Nuevo delegado de Euzkadi en México

Sábado 20 de febrero de 2021

Julen Ruiz de Azua, presidente de Euskal Etxea de México, ha recibido a José María Cazalis, nuevo delegado del Gobierno Vasco, recién llegado al país. Según reconocía el propio Cazalis a los miembros de la Junta Directiva que lo agasajaron, el Gobierno ha puesto un gran reto en sus manos: “En el Senado siempre bromeaba diciendo que después de ser senador, el mejor destino es ser embajador en la Santa Sede. No he llegado al Vaticano, pero si a ser delegado de Euskadi en México, y de verdad creo que se trata de un reto muy gratificante para mí”. Cazalis fue alcalde de Lekeitio en dos legislaturas así como Senador.

El nuevo delegado se ha referido a las tareas que enfrentará en la Delegación en los próximos años: “Tenemos lógicamente que continuar con la labor realizada hasta la fecha, pero el verdadero reto será reinventarnos tras la Pandemia, porque el futuro no va a ser como el pasado y vamos a tener que cambiar muchas cosas”. Cazalis también se ha referido a la Euskal Etxea y la diáspora, ya que, a su parecer, éstos son el corazón de lo que se puede hacer como servicio exterior de Euskadi. “Otra cosa diferente es que como Gobierno pueda haber sus pormenores en el día a día, pero compartimos una filosofía y eso es lo importante”, ha añadido en su visita a Euskal Etxea.

Conscientes de que el mejor modo de conocer Euskal Etxea es en torno a una mesa, miembros de la Junta Directiva del centro vasco han compartido un almuerzo con el nuevo delegado de Euskadi en México. Euskal kultura

La tragedia de Lemoiz bien contada

Viernes 19 de febrero de 2021

Inmaculada Boneta fue elegida en 1980 vicepresidenta del Parlamento Vasco. Fue la primera en aquella neonata institución  legislativa. Habían existido las Juntas Generales pero no un Parlamento agrupando a tres de los territorios vascos. Casada con el ingeniero de Iberduero Fernando Arriola, familia muy conocida y apreciada, tenían como vecinos en  Unbe a la familia del  ingeniero responsable de la construcción de Lemoniz, José María Ryan. Digo ésto porque con ella vivimos angustiados el secuestro y asesinato de su vecino y amigo el ingeniero, datos que recoge su hijo Antón en el libro “El Ruido de entonces” que no es otro que el que producía la segadora que el ingeniero ponía en funcionamiento todos los sábados para dejar bien segado el césped de su casa.

Sobre Lemoniz, que así se llamaba entonces, recuerdo los debates en el Parlamento Vasco, la ponencia que se creó, la explosión de la central de Harrisburg, las manifestaciones a las que acudimos, la protesta en la calle, los acuerdos en los ayuntamientos, el debate sobre la energía nuclear con una ETA que en tiempos de clandestinidad y en su libro blanco había apoyado este tipo de energía que convertía a los países en soberanos y  autosuficientes. Pero cambió y aquel cambio produjo asesinatos, extorsiones y tragedias.

Se han cumplido cuarenta años de aquellos hechos abominables y parecería que nos hemos olvidado del secuestro de Ryan, la semana que ETA dio a Iberduero para que clausurara la central y al final el asesinato. Como con Miguel Ángel Blanco pero más alejado en el tiempo. La misma estrategia asesina con suspense incorporado, pero aquella vez con un profesional con la diferencia de no militar en un partido que se ocupa de recordarlo. Y hacen bien.

También en el libro se recuerda el origen de todo que no fue sino  la iniciativa de un Iberduero de construir una central muy cerca de una población  millonaria, de su actuación caciquil, de inversiones millonarias que se resistían a dejar de percibir, de consejos de administración insensibles al sonido de la  calle actuando como si el dictador siguiera en el Pardo, de decisiones tomadas a quinientos kilómetros del lugar de los hechos.

Todo esto es el libro de Anton Arriola, libro que combina dos historias, está muy bien escrito, aporta reflexiones del autor y tiene el plus de las vivencias de Antón Arriola, vecino de la familia Ryan  que vivió en directo  la desolación que supuso aquella tragedia. Libro muy recomendable.

