La violencia gratuita sigue campando a sus anchas. El último botón de muestra, que puede ser el penúltimo a estas horas, lo hemos tenido en la localidad vizcaína de Amorebieta. En la madrugada del pasado domingo una piara de energúmenos veinteañeros la emprendió a golpes con un chaval de su edad que acabó en el hospital en estado muy grave. Fue una agresión salvaje porque sí. Tan injusta, condenable y penalmente perseguible como cuando hay otras motivaciones que encuentran mejor acomodo en los titulares y en los tuits de denuncia al por mayor. El odio puede adoptar miles de caras, a ver si nos entra en la cabeza ante la tentación de hacer clasificaciones sobre los linchamientos. Que dé un paso al frente el politiscatro de tres al cuarto que sostenga que se criminaliza a los criminales solo porque son jóvenes. Bonita forma de retratarse siempre al lado de los matones. Nada sorprendente, por otro lado.
Y luego está la matraca de la educación, que también mentaron en sus rasgados de vestiduras algunos representantes políticos. No, estimado Eneko Andueza (entre otros), con los desalmados agresores de Amorebieta ya no hay educación que valga. De hecho, la que hubo, la que recibieron, no ha servido para absolutamente nada. Desde luego, no ha evitado que patearan a un semejante hasta dejarlo entre la vida y la muerte. Va siendo hora de que aprendamos, a la vista de la reiteración tozuda de este tipo de episodios, que la realidad no se cambia cerrando los ojos muy fuerte y deseando que pase lo que queremos que pase. ¿Y si probamos haciendo que sepan que los actos tienen consecuencias?
Eneko Andueza tiene que hacerse notar para sustituir a Idoia Mendia. El asunto le da lo mismo.
Supongo que a este bienintencionado vividor de la cosa pública si le dan una patada en un lado de la cabeza, pondrá el otro lado mientras le comenta al agresor que lo que hace no es correcto.
Dejando clarito que los violentos del alcohol tienen, siendo tan jóvenes las neuronas supervivientes muy chamuscadas, echo de menos una labor de prevención por la Ertzaintza, una mayor contundencia en medios de disuasion y en sanciones y un control eficaz de venta de bebidas alcohólicas castigando su consumo callejero en rebaño.
Y sobre todo con la pandemia dando la matraca, un toque de queda nocturno.
Y me pregunto si los jueces que atan en corto al G.V. en la toma de medidas preventivas sienten algún tipo de preocupación por estos desmanes.
Pues entre la mala fe de unos, la desorganización de otros y la demagogia de Andueza y similares lo tenemos crudo con los sinvergüenzas fiesteros.
Buenos días, Javier.
En el derecho sajón hay determinados crímenes, que por su brutalidad, pueden ser juzgados -y lo son muchos- como si fueran cometidos por adultos.
No se trata de venganza sino de escarmiento, ya que nadie lo hace en pellejo ajeno.
Yo ahí lo dejo, pues todo es debatible en este asunto.
Un saludo
Esa sería la mejor terapia, los actos tienen consecuencias. Estoy hasta el gorro que me vengan con la milonga de «todos hemos sido jóvenes», «lo han pasado muy pero muy mal con la pandemia»,» no conseguimos nada con el castigo,» «no hay que criminalizarlos» «sólo es una parte pequeñíiiiisima de la juventud» » En Euskadi no hay problemas de delincuencia y puedes estar hasta altas horas de la noche con total tranquilidad» » la inseguridad es algo subjetivo» En fin….pedagogos de medio pelo, políticos mediocres y sus apóstoles de progresía fácil y explicaciones metafísicas para todo. Si es que somos muy pero que muy listos .Mientras tanto este chaval de Lemoa en la UVI.
Lo hecho, hecho está. La educación que se ha dado a quienes son capaces de patear a otra persona, sin importarles las consecuencias para ella, está claro que no ha dido adecuada o no ha servido para nada. Se comportan como verdaderos seres salvajes.
Por lo tanto, sí habrá que pensar en su reeducación, pero formando parte de ella, la aplicación de la Ley y el cumplimiento de la pena impuesta con la máxima dureza y rapidez.
Y ese atenuante de que son menores, si lo son, no me sirve.
Cometen acciones de adultos y como tal hay que juzgarles. No estamos hablando de «chiquilladas», de «trastadas». No, estamos hablando de cosas mucho más serias. En este caso de Amorebieta hay un joven que se debate entre la vida y la muerte. Y eso no es un juego de niños. Eso es un atentado claro y rotundo contra la vida de otra persona.
Las NO consecuencias de los actos es el gran problema de la violencia juvenil.
No hay consecuencias en el ámbito familiar, político, ni judicial.
Habría que cambiar la actual ley del menor y no creo que haya ningún partido político capaz de meterse en ello en la actualidad.
