Dos años sin atentados de ETA. Bien. Y once del asesinato del presidente de Adegi, la patronal gipuzkoana, con ausencia del Diputado General, en el acto organizado en memoria de Korta. Mal.
Sí estuvo el secretario general de EA, Pello Urizar, que pidió no se les marquen los tiempos, que ellos tienen su ritmo. Pero él sí estuvo, y no le deben hacer falta ni tiempos ni ritmos, solo sensibilidad humana. Lo que pasa es que Pello Urizar solo habla, pero no tiene el menor poder para cambiar nada. Para eso están los comisarios.
No debemos olvidar que en democracia las formas son el fondo. La democracia es el gobierno de la mayoría, con respeto hacia la minoría. Pero es algo más. Son usos y costumbres, respeto al adversario, velar por el conjunto, representar a toda lo sociedad, dar voz a quien no la tiene, y tener empatía. ¿Qué es eso?. Muy sencillo: es la capacidad de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir.
¿La tienen los dirigentes de Bildu?. No lo dudo, pero no la están expresando adecuadamente y la sociedad se lo demanda. «No empujen» contestan. Hace 34 años, todos los partidos vascos nos registramos en Madrid para poder actuar en política. HB se negó. Sus dirigentes, 34 años después, empiezan ahora a poder hacer política «porque vamos a cumplir la ley de partidos a rajatabla».”Lo haremos por Imperativo Legal”.Bien,pero lo harán. ¿Hacen falta 34 años de paciencia para que éste mundo haga política «por imperativo legal» aunque no les gusten las normas ?.
El 31 de julio de cada año se organiza una procesión en Azpeitia que comienza en el ayuntamiento y termina en la Basílica de Loyola. Es la fiesta del Patrón de Gipuzkoa. Entre ellas va el alcalde con su vara de mando que es un junco, no un bastón como en Bizkaia .Un junco que proclama que el poder no debe ser rigido,sino flexible.Se dobla, pero no se rompe. Bonito símil el que llevaba ese 31 el alcalde de Azpeitia en sus manos.
Las autoridades van en esa procesión. Este año, el Diputado General de Gipuzkoa, terminó la procesión al pie de la escalinata de la Basílica sin entrar en el templo ni escuchar la celebración de la Misa oficiada por el Obispo. ¿Para qué va entonces en la procesión?. En lugar de esto se dirigió al grupo de familiares de presos, Etxerat, que allí estaban y se identificó con ellos. Podía haberlo hecho y luego participar en la ceremonia, pero solo estuvo con los familiares de los presos, familiares que legítimamente luchan por los derechos de sus representados pero que todavía no le han dicho a ETA que desaparezca.
Lo sangrante del caso es que la escena se produjo a escasos metros donde ETA asesinó a Inaxio Uria, el constructor muerto cuando iba a jugar su partidita con los amigos y donde existe un pequeño monumento en su memoria. ¿Fue Garitano a visitar el monumento?. NO. ¿Quiere como Diputado general representar a toda la ciudadanía gipuzkoana?. Dice que sí, pero no es éste el camino.
Y tampoco fue a la misa. Igual tuvo miedo que se le cayera la hermosísima Cúpula encima. Antes que él Aizarna, Murua, Galdós, Sodupe, González de Txabarri y Olano acudieron. ¿Hubiera acudido Martin Garitano de haberse tratado de una ceremonia palestina o budista?. Posiblemente sí. ¿Es contra la religión católica la animadversión de este mundo que se despacha diciendo que es laico?. Si. Ya sé que el Diputado General de Gipuzkoa no es el Comendador de los Creyentes como el rey de Marruecos, pero la historia de Gipuzkoa no se entiende sin la fe católica, con sus luces y con sus sombras. Europa, mal que le pese a Garitano tiene sus bases morales asentadas en el cristianismo. EI propio Loyola es un paradigma y una figura universal de incalculable valor simbólico y con una obra que perdura. Acuérdese también de Ellacuria y de tantos jesuitas de la Teología de la Liberación, ya que estaba en su casa. Además, seguramente, el actual Diputado General ignora que la propia Basílica, tras la desamortización de Mendizábal en 1836 es la dueña de todo ese complejo que administran los jesuitas. Por cierto. EI nombre de Martin no es el de un pájaro, (Martin Pescador) sino el de un santo de la Iglesia católica, San Martin de Tours.
¿Se es más laico, más progresista, más demócrata, más avanzado desconociendo usos y costumbres?. ¿Identificándose solo con los familiares de condenados por acciones de ETA que yendo a una misa en recuerdo del Patrón de Gipuzkoa, y, de alguna manera, marcando distancias con la mayoría de la población gipuzkoana que tibia o cálidamente se siente identificada por la ceremonia de la Basílica?. Creo que no.
Un largo camino de educación democrática tiene todavía Bildu que recorrer. Un territorio no es una asamblea de partido. Quien no capte esto ni sepa que una Institución representa a todo un colectivo ciudadano y no a parte de él, da malos pasos y se equivoca gravemente. Porque no es solamente ir o no a una celebración católica, es también rechazar la conmemoración de los aniversarios de la Fundación de la Villa, y tantas y tantas grandes y pequeñas ceremonias de las ciudades y de los pueblos que ha ido acumulando la historia y cuyo cambio no es que no sea posible, sino ha de hacerse con respeto, mucho cuidado y hablando con los partes. Recuerdo haber asistido en Valencia al Congreso de un partido valencianista y a la intervención de un alcalde que empezó su mandato no asistiendo a la procesión que cada año se organizaba en el pueblo. Pero el pueblo fue a la procesión sin el alcalde. Y él se preguntó “¿No seré yo el raro por no asistir a lo que mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre han hecho toda su vida?. ¿Soy así más ateo o soy menos sensible a lo que quiere este pueblo?. ¿No es bueno que la gente nos vea como gente normal y no como gente rara?. Dicho esto concluyó: “al año siguiente fui a la procesión y la gente agradeció que su alcalde estuviera con ellos. Y no solo por eso, pero también por eso, llevo ganando dos elecciones con mayoría absoluta. Conclusión: que la gente no nos vea como gente rara».
Ojalá ésta simple reflexión lo codificara esa parte de Bildu que no va al recuerdo de Korta, que se va con los familiares de Etxerat y no acude a la misa anual, que no va a la procesión cívica de Bilbao siendo ellos expertos en manifestaciones de todo tipo y sobre todo que todo esto no les lleve a decirle a ETA que desaparezca y, entre todos, podamos vivir en una sociedad normalizada y sin dirigentes raros, sino a ser posible, con gente normal.