En su contraportada, el libro lo explica así:

 “El ingeniero salió de la central a las 19:45, en su Seat 131 de color blanco. Nunca llegó a casa. A las 21:30, se recibió una llamada en la delegación en Bilbao del diario Egin. «Tenemos a Ryan, de Iberduero», dijeron. Comenzó entonces una morosa semana de an­gustia y esperanza, cuyo desenlace pasaría a formar parte de la historia de la infamia. Desde aquel tiempo mi madre, al desper­tarse los sábados por la mañana, oía el ruido de una segadora. La maquinaria del mundo se ponía en marcha con un ronroneo estremecedor, que le hablaba de aniquilamiento y desolación como ningún elaborado soneto o discurso pudiera hacerlo. Pero solo existía ya dentro de su cabeza: hacía años que José Mari había dejado de cortar la hierba de su jardín.

Mediante una poderosa combinación de ficción alegórica y cró­nica autobiográfica, El ruido de entonces se adentra en los trági­cos hechos que acontecieron alrededor de la central nuclear de Lemoiz. El secuestro del ingeniero José Mari Ryan, vecino y amigo de la familia del autor, constituye su elemento central. Junto a la pretensión inicial de contar la historia de un hombre inocente atra­pado e*n una encrucijada, del relato irá aflorando una convicción: la necesidad de recuperar los recuerdos dolorosos de entonces, para que entre todos convirtamos a la memoria en guardiana de nuestro futuro.”

Debate en el parlamento vasco

La doble moral de Bildu y Podemos

Jueves 18 de febrero de 2021

Se ha visto este jueves una proposición no de ley en el Parlamento Vasco sobre la dramática situación de Venezuela. Era conjunta del PNV y PSE. El PP y Ciudadanos ha presentado una enmienda. El resultado de la votación ha sido  48 votos a favor, 27 en contra. Los votos contrarios, incluyendo a EA (apéndice vergonzoso de Sortu) han  tenido discursos profundamente antidemocráticos. Lo que en Euzkadi es objeto de crítica, de manifestación, de desprecio, de crítica salvaje, en Venezuela es comprensible y lo más sangrante, propio de un régimen democrático elegido por el pueblo cuando a ese pueblo no se le deja votar con garantías, donde no hay libertad de expresión, donde se persigue al disidente, donde se asesina al contrario y donde más de cinco millones de venezolanos han tenido que emigrar de mala manera y donde los derechos humanos son conculcados diariamente. Pero a ellos les parece modélico. Me encantaría que Martínez de Podemos y Oihane Etxebarrieta  de Bildu se fueran a vivir en Venezuela y pusieran allí cómodamente en marcha su asqueroso discurso trotskista, asqueroso porque el ser humano y sus derechos no existen. Para ellos, me remito a las mentiras que han proferido que han sido un insulto a la inteligencia y a la sensibilidad democrática.

Ha sido penoso escucharle al parlamentario de Podemos hablar de la crisis económica vinculándola a la crisis del petróleo cuando el chavismo ha destruido toda una industria que ha pasado de los tres millones de producción de barriles diarios a menos de un  millón tras 21 años de dictadura y habiendo expropiado todo lo que económicamente funcionaba con aquel salvaje grito de guerra que aún resuena en nuestros oídos. ”¡Exprópiese!”. Comunismo en estado puro. Eso es lo que es Podemos lo mismo que Sortu, sucesor de aquel nefasto Partido Comunista de las Tierras Vascas que además apoyaba a ETA. Por lo menos no ocultan su ideario totalitario.

Iñaki Agirre les ha afeado su doble moral, su irrespeto a los derechos humanos, su apoyo a un dictador como Maduro, lo mismo que Txarli Prieto y hasta Iturgaiz. Es un problema de sensibilidad y es un problema de ideología. Cuando uno apoya a un régimen totalitario significa que su modelo en Euzkadi es asimismo totalitario. Y el que no se dé cuenta de eso o es tonto, o es ciego o está con ese modelo.

A Gaika Etxearte, hijo del Delegado vasco en Caracas, lo mató la revolución bolivariana, dato que para Bildu carece de importancia atribuyendo a Trump todas las culpas cuando todavía es necesario recordar el telegrama que Bildu mandó al presidente republicano tras su victoria electoral. Al parecer lo que les gusta son los populismos, aunque sean de derechas.

Este debate tendrá repercusión en la opinión pública del exilio venezolano y mandará un mensaje a los venezolanos que sufren bajo aquella dictadura  de apoyo pero ha servido para algo más. Y no es cosa menor. Quita máscaras. Los proyectos de Bildu y Podemos, son proyectos totalitarios.

Aprendamos en cabeza ajena.