Acabo de llegar de Caracas

http://www.youtube.com/watch?v=–Dy8utproE

Y por lo tanto tengo jet lag. El avión, en lugar de salir a las 4,30 de la tarde de ayer, salió a las nueve y media. En esas cinco horas, fuimos al pueblo de Maiquetia a comer unos tequeños y lomito y, en eso estábamos, cuando nos avisan de que a Iturgaiz no le dejaban salir. Había hecho unas declaraciones sobre Chavez y éste le había mandado a su servicio de inteligencia que le metió en una sala a este eurodiputado y le adoctrinó sobre la «revolución bolivariana». No creo que Iturgaiz esté por la labor.
Al fin le dejaron salir y nosotros decidimos salir de una inmensa sala de protocolo que tenía el aire acondicionado a cero grados y nos instalamos en una sala de la compañía Santa Bárbara donde nos tragamos casi toda la rueda de prensa de Hugo Chavez desde el salón Ayacucho del Palacio de Miraflores. Sicodélica. Ente los periodistas estaba la corresponsal de ETB, persona muy sesgada en sus informaciones y que nos ignoró olímpicamente.
Y ahí estaba Chavez, que no había celebrado la víspera su proclamada victoria 24 horas después, ni usado el «balcón del pueblo» del Palacio de Miraflores. No las debía tener todas consigo como parecía dar a entender viendo esa rueda de prensa. Chandal con la bandera venezolana, cuadro de Bolivar, todo el gobierno en su mesa con camisa roja, y tono desafiante y bastante chulesco propio de un militar en su cuartel arengando a su tropa, tratando de demostrar que había ganado las elecciones en votos y en curules (escaños). Y dos noticias: «Si la oposición se atreve que no espere otros dos años a las presidenciales sino que me presente el referéndum revocatorio. Y, la segunda, fue la directa amenaza a que «el joropo ha empezado y que se compren las alpargatas». El joropo es el baile típico venezolano. Algo así como decir: «El aurresku ha comenzado y que se aten los machos». ¿Por qué lo dice?. Porque hasta el 5 de enero, la Asamblea venezolana no se renueva y puede hacer y deshacer todavía a su antojo. Hasta convocar una constituyente. De ahí el peligro de esta transición.
¿Algo bueno? Sí. Hace cinco años también estuve, la oposición no se presentó porque no queria legitimar a Chavez y no se fiaba de su sistema electrónico de votación. Cinco años después, no hay debate sobre el sistema de votación y la oposición se ha presentado unida.
¿Algo malo? Chavez ha hecho una nueva ley electoral para favorecer los resultados del chavismo. Con menos votos se pueden sacar más diputados. Y,un ventajismo oficialista en los medios apabullante. Lo tienen hasta en la sopa. La oposición tenía cientos de caras y ojos, es decir, de los 162 candidatos. El chavismo solo una: Hugo Chavez en unas elecciones no presidenciales sino a la Asamblea.
¿ Incognitas? Todas. Saber si Chavez va a leer bien los resultados de una oposición unida, que ha sacado cabeza, que ha estado en todas las mesas electorales y que tiene líderes solventes que no predican el odio. Pero ahí está un Chavez que por la rueda de prensa que dio, puede tratar de acelerar su revolución bolivariana que sólo ha llevado a Venezuela inseguridad, recesión, odio entre clases, presencia cubana en el territorio, compra de armas, paseos de las FARC  por terrritorio venezolano, ineficacia y cierre de medios de comuniación. ¿Algo bueno? Algo, pero eso se puede hacer con el diálogo y la democracia. Para reparrtir riqueza, primero hay que crearla y Venezuela hoy está en recesión y sufriendo una inflación de caballo que a quien más golpea es al de abajo.
Acabo de llegar y seguiré hablando de esta experiencia tan interesante.

Me voy a Caracas

Salgo para Caracas, capital de una Venezuela en elecciones legislativas. Estuve hace cinco años. En aquella oportunidad la oposición se negó a participar. En esta va toda la oposición unida. Veremos.

Me invita el Consejo Nacional Electoral Venezolano. No estaré por tanto en el Alderdi Eguna. Contaré lo que he visto.

La invitación es ésta:

Carta de invitación del Consejo Nacional Electoral Venezolano

Un café con leche con Artur Mas

El lunes, la embajada chilena en Madrid, celebró el bicentenario de la independencia de su país. Mucha gente en el jardín de la residencia del embajador, Sergio Romero, que siempre que me ve me  recuerda que su mejor educación se la dio el escolapio  vasco P. Azanza, era quien recibía en la entrada con todo su personal. Sergio Romero, en su calidad de presidente del senado chileno fue quien logró en su día que el lehendakari Ibarretxe tuviera un sitio preferente en el acto de la toma de posesión de la presidenta Bachelet. La embajada española en Santiago no había hecho nada.

 Estuvimos Joseba Zubia y yo y saludamos a chilenos, al alcalde de Alcobendas del PP, ya que la residencia está en ésta localidad, a Iratxe Madariaga y su hermano, hijos de  Anton Madariaga que fuera directivo de Petronor, presidente de la Cámara de Comercio de Bilbao y alcalde de Plentzia, asçi como al cónsul honorario chileno en Euzkadi. El embajador nos hizo  bromas sobre el momento político que vivimos como partido, inédito en nuestra historia. La verdad es que si. Todo un gobierno con el agua al cuello y nosotros negociando lo que nos han negado en treinta años, es de nota.

 Y el martes, día de plenos, interpelaciones, preguntas, mociones, negociaciones, empezó con un desayuno de Artur Mas. Estuve en una mesa entre la secretaria general del ministerio de Fomento y Eduardo Serra, ex ministro de Aznar. Y resistí la tentación. Había unos cruasanes  y sandwichitos que me lanzaban mensajes muy difíciles de eludir, pero a todos les dije que no, y me quedé con un café con leche.

 A Mas le presentó Duran, el portavoz de CIU. No es lo usual y refuerza el mensaje de unidad que quieren proyectar, base de su éxito, ante un gobierno tripartido del PSC, ERC e ICV que hace agua por todas partes.

 Cree que la sociedad catalana ve el cambio y lo considera factible, aunque ellos no deban dormirse en esos laureles porque el común catalán quiere levantar el país. Esos fueron los ejes de su intervención junto al análisis de la relación Catalunya-España.

 Recordó como Felipe González había dicho una noche electoral aquello de la dulce derrota, pero él le daba la vuelta a lo que le había pasado en dos ocasiones con aquellas amargas victorias. Había ganado, pero no le habían dejado gobernar.

 Propiciaba la creación de un solo gobierno y no de tres embarullado y con malas vibraciones frente a uno que le diera seguridad al ciudadano, sin broncas y sin tensiones añadidas.