Perdieron la guerra. No les mandaron Leopard

Domingo 5 de febrero de 2023

El tanquecito de la foto obtenida en el cuartel de Garellano en plena guerra es uno de los doce tanques orugas fabricados en la Naval de Sestao. Asimismo llegaron unos diez blindados rusos con cañón BA6. No hubo Panzer, ni Leopard, estos últimos no existían, pero solo con los que el mes que viene  van  a enviar Alemania y los países europeos a Ucrania, así como con los aviones que no pararon de pedir desde el Carlton al gobierno de la República, otra hubiera sido la historia de una guerra hecha casi con  tiragomas, sin balas, sin tanques, sin cañones, sin aviones y sin embargo resistieron como jabatos y por eso en el Centro Vasco de Caracas, los gudaris allí exiliados pusieron una piedra miliar con una cifra, 45. Eran los kilómetros que faltaban para llegar a Bilbao y que Mola dijo que era cuestión de dos semanas y tardaron tres meses, cosa que no ocurrió ni en Santander, ni en Asturias.

Telesforo de Monzón, nos lo contó así:

“Creo recordar que una de las primeras ayudas vino del México presidido por Lázaro Cárdenas y eso no gustó. De ahí surgió la idea en Europa de una política de No Intervención. En septiembre del 36 se creó en Londres un Comité de No Intervención que estaba auspiciado por los gobiernos inglés y francés. Una especie de ley del embudo contra los republicanos, Largo Caballero y Negrín, porque mientras se vigilaban las fronteras  y las costas, los italianos y los alemanes ayudaban a Franco  en todo lo que éste pedía. Ahí está el bombardeo de Gernika.

“A partir de aquel Comité de No Intervención, el gobierno francés negó todo tipo de ayuda a un gobierno legítimo donde estaba como ministro Manuel de Irujo. Francia cerró su frontera a todo el tráfico militar en agosto del 36. Luego se vio lo que pasó. El premier británico Chamberlain creyó que había amansado a Hitler mientras éste se rearmaba y este Comité de No Intervención  nació pensando que de esta manera la guerra española no les iba a contaminar, cuando lo que latía en el fondo era una guerra ideológica. Madrid y Euzkadi fueron aisladas y la Sociedad de Naciones, una especie de la ONU actual, no les hizo ni caso. Por eso entre la sublevación de los militares españoles y la constitución del Gobierno Vasco, anduvimos como pudimos pidiendo ayuda, Manuel de Irujo y yo como representantes del PNV junto con los representantes de otros partidos. Pero para constituir un ejército nos faltaban armas y a mí me encargaron gestionar su llegada. Una vez fui a Barcelona y traje quinientos fusiles y cinco mil cartuchos pero el contingente grande lo compramos en Checoslovaquia, unos cinco mil fusiles y cinco millones y medio de cartuchos”.

Esto es historia de Euzkadi y al parecer algunos hijos y nietos de aquellos gudaris sin armas asumen hoy en Bildu esa criminal política de No Intervención que solo ayuda al invasor o al sublevado. Parece mentira, pero la historia aquí se repite pero al revés.

MALA LECCIÓN PARA GKS

Es famoso el comentario del presidente Roosevelt cuando explicando la postura del gobierno estadounidense hacia el dictador de Nicaragua Anastasio Somoza dijo aquello de “es un hijo de p., pero es nuestro hijo de p”. Escuchando las infantiles declaraciones, falsamente pacifistas de Bildu sobre los tanques Leopard, invita a que pensemos dirían lo mismo en relación con el antiguo jefe del KGB soviético, Vladimir Putin. Sin embargo estoy  seguro que si al frente del Kremlin estuviera un tipo como Bolsonaro o como Pinochet, no serían tan comprensivos con su criminal invasión a Ucrania y expresarían todo su arsenal de improperios hacia el déspota ruso en el caso de que fuera del  modelo dictador de derecha. Es lo que decía Monzón de una guerra ideológica. Algo así como hizo HB en 1989 cuando los Estados Unidos invadieron Panamá. Lógico. Bush era un imperialista yanqui, pero Putin, para ellos, no es un imperialista soviético. ”Es nuestro hijo de p.” y por eso no hay que mandar tanques a Ucrania sino utilizar las vías diplomáticas aunque Putin las rechace.   Igual, en su nueva identidad pacifista, que nunca se vio en tiempos de ETA, se nos van a la Plaza Roja con una pancarta que ponga, ”Utilicen las Vías Diplomáticas“ y, ante eso, Putin impresionado, detiene y para la guerra, devuelve Crimea y los territorios ocupados, financia la reconstrucción de todo lo destruido y dona en acto público un gran monumento en favor de tantas víctimas y soldados inocentes muertos en una guerra absurda y criminal.

