Caramba con los severísimos pontificadores de la consignilla “la salud es lo más importante”. En cuanto rascas con el canto de un duro, te encuentras que su superioridad moral y su rectitud engorilada no aguantan medio soplido. Qué imágenes, las del pasado fin de semana, de multitudes arremolinadas, pasándose por el forro de los caprichos todas las letanías sobre la distancia de seguridad, la responsabilidad individual y me llevo una.
Oiga, mireusté, que llevaban mascarilla, por lo menos cinco de cada diez. No me compare, que era por una noble causa, ya verá cómo el bicho sabe distinguir a quién llevarse por delante y a quién no. No joda, que era a las puertas de la fase tres, mientras los cayetanos fachirulos de los barrios madrileños de alcurnia salieron en la uno mal contada y con banderas españolas y palos de golf, que son vehículos seguros de difusión del virus. Milongas, milongas y más milongas que contienen el autorretrato de los medidores de doble, triple, cuádruple vara o lo que haga falta. Ya ni siquiera es hipocresía. Es cinismo del más alto octanaje entreverado con la soberbia de los que siempre salen vencedores de cada envite porque si alguien les afea la conducta, se encabritan y le ponen de fascista para arriba. Pues sea, que uno no se va a callar a estas alturas de la tragicomedia.
Si se hubieran quedado políticamente quietos, podrían haber vendido de alguna forma que los rebrotes eran cosa de «Confebask y su monigote Urkullu», incluso con la riada de personas, jóvenes y no tan jóvenes, que están ignorando con mucha alegría las medidas más básicas de protección. Pero ha bastado con una nueva reivindicación molona para salir a manifestarse completamente pegados.
La gente no tiene remedio, en serio. Pijos madrileños o posturetas vascos, lo mismo da.
Y, mientras tanto, ya empiezan a aparecer los rebrotes. Que no son «hospitalarios», copón. Si viene un idiota que no ha sabido mantener una mínima corrección fuera diciendo que no está enfermo y le tose una y otra vez a una doctora, termina infectándola como a cualquiera. Pero, claro, la culpa es «del gobierno».
Pues no sé si es que soy más raro de lo que yo mismo creo pero esas manifas de la gominola me cargan un poquito.
Cuando a problemas graves como los delitos de género se responde con manifas de diseño al ritmo de las batucadas, la cofradía del coño insumiso y en plan mira qué juerga hemos montado porque estamos cabreadas/os y nos lo pasamos fenomenal, pues me parece contraproducente para la causa feminista, que debecservla de todos.
Cuando se responde a situaciones de racismo con manifas como la que he visto en los medios, sin mascarillas, sin distancias y dando imágenes más parecidas al fervor de un concierto de Bisbal que a la respuesta a un asesinato pues también me parece contraproducente a la par que ridículo.
Cuando se hacían manifestaciones, no manifas, contra el franquismo, íbamos todos más serios que un palo y con riesgo de recibir una hostia y no como ahora que el máximo riesgo será romperse una uña o llegar tarde al «terraceo» con los/ las colegas.
Quizás esto sea la nueva normalidad y yo sea neoanormal pero manifestarse por una razón seria de forma chupiguay es patético.
Otra razón más para llevar mascarilla.
Llevas toda la razón, Javier.
Procura no amargarte la vida. Intentar ser honrado, aplicar el mismo rasero a todos con la crítica, y arriesgarte a leer los comentarios de todos acerca de las tuyas es lo que tiene, es difícil no amargarte….
Yo creo que haces un buen trabajo. Y que lo que has escrito hoy era necesario escribirlo. Algunos de los que sólo les gusta la crítica cuando no va dirigida a ellos saltarán, pero a la larga tendrán que reconocer que tienes razón.
Al final, entre unos y otros, vamos a tener otro brote, si ya veréis… En Bizkaia ya ha empezado. Todo por las prisas de cambiar de fase. Señor Vizcaíno, acláreme usted si está en contra, también, de lo de la celebración de las elecciones en Euskadi o está sólo en contra de estas manifestaciones o a favor de lo primero y en contra de lo segundo. Según mi opinión, yo creo que sólo dispara contra los que le llevan la contraria al PNV, diga lo que diga el PNV.
Sí, lo que usted diga.
