Imágenes de la semana (2)

Seguimos con esto de las fotos que permite hacer comentarios sobre la marcha.

Esta primera fotografía trata sobre Joan Nuet. Este caballero es senador de la Entesa. O lo era. Pertenece a IU y tras los malos resultados, no ha sido elegido el miércoles representante de Catalunya en el Senado. Su puesto lo va a ocupar Joan Saura, quien hasta hace un mes ha sido conseller de interior de la Generalitá en el gobierno tripartito presidido por José Montilla.

Joan Nuet, dirigente obrero catalán, es de esos comunistas con discurso propio. Formaba parte de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos y aunque siempre en minoría, el hombre apoyaba todo lo que hacía Chávez, Fidel Castro y sus amigos marxistas leninistas del mundo. Eso sí. Hombre educado, defendía sus principios con argumentos y ponderación y aceptaba su situación relativa de minoría.

El martes fui a su despacho cuando recogía sus cosas. Me dijo que en las siguientes elecciones volverá. Me alegro lo haga. Es un buen parlamentario.

La segunda es de Luis María de Puig. Este hombre lo ha sido todo en Madrid. Diputado, Senador, presidente de la Asamblea Parlamentaria de la UEO, del Consejo de Europa, de la Fundación Ernest Lluch.

Lo conocí en 1986 cuando presidió un viaje que hicimos a Estados Unidos invitados por los antiguos senadores norteamericanos. Le llamábamos el vocero. Es del PSC y ahora presidirá el Consejo Catalán del Movimiento Europeo. Sustituye a Joaquim Llimona. Antes de irse el gobierno español le condecoró con la orden de Isabel la Católica. Se reía con la pinta que tenía. Parecía la fallera mayor con aquellas chapas y bandas.

La tercera y cuarta son de los diputados Aitor Esteban y Josu Erkoreka. Son del martes. Teníamos el avión a las 7:20 de la mañana, pero como el de la víspera no pudo aterrizar por culpa de la niebla, salimos en el de las 8:30. Nos habíamos levantado a las cinco de la mañana. Es la otra cara del trabajo en Madrid. Los madrugonazos.

Erkoreka observa el tetra brik de Don Simón. Tranquilos. Era de jugo de naranja.

En el Senado y en el Congreso teníamos pleno. ¿El ambiente?. La postura de Batasuna ante ETA y su legalización. Los sucesos en Egipto. El Faisán. Los diez puntos de diferencia entre el PP y el PSOE. La revisión del juicio a Otegi. Las pensiones de los políticos. La independencia de Sudán. La protesta de los presidentes del PP ante la visita de Artur Mas a Zapatero pidiendo poder emitir deuda. El Pacto Social. El debate en el Senado de la ley de Economía sostenible con un paquete extra sobre la ley Sinde, Cámaras de Comercio, fotovoltaicas, nucleares, Petronor, navegación aérea… Un lío. Como los chinos con sus platos para que no se caigan. Hay que estar a todo.

La quinta es la de los llamados Gráficos. Les dejan entrar cuando viene Zapatero. La misma foto sacada un millón de veces. Me sacaron una cuando le regalé a Zapatero mi libro «Extraños en Madrid». No la publicaron. La foto es del martes. Se ve la cabecita del presidente en su escaño y la espalda de las portavoces del PSOE en el Senado. Silva y Porta. Una gallega y una madrileña. Dos buenas machacas.

La sexta es de un magnolio chino que tengo debajo de casa. Será quizás el primero o de los primeros árboles que florecen en Bilbao. Es precioso. Había otro color rosa, frente a la casa de al lado donde vivió su juventud Joaquín Almunia. Cuando lo iban a podar para construir la nueva casa, mi ama y la vecina, la viuda de Lucarini, se plantaron ante los jardineros y protestaron por aquella barbaridad. Pero lo podaron. Hoy no lo habrían hecho.

Y la última fotografía tiene que ver con la sesión de Investidura del doctor Ricardo Franco como Académico de Número en la Real Academia de Medicina del País Vasco. El tema de su discurso de ingreso giró sobre “La enfermedad tuberculosa al inicio del siglo XXI” y le contestó el profesor José Antonio Iriarte. Fue en el Salón de Prensa del Ayuntamiento de Bilbao, lleno hasta los topes.

A Ricardo Franco le conocí dando clases de txistu en el Colegio Santiago Apóstol. Es un magnífico médico pero también un hombre de teatro y de la comunicación. Es una personalidad con muchos registros y con una notable capacidad pedagógica. ¡Enhorabuena Ricardo!.

Las razones invisibles de la crisis del Sahara y Wikileaks

Norberto Bobbio fue un gran teórico de la democracia a la vez que un notable filósofo italiano. En 1984 publicó un libro «El futuro de la democracia» en el que explicaba la distancia entre las promesas de la democracia y los grises y las opacidades del ejercicio del poder. En este libro,  proponía “hacer descender la democracia del cielo de los principios a la tierra donde chocan fuertes intereses», abriéndose paso «entre la lección de los cínicos y el catecismo de los iluminados». Primera lección: el paso de aquellos polvos a estos lodos no es el que va de la teoría a la práctica, o de las leyes existentes a su permanente incumplimiento, sino el que va de una realidad indeseable a otra que mejore un poco las cosas.

