Sábado 11 de febrero de 2023
El título llama la atención. Y si después se lee que la conferencia-debate se hace en la Bilbaina, llena y teniendo que cerrar el Club de Roma la admisión de más público ante la presencia del obispo de Bilbao Joseba Segura quien habló de este tema, es normal que los organizadores tuvieran que cerrar la admisión de interesados en escuchar a un prelado sobre la situación que vive la Iglesia católica.
El Obispo habló durante una hora, previa a la comida, y posteriormente contestó preguntas de todo tipo. No dejó ni una sin contestar pero no se metió en ningún charco a pesar de que una de ellas aludía a Rouco Varela
Fue muy valiente en el análisis actual de una iglesia perdiendo fieles, sin nuevas vocaciones, debilitándose el Dios monoteista pese a los dieciséis siglos de presencia eclesiástica que ha condicionado nuestras vidas por centurias, décadas y con una crisis de caballo de los valores tradicionales y donde cada vez impera más el valor supremo de la satisfacción personal. Se resquebraja asimismo la cultura de la maternidad entendida como hace pocos años y habiendo caído los tres pilares del cristianismo, a saber, la verdad, la revelación y la autoridad mientras asistimos a una deconstrucción de todo ese mundo sin cambiarlos por valores compartidos
Sin embargo el obispo dijo enfático que si el pasado es religioso, el futuro también lo será, porque la sociedad no la forman solo y minoritariamente los intelectuales con planteamientos panteístas politeístas. ”La civilización cristiana desaparece pero no llega en ese vacío al nihilismo sino vendrá otro sistema de creencias”.
Habló de la ecología como nueva religión en equilibrio con la naturaleza proponiendo incluso una disciplina moral. Vamos a resituarnos buscando ser una minoría significativa. La Iglesia como luz del mundo debe conformar ese mundo y en muchos sitios será una fuerza de resistencia
Aludió a un continente como África con mil millones de habitantes que llegará a tres mil en este siglo y donde la Iglesia católica tendrá gran presencia”.
Al final terminó con una pregunta provocadora “¿Qué hacemos con las Iglesias? ¿Las convertimos en discotecas?”.
Hubo muchas e interesantes cuestiones planteadas que el obispo Segura contestó con claridad y compromiso.
Toda una personalidad y un referente, Monseñor Segura.


