Conecta muy bien -prosigue- con ese telón de fondo de la religión católica”. Apuntilla: “Es decir, Sabino Arana, cuando creó el PNV, tuvo muy claro que tenía que ir contra el carlismo pero con el crucifijo por delante”.

EFEAndoni Ortuzar en un acto con la imagen de Sabino Arana al fondo

Hay gente, señala en su análisis, que en los últimos tiempos ha cogido su papeleta sin ser nacionalista por el tema de la gestión: “No es un oasis, pero no hay escándalos vinculados al partido, sino a personas”. Luego están, comenta Anasagasti “los clichés de Madrid”: “Dicen que somos católicos, de derechas y racistas. ¡De eso nada!”. “Después del drama y la tensión que ocasionó ETA, con un PP que no defiende los intereses de Euskadi y un PSOE que está ahí, pues eso hace que la fórmula sea como la Coca Cola, no sabemos el brebaje pero la gente la consume”.

Vende buena gestión y no ha tenido nunca una alternativa fuerte

Según Anasagasti, en otros partidos la última palabra viene desde Madrid. “Pues les quita legitimidad”, reflexiona. Continúa de esta manera su radiografía: “Bildu también tiene la ilegitimidad de que en este momento quiere blanquear su pasado, todavía la gente no se lo cree, ve a Otegi”.

Fuera y dentro. El PNV también cuenta con un modelo propio de organización bicéfalo: el líder del partido no es el candidato a las elecciones y luego lehendakari. Ahora mismo la tarta se la reparten Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu: “Esa fórmula permite al partido mantener sus criterios y al Gobierno, gobernar”, consagra Anasagasti. Eso es “acertado”, pero depende “de las ambiciones” de cada uno. Rememora tiempos pasados al hilo: “El partido se dividió con Garaikoetxea y Arzaulluz. Funciona si se llevan bien o se respetan. Urkullu y Ortuzar se respetan”.

Pool via Getty ImagesImagen de archivo de Anasagasti junto a Alfredo Pérez Rubalcaba

Si en las elecciones vascas siempre gana el PNV, en 2016 se encontraron en las generales con la sorpresa de que Unidas Podemos les superó por primera vez. Una tendencia, no obstante, que no se ha repetido en las dos citas del año pasado. ¿Por? Anasagasti contesta sobre los ‘morados’: “No son ni carne ni pescado”. “No fue el efecto vasco, nadie sabía quiénes eran los candidatos. Era por Pablo Iglesias, su irrupción ante los escándalos del PP y el deterioro total. La gente dijo ‘vamos a regenerar España’. Siempre ha habido un espacio para el PCE e IU, pero creo que se va a redimensionar”.

Su experiencia vital también en el Congreso y en el Senado le sirve para dar otras pistas: “He estado 30 años. De todo el elenco del PNV que ha pasado por Madrid, ninguno se ha quedado. En cambio la máxima aspiración del PSOE, llámese Almunia, Benegas o Madina, es descapitalizar su partido aquí. O el PP, Mayor Oreja o el último ha sido Borja Sémper, se va a Madrid a vivir ricamente”.

Y en la capital también se han ganado en algunos momentos la fama de ambiguos. Anasagasti responde: “No es así, hacemos política aprovechando la coyuntura. Me hacía gracia cuando decían ‘aprenda de los catalanes’. ¡Mira dónde han acabado!”

Euskadi no es Cataluña. Y el PNV está preparado para volver a ganar.

Un año sin Xabier Arzalluz

Viernes 28 de febrero de 2020

Hace exactamente un año, falleció Xabier Arzalluz. Hace un año estalló el silencio  de su voz. Hace un año, solo un año y parecería más. En  un año se le ha recordado poco. Mucho  menos hoy, cuyo primer aniversario se recuerda en alguna red y en la esquela que su familia le ha puesto en Deia invitando a una misa aniversario en  Andra Mari de Azkoitia a las once del domingo.

Somos un país de adanes. Cuando se juega una final, los periódicos te cuentan todos los antecedentes. Cuando se muere un cantante internacional te atiborran de información que a muy pocos interesa. Y cuando se cumple un año de la muerte del político más importante que ha tenido el PNV junto a Sabino Arana, José Antonio Aguirre y Juan Ajuriaguerra, ese silencio no se rompe. Ni en Deia, periódico que fundó.

Y es que creemos que con nosotros empieza todo. Somos incapaces de reconocer méritos ajenos para ponerlos como referencia. Y Xabier Arzalluz no fue una referencia, sino la referencia. Pero parecería que no.

Dio el paso a complicarse la vida en 1968 cuando ETA comenzaba su locura infinita. Dejó una  carrera profesional promisoria bien en la Universidad, bien en el foro. Su palabra fue guía y su visión política, hoja de ruta. El EAJ-PNV no sería lo que es hoy sin Xabier Arzalluz, con todos sus defectos pero con todos sus afectos y  aciertos. Su oratoria, sus escritos, su visión de la jugada, su mano izquierda cuando tocaba, el haber sido el “perro del caserío” como le gustaba le llamaran, su presencia que llenaba todo espacio.

Me tocó trabajar codo con codo con él casi veinte años. Y me da pena que las nuevas generaciones no hayan tenido la posibilidad de conocerle y de aprender de él. Cuando  le criticaban el haber sido jesuita decía: ”¡vaya hándicap, por lo menos me ha permitido estudiar y aprender con método y rigor y me atacan como si hubiera sido un granuja. Me siento orgulloso de ello. Me preocuparía haber estado en un comando. Y las críticas me dan  igual”.

Fue diputado en el Congreso y portavoz del Grupo Vasco. Decía que había que pasar por Madrid para hacer política en Euzkadi y para darnos cuenta que España existía y que el pequeño tenía que ser inteligente. Era sabiniano y se declaraba como tal. Escribía en Deia magníficos artículos que se deberían publicar uno a uno bien cada día o  cada semana  o recogidos en un libro. No sé por qué no se hace. Creo que es por pura desidia pues están todos recopilados. Sus semblanzas, su visión europea, las anécdotas de la negociación constitucional, las reuniones con la Democracia Cristiana, los discursos del Alderdi Eguna, sus viajes, la redacción de los comunicados del EBB, sus cartas….

Antes siempre había un jelkide con posibles que financiaba estas cosas. La gente como que era más generosa. Ahora al parecer no hay nadie dadivoso con sensibilidad  que esté dispuesto a que la cadena no se rompa y queden por lo menos sus enseñanzas. La banalidad política que vivimos nos hace perder perspectiva. Y enseñanzas.

Alfonso Ussia, hace un mes le acusaba de propiciar que ETA siguiera matando para conseguir sus objetivos. Nadie se querelló contra este sujeto y se produjo un silencio sepulcral. Como cuando le atribuyen la frase del Árbol y Las Nueces. ”Unos, ETA, mata y el PNV recoge las nueces”. No fue así. Es un proverbio judío y él lo aplicó a ETA y HB. ”Unos matan y HB recoge las nueces”. Que no es lo mismo ni se escribe igual.

Pero no importa. La acusación ya es matriz y cualquiera la cambia.

Me da pena y me preocupa este silencio para una figura troncal del nacionalismo vasco que si bien pisó muchos callos, dentro y fuera, en la hora del adiós definitivo solo ría agradecerle su inmensa aportación, su entrega y su abundante cosecha.

Hace un año estalló su silencio. Son pocos los que se han enterado. Y sin embargo nos creemos merecedores del triunfo siendo incapaces tan siquiera de decir, aunque sea susurrando: Eskerrik asko Maestro!.