Nos limitaremos a seguir lamentando estos episodios tan bochornosos y criminales. Nada más.
Hace poco oí o leí un comentario que separaba formación y educación. Como si fueran paralelos. También el mismo (o misma) opinante decía «A la escuela el joven debe venir educado, nosotros lo formamos, la educación en valores es de los padres, y en la escuela no podemos sustituir a los padres».
Mi opinión es que no es así. O no debe serlo.
Un joven formado adecuadamente está educado. Y un joven ineducado lo es porque no está completamente formado. Por lo menos en un aspecto de la formación, como es la concepción ética del mundo, el respeto a los semejantes, a sí mismo, a la colectividad, que también se debe impartir en la escuela, donde el joven socializa y se compara con el resto , amigos y enemigos. La formación escolar debe integrar una forma adecuada y respetuosa de solucionar los propios problemas, sumando por supuesto a la labor de casa.
La escuela forma (debería hacerlo) a la persona de una manera íntegra, mientras que los padres no, porque ceden la formación técnica al sistema educativo. Pero la educación en ciudadanía y convivencia debe estar en las dos partes, que son complementarias, no suplementarias.
Pero nos olvidamos de la tercera pata: Nuestros jóvenes tienen en el ámbito de su casa el maltrato, la solución de problemas mediante la violencia, el ensalzamiento de héroes de la matanza, y sobre todo la división de los seres y el orbe, en un maniqueísmo letal, en buenísimos y malísimos. Los primeros tienen justificación en lo que hacen y los segundos, además de perdedores, merecen ser exterminados, quizá precisamente por eso. Rambo, Conan, el Cid, Harry el Sucio, Bill Kill… nos deleitan con sus hazañas de sangre y odio sobre la alfombra del salón, o en la soledad del confinamiento voluntario de la habitación. Y toda esta representación aleccionadora del mal tine para un adolescente mayor autoridad que las otras dos patas: El mundo que ve en los «media» es más atractivo porque es ocio y diversión, mientras que, tanto la escuela como la familia son obligación y responsabilidad, deber y disciplina.
Resumo. La educación completa es cosa de tres, a diferencia de otras épocas, que era de dos.
Afrontémoslo como reto. No debe haber censura, pero sí conocimiento y asunción del problema para tratarlo.
No creo que los chavales de ahora sepan quién es o era Harry El Sucio.
Siempre ha habido violencia y tipos duros o de mecha corta repartiendo estopa en la pantalla y en vida real.
Y peleas siempre ha habido. Recuerdo que en mis tiempos había unos de un equipo de balonmano que cada vez que tenían cena de equipo terminaban a puñetazo limpio con quien estuviera por la labor.
Y, claro, eran gente fuerte que daban hostias como panes. Pero porque sí…por constitución…o porque practicaban tal o cual deporte…y eran brutos.
Lo que no había era…creo…cobardes linchamientos como vemos ahora. Basta una mirada y salta la jauría y golpea hasta matar. Patadas en la cabeza, diez contra uno a alguien que está en el suelo. Eso yo no lo vi. Y vi muchas peleas.
Ahora te cruzas por la calle con muchos «mazaos» que no lo están porque jueguen, yo que sé, a rugby. Son mazaos de gimnasio cuyo objetivo es mazarse y marcarlo.
Y en nuetros tiempos algunos hacían judo…donde se inmoviliza…se defiende pero no se golpea.
Ahora un montón de chavales hacen kickboxing y movidas de artes marciales mixtas con el objetivo de ser peligrosos, de dar miedo.
Y te cruzas con gente musculada hasta lo ridículo…prieta…llena de tatuajes y con una correa llevando un perro peligroso que están deseando una mirada…un encontronazo para atacar y mostrar su poderío.
Estos linchamientos son maldad en estado puro.
Y el problema comienza en casa. Se siente. Hay una auténtica dejación o algo peor en el caso de muchos padres y madres.
Estoy harto de ver a chavales que la lían parda en un edificio o en una zona de ocio y si el equipo de seguridad intenta pararles o llamarles la atención papá y mamá acuden raudos en su defensa y se muestran además chulos y agresivos hacia quien solo intenta hacer su trabajo.
Yo suelo pensar. «Vale…llévate a tu nene a casa con una palmadita en la espalda…que en pocos años que él sea un tocho mimado y malcriado y tú ya algo mayor…tu niño convertirá tu vida en un infierno»
Ah. Y bebíamos lo mismo o más. El alcohol no es excusa. Para darle en grupo patadas a alguien que está en el suelo lo que hay que ser es una basura.
Podemos rasgarnos las vestiduras todo lo que nos apetezca, la realidad es tozuda.
