¡Y quuueeeé?

MONTORO

ASÍ mismo, con esta semiótica entre admiración sorprendida y pregunta retórica dequienvasobrao simultáneas escucho a la administración de Hacienda/Economía, y también de Interior, ante la reciente sentencia del Tribunal Constitucional anulando la amnistía fiscal-2012 del sr. Montoro. De los 40.000 millones que se propusieron regularizar se legalizó la mitad y los ladrones-defraudadores de cuello blanco tributaron lo amnistiado a un raquítico 3%, menos que el 4% de IVA reducido por una barra de pan. ¡Y qué? Te miran por encima del hombro, sabiendo además que gran parte del dinero amnistiado tenía su origen en el narcotráfico, trata de personas, venta de armas, corrupción y otras actividades criminales.

El cazador cazado. Ha dimitido el mismísimo fiscal anticorrupción por trapicheos económico-financieros personales/familiares en Panamá ¡Y qué? Se ha ido como echando en cara a quienes pagan sus tributos aquí, quizá porque no conozcamos como él el camino correcto. Él, junto a otros “listillos” que vehiculan su actividad económica a través de los 15 paraísos fiscales más agresivos del mundo, hacen que el Estado deje de ingresar unos 1.550 millones € anuales, el 60% del déficit de reserva de las pensiones en 2017. ¡Y qué? Inquiere el defraudador al ser señalado, si Panamá ni figura en la lista oficial española de paraísos fiscales, donde como islas del tesoro sólo aparecen las Islas Bermuda, Islas Vírgenes Británicas y Mauricio. Así que como españolita lista podría organizar mis viajes de turismo financiero-fiscal por Islas Caimán, Países Bajos, Suiza, Singapur, Irlanda, Luxemburgo, Curazao, Hong Kong, Chipre, Las Bahamas, Jersey, Barbados, sin traba legal ni miedos tributarios ni penales a reclamaciones del fisco. ¡Y qué? Chulean quienes en lugar de mi potencial podría, conjugan el presente “puedo” y lo hago: es legal.

Tan legal como que en nuestro mundo vivan 1.000 millones de personas que pasan hambre, 800 millones sin agua potable y 2.500 millones malvivan con menos de 2 euros al día; al mismo tiempo que hay 7,6 billones € (el PIB de Alemania y Gran Bretaña juntos) opacos a Hacienda, guardados en conocidos paraísos fiscales, verdaderas islas del tesoro. ¡Y qué? Es mío y legal, aducen sus depositantes. Tan legal como que 62 fortunas acumulen hoy más patrimonio que 3.600 millones de las personas más pobres, mientras que en 2010 eran 388. ¡Y qué? Acaso la economía no puede estar al servicio del 1% de listos/listillos, de la desigualdad galopante. Desigualdad fomentada, porque si entre 1900-2017 se hubiera combatido esta desigualdad hoy habría 700 millones pobres menos.

Legal, aunque por estos defraudadores las pensiones de jubilación puedan bajar un 4% en los próximos diez años. ¡Y qué? Qué no se jubilen y sigan trabajando, rezongan.

En el ciclo Ética, humanismo y ciencia, la catedrática Adela Cortina propone “cultivar la ética que induzca a no dañar al otro”. Loable y justa propuesta, pero al parecer los ¡Y qué? Del 1% son mucho más válidos que la necesidad de igualdad del irrelevante 99%.

¡Y qué? se oirá justificarlo al fiscal anticorrupción.

Qué habré hecho mal para no ser millonaria

MILLONARIOSSi escuchamos con atención a los dirigentes peperos neocom parecería que quienes no se hayan forrado, ni logrado millones ni hayan defraudado durante la crisis para después poder ser autoamnistiados es porque carecían de luces, capacidad y habilidad, porque para ellos los últimos años en España los perros económicos han estado atados con longaniza financiera al alcance de todos. Puede leerse en esta línea de razonamiento la noticia de que en el Estado ha aumentado el número de millonarios un 10% sobre el año pasado, mientras en Europa ha sido un 4%. Entre nosotros la crisis “ha generado” de 2008 a 2015 un 40% más de millonarios, ricos que excluyendo su vivienda, colecciones, consumibles y bienes duraderos poseen más de un millón de dólares en activos de inversión; además, entre ellos se ha duplicado el número de afortunados con más de 30 millones.

Este vedetismo millonetis sería noticia, sí, pero no tan agresiva ni lacerante si simultáneamente en el mismo período de crisis no estuvieran cinco millones de personas sin trabajo, ni hubieran ascendido hasta el 29% los ciudadanos/as en riesgo de pobreza y exclusión social, si no hubieran rebajado los salarios, si no hubieran fomentado el trabajo-basurilla, ni subido los impuestos, si no hubieran recortado las prestaciones sociales y sanitarias con nuevos copagos, si no hubieranjibarizado los presupuestos de la educación pública que es a la que tienen acceso los pobres y empobrecidos… en resumen, si no se hubiera elevado la desigualdad entre ricos y pobres a su máximo nivel desde que la OCDE inició su medición hace 30 años. El 10% de los más favorecidos no poseería el 50% de la riqueza, mientras que el 40% de los más pobres solo tiene el 3%. Triste, doloroso y miserable récord del régimen rajonyano.

Para explicar este espectacular repunte de ricos, que no de riqueza nacional, escuchamos múltiples razones: fraude y evasión fiscales, menor imposición a los ricos, aplicación empresarial espuria de las leyes laborales, y sobre todo la escasa inversión productiva del capital que se ha dirigido al beneficio rápido de los mercados bursátiles especulativos de sesgo económico-extractivo. Discutibles pero entendibles.

Pero en ningún caso es de recibo que ahora desde muchos medios se fustigue a los más pobres achacándoles de insensatez y envidia hacia los ricos, “porque tu imprudencia anterior es hoy mi riqueza” o “eres pobre porque no te has esforzado lo suficiente”, o “porque no has sabido apalancarte en el mercado extractivo que es lo que genera millones”…, vamos que eres tontuelo/a por no haber sabido qué hacer para ser millonaria al tirón. Y ahora además, envidioso/a. ¡Manda güevos!