Jueves 27 de noviembre de 2025
Mañana se vivirá en Gernika una reconciliación histórica. No sé qué hará ni dirá Felipe VI, hijo de un señor que sigue alabando a Franco, pero al parecer el presidente alemán tomará el hilo del presidente Román Herzog quien en 1997, cincuenta aniversario de la masacre, pidió perdón por el bombardeo de Gernika. Leyó la carta su embajador en Madrid Henning Wegener.
Preguntan algunos que por qué tienen que pedir perdón. Pues porque es un símbolo, fue un banco de pruebas, fue el primer bombardeo a una ciudad abierta, y Picasso pintó un cuadro que se convirtió en una referencia mundial a la hora de pedir la Paz. ¿Que ha habido otros muchos?. Por supuesto y los últimos en Palestina y Ucrania, pero éste junto a Otxandiano, Amorebieta, Durango, fueron los primeros. Y es bueno que gestos humanitarios se plasmen como pedagogía cívica.
Pero es obligatorio recordar que esta demanda es antigua.
Me acuerdo de haber solicitado una entrevista con el embajador alemán Guido Brunner, amén de decenas de preguntas e interpelaciones. El embajador me recibió en su despacho de Madrid y cuando le propuse la iniciativa se puso de pie y gritando, si gritando, me dijo que si yo le estaba viendo con el uniforme de la Lutfwaffe puesto. Que él no había sido piloto de la Legión Cóndor y que no le volviéramos a pedir nada parecido. Que la Alemania que él representaba nada tenía que ver con la Alemania hitleriana.
Fue una escena muy desagradable. Me quedé planchado ante su vehemencia.
Ha pasado el tiempo y viene a Gernika el presidente alemán Frank Steinmeier, quien antes ha pedido perdón por la masacre del Gueto de Varsovia. Nada menos. Tras ésto hay mucha gente que lo ha ido trabajando para lograr la escena de mañana y me acuerdo de cuatro personas: Petra Kelly, el alcalde Eduardo Vallejo, y un padre y una hija constantes, los Aperribai. Seguramente nadie les recordará ni invitará porque las nuevas generaciones piensan que la historia comienza con ellos.
Y no solo eso, sino en el caso del alcalde de Gernika Eduardo Vallejo fue él quien colocó el mosaico del cuadro “Guernica” de Picasso donde ahora todo el mundo se saca una foto. En su día casi impiden su colocación diciendo que era una horterada española. Vallejo, en el acto de la primera pedida de perdón por parte del presidente alemán Roman Herzog dijo que nadie quería que los actuales dirigentes democráticos alemanes se arrodillaran, pero que esa página había que pasarla.
Y los Aperribai, la gota malaya de eésta familia, padre e hija, Emilio y Monika, que incluso hablaron con el ministro Bolaños para lograr una iniciativa como la de mañana. Pero la pelota rebotó en el frontón y ellos siguieron. Grano no hace granero, pero ayuda al compañero. Petra Kelly, Eduardo Vallejo y los Aperribai pusieron su grano para el gran acto de mañana.



