Cuando el Dr. Edery me vacunó contra la malaria

Miércoles 14 de abril de 2021

En tiempos en los que la gente está uniformada por modas y pensamientos únicos encontrar personas que sean ellos mismos no es fácil. Sin embargo de vez en cuando aparecen por una esquina.

Hoy lo traigo a colación al haber recibido un saludo de él invitándome a vacunarme cuando me toque y terminando el ruego con  la exclamación de ¡Salud y Felicidad!. ¿Qué más se puede pedir?.

Por motivo de un viaje parlamentario a África me llamó un buen día un señor que me dijo que me tenía que vacunar contra la fiebre amarilla y la malaria. Yo había estado en Guinea y en Namibia y casi no me acordaba de este requisito ya que mientras en Europa está superado al no haber charcas públicas, en África todavía este asunto de salubridad pública no está contemplado. Buen motivo para una campaña.

El caso es que quedé con él un  jueves en su despacho del palacio de Santa Cruz, sede del ministerio de Asuntos Exteriores en la plaza de la Provincia y antigua cárcel de Corte en Madrid.

Llegué, subí esas escaleras empinadas del Ministerio. Al llegar al descansillo saludé a Cándido Ibar, que acompañado por gentes de la Fundación Rubial visitaban al Ministerio pidiendo ayuda para su hijo encarcelado en Miami. Y todavía el pobre hombre vive la angustia de la última revisión en un sistema en el que si no tienes dólares no te defienden y en el que un juez arbitrario puede arruinarte la vida. Tras el saludo pasé un pasillo con retratos de ex ministros, entre ellos todos los franquistas, me metí en un ascensor y en el ático, sexto piso, toqué la puerta del Dr. Edery, quien tenía a su cargo el servicio de medicina del Ministerio.

José Edery es un tipo bajito, bigote recortado, bata blanca, de unos setenta años, que lo primero que me dijo fue que le había hecho madrugar. «Pero si son las once», le repliqué. «Ya, pero yo trabajo por la noche», me argumentó. «Perdone, no sabía que usted a su edad hiciera guardias». «No, no las hago. Me dedico a escribir porque he fundado una revista para los que han sido funcionarios en Marruecos para que en la jubilación no se aburran. Y ando con ellos, coordinándoles». Me pareció que estaba ante un tipo singular.

En esto me fijo que en el suelo y en la mesa había un billete de 500 euros y le preguntó el por qué. «Los pongo ahí y en el suelo con monedas encima por ver si la gente pica, pero es una imitación». «!Caramba!», me dije. Este hombre o está como un cencerro o es un tipo original o en lugar de darme la vacuna me hace la trepanación.

Me dijo que era amigo de Jon, (menudo pájaro de mal agüero), pero que yo le caía bien y por eso me daba una receta para quitar las ojeras, que consistía en meter en la nevera un vaso de manzanilla y cada mañana me pusiera en cada ojo un algodón con manzanilla fría que como es astringente viene bien. Y empezó a hacerme la ficha médica. Me preguntó mi nombre, mi apellido, mientras me contaba de dónde viene el suyo, y me pidió el signo del zodiaco.

«¿Y eso para qué?». «Viene bien para saber si los astros te ayudan». «Pues creo que soy escorpión». Y lo puso. Nunca nadie me había pedido el signo del zodiaco para una ficha médica.

Llamó a la enfermera y me puso la vacuna. Un rasguño. Me dijo que le encanta África y que me iba a regalar un libro sobre los distintos países de aquel continente y sus enfermedades. Me lo dio tras hacerme una dedicatoria de lo más estrambótica y diciendo que yo era un tipo cojo… Me contó que estaba escribiendo un libro con chismografía sobre los diplomáticos y otro que iba a llevar por título «La prostitución en el norte de Marruecos y su relación con Asturias». «¿Te gusta el título?. Es el gancho para que la gente lo compre».

Me comentó que había coordinado la primera guía europea sobre la situación sanitaria en África. Había nacido en Larache (Marruecos), se había doctorado en la Universidad de Granada y le llamaban el «Tubib Pepe», médico en árabe dialectal. Trabajó en las más alejadas latitudes del Atlas, atendió a los más pobres en las barriadas de Rabat y finalmente recaló en el ministerio de Exteriores donde a pesar de su edad dirige el gabinete médico. Debe tener un buen ojo clínico y es un tipo original. Distintos funcionarios me hablaron muy bien de él y uno de los que iban en el viaje me comentó que le había preguntado si había tenido relaciones con alguna africana. Y que lo puso en la ficha.

Frente a tanto burócrata uniformado encontrar de vez en cuando tipos así vale la pena. Sería bueno que un día le entrevistara el Loco de la Colina…Estoy seguro que cuando me den la vacuna contra el Covid todo va a ser impersonal, rápido y frío. Ya sé que lo importante es la vacuna pero también encontrarte en la vida con personas como este doctor Edery que tenía a todo el Ministerio de Exteriores encantado con su trabajo.

Sofagate. Los tres grandes errores de Michel por los que tiene que dimitir.

