LAS TIENDAS DE NUESTROS PADRES  

Domingo 30 de noviembre de 2025

Mikel Ortíz de Arratia

De forma inexorable, el pasado de nuestros comercios, se va muriendo en nuestras calles.

“Tienda antigua que se cierra un pasado irrecuperable que se entierra”

Una parte del espíritu de Bilbao pasa a ser historia cuando un secular comercio tiene que echar la persiana por falta de continuidad. ¿Qué podemos hacer para que la Villa no se vaya difuminando y esfumando su pasado? Las instituciones deben pensar en medidas para paliar esa despersonalización de nuestra vida comercial tradicional y no asistir impasibles a su paulatina defunción.

¿Incentivar a los comercios que contraten jóvenes para su aprendizaje, con acceso a créditos para poder  comprarlos?

Creo que tenemos obligación de conservar las tradiciones. Nos hacen mantener la ilusión de que las sociedades son eternas. Su mantenimiento posibilita conocer de dónde venimos, cómo fuimos y por qué somos. El olor de lo antiguo nos permite revivir a nuestros padres y hace que no muramos como pueblo; por eso las instituciones tienen la obligación de impulsar y apoyar la conservación de nuestras tiendas tradicionales. Eso nos permitiría seguir siendo diferentes manteniendo nuestra personalidad y nuestro atractivo como cultura distinta.

El futuro avanza hacia la uniformidad y no es eso lo que debemos buscar si no queremos quedarnos sin raíces.

Decía G. Mahler que “la tradición no es la adoración de las cenizas, sino la preservación del fuego”. No lo dejemos apagar. Tenemos que aprender a  avanzar sin mirar atrás, pero sin perder la huella y el camino.

¡Ah! y que las instituciones piensen sobre esto: tenemos derecho a conservar nuestro  pasado. ¡Avancemos con todo!

AQUEL EMBAJADOR ALEMÁN Y LAS PERSONAS QUE SERÁN OLVIDADAS.

Jueves 27 de noviembre de 2025

Mañana se vivirá en Gernika una reconciliación histórica. No sé qué hará ni dirá  Felipe VI, hijo de un señor que sigue alabando a Franco, pero al parecer el presidente alemán tomará el hilo del presidente Román Herzog quien en 1997, cincuenta aniversario de la masacre, pidió perdón por el bombardeo de Gernika. Leyó la carta su embajador en Madrid  Henning Wegener.

Preguntan algunos que por qué tienen que pedir perdón. Pues porque es un símbolo, fue un banco de pruebas, fue el primer bombardeo a una ciudad abierta, y Picasso pintó un cuadro que se convirtió en una referencia mundial  a la hora de pedir la Paz. ¿Que ha habido otros muchos?. Por supuesto y los últimos en Palestina y Ucrania, pero éste junto a Otxandiano, Amorebieta, Durango, fueron los primeros. Y es bueno que gestos humanitarios se plasmen como pedagogía cívica.

Pero es obligatorio recordar que esta demanda es antigua.

Me acuerdo de haber solicitado una entrevista con el embajador alemán Guido Brunner, amén de decenas de preguntas e interpelaciones. El embajador me  recibió en su despacho de Madrid y cuando le propuse la iniciativa se puso de pie y gritando, si gritando, me dijo que si yo le estaba viendo con el uniforme de la  Lutfwaffe puesto. Que él no había sido piloto de la Legión Cóndor y que no le volviéramos a pedir nada parecido. Que la Alemania que él representaba nada  tenía que ver con la Alemania hitleriana.

Fue una escena muy desagradable. Me quedé planchado ante su vehemencia.

Ha pasado el tiempo y viene a Gernika el presidente alemán Frank Steinmeier, quien antes ha pedido perdón por la masacre del Gueto de Varsovia. Nada menos. Tras ésto hay mucha gente que lo ha ido trabajando para lograr la escena de mañana y me acuerdo de cuatro personas: Petra Kelly, el alcalde  Eduardo Vallejo, y un padre y una hija constantes, los Aperribai. Seguramente nadie les recordará ni invitará porque las nuevas generaciones piensan que la historia comienza con ellos.

Y no solo eso, sino  en el caso del alcalde de Gernika Eduardo Vallejo fue él quien colocó el mosaico del cuadro “Guernica” de Picasso donde ahora todo el mundo se saca una foto. En su día casi impiden su colocación diciendo que era una horterada española. Vallejo, en el acto de la primera pedida de perdón por parte del presidente alemán Roman Herzog dijo que nadie quería que los actuales dirigentes democráticos alemanes se arrodillaran, pero que esa página había que pasarla.

Y los Aperribai, la gota malaya de eésta familia, padre e hija, Emilio y Monika, que incluso hablaron con el ministro Bolaños para lograr una iniciativa como la de mañana. Pero la pelota rebotó en el frontón y ellos siguieron. Grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Petra Kelly, Eduardo Vallejo y los Aperribai pusieron su grano para el gran acto de mañana.