Este febrero Bob Dylan publicará Shadows in the night (sombras en la noche), su último álbum recopilación de canciones de amor adaptadas al gusto musical actual; llama la atención que quien como Dylan siempre ha hecho gala de gran capacidad para crear letras recurra a las canciones románticas de los cincuenta que tanto han versionado tantos, especialmente Frank Sinatra, el referente de trasfondo que impregna melosamente todo el álbum. Dylan a sus setentaytantos puede permitirse echar la mirada y el oído hacia atrás a las canciones de amor romántico que escuchaba hace 60 años “porque en un mundo repleto de ambición y egoísmo… lo romántico nunca pasa de moda, porque es imperecedero”, y esas canciones para el cantautor serían eso, la superación de los vicios actuales.
No sé si cuando alcance a Dylan retornaré a mis romances dieciseisañeros, pero está claro que el sentimiento romántico en los/las jóvenes seguirá tan vivo como en los cuentos de la princesa que espera ser rescatada por su apuesto príncipe, que busca compañera de amor inagotable e incondicional como el “de mamá”, mientras ella se siente dichosa por haber sido la elegida por su macho alfa. En estos cuentos los altibajos de cada trance no empañan nunca los finales siempre felices, pero la realidad de las historias de amor nunca es tan edulcorada porque los príncipes/princesas nunca son tan-tan perfectos.
De hecho el 60% de las jóvenes recibe vía móvil insultos machistas de parejas y amigos; y siete de cada diez escuchan como un mantra “los celos y el control por tu pareja son una expresión de su amor”; no extraña que una de cada tres personas tolere algún tipo de violencia de género.
No maltrato físico, porque el 92% de “ellos” considera inaceptable esta violencia machista, pero existen formas “violentas” y comportamientos “sexistas” que no generan rechazo ni se identifican como violencia de género: controlar horarios y llamadas de la pareja, impedirle ver a familiares/amistades, no permitirle que trabaje o estudie, indicarle qué actividades puede o no realizar… estas actitudes son consideradas inevitables y aceptables por uno de cada tres jóvenes. Procupante.
Los datos los publica el Gobierno en la campaña “Hay salida” dirigida a jóvenes y adolescentes. De modo que no resulta especialmente llamativo que el 33% de la población conozca casos de este maltrato. Normal que la preocupación del Gobierno por este machismo difuso/continuo de baja intensidad le impulse a su denuncia.
Es lo malo de confundir la belleza de las canciones de Frank Sinatra y/o Dylan con la realidad. No por romántico deja de ser control machista.
