Celebro, no saben ustedes cuánto, el preacuerdo para aprobar los presupuestos de Nafarroa que han alcanzado el Gobierno de María Chivite y EH Bildu. Por la parte maliciosa, por la bilis que —imagino con delectación— empezarán a supurar las huestes cavernarias en cuanto sepan de la noticia. Confirmarán con los ojos fuera de las órbitas y expeliendo espumarajos por las fauces que Sánchez ha vendido la sacrosanta Comunidad foral a la ETA, así, con artículo, que es como les gusta pronunciar el nombre de su bicha favorita.
Será divertido. Pero más allá de eso, el pacto también me provoca una sonrisa socarrona al pensar que las cuentas que va a apoyar la coalición soberanista —la llamo así porque un día puse abertzale y me lo afearon algunos integrantes de la formación— no creo que sean muy diferentes de las que desdeñó con cajas destempladas en la demarcación autonómica. Y sí, ya se conoce uno la película del relato y los adornos sobre los compromisos megamaxisociales que se dirá que se le ha arrancado a la contraparte. Pero no me cuela. O sea, me cuela en la misma medida que hice como que me tragué las aleyuyas de Podemos en la CAV, pretendiendo que gracias a ellos, los presupuestos son requetefeministas, requeteverdes y me llevo una.
Allá cada cual con los autoengaños al solitario y, sobre todo, con lo que se vende a la parroquia. Bienvenidos los pactos, que no dejan de ser males menores porque a la fuerza ahorcan o estrategias del rato que toca. Como digo más arriba, este en concreto lo aplaudo, como aplaudí la abstención con sabor a sí en la investidura de Sánchez. Lo que no se me escapa es el contraste.
Con respecto a la ETA como les gusta decir. ETA es un acrónimo. En castellano se suele escribir: la ONU, la FIFA, la UPV, el FMI, (siglas en castellano), la NATO, la CIA, el FBI (siglas en inglés), la KGB o el SVR actúal (en ruso), el EBB, la EHSF (en euskera). Decir la ETA suena fatal, suena a Jiménez Losantos, prácticamente nadie utiliza «la» en este caso, pero creo que es lo correcto escribiendo en castellano. Todo ello dicho sin acritud y sin pretender que nadie diga «la». Con el fondo del comentario del blog (que es lo importante) totalmente de acuerdo. Saludos.
Pues Urkullu debería de hacerselo mirar, que los de Bildu le digan que no y los españoles del PSOE y PODEMOS le digan que SI.
Que en un caso se ven con un Otegi de Lehendakari y en el otro lo que acarician es una moción de censura en Iruña, para el que hace falta el PSN. Así de simple.
Luego, si eso, podemos empezar a hablar de con qué cara nos ponemos estupendos con cordones y «verdaderas naturalezas» ante la oleada creciente de españolismo fachoso y casposo (que surfea un alavés, para más escarnio)… si, mientras tanto, alimentamos en Euskadi dando premios al discurso de que cercenar derechos de otros es necesario y aplaudible.
Nos lo deberíamos de mirar con intensidad, a ver si en el espejo en le que se mira tanto abertzale «que ama a su país» sale un facha con aguilucho.
Urkullu se sabe muy bien la lección de como tratar a los de siempre no, apoyados hoy en el ultranacionalismo si, ultrasocialismo ya veremos y mañana al revés.