La gran diferencia entre Roca y Arzalluz

Viernes 1 de noviembre de 2013

Siempre he dicho que Miquel Roca es un magnífico parlamentario, pero un pésimo político. Hijo de un dirigente e Unió, no nos echó ninguna mano cuando hubo que negociar la Constitución ni a la hora de tener grupo parlamentario propio en 1977. Se nos excluyó de la ponencia constitucional y él desechó la figura del Concierto porque «no hay nada más odioso que la recaudación”. Arzalluz y su equipo dieron la batalla y se logró la devolución del Concierto para Gipuzkoa y Bizkaia en 1980. Catalunya está como está por culpa de una mala negociación en 1978. Los socialistas de Raventós no hicieron nada y Roca menos.

Y la diferencia está en que Roca, tras una llamada del rey, aceptó ser el abogado defensor de una señora corrupta como Cristina de Borbón. Por algo le llamó su padre a Roca. Sabe que es un tipo con pocos principios y que siempre juega a dos barajas. Arzalluz jamás hubiera aceptado ser abogado defensor de una señora tan corrompida y de una familia tan poco real.

Pero todo tiene su precio y ese doble juego roquista en la derecha cavernaria no gusta y por eso le han salido respondones. Nada menos que el ABC le ha dedicado la portada con este llamativo titular: «Roca, un padre de la Constitución contra España». Al parecer ha defendido en el Parlamento catalán la celebración de una consulta. ¡Honor!

ABC dedicó este jueves portada, editorial y dos páginas de interior a acusar a Miquel Roca, ponente de la Constitución, de “ir contra España” por unas afirmaciones que hizo el exdirigente de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), hace una semana, a favor del derecho a decidir de los catalanes. El diario monárquico carga toda su artillería contra el abogado de la infanta Cristina en el caso Nóos, y le atribuye una “temeraria embestida contra el orden constitucional”.

Lo que ABC recrimina a Roca

El diario recrimina a Roca, una de las voces más melifluas del nacionalismo catalán, que dijera claramente que “no hay ningún valor en la Constitución que impida escuchar lo que quiere la voz del pueblo” y que le “irrita” que le discutan que “Cataluña sea nación. ¿Pero qué se han creído? Digo que soy nación”, reafirmó el exnúmero dos de Jordi Pujol, que defendió que “el modelo constitucional está agotado” y que “es legítimo sustituirlo por otro que libremente elijan los catalanes”. Para una vez que dice algo sensato le crucifican los que se sienten traicionados.

Roca ha manifestado su opinión como experto sobre la ley de consultas populares que tramita la Cámara catalana, el verano pasado, y por segunda vez, el 15 de octubre, ante la Comisión de Estudio del Derecho a Decidir. Sorprende que ABC recuperara el jueves sus palabras para su ofensiva antiRoca, una semana después.

De padre de la Constitución a padrino de los nuevos convergentes

ABC, que usa para su portada el retrato de Roca que cuelga en la Sala Constitucional del Congreso como ponente de la Constitución, recuerda que “hubo un tiempo en que los convergentes moderados eran llamados “roquistas” en alusión al perfil pragmático del exsecretario general de CDC”, pero esto es algo que ha cambiado según el periódico monárquico y cada vez más de extrema derecha y ahora Roca se dedica a “ejercer de padrino jurídico del proceso de transición nacional de las nuevas generaciones convergentes” desde “su exclusivo despacho Roca Junyent Abogados Asociados”.

Argentina quiebra la impunidad franquista

Jueves 31 de octubre de 2013

Tras más de setenta años, mu­chos mayores siguen sin atreverse a hablar en voz alta de asesinatos, robos y humillaciones. Muchas hijas continúan sin saber, respetando silencios y equiparando causas. Muchos nietos han decidido que esas historias no tienen nada que ver con ellos. Pero otras muchas personas, de todas las edades y desde muchos puntos del mundo, sienten estos días que tal vez ahora sí que ha llegado el momento, que al franquismo se le ha terminado la impunidad y que las vidas que han alimentado tantas novelas van a saltar de las páginas al banquillo.

A mediados de septiembre, la jueza argentina María Servini de Cubría pidió, a través de la Interpol, la extradición de cuatro altos funcionarios policiales y de la Guardia Civil, en la causa abierta en ese país para juzgar los crímenes del franquismo. Unos días después, Argentina habilitó sus consulados en todo el mundo para que puedan recibir denuncias de las víctimas.