Entiendan  mi ironía, que para mi sorpresa, la pueril alusión a que se pare la guerra sin más, no ha sido contestada poniéndoles ante su feo espejo. Como se ve, Sortu (EA incluida en Bildu y con la boca cerrada) tiene una moral de situación para Ucrania, Cuba, Nicaragua y Venezuela como si todavía no se  hubieran quitado el pasamontañas ideológico que al parecer siguen llevando haciendo gala de una ética  de todo a cien  y una falsa superioridad moral que  ya no engaña a nadie, aunque sea muy cansado repetirles verdades de Perogrullo como que el estalinismo y demás ideologías  de ese tipo, y Putin es un estalinista de libro, llevan  al infierno a las sociedades donde las aplican. Por eso las manifestaciones de los dirigentes de Bildu  demuestran  muchas cosas  en relación  con su sensibilidad ante los  derechos humanos y a su concepto de democracia orgánica. Su  melifluo análisis sobre Putin nos dice a las claras que  no son de fiar y que su falta de coraje cívico y democrático, alimenta a sectores de su juventud que vuelven a mirar y a organizarse alrededor de un comunismo totalitario, con la Z incluida. Escuchar las consignas y ver  las banderas rojas y los puños en alto de sus jóvenes de GKS el pasado sábado 28 de enero marchando por Bilbao nos retrotraía a escenas de hace cuarenta años.

APRENDAN DE LOS VERDES

Nada les impediría a los dirigentes dogmáticos de Sortu asumir una postura valiente y humana como lo han hecho los Verdes en Alemania que son mil veces más progres que ellos. Y sin embargo, y como decía Monzón, su aparente modelo es el del primer ministro inglés, Neville Chamberlain quien tras el acuerdo de Múnich en 1938 con Hitler creyó que había logrado la paz. Ya, ya. A un tigre no se le puede hacer la manicura sin que te de un zarpazo.

En política hay que tener las ideas claras y en este mundo de Sortu y GKS hay una auténtica empanada mental que conviene denunciar poniendo ejemplos concretos como el de Annalena Baerbock, ministra de Asuntos Exteriores  alemana. Pertenece al partido de los Verdes, que en Alemania han llevado la lucha contra las centrales nucleares y en favor de hacer posible que el Cambio Climático no rompa la naturaleza. Forma parte del gobierno del canciller Olaf Scholz. Es una mujer valiente y con principios, en una situación tan difícil y con una historia detrás que pesa mucho.

Pues bien, esta señora es partidaria de enviar tanques Leopard a Ucrania porque lo que se libra en este país no es una guerra ofensiva sino defensiva y nadie puede estar de brazos cruzados ante una guerra ofensiva, hecha por un dictador imperialista y sanguinario como Putin. Tan sencillo como esto.

Frente a esta postura madura, le escuchamos en Madrid a Ione Belarra, ministra del gobierno de Pedro Sánchez, salir diciendo que hay que trabajar las vías diplomáticas, como si alguien no estuviera de acuerdo con eso y, a la vez, negarse al envío de material militar a Ucrania cuando se trata de una guerra de destrucción. Es incomprensible la ínfima madurez de la ministra española y habla mal de su criterio político.

Lo mismo ocurre con Mertxe Aizpurua, portavoz de Bildu en el Congreso. Se han pasado cuarenta años  sin condenar los hechos violentos de ETA y utiliza ahora una argumentación angelical pidiendo se negocie el fin de la guerra, que eso de ir a tiros es muy malo. Pues ¡que bien!. ¿No sabe que dos no negocian si uno no quiere?. Y quien no quiere es Putin que atacó hace casi un año a Ucrania y es el autócrata que busca imponer su imperio zarista por las armas. ¿Por qué no va a Moscú y se lo dice?.