Martes 13 de abril de 2021

La Fundación Millenia, de ámbito internacional y sin ánimo de lucro para el empoderamiento y la igualdad de las mujeres, ha escrito al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidiéndole que dimita tras el «Sofagate», el incidente protocolario sufrido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la semana pasada en Ankara.

Lanzada el día 8 de abril, con una carta a Michel con copia a Von der Leyen, la petición de esta fundación, con sede en Bélgica, ha sido apoyada hasta ahora por más de 5.700 personas, según la lista publicada en la página web de la entidad.

La petición de dimisión de Michel se sustenta en lo que definen como los «tres grandes errores» cometidos por el presidente del Consejo Europeo durante una reunión en Ankara el martes pasado con el jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, que, constituyen una «afrenta» para Von der Leyen y «para todas las mujeres».

Según los firmantes, estos tres errores «graves» van «contra la diplomacia, la UE y los derechos humanos, especialmente los de las mujeres».

«Teniendo en cuenta estos tres graves errores, es obvio que una pálida disculpa no solucionará el vacío político que usted (Michel) ha creado para Europa ante sus ciudadanos ni ante el mundo, cuyos medios de comunicación se han burlado del incidente», según las firmantes de la carta abierta.

«Por lo tanto, le pedimos que dimita como presidente del Consejo Europeo», insistieron.

En su blog en Facebook y en varias entrevistas, Michel ha lamentado la situación vivida por Von der Leyen en Ankara que explicó por una interpretación «estricta» del protocolo por parte de las autoridades turcas, mientras que desde la Comisión Europea insisten en el mismo rango de los dos presidentes, de la Comisión y del Consejo.

Según las firmantes, el «error contra la diplomacia» que cometió Michel fue caer en la «trampa» del «dictador» Erdogan al apresurarse a sentarse en el único asiento colocado a la derecha del presidente turco, y no inmutarse ante la «consternación» de Von der Layen que había sido relegada a un sofá lateral, pese a que esa visita a Ankara se efectuó en «dúo al mismo nivel diplomático».

«En ese momento, podría haberse puesto de pie e invitar a la presidenta a sentarse (en la silla), o permanecer de pie y solicitar un segundo asiento», subrayan en la carta a Michel, a quien le reprochan además una falta de «buena educación», ya que sentarse en la única silla disponible fue «grosero».

El «error contra la Unión Europea» lo fundamentan en que la «actitud irreflexiva (de Michel) es perjudicial para todos los ciudadanos» de la UE frente al presidente de Turquía, «dándole al dictador una imagen de conflicto interno».

Consideran además «patético» que Michel en vez de «admitir su culpa y su responsabilidad en la trampa tendida por Erdogan a la Unión Europea y el desprecio a las mujeres, se queja de los ataques injustos».

Por último, el «error contra los derechos humanos y en particular los derechos de la mujer» se basa en que tan solo unos días antes del viaje de Michel y Von der Leyen a Ankara Erdogan anunció, el 20 de marzo, que su país se retiraba del Convenio de Estambul para prevenir y combatir toda violencia contra las mujeres.

«Al asumir ostensiblemente el liderazgo como hombre sobre una mujer que es su igual político, le ofrece un refuerzo al dictador sobre el aplastamiento que quiere imponer a las mujeres y niñas de Turquía», añadieron. 

Camaleón Zarzalejos

Lunes 12 de abril de 2021

José Antonio Zarzalejos, hijo del gobernador civil de Bizkaia que en 1977 dimitió cuando recibió la orden de izar la ikurriña, amén de periodista del grupo Vocento hasta que se cansaron de él, es un monárquico de los que alababa día sí y día no al rey Juan Carlos.

Caído éste en desgracia no hace más que vituperarlo como nos vituperaba a los demás cuando decíamos lo que ahora dice del inquilino del hotel más lujoso de Abu Dhabi. Zarzalejos ha sido uno de esos cortesanos que con sus cortinas de humo ha mantenido la figura del monarca en el apartado de intocable.

Miembro destacado de la Brunete Mediática apuesta ahora por el hijo de quien dice de todo en plan hagiográfico sin pasarle factura por nada ya que al parecer de la época del rey padre y viviendo en la misma casa éste no se enteraba de nada.

Y claro. Ha escrito un libro que jalea en todas las televisiones. Se llama “Felipe VI. Un rey en la adversidad”.

Seguramente pensará que estar al frente de la jefatura del estado cuando crece la demanda republicana y cuando el nacionalismo catalán le hace el boicot  a su presencia en Catalunya es algo insufrible para un gran cortesano como él que ve a su jefe obligado a tragar saliva, es vivir en la adversidad. Vaya concepto tiene este señor de lo que es la adversidad.

Ya viene pues el primer libro pelota con Felipe VI, para limpiar la cara del personaje y la institución. Seguro que a éste  le seguirán muchos, como en época del padre.

La monarquía española se ha mantenido  con un pacto de silencio de hierro a pesar de  su conducta  por personajes como este, Zarzalejos, que han hecho de la adulación y las  cortinas de humo amén del ataque a los demás, el modus operandi de un buen paje.