Soy de los que, cuando parece que la botella de aceite está vacía, la pongo boca abajo sobre un vaso para aprovechar hasta la última gota. Y también rajo los botes del lavavajillas, el gel o el champú con el fin de dejarlos absolutamente apurados antes de echarlos al cubo de los plásticos. Son, supongo, actitudes instintivas de alguien que creció en una familia donde la última semana de cada mes se hacía eterna. Se lo cuento porque intuyo que no serán pocos de ustedes los que mantengan rutinas o manías similares y, en consecuencia, estos días estén escandalizados al descubrir con qué ligereza se está derrochando nada menos que una sexta parte de las vacunas de Pfizer.
A eso equivale lo que el dicharachero consejero de Salud andaluz llamó “un culillo”, quitando importancia al despilfarro. Porque, sí, provoca mucha bronca, y yo ya lo he dejado por escrito aquí mismo, que jetas profesionales con incontables trienios de mangancia pública se hayan atizado por el puñetero morro un chute del líquido inmunizador. Pero si echan cuentas, aunque en nuestros terruños y más allá sean legión estos golfos, la suma de lo que se hayan podido inocular en sus carnes serranas es muy inferior a lo que se pierde de oficio porque a la farmacéutica le salió de la entrepierna dispensar el elixir en unos viales con trampa.
Creo que te equivocas, Javier. El tema, sino me equivoco, no tiene que ver con los viales, sino con las jeringuillas a usar. Es en cierto tipo de ellas donde parece que se queda “un culín” (que salaíto el andaluz) de liquido, que se pierde porque las jeringuillas (tidos los tiposj son de un solo uso.
Hay otro tipo de jeringuillas que inocula todo el líquido, no quedando nada en la jeringuilla.
La farmacéutica ya avisó, al parecer, de que para sacar 6 dosis de cada vial eranecesario usar las jeringuillas del tipo adecuado. Han sido aquellos que han comprado las del tipo no adecuado (que son algo más baratas) los que han metido la pata.
Mirando el despropósito de quienes se apuntan a ponerse la vacuna antes de que les corresponda ,sin quererlo han demostrado a los anti vacunas que no parece ser tan peligrosa cuando corren para ponérsela los privilegiados
Bueno estarán contentos los que pedían que se la pongan primero los politicos porque se han cumplido sus deseos ,que no los míos
Tendremos en cuenta a este tipo de gente cuando pase todo esto de una u otra forma. No se puede despreciar más al ciudadano que considerándolo idiota. Bien las farmacéuticas, bien los políticos con poca vergüenza.
Ayer comentaba el señor Mediavilla en DEIA que la escasez de vacunas se debe en parte a que PFIZER desvió entregas hacia un país asiático que le pagaba cuatro veces más que la UE.
Cuando pase todo esto consideremos a PFIZER como uno más de los comerciantes de la salud.
Cuando pase todo esto, recordaremos a los sanitarios como héroes mal pagados, mal agradecidos e incluso despreciados por una parte de la sociedad.
Y en mi caso particular recordaré el comportamiento de esos hosteleros que echan la culpa de todo al Lehendakari y al G.V.
Impresentables, manipulados y manipuladores.
Esta noche en Gernika uno de esos hosteleros ha prestado su local para una juerga y lo ha hecho por pasta, no por rebeldía. Es un ejemplo cualquiera de esa parte turbia e insolidaria que desprestigia al conjunto.
Hablo de esa parte de la hostelería sobredimendionada y acostumbrada a forrarse sin escrúpulos en los buenos tiempos, por no hablar de sus cotizaciones,y me compadezco de los honrados que sobrevivían cada mes, bien como empresas familiares o como empleados con horarios abusivos y salarios mierdosos. Esos son los que meten más ruido. No lo olvidemos.
Así es Javier.
Yo también pertenezco al grupo de la última gota.
La falta de recursos nos hacía aprovechar hasta una gota de agua, la que nos ahorraba algún viaje a la fuente del barrio, seca muchas veces.
Y no era allí en el quinto pino donde no llueve, sino en el municipio minero con bonito museo, el preciado líquido era más importante para lavar el mineral y enriquecer a los que ni les faltó nunca agua, ni les faltará «el culillo»
Es triste ver cómo las farmacéuticas se lucran con las desgracias y aprovechan todas las triquiñuelas, para que a río revuelto ganancias de pescadores, mientras se juega con vidas.
Alguien dirá que una dosis por vial encarece el producto, y posiblemente así sea, y también que se hagan un poco menos millonarias.
Un saludo.
Bueno, es la eterna condición humana. Yo comprendo que tu, Javier, que te dedicas a este negocio, tengas que reseñar y opinar sobre estos y otros temas, pero, como en tantas ocasiones, prefiero aplicar el Evangelio: “ No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.” (Lucas 6:32) En tiempos de crisis normal entera sale lo mejor y lo peor del ser humano y ¿qué quieres que te diga? Sin haberme encontrado en la situación me cuesta juzgar con dureza las diversas casuísticas que se han dado en el uso incorrecto de las vacunas.
En cuanto a la vacuna en sí, pues el tema tiene su miga: en principio su envasado era en viales de los que se podrían obtener, en condiciones normales cinco dosis. Y eso era lo que se
indicaba en las primitivas instrucciones de uso. Ciertamente sobraba “un culin” , más o menos una dosis, que se descubrió que que con determinadas jeringuillas se podía aprovechar. Ahora Pfizer-BioNtec alega que en los contratos el compromiso era suministrar determinadas “dosis”, no “viales”, con lo que está suministrando menos de estos. Si no tienes las jeringuilla adecuadas estás jod___. En cuanto al precio, pues parece que no hemos espabilado con lo ocurrido con los suministros de material sanitario al comienzo de la pandemia. El que más rápido cierra los contratos y ofrece mejor precio se lleva el gato al agua. Pfizer-BioNtec han invertido en un plazo récord cientos de millones de dólares en esta vacuna, han sido los primeros en lograrla y quieren optimizar su inversión. Como diría Rodrigo Rato: “es el mercado, amigo”.
