MIENTRAS CASANOVA SACA EL PUÑO, URKULLU PROPONE SOLUCIONES.

Viernes 22 de septiembre de 2017

Se celebró este pasado jueves el pleno de Política General del Parlamento Vasco. Urkullu dio cuenta de lo hecho por el gobierno de coalición el último año y puso sobre la mesa sus planes para el siguiente. Como era de esperar  la oposición que ve la vida en blanco y negro, consideró que todo, absolutamente todo era negro. No se dan cuenta que cuando se exagera tanto se pierde toda credibilidad.

Lo llamativo fue la postura de Sortu en relación con la situación catalana. Al final de la misma sacaron una bandera estelada y el parlamentario Iker Casanova, con esa rabia que atesora de sus años de jefe de Jarrai por lo que fue encarcelado, levantó desafiante el puño cerrado, símbolo de una ideología que fue nefasta en el siglo XX y cuyos coletazos seguimos viendo en Cuba y Venezuela y en sus amigos de la Cup

El brazo levantado del fascismo, solo se ve en las concentraciones ultras pero esto del puño cerrado les sigue pareciendo  a este sector de la izquierda abertzale un saludo de lucha y confrontación aceptable. A mí no. Representa  el símbolo y la  escoria de un régimen totalitario que asoló Europa y el mundo, sobre todo en China, Cuba y la antigua Unión Soviética.

Otra cuestión llamativa fue ver el ardor con el que Sortu defiende el derecho a decidir en Catalunya. Dan ganas de decirles: «Bienvenidos a casa». Y lo digo porque hasta ayer por la tarde eran partidarios de conseguir lo mismo que ahora plantea Puigdemont matando a Lluch, poniendo una bomba en Hipercor y cosas así.

¿Qué es mejor esto que lo anterior?. Por supuesto, pero la credibilidad que tienen a la hora de sulfurarse  es para mí nula y mucho menos haciéndolo con el puño en alto.

El Lehendakari sacó a la palestra una palabra que  ha sido noticia por haberla esgrimido  y propuesto en el debate  como posible salida a una situación bloqueada en relación con Catalunya. La palabra mágica es Confederación. Y, efectivamente, puede ser la panacea siempre y cuando ese profundo y agresivo  nacionalismo español  la acepte. No lo hizo en 1978 cuando a solo las dos demandas existentes, la catalana y la vasca, le añadió otras quince en aquel café para todos, que se convirtió en achicoria para todos y al final en agua para todos. No se resolvieron dos demandas y se crearon  17. La gente en la calle en Catalunya lo demuestra.

Pero es la única solución. Que la Galeuzka de tiempos de la República vuelva a la palestra y que ese hórrido Madrid que se cree el tarro de las esencia españolas, y que además es una autonomía con el privilegio de la capitalidad del estado, se dé cuenta que si España es una Nación, también lo son Euzkadi, Galicia y Catalunya, y que si quiere convivir en democracia las tiene que reconocer con todas sus consecuencias.

Los acuerdos del 78, muy precarios a pesar del incienso que se arroja sobre ellos, ya no dan más de sí. El niño ha crecido y no puede andar con pantalones cortos.

Yo le encargaría a dos, de los tres ponentes constitucionales que siguen vivos y preocupados por lo que está pasando y que ya lo advirtieron en 1978, como son Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca, que a través del Consejo de Estado preparen un borrador de modificación constitucional y que con ese texto se aborde lo que este jueves, el Lehendakari puso encima de la mesa, sin levantar el puño y sin crispar el ambiente, para ahormar una convivencia en una plena  libertad libremente asumida.

¡AHORA EMPIEZA EL MAMBO!

Jueves 21 de septiembre de 2017

Josep Antoni Duran Lleida escribió este jueves en La Vanguardia este artículo que muestra otro punto de vista de lo que está ocurriendo en Catalunya. Desde la experiencia de años en puestos claves en la Generalitat y en Madrid, su opinión vale la pena conocerla, sobre todo en su análisis sobre lo que es la CUP en todo este proceso de la que tan poco se habla.

La opinión de Duran es ésta:

No se sorprendan por el título. No tengo intención de inci­tarles a mover el cuerpo al ritmo del cubano Pérez Prado. Si acudo al mambo, es a cuento del vídeo de las CUP al que hacía referencia el director de La Vanguardia en su artículo del ­domingo 10 de septiembre. Como Màrius Carol comentaba, la cinta de referencia se puede encontrar en YouTube y les re­comiendo que la visualicen. Es aleccio­nadora.