A esas edades hay toda una batería de recompensas sociales a un comportamiento sociópata y peligroso (incluyendo el botellón atiborrado de alcohol, una droga mucho más mortal que la heroína), mientras que hacer lo correcto te llevará a ser pisado. ¿Qué esperamos sino que aparezcan auténticos monstruos? De hecho, la prueba de que no existe una extendida maldad humana es precisamente que estos son minoría y la mayor parte de la juventud intenta salir adelante más o menos rectamente.
Afortunadamente no toda la juventud vasca es violenta y pienso que son los menos ,ademas ahora todo se difunde rápidamente pero lo cierto es que preocupa bastante la forma de divertirse de algunos ,peleas , borracheras ,pedradas a la Ertzaintza ,falta de civismo y unos padres que han perdido autoridad y han educado evidentemente muy mal . No se pueden disculpar ciertos comportamientos y los castigos han de ser ejemplares porque si no se harán los dueños de la calle y tendremos que lidiar con las consecuencias .
Tengo la duda si alguno de éstos menores estaban tutelados por alguna entidad oficial porque entonces se abre una variable nueva.
¿ Alguien sabe algo ?
Un saludo.
Por cierto…entre los detenidos…edades desde 15…hasta 38 años.
¡¡¡38 años!!!
¿Qué hacemos con una joyita así a estas alturas?
Cuando leo que el portavoz del Gobierno Vasco dice que «puede haber indicios de odio en la agresión»…se me ocurre pensar que también ahí puede radicar parte del problema. Nos la cogemos con papel de fumar.
Le han reventado la cabeza a patadas. Pues algún indicio sí que podría haber. Si no de odio…sí de algo de mala leche.
Y ya sé lo que quiere decir Zupiria (que no es que sea él; eso lo puede decir cualquier gobierno), se busca una posible motivación ideológica. Un sesgo por una condición x del chaval atacado. Que no tengo ni idea pero es que esas declaraciones sólo pueden ir en esa dirección.
Y no lo sé y tampoco me importa demasiado. ¿Es más grave en ese caso? ¿¿Más??
Y lo que me chirría es que parece que lo realmente grave sería que hubiera habido alguna motivación de ese tipo.
Le han reventado a patadas…pero…¡¡¡ojo!!! que es que podría ser que hubiera sido por x…y en tal caso es mucho más grave y se van a cagar.
En el reciente brutal y repugnante linchamiento y asesinato del chico gallego…a las 24 horas el gran debate y lo realmente grave era que durante el linchamiento se había oido a alguien gritar «maricón».
Entiendo el planteamiento.
Hay una ola de homofobia, machismo, racismo..envalentonado que hay que frenar y denunciar pero no todo es eso. Y parece que si no encontramos nada de eso detrás del crimen como que la cosa pierde chicha y categoría y no sabemos qué poner en la pancarta de la concentración.
Ante una salvajada así…¿no suena algo ridículo poner el foco en a ver si va a haber algún indicio de odio?
Sí parece, no.
El diario portavoz de la ultraderecha en Bizkaia atribuye el crimen a una banda de asesinos potenciales «controlada» policialmente desde hace tres años. ¿Controlada?
Las filtraciones policiales a este medio contribuyen al deterioro de su imagen.Lo mismo te informan de que en Erandio una comisaría está asediada por mosquitos ¡qué horror!, que sirve para echar mierda sobre la institución como en este caso. Que me da que es el objetivo final de dichas filtraciones.
Bien, seguimos en lo de siempre: en cogérsela con papel de fumar. “Posible delito de odio” califica el gobierno vasco a un ataque que casi le cuesta la vida a la víctima. Parece que no estaban de bromas, ¿no? Pero, son menores de edad y se irán de rositas como si nada hubiera pasado. Sucede casi siempre en estos casos. Bueno, billete de avión y de vacaciones a pasar el desgarrador trance, no vaya a ser que queden traumatizados por haberle mandado al hospital a la victima.
Hace ya unos años una chavala de 15 años en Ermua sufrió una brutal paliza por parte de otras seis menores. El motivo fue que le había quitado el novio a otra. Según los familiares de la martirizada, “ le quemaron el pelo, le orinaron encima y le pasaron una moto sobre la rodilla”, las angelitas. La joven tuvo graves lesiones como consecuencia del “encuentro”. No les pasó nada, absolutamente nada.
Una nota del Departamento, que nunca desveló la identidad de las criaturas, hizo referencia a la difícil situación familiar de la agresora y de su no seguimiento del tratamiento médico al que estaba sometida. Buff, para qué más. Algunos periodistas muy listos y pendientes del “ángulo informativo”; una asociación de padres y madres que puso una denuncia contra el Dpto de Educación, y algún o alguna idiota más en puesto relevante lograron esclarecer el asunto: el culpable de todo fue el jefe de prensa por su nota. Este, más tarde tuvo que presentarse ante el juez y perdió su trabajo en la Consejería. Creo que el jefe de prensa era yo mismo….. pero casi se me había olvidado. Casi.