Sinceramente me deja confundido esta inmadurez y tergiversación de la realidad.

Nadie en su sano juicio quiere una guerra y menos el pueblo de Ucrania. Muertos, frío, destrucción, falta de alimentos, lucha casa por casa, separación de familias. Ahora bien. Si eres atacado tienes que defenderte y este es el caso. ¿Es tan difícil de entender o piensan que somos tontos?. ¿No hay una voz sensata en ese mundo?.

Sortu sigue con su  inflexibilidad mental, sus explicaciones de Perogrullo, su pose falsamente progresista cuando de hecho apoya una guerra, que ataca además a mujeres, ancianos y niños y obliga a las familias a emigrar. ¿No lo entienden o su dogmatismo marxista leninista les impide verbalizar una gota de humanidad?.

Les sugiero lean a Monzón, al Lehendakari Agirre, a Manuel de Irujo, a Joseba Rezola, a Jesús María de Leizaola y a los comandantes de gudaris y aprendan una mínima página de la  historia de este país y por favor, no hagan el ridículo que en este caso pasa por la destrucción de Ucrania como estado libre tras el ejercicio de su derecho de autodeterminación en 1990. Al parecer pues no están tan de acuerdo ni con el derecho a decidir.

Palabra de Iñaki

Sábado 4 de febrero de 2023

José Manuel Bujanda Arizmendi

No es la primera vez que he opinado sobre lo que han escrito amigos y conocidos. Nunca me ha sido fácil, al contrario he tenido serias dificultades en valorar sus reflexiones, sus ideas y sus páginas, sus líneas y párrafos. Se corre el riesgo, yo al menos así lo intuyo, de que la objetividad corra severo riesgo, de que los sentimientos de amistad nublen un poco y hagan escorar una reflexión que debe ser limpia y rigurosa. Esta vez me ocurre algo parecido con este libro “Palabra de Iñaki” publicado por Editorial Literarte. Pero intentaré sobreponerme a esos sentimientos. Ojalá lo consiga.

De las tres personas que protagonizan este libro uno es muy amigo, Iñaki Anasagasti, lo conozco desde hace años, mejor dicho nos conocemos desde hace tiempo, cultivamos nuestra amistad y mantenemos cierta complicidad en muchas cosas, en muchas, nos consultamos y nos pedimos opinión. Nos une nuestro ser Jelkide, nos une nuestra militancia en EAJ-PNV nos une nuestra narrativa política, nuestro amor por la libertad, le democracia, Euzkadi, nos apasiona a los dos pensar que algún día el “Zazpiak Bat” sea una realidad, nos une aquello de “Euzkotarren aberria Euzkadi da”, a los dos nos emociona ver ondear la ikurriña, a los dos nos toca la fibra cuando hablamos y opinamos sobre la construcción de Euzkadi. Los dos tenemos a José Antonio Agirre primer Lehendakari de Euzkadi como político vasco referencial absoluto, los dos nos emocionamos al recordar a los gudaris que dieron la vida por la libertad y por Euzkadi. Los dos pertenecemos a esas familias que en plena dictadura jamás perdieron la esperanza de un futuro mejor, de esas familias que a pesar de resultar perdedoras de la guerra civil jamás se alquilaron y menos se realquilaron. A Iñaki Anasagasti y a mí nos une la dureza de la clandestinidad política en pleno franquismo, los dos fuimos detenidos y los dos conocimos comisarias de la policía franquista. No somos iguales, yo llevo gafas y tengo bigote. En lo demás parecidos.