Bueno, Javier, es la vieja LEY DEL EMBUDO en versión “chachiprogre”. Y, como dices, el que levanta el dedo y pregunta, pues eso, “facha”, “franquista”, “machista” y primo hermano de Trump. Lo dicho, hay algunos que la SUPERIORIDAD MORAL la traen de serie.
Yo vuelvo a señalar que no se deberían celebrar las elecciones.
De todas formas, el rebrote o tenemos 100% asegurado. Por terracitas, por no pasa nada por el colegueo. Y ahora por las MANIFAS GILIPOLLAS. Así, en mayúscula
«El mayor riesgo de infección parte se da en espacios cerrados». A ver, Barrio Sésamo. Una persona está en contacto con mil en un espacio abierto. La posibilidad de contagio es de una entre cien. Ya tenemos 10 contagios. Que luego van a su terracita, a saludar a sus amigos que no pasa nada. ¿Lo entendemos?
No pero ya han dicho que en la próxima manifa que sortu va a convocar en Zarautz para denunciar la agresión sexista en el arrano
van a mantener las distancias y tal. No problem.
Hay que ser cortoplacista e interesado para contraponer economía a salud, como si fueran términos contrarios.
La situación sanitaria que hoy soportamos tiene unas causas económicas, y se solucionará mediante la economía:
La escasa aplicación presupuestaria a la investigación científica, y menos a la virológica, que hace que el surgimiento del virus que nos amenaza sea algo inesperado, es una decisión económica.
La escasa dotación presupuestaria a los recursos clínicos para estar preparados ante un pandemia, es una decisión económica.
La escasa dotación de plazas de médicos y enfermeras en un sistema mantenido a los límites mínimos y que por otra parte exporta personal sanitario al extranjero, es una decisión económica.
Por otra parte, la solución a esta situación, así como la evitación de futuros casos, pasa indefectiblemente por la producción de bienes y servicios que proporcionen recursos públicos suficientes para dotar al sistema sanitario de una estructura eficaz que pueda responder a amenazas de este tipo.
La economía salva vidas, produce salud. La inactividad, nunca.
De hecho, un posible repunte de la contaminación es más probable que venga del mundo del ocio, que del trabajo.
Esnepel, no se contrapone economía a salud. Lo que es malo para la salud es malo para la economía. Por ejemplo, volver a la fase 0 en agosto y tirarnos tres meses, es peor para la salud y para la economía que si hubiera seguido Bizkaia en la fase 0 por unas semas más.
Si, pero el CONFINAMIENTO REFORZADO no es sostenible. La economía se ha hundido, pero no del todo. Si se hubiesen seguido las recomendaciones de los CATASTROFISTAS de turno, la debacle económica sería exponencial. Todo tiene sus riesgos, la vida es riesgo; hay que afrontarlos con prudencia, pero sin histerias. Es duro, pero después de decenas de miles de muertos, hay que mirar para adelante. Probablemente habrá momentos difíciles, esa será NUESTRA MEDIDA, y más nos vale estar a la altura.
Totalmente todo lo contrario. Con un confinamiento estricto, en Wuhan estuvieron desde el 23 de enero hasta el 8 de abril. Aquí llevamos desde marzo y con posibilidades de repetir. Cuanta más laxitud, más tiempo, mucho peor para la economía. Son hechos.
Ya lo expliqué hace semanas en este chat: Wuham es una parte infinitesimal de China; es como si aquí se confinase estrictamente el barrio de Rekalde de Bilbao, mientras el resto de Euskadi, con medidas de seguridad, sigue produciendo más o menos normalmente. Eso es sostenible. ¿Pero alguien cree que hubiese sido viable el confinamiento ESTRICTO de TODA CHINA, 1200M de habitantes durante TRES MESES? Es cuestión de economía de escala.
¿Y quién ha dicho que haya que confinar todo el país? allí no confinaron todo el país pero ¿no cerraron las fronteras de todo el país?¿aquí no hay distintas zonas en distintas fases?¿Y quién ha dicho que en Wuhan estuvieron tres meses? Hay que hacer lo que es posible hacer y lo que sí dije, digo y diré es que Bizkaia no debió de pasar de fase y que es probable que nos arrepintamos de que eso haya sido así.