Lunes 17 de noviembre de 2025
Un día de febrero de 1977, Elixabete Bizkarralegorra nos dijo que había un abogado joven que trabajaba en su equipo y quería saber lo que era el EAJ-PNV. No estaba afiliado y se me ocurrió viniera a la Asamblea Nacional de Iruña como fotógrafo, ya que le gustaba asimismo la fotografía. Y estuvo en Iruña y con su txartela mientras sacaba fotografías estuvo en las discusiones de las ponencias y tras aquella experiencia se afilió.
Nos hacía falta abogados en aquella primera legislatura y cuando tuvimos que hacer las listas para ir al Congreso en Bizkaia la lista la encabezaba Juan de Ajuriaguerra, seguido por Iñigo Agirre, Kepa Sodupe y aquel joven abogado que se estudió el reglamento electoral y se dedicó a explicarlo en las organizaciones Municipales. Marcos Vizcaya.
Tras el regreso de Xabier Arzalluz en 1979 fue designado Portavoz del PNV en el Congreso. Había estado en toda la discusión constitucional y estatutaria y le había tocado vivir el 23 F y, desgraciadamente, la división del PNV en 1986.
En ese año, en junio le sustituí como portavoz en el Congreso manteniendo con él una relación cordial insistiéndole siempre que escribiera su experiencia parlamentaria. Y siempre me decía que si, incluso en una de las campañas y para reforzar lo hecho llamamos a todos los diputados y senadores primeros y allí estuvo aportando su experiencia.
Era una persona cabal, un nacionalista preocupado por su país, un hombre bueno.
Me apena mucho su fallecimiento. De los cuatro portavoces del PNV estos años han fallecido dos, Arzalluz y Vizcaya, dato que siendo ley de vida te golpea. Nos creemos eternos, pero la vida sigue girando sin nosotros. Y lamento mucho su fallecimiento pues con Iñigo Agirre, Monforte, Elorriaga y varios más íbamos a hacer un revival, ya que nadie lo hace. La política ahora se distingue porque los que están piensan que todo nace con ellos.
En su honor rescato el artículo que le pedí tras la Asamblea de Iruña a la que fue como fotógrafo.
Le publicamos esto:
“COHERENCIA POLITICA
Desde mi particular visión de mero espectador, la Asamblea del Partido en Iruña me causó una honda impresión. Ello por varias razones. En primer lugar, el hecho de ser la primera Asamblea que el Partido celebraba desde hace más de 40 años daba al acto una importante trascendencia histórica que se reflejaba en la expectante emoción de todos los allí presentes. En segundo lugar, la necesidad de una remoción, de una adecuación, de una contemporización con las exigencias actuales de nuestro pueblo suponía un reto a la Asamblea.
Creo honradamente que el Partido ha sabido salir airoso de esta prueba. Ahí están como botón de muestra las diversas Ponencias que se han aprobado, cuyo contenido es verdaderamente esperanzador no sólo ya en cuanto al momento presente se refiere, sino por la carga de futuro que conllevan. Han entrado nuevos aires, se abren nuevas puertas, se crean nuevos cauces, sobre todo se acepta el envite de una sociedad progresivamente cambiante. Esto es importante de cara a las generaciones que han de tomar el relevo en plazo más o menos perentorio.
Una nota que a mi parecer puede destacarse del resultado de la Asamblea es la de que el Partido ha sabido dar un fiel reflejo de la coherencia política y honradez que siempre le ha caracterizado, porque se ha conseguido el dar respuesta a la problemática actual sin perder el nexo de unión con lo que el Partido fue, sin renunciar a la esencia del mismo.
Cabe asimismo señalar la presencia en el seno del Partido de varias tendencias que aunando experiencia con ánimo evolucionista, dentro de la disciplina del Partido, ofrecen un dinamismo necesario y enriquecedor que hace más atractiva la imagen moderna del Partido Nacionalista Vasco.
Qué duda cabe de que ha habido cambios, transformaciones, etc., pero sólo las necesarias, y lo que es aún más importante, son las que exigido democráticamente el auténtico motor del Partido, es decir, el pueblo, que forma su base masiva de afiliados.
En una palabra, y para terminar, la Asamblea de Iruña ha conseguido en una gran medida el conjugar las connotaciones esenciales, históricas y peculiares que siempre han calificado al Partido con las nuevas exigencias políticas, socio-económicas, culturales y estructurales que eran precisas para afrontar con garantías de éxito el complejo y a la vez apasionante futuro que para nuestro sufrido y entrañable pueblo parece abrirse en esta etapa”.
Goian Bego Marcos