En la reproducción aparece un grupo de dirigentes de la citada formación política empujando por un camino de tierra y piedras una furgoneta Volkswagen que ellos mismos identifican con el procés. Con similar estética a la de la vieja furgoneta y tras comprobar que el motor –identificado con el pueblo– ni funciona, ni es capaz de ultimar el citado procés, los cuperos avanzan hasta arrojarla por un precipicio. No es necesario identificarse con las CUP para prever, como sucede en la cinta, que al final no se halla el paraíso imaginado de Ítaca, sino simplemente un barranco.

¡No importa! Si a los actores de Casablanca, Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, siempre les quedará París, a nosotros los catalanes, destruido el imaginario procesista, nos queda –según las CUP– el mambo. Así nos lo anuncia en la cinta de referencia una de sus dirigentes más conocidas. ¿Y ahora qué?, se preguntan una vez la furgoneta queda destrozada en el fondo del barranco. La respuesta es sincera. Ahora empieza el mambo. “1,2,3… aaaahhhh juuuuh mambo! Mambo, qué rico mambo… Mambo qué rico e”… El proceso era, pues, un instrumento, no la finalidad. El medio, no el fin. Nadie podrá cuestionar jamás la sinceridad y coherencia de las CUP. Lo han dicho siempre claro y alto y nos lo recuerdan en el vídeo: no persiguen el mismo objetivo que los independentistas de Junts pel Sí. El de las CUP es la revolución, no la independencia. Y claro está, entre el sonreír forzado de la revolución de las sonrisas de unos y el mambo de los otros, este tiene mucho más atractivo: el ritmo, el movimiento, la sensualidad, la melodía…

más atractivo: el ritmo, el movimiento, la sensualidad, la melodía…

Lógicamente, los de la CUP se creen los reyes del mambo. Y tienen motivos: impidieron que Artur Mas fuera presidente; impusieron a su mejor aliado, Carles Puigdemont, al frente de la Generalitat; forzaron como primer acto de insumisión la declaración del Parlament catalán del 9 de noviembre del 2015; hicieron aprobar las leyes de secesión antes del referéndum (convocado este al margen de la legalidad democráticamente establecida en el ordenamiento catalán, español, europeo e internacional), y han determinado la política del país –mejor dicho, la falta de ella– durante dos años.

Por cierto, Los reyes del mambo es también el título de la película protagonizada por Antonio Banderas –adaptación de la novela de Óscar Hijuelos que ganó el Pulitzer en 1989– sobre dos hermanos músicos que salieron de Cuba hacia Estados Unidos. ¿Saben cómo acabó esa historia? Pues los dos hermanos se pelearon estrellando el coche en el que viajaban, en este caso no en un barranco, sino contra un árbol y muriendo uno de ellos. ¿Les suena como metáfora?

El vídeo de las CUP acaba con diversas frases de personas significativas del mundo de la cultura. Me quedo con una de ellas –“El proceso es el castigo”– del glosario simbólico de Franz Kafka. Lo interesante sería saber quién o quiénes son los receptores de ese castigo. Sin atreverme a subrogarme en lo que las diversas CUP puedan legítimamente pensar al respecto, no tengo reparo alguno en identificar a la sociedad catalana como la receptora del castigo del proceso que estamos viviendo. Desde luego, no parecen castigados aquellos que, como las CUP, han defendido desde el primer día que “sin desobediencia no hay independencia”.

¡Y ahí estamos! Donde ellos querían. En la injustificable desobediencia e insumisión arrojados a los brazos de la causa revolucionaria liderada por los extremistas de las CUP. Instalados en una legalidad virtual que pretende amparar un referéndum con ausencia total de garantías democráticas. Y si estas no existen no es, como desde el independentismo se remarca, a causa de la acción del Gobierno central y de la justicia. El principal motivo de la falta de garantías del pretendido referéndum es que vulnera el ordenamiento legal, tanto la Constitución española como el Estatut de Catalunya. ¿Por qué se ha hecho caso omiso a los letrados del Parlament o al Consell de Garanties Estatutàries? Si en su día regulamos sus funciones fue, precisamente, para evitar cualquier posible arbitrariedad, situándolos por encima de posiciones partidarias. Esta es la razón fundamental que impide a muchos acudir a votar el próximo día 1 de octubre.

Nada parece que pueda parar un desenlace que acabará entre lo malo y lo peor. Hemos alcanzado el clímax del cinismo y de la irresponsabilidad. Ha faltado diálogo y capacidad política. Se avisó de este final en innumerables ocasiones y por incontables personas. Para no ir más lejos, y ya que empezamos hablando de vídeos, estos días corre por las redes sociales el que visualiza una sesión de control en el Congreso de los Diputados del 16 de octubre del 2013 –han pasado casi cuatro años– en el que personalmente, en mi condición de portavoz de CiU, reclamaba a Rajoy una propuesta política para resolver un problema que persiste. Decía entonces, y repito ahora, que tenía la sensación de que el presidente del Gobierno era de los que creen que el paso del tiempo lo soluciona todo y que a mi juicio era al revés, que cuanto más tiempo transcurría más se encogía el espacio para la solución. Le anuncié mi convicción de que algunos (no yo) en el Parlament catalán votarían una declaración unilateral de independencia y que admitiendo que no sería bueno para Catalunya, tampoco lo sería para España ya que crearía inestabilidad y proyectaría desconfianza en un mundo global.