Se refiere Bobbio, específicamente, a la democracia como «el gobierno del poder público, en público». Es el régimen del poder visible y se opone, como tal, a los poderes invisibles y los secretos de Estado en los cuales se suelen escudar los gobernantes y grupos de poder para eludir el control y la evidencia de sus actos.

Todo esto me ha venido a la memoria tras haber visto en vivo y en directo la desastrosa actuación del gobierno del presidente José Luís Rodríguez Zapatero en relación a la crisis del Sahara. Con todo el país lleno de familias que en verano reciben a niños saharauis, con todo el recelo que despierta siempre el gobierno de Marruecos, con la inmensa losa histórica que soporta la reciente historia española al recordar la vergonzosa descolonización del Sahara y la inaceptable huida española, ¿cómo es posible que el ministro de la presidencia Ramón Jauregui le otorgara la soberanía sobre el Sahara a Marruecos y Zapatero dijera que «las relaciones con Rabat es un tema prioritario, es un tema de Estado”. «La solución del problema del Sahara, yendo al fondo del asunto, es una solución que no se puede imponer a ninguna de las partes, tiene que ser fruto de un acuerdo». ¿Y las resoluciones de las Naciones Unidas?. Muy bien, gracias. Para colmo, visitó Madrid el ministro del Interior marroquí, el responsable del apagón informativo, el que no permitió que Al Aiún viajasen periodistas y parlamentarios y el PSOE seguía diciendo que hasta que no haya un esclarecimiento de los hechos no condenará a Marruecos por haber eliminado un campo de refugiados saharauis entrando en él a sangre y fuego. ¿Les suena lo de no condenar?. ¿Que tendrá ésta palabra para que Otegi con relación a ETA y Ramón Jauregui con relación a Marruecos, no la quieran usar?. ¿Para qué tiene España destinado en Marruecos un servicio diplomático acreditado y para que existe el CNI con todos sus efectivos desplegados?.

Asimismo uno de los aspectos desoladores para la causa saharaui la decía Daniel Ellsberg, aquel alto funcionario de la Administración Johnson quien en 1969 se hizo famoso por filtrar los papeles del Pentágono que expusieron las mentiras del gobierno de los Estados Unidos sobre la guerra del Vietnam. Pues bien. Daniel Ellsberg dice ahora sobre las revelaciones de Wikileaks: “Creo que uno de los mayores secretos que hasta ahora se han revelado, es la poca diferencia que existe entre las políticas exteriores de Barack Obama y George Bush. De hecho la mayoría de estos cables son de entre 2007 y principios del año actual, e incluyen un año entero de Obama en la presidencia. Lo que hemos visto hasta ahora indica que no se puede diferenciar el uno del otro”. Desolador.

Yendo a lo publicado sobre Marruecos, nos encontramos con esta evidencia: “Los estadounidenses siguen con interés la agenda internacional de El Elíseo: su nueva política africana, su interés por agradar al rey de Marruecos, mediante el apoyo expreso al plan de autonomía de Rabat para el Sahara Occidental, o su empeño en hacer negocios con Arabia Saudita”. Lo que dicen estos papeles del Departamento de Estado nos indican que si España no trabaja con Francia y los Estados Unidos la situación del Sahara, nada va a lograr el Polisario. Y Zapatero, en estos años no ha hecho absolutamente nada. De ahí que Jáuregui, que todavía no ha dimitido, le otorgaba a Marruecos la soberanía sobre la antigua colonia española.

El problema del gobierno español no es Al Qaeda, porque si así fuera lo sería de toda Europa. Tampoco lo es la inmigración marroquí. El problema de fondo, del que no se habla, tiene dos nombres: Ceuta y Melilla, y un gran chantajeador: Mohamed VI.  Eso es lo que decía Bobbio cuando se refería a los poderes invisibles y a los secretos de estado.

Ante eso, la política del gobierno Zapatero durante estos siete años de mandato ha sido que­rer acariciar al tigre, hacerle la manicura, apostar por Marruecos. Pero al tigre no se le puede hacer la manicura. Tarde o temprano te dará un zarpazo. Lo que debería haber hecho en estos años Zapatero habría sido poner este asunto como prioridad de su agenda y haberlo trabajado con el gobierno francés, gran responsable de todo, y con el gobierno norteamericano, que en un pis pas, solucionó en su día el contencioso de la Isla Perejil. Pero no lo ha hecho, se ha entregado de pies y manos al rey de Marruecos al que sus súbditos besan todavía las manos y se ha llevado las manos a la cabeza ante una situación que, o se aborda con criterios de solución, o se envenenará gravemente y tarde o temprano nos pillará a todos.

Finalmente en relación al sufrido pueblo saharaui Zapatero se ha olvidado de algo primordial en política y que lo verbalizó Maya Angelou: «He aprendido que la gente olvidará lo que digas, olvidará lo que hagas, pero nunca olvidará lo que le hagas sentir». Y, el valiente pueblo saharaui lo que ha sentido estos días, solo ha sido abandono y desprecio. Y eso, pasa factura.