Ayer viernes 15 de octubre, poco después del acuerdo, que se logró a las tres y veinte de la tarde, el presidente del EBB, Iñigo Urkullu nos envió a diputados y senadores este breve mensaje en euskera:
«Madril-en lan egin behar duzuen arren Euzkadiren alde lan-egiten duzue zorionak guztioi. Besarkada bat!. Iñigo Urkullu».
Previamente y sobre todo desde su almuerzo el 12 de octubre en Moncloa con Zapatero, habíamos tenido puntual información de ese complicado tramo final de la negociación siempre tan difícil y con tantos focos encima.
Y ayer viernes tuvimos Asamblea Nacional a la noche en la que no solo estaba contento y diciendo que era un gran día para el PNV, sino que pidió un aplauso para diputados y senadores que en Madrid tenemos que hacer posible que el acuerdo llegue a buen puerto.
En mi larga experiencia parlamentaria no habíamos tenido nunca una oportunidad como ésta. Siempre la primera dama en el baile era CIU. Nosotros la segunda y a veces, hasta la tercera. La coyuntura de las elecciones catalanas el 28 de noviembre nos ha colocado en esa primera posición que lo mismo da que tengas uno, seis o 26 parlamentarios. Si el partido que sostiene en Madrid al gobierno te necesita en ese momento esos votos se convierten en oro. Y eso es lo que ha ocurrido.
Ante esta situación podíamos haber optado por hundir a Zapatero. Su falta de credibilidad, sus bandazos, la faena de haber pactado en Euzkadi con el PP para desalojarnos de Ajuria Enea, el desgate de apoyar en Madrid a un partido dando boqueadas y la presión del PP nos podían haber llevado a esa situación. Sin embargo decidimos negociar y aprovechar la coyuntura. La alternativa era una mayoría absoluta del PP, situación que a ningún partido nacionalista le gusta vivir esa terrible e ineficaz tensión. La vivimos últimamente, de 2000 a 2004 con Aznar y nos vacunó. Por otra parte el PP ha sido muy romo a la hora de buscar apoyos en otros partidos. Su prepotencia le ha aislado aún más. Podrán puntuar en las encuestas, pero van a tener que aguantar año y medio chupando banquillo y criticándolo todo y eso en política es letal porque en año y medio pueden ocurrir dos cosas: que se peleen entre ellos aún más y que Zapatero, si mejora la economía, vuelva a sacar cabeza a nada que haga los deberes. Y le vamos a ayudar a que los haga. Incluso para el fin de la violencia nos interesa ese escenario y no el de un PP desatado como está. El presidente del gobierno español, creo, ha aprendido algo de lo que ha vivido en este último año.
Recibimos los aplausos de la Asamblea con agradecimiento pero sabiendo que hay que estar en los sitios para aprovechar la coyuntura y que el éxito no es nuestro, sino el de tener presencia en Madrid y demostrar que el voto útil para cualquier vasco es el PNV. Porque barremos para casa, no para el PNV y porque los votos del PP y del PSOE van a toda España, y no a Euzkadi.
Estamos pues de enhorabuena. El estatuto debería haberse desarrollado de otra manera porque es una ley orgánica de obligado cumplimiento, pero las cosas son como son y no como deberían ser. De ahí que haber negociado y logrado semejante acuerdo es un éxito para Euzkadi, para toda Euzkadi, incluso para Patxi López.