Palabra de Iñaki

Sábado 4 de febrero de 2023

José Manuel Bujanda Arizmendi

No es la primera vez que he opinado sobre lo que han escrito amigos y conocidos. Nunca me ha sido fácil, al contrario he tenido serias dificultades en valorar sus reflexiones, sus ideas y sus páginas, sus líneas y párrafos. Se corre el riesgo, yo al menos así lo intuyo, de que la objetividad corra severo riesgo, de que los sentimientos de amistad nublen un poco y hagan escorar una reflexión que debe ser limpia y rigurosa. Esta vez me ocurre algo parecido con este libro “Palabra de Iñaki” publicado por Editorial Literarte. Pero intentaré sobreponerme a esos sentimientos. Ojalá lo consiga.

De las tres personas que protagonizan este libro uno es muy amigo, Iñaki Anasagasti, lo conozco desde hace años, mejor dicho nos conocemos desde hace tiempo, cultivamos nuestra amistad y mantenemos cierta complicidad en muchas cosas, en muchas, nos consultamos y nos pedimos opinión. Nos une nuestro ser Jelkide, nos une nuestra militancia en EAJ-PNV nos une nuestra narrativa política, nuestro amor por la libertad, le democracia, Euzkadi, nos apasiona a los dos pensar que algún día el “Zazpiak Bat” sea una realidad, nos une aquello de “Euzkotarren aberria Euzkadi da”, a los dos nos emociona ver ondear la ikurriña, a los dos nos toca la fibra cuando hablamos y opinamos sobre la construcción de Euzkadi. Los dos tenemos a José Antonio Agirre primer Lehendakari de Euzkadi como político vasco referencial absoluto, los dos nos emocionamos al recordar a los gudaris que dieron la vida por la libertad y por Euzkadi. Los dos pertenecemos a esas familias que en plena dictadura jamás perdieron la esperanza de un futuro mejor, de esas familias que a pesar de resultar perdedoras de la guerra civil jamás se alquilaron y menos se realquilaron. A Iñaki Anasagasti y a mí nos une la dureza de la clandestinidad política en pleno franquismo, los dos fuimos detenidos y los dos conocimos comisarias de la policía franquista. No somos iguales, yo llevo gafas y tengo bigote. En lo demás parecidos.

Txema Montero es la segunda persona a la que conozco, allá por los lejanos ya 2006. Aunque no he tenido la oportunidad de mantener una estrecha relación con él, de Txema Montero valoro muchas cosas, quizás su honestidad sea la virtud que más valoro de él, su lealtad a su conciencia, su valentía para con lo que piensa. Txema es de las personas que si tiene que nadar a contracorriente lo hace, nada y no se arruga, si tiene que rectificar y cambiar de opinión lo hace, si tiene que apretar los dientes y decir lo que piensa, lo hace, incluso lo escribe. Lo valoro mucho, pues de esto último, de rectificar con valor y coraje, y de apretar los dientes yo también sé algo. Quizás más que algo. De Iñaki Errazkin conocía su existencia y he solido leer sus artículos en aquel lejano ya “Punto y Hora de Euskal Herria”, Egin y Ardi Beltza, incluso he leído uno de sus libros titulado “Hasta la coronilla”. Tres personas con largas trayectorias políticas, tres personas con las cuales uno puede coincidir, estar de acuerdo o discrepar. Tres personas cuya opinión no pasa desapercibida, tres personas que no pasan desapercibidas, tres personas referenciales. Tres personas que aportan, cada una de ellas desde su óptica.

Iñakis, que les va la marcha en el frenesí de la política vasca, posiciones dispares, incluso a veces antagónicas, diría que fruto de dos universos mentales no coincidentes, incluso contrapuestos. Diferentes posiciones y argumentos, EAJ-PNV y la llamada Izquierda Abertzale, dos innegables y referenciales posiciones políticas en el frenesí vasco. Iñakis que se pusieron de acuerdo en cruzarse mensajes de WhatsApp mensajes que consiguen entrelazar un auténtico diálogo político.

