Aquel Aberri Eguna en Iruña

Martes 26 de marzo de 2024

Se  trata de un cartel hecho en Caracas y en colores para el Aberri Eguna de 1967. Fue un Aberri Eguna con cargas policiales. Una de ellas, en la Plaza del Castillo, aparece en la película “Los Hijos de Gernika”. La filmó desde un piso, Joseba Leizaola. Era el franquismo y EGI sacó este poster. Años muy duros. El EAJ-PNV en el Gobierno Vasco en el exilio proponía los lugares a reunirse para la reivindicación vasca, la denuncia del régimen y que la llama no se apagase. El PSE, presente  en el Gobierno Vasco, respaldaba el acuerdo. Lo hizo hasta 1979.

Y recuerdo otro Aberri Eguna que se tenía que celebrar en 1976 en Iruña. Franco había fallecido en noviembre de 1975 y el Gobierno vasco había hecho un gran llamamiento. Iba a ser un pulso contra la estructura de la dictadura que iba a ser impresionante. El mundo nos observaba.

¿Pero qué pasó?. Lo de siempre. ETA secuestró y asesinó a sangre fría a Aingeru Berazadi, vino el estado de excepción y todo se fue al garete.

No estaría mal que las convocatorias de los Aberri Eguna fueran itinerantes y que Iruña fuera de nuevo elegida como sede. Tiene mucha historia por detrás.

Obsérvese el dato en el cartel donde se pedía sintonizar Radio Euzkadi. Transmitía desde Venezuela  todos los días.

Ya sé que todos esto es pasado y que ahora lo importante es si va a hacer buen tiempo en nuestras vacaciones primaverales. Pero el día de la Patria Vasca tiene que seguir celebrándose.

Cuando Pujol renunció al cupo vasco: «Ellos eran los expertos y nosotros, los aldeanos»

Lunes 25 de marzo de 2024

Suárez ofreció a la Generalitat tener un sistema de financiación similar al vasco, pero fue rechazado. «No hay nada más odioso que la recaudación, que recaude Madrid», defendió Miquel Roca, dice El Confidencial.

«Ellos pasaban por ser los grandes expertos y cerebros de la política. Nosotros, aldeanos que no sabíamos de política y reclamábamos antiguallas». La negociación del nacionalismo vasco con el Gobierno de Adolfo Suárez en 1980 para la restitución del concierto económico y el cupo no fue fácil y la posición de CiU, que se empeñaba en tildar de «antigualla» el modelo de financiación que peleaban los colegas de Euskadi, terminó «indignando» al PNV

Los catalanes, aunque luego se han arrepentido y reclamado en varias ocasiones el mismo sistema, la última vez ERC esta semana, no tenían entonces ningún interés. «No hay nada más odioso que la recaudación, que recaude Madrid», llegó a decir Miquel Roca

La indignación de entonces ha vuelto a prender esta semana en el PNV. El protagonista ha sido otro, ERC, pero el objeto ha sido el mismo, el modelo de financiación vasco. El president y candidato de los republicanos a la Generalitat, Pere Aragonès, presentó su propuesta para que Cataluña pueda recaudar y gestionar todos los impuestos, es decir, un concierto económico y cupo a semejanza del que tiene Euskadi. Los jeltzales no cuestionan que otro partido o comunidad reclame el mismo modelo, lo que no admiten es que se les tache de insolidarios, que es lo que hizo Esquerra. «En el modelo vasco, la aportación a otras comunidades es casi inexistente», aseveró la consejera de Economía de Cataluña, Natàlia Mas, durante la presentación de la propuesta, y de ahí, según defendió, que ERC incluyese en su modelo la creación de un fondo de solidaridad para las «comunidades de menor capacidad fiscal». La insinuación enervó al PNV, que rápidamente saltó para exigir a ERC «respeto». «No admitimos que se sugiera que somos insolidarios», advirtió el candidato de los jeltzales a lehendakari, Imanol Pradales.

También el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, respondió a través de sus redes sociales para rebatir los argumentos de Esquerra. La aportación de la comunidad a las cargas generales del Estado es del 6,24%, un porcentaje superior al volumen de población de la comunidad y al PIB de la misma, argumentó el PNV. Además, remarcaron ambos, la comunidad participa en el Fondo de Compensación Interterritorial. El choque no es nuevo y, más allá de los vínculos que puedan exhibir el nacionalismo vasco y el catalán, o los fuertes lazos que en su día tejieron el PNV y CiU, ahonda en una grieta nunca resuelta y recurrente siempre que ERC o Junts sacan a colación la articulación de un nuevo modelo de financiación para Cataluña.

Por qué Pujol no quiso el cupo

Las tensiones con Miquel Roca, recuerda Iñaki Anasagasti, no solo se limitaron al concierto económico. También a la negociación de los respectivos estatutos y por el empeño del que fuera padre de la Constitución en crear un grupo vasco-catalán del que él fuera el portavoz. Pero la espina más significativa es la del modelo de financiación. Pedro Luis Uriarte capitaneó la delegación vasca que negoció con el Gobierno de Suárez la restitución del concierto económico para Vizcaya y Guipúzcoa, las «provincias traidoras» a las que Franco levantó la prerrogativa en 1937 mientras mantuvo la singularidad de Álava y el convenio navarro, y recogió en uno de sus libros cómo el Govern de Pujol rechazó tener un modelo similar al de Euskadi.

