Miércoles 29 de marzo de 2023
Aparece hoy en El Mundo un titular llamativo.»Urkullu con la República y el derecho a decidir». Solo le ha faltado añadir «¡hasta donde vamos a llegar!”.
El patio español pues está alborotado porque en el Parlamento Vasco PNV, Bildu y Podemos han presentado una iniciativa en favor de la República y del Derecho a Decidir. Saldrá, aunque, de momento no tendrá la menor posibilidad de lograr su cometido. Ya se sabe. Mientras los partidos vertebradores de España sigan manteniendo ese artificio que es la monarquía con un rey padre en Abu Dabi, por su corrupta conducta nada ejemplar, aquí no se moverá nada.
Están pues escandalizados. No se escandalizan por otras cosas, que son mucho peores.
Pongámonos en los zapatos de un español que no ve mal al rey dando la mano y tocando un cajón en Cádiz. Normal. Lo malo es que su acriticismo hacia la monarquía es muy llamativa. Y lo argumento. Lo mismo por parte de una intelectualidad española inexistente.
Se olvidan estos monárquicos que la monarquía, además de ejemplaridad requiere utilidad. ¿Para qué sirve?. Desde luego no para proteger los idiomas cooficiales que según la Constitución española son un patrimonio que requiere especial respeto y protección. Pues para Felipe VI, que manda a su hija a aprender a ser una buena militar y no los idiomas cooficiales, no hay más idioma en la piel de toro que el del Cid. Como buen Borbón, se trata de un rey castellano, que es lo que se exige en Madrid.
Y ponemos el ejemplo de estos días.
Felipe VI en Cádiz, en el Congreso de la Lengua, la castellana por supuesto y con exclusión de los demás dijo que «el Siglo XXI debe ser el siglo del español». Pues muy bien. Luego se puso a tocar en un cajón y esa ha sido la gran noticia. Puro vacío existencial y pura inutilidad.
No creo que al español le haga falta ningún apoyo adicional. Goza de espléndida salud. No es el caso del gallego, el euskera y el catalán, perseguidos por una dictadura que le entronizó a su padre, y que el hijo no hace nada para que se recupere el tiempo perdido.
De ahí que eso de la República y el derecho a decidir no está nada mal pues, sin lugar a dudas, este sistema se ocuparía más de las lenguas cooficiales que este señor y su inefable esposa. Si por un casual, estos buenos monárquicos vascos esperaban algo de este caballero almidonado, que lean el discurso que acaba de pronunciar en Cádiz.
Por eso el Parlamento y Gobierno Vasco siguen trabajando para superar el destrozo que nos hizo la dictadura.
Los gobiernos de Euskadi (incluida Navarra)i, Baleares, Valencia, Cataluña, y Galicia, que forman la comisión de seguimiento del Protocolo de colaboración en materia de política lingüística, han acordado este martes dirigir un escrito a las principales plataformas audiovisuales sobre la importancia de la diversidad lingüística en su contenido.
Según ha informado la Conselleria de Fondos Europeos, Universidad y Cultura del Govern balear en un comunicado, los integrantes de la comisión han recalcado en el escrito la importancia de que exista una oferta suficiente de productos doblados o subtitulados en las lenguas propias oficiales de los territorios que cuentan con otra lengua oficial además del español.
Asimismo, han destacado la importancia del sector audiovisual, reconociendo los avances recientes en este terreno para reforzar su apuesta por la diversidad lingüística.
También se ha dado cuenta de la reunión mantenida con RTVE con el objetivo de que el ente público adopte medidas para ofrecer sus contenidos en las lenguas oficiales diferentes del castellano, en cumplimiento de la Ley general de comunicación audiovisual, especialmente en el canal Clan, dirigido al público infantil.
En la reunión, los miembros del Protocolo han compartido su inquietud por la situación generada por el hecho de que los motores de búsqueda en Internet, principalmente Google, releguen los resultados obtenidos en las lenguas oficiales diferentes del castellano.
Buen trabajo señores, ante el ineficaz Felipe VI y sus retóricos y vacíos discursos como rey de todos los españoles. Castellanos, por supuesto.