Txema Montero es la segunda persona a la que conozco, allá por los lejanos ya 2006. Aunque no he tenido la oportunidad de mantener una estrecha relación con él, de Txema Montero valoro muchas cosas, quizás su honestidad sea la virtud que más valoro de él, su lealtad a su conciencia, su valentía para con lo que piensa. Txema es de las personas que si tiene que nadar a contracorriente lo hace, nada y no se arruga, si tiene que rectificar y cambiar de opinión lo hace, si tiene que apretar los dientes y decir lo que piensa, lo hace, incluso lo escribe. Lo valoro mucho, pues de esto último, de rectificar con valor y coraje, y de apretar los dientes yo también sé algo. Quizás más que algo. De Iñaki Errazkin conocía su existencia y he solido leer sus artículos en aquel lejano ya “Punto y Hora de Euskal Herria”, Egin y Ardi Beltza, incluso he leído uno de sus libros titulado “Hasta la coronilla”. Tres personas con largas trayectorias políticas, tres personas con las cuales uno puede coincidir, estar de acuerdo o discrepar. Tres personas cuya opinión no pasa desapercibida, tres personas que no pasan desapercibidas, tres personas referenciales. Tres personas que aportan, cada una de ellas desde su óptica.

Iñakis, que les va la marcha en el frenesí de la política vasca, posiciones dispares, incluso a veces antagónicas, diría que fruto de dos universos mentales no coincidentes, incluso contrapuestos. Diferentes posiciones y argumentos, EAJ-PNV y la llamada Izquierda Abertzale, dos innegables y referenciales posiciones políticas en el frenesí vasco. Iñakis que se pusieron de acuerdo en cruzarse mensajes de WhatsApp mensajes que consiguen entrelazar un auténtico diálogo político.

Como bien se dice en la contraportada: “Anasagasti y Errazkin. Dos Iñakis. Dos auténticos, Dos republicanos. Dos vascos. Dos abertzales. Dos amigos. Uno más político que periodista y otro más periodista que político, pero ambos dos políticos y periodistas, y viceversa. Los dos se han formado con los jesuitas, y se les nota. Uno conservador y el otro izquierdista (aunque esta diferencia yo personalmente no lo vea tan claro y tan sencillo), pero los dos aman Bilbao, y al Pueblo Vasco, y también se les nota. Pasen y lean”. Sí pasen y lean. Yo personalmente animo a tirios y troyanos, a troyanos y tirios, a personas que militen en las tribus que militen, piensen lo que piensen, opinen lo que opinen, conozcan a los Iñakis o no. Yo lo he leído, y estoy contento de haberlo hecho, me alegro. Leer este libro no es perder el tiempo, es aprovecharlo, es sacarle buen jugo. Y lo tengo que reconocer, desde el principio me ha enganchado, desde la primera página mi curiosidad me ha atrapado, a veces hasta he corrido demasiado y he tenido que releer párrafos más detenidamente, he sonreído muchas veces, incluso la sonrisa se me ha convertido en risa.

El prólogo de Txema Montero me ha servido de suculento aperitivo, de esos aperitivos que abren el apetito, a una sesión que el mismo Txema Montero define como una sesión de bertsolarismo en prosa, o de prosa en bertsos. Una sesión por cierto con dos bertsolaris curtidos que defienden apasionadamente sus puntos de vista, apasionadamente, sí, pero con extrema educación, con delicadeza, con cierto humoR y picardía e ironia fina. Txema Montero arranca con una reflexión de Hans Magnus Enzesberger, que copio literalmente y con este título sugerente, “La memoria en dos espejos de dos memoriosos” y dice así: “Qué es la memoria sino un eterno intercambio de valores, un reparto y un desembolso incesante y un contar desde el principio con la esperanza de que cuadre el balance, de que lo que fue vuelva sin merma. Íntegro, intacto, puede incluso con los réditos del amor y la nostalgia”.

Coincido con Txema Montero las doscientas cincuenta páginas se leen en un vaivén, pasan como un suspiro, y quienes vivimos los hechos que se relatan revoloteamos de página en página para verificar, poner en entredicho recalificar lo que se nos cuenta. Porque todo es reconocible, y, sin embargo, no acabamos de encajar en nuestro registro algunos dichos y vivencias. Libro pletórico, pletórico  también de sentido del humor, superposición de opiniones, relatos y prácticas. Iñaki Anasagasti, como bien atina Txema Montero es un genuino representantes del sentir y ser Jeltzale, aunque con tintes de “radical libre”, hijo, nieto, sobrino, esposo de familia nacionalista vasca, paterna y materna que se incrusta en el meollo, en el núcleo fundacional de EAJ-PNV. Un Iñaki Anasagasti nacido en el exilio, predestinado, casi obligado a dedicarse y comprometerse con y para la política vasca. Y el otro Iñaki que militó hace tiempo en la Izquierda Abertzale proyecta una personalidad más internacionalista que abertzale conspicuo. Hijo de militar español reconvertido en policía municipal. Un Iñaki Errazkin con un posicionamiento disruptivo producto del shock ideológico sufrido por un joven que vive el final del franquismo entre manifestaciones y protestas en la Euskadi insurgente de finales de la dictadura  la mesa del comedor familiar ajeno a todo aquello.