En El concierto económico vasco: una visión personal, Uriarte rescató una reunión celebrada en 1980 en la que además de él, entonces consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, participaron el ministro de Hacienda, Jaime García Añoveros, y el consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat, Ramón Trias Fargas. En el encuentro, Añoveros «realizó un ofrecimiento explícito» al conseller para que Cataluña «pudiera tener un régimen de financiación diferenciado, similar al del concierto», explicó en el libro. Y a continuación enumera las tres razones que esgrimió el representante de la Generalitat para rechazar la propuesta.

La primera: «Al conseller de Economía y Finanzas le parecía que políticamente podía resultar inconveniente el hecho de que entre las primeras tareas a desarrollar se encontrara la recaudación de impuestos, actividad que no siempre es bien recibida por los ciudadanos». La segunda razón fue de cariz económico: «El conseller tomó en consideración la grave situación que entonces todos padecíamos.

 En estas condiciones, asumir el riesgo que conllevaba el concierto económico no le pareció nada conveniente». Uriarte se refiere al hecho de que no cuentas con el respaldo del Estado si, por ejemplo, no puedes hacer frente a tus deudas. Y la tercera: «Trias Fargas estaba convencido de que para Cataluña era mejor tener un sistema de financiación que, aun dependiendo del Estado, permitiera sacar más recursos negociando con el mismo». Pujol, sin embargo, en un acto celebrado por el periódico Ara en 2021, aseguró que pidió a Suárez un concierto económico y que la respuesta que obtuvo del entonces presidente del Gobierno fue que el Estado no podía permitirse excluir a Cataluña del sistema de financiación autonómica porque «se desequilibraría todo

A lo que Uriarte replicó en redes sociales con la reunión que cita en su libro: «En contra de lo manifestado por el Sr. Pujol, en el verano de 1980 se le ofreció en mi presencia un Concierto a Cataluña, cuando negociábamos el nuestro, y lo rechazó, por una serie de razones que he explicado en libros que he publicado. Esa es la verdad”.

Anasagasti remarca además que 1980 fue muy difícil para Suárez. Fue el año de la moción de censura de los socialistas, la situación económica era delicadísima, ETA mató a 91 personas y la amenaza de un golpe de Estado latía con fuerza. Los diputados y senadores del PNV se ausentaron durante varios meses de las Cortes. Fue la forma que encontraron de expresar su malestar por varios asuntos, entre ellos, el estancamiento de las negociaciones por el concierto económico. Los nacionalistas boicotearon además una visita oficial de Suárez a Euskadi. Tenía programada una comida en la Diputación de Vizcaya, pero el entonces diputado general, José María Makua, se ausentó. “Suárez se lo tomó como un feo. En realidad lo fue. Quisimos que se diera cuenta de que no estábamos para bromas. De hecho, antes de emprender regreso a Madrid ya dejó entrever que estaba dispuesto a hacer algo por mejorar nuestras relaciones”, apuntó Xabier Arzalluz en Así fue, sus memorias. Finalmente, las negociaciones se recondujeron y el PNV logró lo que tanto ansiaba. “Solamente cuando estuve dispuesto a dimitir, abordé la devolución del concierto económico para Vizcaya y Guipúzcoa”, confesó el propio Suárez a Anasagasti y al socialista Txiki Benegas tiempo después en el Palacio Real.

El Confidencial

Cuando la muerte es un Don – Las esquelas de Neguri

Domingo 24 de marzo de 2024

Lógicamente esta esquela ha aparecido este domingo en el Correo. Curiosamente no en Deia. No es su periódico. Siguen igual. Por eso traigo aquí lo escrito por Mikel Ortiz de Arratia con su perspicacia:

Decía Lamartine que “a menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd”. Y, a veces, podemos hoy afirmar, dos clases sociales en la misma esquela, lo cual nos dice más de los vivos que de los muertos.

Hoy, se ha publicado la esquela por el fallecimiento de Don Tomás de Zubiría y Uhagón, miembro de una de las familias nobiliarias (Condado de Zubiría, desde Alfonso XIII), empresariales y distinguidas de Neguri, zona de Getxo donde la crema social de Bizkaia tiene su mayor acomodo.

Lo reseñable socialmente de esta esquela es que contiene 22 familiares citados y, curiosamente, todos precedidos del “Don o Doña” señorial.

El único citado “menos señorial” es “Don Manolo”, sobrino y único que figura como fallecido. Pero lo más extraordinario, desde un punto de vista social de clase es que al final del texto figuran los que se suponen que son los empleados domésticos (2 hombres y dos mujeres), los cuales resulta que ninguno aparece precedido del “Don o Doña”.

Dicen que la muerte no existe, que la gente solo muere cuando la olvidan. En algunos casos, como en este, con esta esquela nadie olvidará que los últimos de la lista no llegaron para los Zubiría ni a Don ni a Doña.

Sin embargo, no olvidemos que, al final, la muerte, ese gran rasero, igualará a Agamenón y a su porquero.