El pasado sábado 10 de setiembre acudí a la cita que el BBB nos había puesto en Gernika. A las 11,30 en el batzoki. Allí nos juntamos los alcaldes de la zona con Unai Rementeria al frente, los concejales del PNV de Gernika y fallecido Dunixi Abaitua y Miguel Ángel Aranaz no fue, fueron los ex alcaldes Juan Luis Zuzaeta y Eduardo Vallejo. Esa semana se había denegado en el Senado y por enésima vez la posibilidad del traslado del cuadro «Guernica» de Pablo Picasso a la Villa Foral o al Guggenheim. Los bocetos habían estado expuestos en el Museo de Gernika pero al cuadro se le niega el traslado con la argumentación de su delicado estado de conservación. En el siglo XXI cuando el hombre va y vuelve de la luna, se hacen operaciones de trasplantes y se cambia la Constitución en una semana, no se puede trasladar, debidamente acondicionado un cuadro. Algo que no se lo cree ni el que asó la manteca.
De allí nos fuimos a la cerámica del “Guernica” que en tiempos del alcalde Vallejo se colocó en una gran pared. Saludamos al alcalde Gorroño que se extrañó de tan masiva presencia del PNV y aunque solo quería él que estuvieran allí los concejales nos pusimos todos detrás suyo. Abrió el acto, reivindicó el cuadro, otras dos concejalas de Bildu intervinieron y cerró él y Luís Iriondo, superviviente de la masacre y hermano del jugador del Athletic, Rafa Iriondo de 92 años. Lo hizo corto y claro. Dijo que no era comprensible que si Picasso había dicho que el cuadro volvía se radicara en España cuando volviera la República, su lienzo lo habían llevado al Reina Sofía.
Luis Iriondo ha escrito un libro de su vida que me comentó se está vendiendo muy bien y en donde habla de toda aquella tragedia.
Con Eduardo Vallejo y ante el Burukide Rementería, alcaldes y concejales relatamos las veces que desde el primer momento que el cuadro pisó Madrid hace ahora treinta años, hemos hecho y de cómo estuvimos a punto de conseguirlo en tiempos de Aznar, con lo que la excusa de su fragilidad nadie la cree, siempre y cuando se le trate con delicadeza. Asimismo de como logramos que Solana en sus tiempos de ministro de cultura, en lugar de traer el cuadro, nos pagó la escultura de Henry Moore que está allí al lado de la de Chillida y de como, gracias a las distintas negativas, íbamos logrando llenar el gran Parque con esculturas pioneras de artistas internacionales. Teníamos hablado una de Richard Serra y otra, con Carmen Alborch encargada expresamente a Fernando Botero que se llamaría «La Paloma con Botas», en alegoría a la paz. La ministra que negociaba con Botero la adquisición de varias obras para Madrid y los aeropuertos tenía un presupuesto de cien millones y el artista le pedía 150, por lo que Carmen Alborch nos pidió encargáramos nosotros la obra porque de esta manera se ahorraba los cincuenta millones de pesetas de la época. Unos seiscientos mil euros. Pero estando en eso, Felipe González disolvió las Cortes y ahí quedó el proyecto. Una buena idea truncada.
El año que viene se cumplen 75 años del bombardeo, no solo de Gernika sino de Otxandio, Durango, Amorebieta y demás. Veremos si se logra algo de lo dicho. Pero todo eso dependerá del resultado del 20 N. De momento “La Paloma con botas”, espera su oportunidad.