Para el que quiera saber como funciona esto, recomiendo ver la película de Orión Welles “El tercer hombre” . Y no, no todos los traficantes de penicilina adulterada mueren en una alcantarilla de Viena.
Cáustico totalmente de acuerdo con tu comentario sobre los hosteleros manipulados . Porque no protestan contra los sinvergüenzas que hacen fiestas y contra algunos hosteleros que con tal de hacer caja consienten comportamientos indebidos en sus locales .
Sí, bueno, salvo que usted juzga igualmente y dice que no. Además, con seudónimo. Por lo demás, nada que objetar a su opinión.
Hola Javier , suelo coincidir contigo casi siempre , pero hay un detalle que no acabo de entender :
Por qué te molesta que pongamos seudónimos?
Y por qué te molestan los seudónimos sólo cuando discrepamos ?
Un saludo de Roberto.
Me imagino que te diriges a mí, Javier. Pues acepto la crítica, a veces juzgo; pero, en mi descargo, diría que a lo que me estoy refiriendo en el comentario en cuestión es a las situaciones en las que lo que se plantea no es tanto una manifiesta incapacidad para el cargo ostentado o un desempeño del mismo del que deviene un perjuicio para la ciudadanía. En los casos que nos ocupan, como decía con una casuística muy variopinta, me gustaría que cada uno de nosotros hiciésemos el ejercicio mental de ponernos en el lugar de las personas que actualmente se encuentran en “la picota” y nos respondiésemos con honestidad cuál habría sido nuestra actuación. Suponiendo que no fuese a trascender, claro.
Por otra parte te he reconocido que acepto que tu, como columnista profesional, opines y juzgues según tu leal saber y entender; y entiendo que no lo haces mal. Como tú bien dices, firmas con tu nombre y la responsabilidad te va en el,sueldo. No es mi caso ni, mayormente, el del resto de “opinadores aficionados” que frecuentamos tu blog (gracias por permitirnos participar); no me importaría demasiado firmar con mi nombre, pero que quieres, a mi no me pagan por hacer esto ni mi nombre daría ningún valor añadido al blog. Y repito, me parece muy bien que a ti te paguen, es tu profesión y, precisamente es tu nombre lo que da realce a tu columna.
Buenas tardes y, como dijo Gabriel Aresti: “Ez gera hain honak benetan”. Ninguno.
No, no, no. No me molesta que se pongan seudónimos. Pero cuando se opina de determinadas cuestiones, creo que es importante que haya el aval de un nombre y unos apellidos, aunque no sea necesario que sean públicos. Yo me la puedo cargar por cuestiones que digan otras personas sin identificar en este blog. Esa es la cuestión. Pero en el 98 por ciento de las ocasiones, bienvenidos sean los seudónimos. Y, por cierto, coincidan o no con mi opinión, siempre que sean respetuosos.
Nada que objetar, Hametiknabil… salvo la cuestión facilona del sueldo. Le garantizo que me pagarían igual si estas opiniones no se volcaran en este blog. Y, a la inversa, que si un día mi empresa decide prescindir de mi, este blog será lo de menos. Comprendo que sea complicado de entender, pero esto no va de pasta. Lo he contado mil veces. Equivocado o no, un día vine aquí por mi propio pie, renunciando a propuestas económicas muy suculentas. Pocas cosas me ofenden mñás que la mierda esa de «la mano que te da de comer» o lo del «te va en el sueldo». Y por eso estoy aquí, un domingo, contestando a alguien cuyo nombre desconozco. Me va la marcha, sin más.
Se agradece que Javier Vizcaino esté en el Grupo Noticias. Como buen periodista que es, oportunidades en otros medios no le faltarían pero el dinero o la fama no lo son todo para algunas personas. Afortunadamente.
Teniendo en cuenta que lo importante son las opiniones, lo que en ellas se contiene y el intercambio de las mismas, siempre me ha rechinado el mencionar aspectos personales del opinador: Que si está incluido en el sueldo, que si se tiene derecho a juzgar, que si se opina con o sin conocimiento, que si pongo mi nombre real, que si pseudónimo…
A mí me importa muy poco, y siempre espero que a los demás también, las características , nombre y situación del opinador. Leo la opinión, analizo si estoy de acuerdo o no, y por qué, y decido si emito mis argumentos, valorando siempre si aportan algo. Para ello no entro en temas personales. Lo contrario es fijarse en el dedo y no la luna, que lo hacen mucho los trolls: van al emisor y no a lo emitido.
Por cierto, en mi caso uso apodo exclusivamente por pudor. Habitualmente trasmitimos nuestras opiniones a un círculo cerrado de interlocutores que te conocen y con los que tenemos confianza y conocemos su nivel de diálogo. El hecho de usar el antifaz que supone el seudónimo facilita el que la opinión se pueda difundir sin limitación de confianzas mutuas y a un mayor número de personas. Pero ello tiene un coste de servicio a la honestidad, la verdad y el respeto, que trato de practicar.
No se Javier no te veo yo emborronando paginas en el ABC edicion Sevilla.
Estas bien donde estas , y hasta algunas veces discrepar.
Por cierto, como me gusta la grapa del ABC.