Hace treinta años mataron a John Lennon. Y hace algo más éste compuso una canción que es todo un himno pacifista. Pero más que nada es una petición: «¡Démosle una oportunidad a la paz!». Así lo veo tras el acto del lunes en el que Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin fueron categóricos en su apuesta por las vías pacíficas y democráticas. Pero no solo eso. Dijeron las palabras malditas: «esto incluye la violencia de ETA».
Si lo hubieran dicho en 1998, hoy ETA no existiría, pero no se trata de mirar atrás sino como pidieron los franquistas en 1976. «Miremos al futuro». Pues miremos.
Sinceramente, y lo reconozco, me ha sorprendido. No lo esperaba. Y lo agradezco. Lo que si no me ha llamado la atención es escucharle a Oyarzabal hablar de que es más de lo mismo. No lo es. Jamás habían dicho ésto. Ni tampoco lo que ha rebuznado Basagoiti pidiendo que Batasuna no se presente para que esto sea su muerte. El lenguaje necrológico de Millan Astray de siempre. «Que no se presenten a las elecciones» es lo que busca este personaje al que se le acabaría la posibilidad de pactar con el PSE y tratar de erradicar el nacionalismo vasco. Un abertzalismo democrático, constructivo, serio, trabajador, positivo en este país, es algo imparable. Y lo saben. Por eso lo que buscan es que no sea normal lo que en una situación de estas debería ser normal, sino en que sea una carrera de obstáculos con cada vez las vallas más altas. No fue lo que se hizo con ellos. Pero si es lo que ellos quieren hacer con este mundo que cuando empieza a entrar en razón, lo quieren exasperar.
«Tienen que romper con ETA y condenarla», dice Basagoiti. ¿Han condenado ellos alguna vez el franquismo?. No les basta que Etxeberria e Iruin hablaran de cumplir la injusta ley de partidos, ni de condenar sin ambages la violencia, ni de que esto incluye actos y actitudes, es decir que no solo se queda en la estricta violencia, sino en la kale borroka, el impuesto revolucionario, las actitudes chulescas, el matonismo. Y lo han dicho. Pero en Madrid, el PP no ha querido escucharlo. Se les acaba a algunos el chollo. Vivir de ETA, e impedir que la existencia de ETA haga reconocer que detrás de esto hay un problema histórico de naturaleza política.
En fin. Que este día es más importante que el de la última tregua. Y que si perseveran, lograremos entre todos darle una oportunidad a la paz. Como queremos el 99% de los ciudadanos de este país. Y cumpliendo su ley de partidos, que en estricta aplicación habría que habérsela aplicado a los antecedentes del PP en 1977. Y no se hizo porque se le quiso «dar una oportunidad a la paz». Que así sea.