Han pasado más de tres años desde que esta enorme causa se abrió en Argentina. La hemeroteca no sabe mentir y nos recuerda nuestra tozudez: «La puerta que ha abierto la justicia argentina viene a aliviar la vergüenza que nos producía a tantas y tantas personas pensar que el Estado que había logrado extraditar a Pinochet no era capaz de condenar por crímenes contra la humanidad a ningún ‘Scilingo franquista”.

En esas fechas ya había comenzado el calvario del juez Baltasar Garzón, contra quien en primer lugar presentaron una querella varios grupos ultraderechistas. Por las mismas fechas, y por aplastante mayo­ría, el Congreso español limitó la jurisdicción universal ante, como se carcajeó cierta prensa fascista, «los excesos de los jueces estrella» (es decir, limitaron procesos judiciales como los emprendidos por crímenes de genocidio y torturas cometidos en Argentina, Chile, Guatemala y El Salvador). En febrero de 2012, tras otras querellas por prevaricación y/o cohecho, Garzón quedó expulsado de la carrera judicial; mientras los viejos poderes, las mismas familias (ahora en la élite política, ahora en la económica, ahora otra vez en la política) brindaron y rieron pensando que en verdad había quedado todo atado y bien atado.

Está costando tanto, tanto, que en el camino seguimos perdiendo irrecuperables testimonios vivos. Ahora vuelven a llegarnos fuerzas para desatar estos terribles nudos de desmemoria, poner nombres y apellidos a los verdugos y contar muy alta esta historia de humillaciones, ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales, violaciones, trabajos forzados, asesinatos, robos de niños, robos de tierras… No han prescrito.

 

El PSOE es culpable que Franco siga en el Valle de los Caídos

Miércoles 30 de octubre de 2013

Parece que ahora el PSOE quiere congraciarse con el sentido común y la democracia al plantear una iniciativa que nosotros hemos presentado un millón de veces. Sacar a Franco del Valle de los Caídos.

No nos olvidemos que en 35 años no han hecho absolutamente nada más que seguir al pie de la letra eso de que hay que mirar al futuro y meter la basura bajo la alfombra. Es más. Fue Ramón Jáuregui como ministro de la presidencia quien no remató la faena de la comisión de expertos de que Franco fuera enterrado en un panteón familiar. Él es, entre otros muchos, con Felipe González, Rodríguez Zapatero y Pérez Rubalcaba los grandes culpables de que esa ignominia siga ahí, como recuerdo de un golpe militar y de un genocidio, en un lugar construido además con el sudor y la sangre de los presos republicanos y nacionalistas.

Y es que al PSOE le sigue preocupando mucho el avance de IU en la encuestas. Hoy lo vuelven a demostrar robándole al grupo de Cayo Lara otro clásico: Franco.

Los socialistas acaban de registrar una iniciativa parlamentaria que pide que se exhumen sus restos para «entregárselos a su familia o trasladarlos a un lugar más adecuado». El objetivo es convertir el Valle de los Caídos en un espacio para el reencuentro y la cultura. Es decir, recogen las conclusiones de los expertos a los que Zapatero encargó al final de su último mandato un informe sobre qué destino darle al monumento y que Ramón Jáuregui dejó sin cumplir.

Han pasado dos años desde que se presentó aquel documento y ni Franco ni el Valle de los Caídos parecen haber vuelto a las prioridades socialistas y ahora el PSOE lo repesca porque las encuestas achuchan, y en política, los gestos son necesarios.  La iniciativa es poco más que eso porque el formato -una proposición no de Ley a debatir en la Comisión Constitucional- no augura más recorrido. Los votos en contra, al menos del PP, cerrarán el debate en poco más de media hora.

A principio de mes el PSOE hacía otro guiño al electorado de izquierdas: pedía que la Casa Real explicase en el Congreso en qué se gasta el dinero de los Presupuestos al igual que hacen cada año otras Instituciones del Estado. Los votos del PP impidieron que la propuesta prosperase, pero además su portavoz, Alfonso Alonso, reprochó a los socialistas la contradicción que suponía pedir explicaciones sobre las cuentas a la Casa del Rey tan solo unos días después de votar en contra de la Ley de Transparencia, que ya obliga a la casa real a hacer públicos sus gastos.

Si el PSOE, la SER, El País, y toda la progresía democrática cogiera de verdad esta bandera, Franco duraba allí dos minutos. Pero esto es tan solo un saludo a la bandera.