Como bien se dice en la contraportada: “Anasagasti y Errazkin. Dos Iñakis. Dos auténticos, Dos republicanos. Dos vascos. Dos abertzales. Dos amigos. Uno más político que periodista y otro más periodista que político, pero ambos dos políticos y periodistas, y viceversa. Los dos se han formado con los jesuitas, y se les nota. Uno conservador y el otro izquierdista (aunque esta diferencia yo personalmente no lo vea tan claro y tan sencillo), pero los dos aman Bilbao, y al Pueblo Vasco, y también se les nota. Pasen y lean”. Sí pasen y lean. Yo personalmente animo a tirios y troyanos, a troyanos y tirios, a personas que militen en las tribus que militen, piensen lo que piensen, opinen lo que opinen, conozcan a los Iñakis o no. Yo lo he leído, y estoy contento de haberlo hecho, me alegro. Leer este libro no es perder el tiempo, es aprovecharlo, es sacarle buen jugo. Y lo tengo que reconocer, desde el principio me ha enganchado, desde la primera página mi curiosidad me ha atrapado, a veces hasta he corrido demasiado y he tenido que releer párrafos más detenidamente, he sonreído muchas veces, incluso la sonrisa se me ha convertido en risa.

El prólogo de Txema Montero me ha servido de suculento aperitivo, de esos aperitivos que abren el apetito, a una sesión que el mismo Txema Montero define como una sesión de bertsolarismo en prosa, o de prosa en bertsos. Una sesión por cierto con dos bertsolaris curtidos que defienden apasionadamente sus puntos de vista, apasionadamente, sí, pero con extrema educación, con delicadeza, con cierto humoR y picardía e ironia fina. Txema Montero arranca con una reflexión de Hans Magnus Enzesberger, que copio literalmente y con este título sugerente, “La memoria en dos espejos de dos memoriosos” y dice así: “Qué es la memoria sino un eterno intercambio de valores, un reparto y un desembolso incesante y un contar desde el principio con la esperanza de que cuadre el balance, de que lo que fue vuelva sin merma. Íntegro, intacto, puede incluso con los réditos del amor y la nostalgia”.

Coincido con Txema Montero las doscientas cincuenta páginas se leen en un vaivén, pasan como un suspiro, y quienes vivimos los hechos que se relatan revoloteamos de página en página para verificar, poner en entredicho recalificar lo que se nos cuenta. Porque todo es reconocible, y, sin embargo, no acabamos de encajar en nuestro registro algunos dichos y vivencias. Libro pletórico, pletórico  también de sentido del humor, superposición de opiniones, relatos y prácticas. Iñaki Anasagasti, como bien atina Txema Montero es un genuino representantes del sentir y ser Jeltzale, aunque con tintes de “radical libre”, hijo, nieto, sobrino, esposo de familia nacionalista vasca, paterna y materna que se incrusta en el meollo, en el núcleo fundacional de EAJ-PNV. Un Iñaki Anasagasti nacido en el exilio, predestinado, casi obligado a dedicarse y comprometerse con y para la política vasca. Y el otro Iñaki que militó hace tiempo en la Izquierda Abertzale proyecta una personalidad más internacionalista que abertzale conspicuo. Hijo de militar español reconvertido en policía municipal. Un Iñaki Errazkin con un posicionamiento disruptivo producto del shock ideológico sufrido por un joven que vive el final del franquismo entre manifestaciones y protestas en la Euskadi insurgente de finales de la dictadura  la mesa del comedor familiar ajeno a todo aquello.

La Transición política, el Estatuto de Autonomía de Gernika, Lemoiz, la escisión PNV-EA, la dispersión de los presos, los pactos políticos con el PSOe y con el PP, las crisis económicas, la atención a los sectores de la sociedad más desprotegidos y vulnerables, Osakidetza, Guggenheim, Nafarroa, Iparralde, las guerras de la exYugoalavia, Ucrania y Rusia, Venezuela, Chaves, la Guardia Civil, Gorbachov, Den Xiaoping, Mao y su libro rojo, Felipe González, Manuel de Irujo, Largo Caballero, Sabino Arana, Chus Viana, la UCD, el PCE, la EITB, Carlos Garaikoetxea, Agirre, Urkullu, Arzalluz, Arnaldo Otegi, Patxi López, obviamente el Rey, Ramón Jaúregi, Ajuariagerra, JJ Azurza, Radio Euzkadi, Koldo Mediavilla, el Alderdi Eguna, Aldo Moro, el 1 de mayo en Moscú, Santiago Aznar, la Izquierda Abertzale, el PSE, el PNV, ETA, Roberto Lertxundi y un muy largo etc jalonan sus mensajes con personas, lugares, confidencias, opiniones, vivencias, acuerdos y desacuerdos. Dos espejos memoriosos, cóncavo uno, convexo el otro.

Termino con una frase de uno de los Iñakis, Anasagasti, frase que al principio me hizo sonreír y al volver a leerlo reír: “El secreto es llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que te salgan callos”. Pues eso. Zorionak Txema Montero. Zorionak Iñaki Errazkin, Zorionak Iñaki Anasagasti. Un placer. Eskerrik asko a los tres!                                  

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