La Transición política, el Estatuto de Autonomía de Gernika, Lemoiz, la escisión PNV-EA, la dispersión de los presos, los pactos políticos con el PSOe y con el PP, las crisis económicas, la atención a los sectores de la sociedad más desprotegidos y vulnerables, Osakidetza, Guggenheim, Nafarroa, Iparralde, las guerras de la exYugoalavia, Ucrania y Rusia, Venezuela, Chaves, la Guardia Civil, Gorbachov, Den Xiaoping, Mao y su libro rojo, Felipe González, Manuel de Irujo, Largo Caballero, Sabino Arana, Chus Viana, la UCD, el PCE, la EITB, Carlos Garaikoetxea, Agirre, Urkullu, Arzalluz, Arnaldo Otegi, Patxi López, obviamente el Rey, Ramón Jaúregi, Ajuariagerra, JJ Azurza, Radio Euzkadi, Koldo Mediavilla, el Alderdi Eguna, Aldo Moro, el 1 de mayo en Moscú, Santiago Aznar, la Izquierda Abertzale, el PSE, el PNV, ETA, Roberto Lertxundi y un muy largo etc jalonan sus mensajes con personas, lugares, confidencias, opiniones, vivencias, acuerdos y desacuerdos. Dos espejos memoriosos, cóncavo uno, convexo el otro.

Termino con una frase de uno de los Iñakis, Anasagasti, frase que al principio me hizo sonreír y al volver a leerlo reír: “El secreto es llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que te salgan callos”. Pues eso. Zorionak Txema Montero. Zorionak Iñaki Errazkin, Zorionak Iñaki Anasagasti. Un placer. Eskerrik asko a los tres!                                  

Lo que logra la vía diplomática de Bildu

Viernes 3 de febrero de 2023

Dos no negocian si uno no quiere y quien no quiere hacerlo es Putin. Lo que pasa es que Bildu no quiere decir que apoya a Putin aunque de hecho lo hace. Mi amigo Xabier me manda ejemplos.

El asunto está muy claro. Apoyar a Rusia abiertamente da vergüenza, entonces la táctica es el pacifismo y la vía diplomática. Esa vía se ha explorado antes con:

Moldavia perdió la Transnistria y se creó un gobierno títere de Moscú

Georgia perdió Abjasia, que sigue bajo control ruso

Georgia perdió Osetia del sur que está bajo control ruso

Ucrania, perdió Crimea, y un tercio de las regiones de Donetsk y Lugansk además de las capitales de ambas.

La vía  pacífica y diplomática consiguió que cuando el dictador Lukashenko  había perdido las elecciones, las tropas rusas ayudasen a mantener la dictadura mediante la represión brutal de los movimientos populares, y occidente no hiciese nada.

Antes, la vía diplomática miró  para otro lado cuando el ejército ruso invadió a sangre y fuego la república independiente de Chechenia, arrasándolo todo y poniendo al frente a Kadirov.

La vía diplomática consiguió unos maravillosos acuerdos de Minsk, que no sirvieron para nada, más que para que Rusia se quedase con lo que ya había pillado.

El resultado de esa vía pacífica y diplomática consiguió como brillante resultado que Rusia percibiese la debilidad y desunión occidental, y que calculase que una operación especial tomase Ucrania entera en una semana, no se trata de Ucrania solo. Rusia planea reeditar su imperio y tomar después los tres países bálticos y seguramente someter a Polonia.

La vía pacífica y democrática no es tal, es el apoyo claro a las pretensiones de Putin y sus amigos del KGB para reconstruir el imperio mediante invasiones

Es lo que no dice Bildu.