Lo que resulta más esperpéntico es que ni unos –defendiendo desde la inmovilidad un Estado– ni otros –pretendiendo desde la ilegalidad crear otro de nuevo– han sido capaces de darse cuenta de que han permitido con sus desiguales errores que les marcaran la agenda política preci­samente quienes no quieren Estado alguno. ¿O no es esa la quintaesencia de los revolucionarios de las CUP? ¿A qué estamos jugando?

¿Sería mucho pedir que hicieran un esfuerzo unos y otros para reconducir la situación? El Govern catalán pide diálogo y el central responde que no puede hacerlo sobre algo que no le permite la Constitución. ¿Podría el Govern catalán desconvocar el ilegal referéndum y el Gobierno central pactar la creación de una comisión de expertos, a modo de las Royal Commission del Reino Unido, para que en tres meses elaborare una propuesta política que pueda ser debatida en las Cortes, aprobada si procede, y sometida antes de un año a un referéndum legal para incorporarla luego a la Constitución española? Quienes estén de acuerdo que voten que sí y aquellos que no quieran otra alternativa que la independencia que voten que no.

LA DOBLE VARA DE MEDIR DE LA IZQUIERDA ABERTZALE

Miércoles 20 de septiembre de 2017

Una de las cosas que me llaman la atención de la Izquierda Abertzale es su capacidad para desdoblar su personalidad. Hoy, en la entrevista de Radio Euzkadi Jon Maia ponía como cita de autoridad una reflexión de Joseba Sarrionandia sobre el abuso del poder diciendo que quien tiene la capacidad para la injusticia, para la arbitrariedad y para el mal, no tiene por qué dialogar y llegar a acuerdos. Más o menos ésto es lo que ha dicho. Y a Maia esta cita le parecía algo a destacar por aborrecible ante la situación que se está viviendo en Catalunya cuando el gran escritor Sarri, está de Lector en la Universidad de La Habana y jamás le he leído nada parecido contra un régimen como el cubano que es una dictadura que desde los años sesenta sojuzga aquella isla y que casualmente ayer sus gentes en el barrio de Tamarindo se manifestaban porque no tienen ni agua ni comida. Ese es el paraíso de Sarrionandia, aunque él si tiene agua y comida, paraíso también de los Jon Maia que tienen agua, comida, libertad de expresión y acceso a lo que desean, como es lógico, que tenemos en Euzkadi. La ley del embudo.

Poco antes había estado Miren Larrion que nos decía que ella leía mucha prensa progre norteamericana, francesa, internacional (seguramente lo hace porque leyendo Gara no se entera de nada) y que no se entiende lo que está pasando en España en relación con Catalunya. Yo tampoco, como tampoco entiendo lo que ocurre en Venezuela con presos, muertos y represión pero eso a Larrion le tiene sin cuidado. Los presos solo son sus presos y la dictadura solo es la española, no la venezolana a quienes ven como sus homólogos y lo pintan en las paredes, ”Maduro, dales duro”.

“Todas las libertades son solidarias” repetía Irujo. Eso es lo que distingue al PNV en defensa de todos los derechos humanos, sin buscar quien es el dictador. Para la Izquierda Abertzale hay dictadores buenos y dictadores malos y ellos lógicamente están con los buenos que son fundamentalmente los cubanos, los venezolanos, los nicaraguenses, los bolivianos (Evo Morales quiere volverse a presentar), los coreanos, los africanos…..

Lo que confunde es la rotundidad con la que hacen estas afirmaciones, que son terribles y denotan o un cinismo espantoso, o una falta de sensibilidad de libro o un cálculo muy trabajado. O todo eso junto.

Pero lo malo también es la cantidad de gente ingenua, por no decir boba, que cree a estos mensajeros de remedios para solucionar la catástrofe vasca con métodos abyectos. De seguir sus recetas, como en su día dijo Arzalluz, tendríamos que coger una patera para irnos vía Golfo de Bizkaia a otras latitudes y aquí solo se plantarían berzas.

Ah!. Nosotros condenamos lo que está ocurriendo en Catalunya que es muy grave, como también lo que ocurre en Cuba y en Venezuela. Esa es la gran diferencia de calidad humana señora Larrion.