Miércoles 3 de diciembre de 2014
Lo logró. El ex alcalde gasteiztarra Alfonso Alonso Aranegi, de una de esas familias vitorianas de toda la vida, ha logrado lo que para un político del PP o del PSOE es lo máximo: ser ministro.
Ya lo fue Ramón Jauregui, diputado por Araba, aunque viviera en Madrid. Y lo logró en su día Eguiagaray, Solchaga, Mugica, Mayor Oreja, Morenés y Aranzadi. Fueron ministros vascos pero no dejaron la menor huella en favor de Euzkadi. Alguno de ellos fueron francamente negativos.
Alfonso Alonso es un tipo listo, que se mueve bien. Considerado uno de los Sorayos (hoolingans de Soraya Sáenz de Santamaría), el hombre se enfrentó a Arantxa Quiroga cuando ésta purgó a Iñaki Oiarzabal como secretario general. Lo veía demasiado vinculado a Don Alfonso. Y las relaciones entre ellos no son precisamente muy estrechas.
Y no sé por qué subrayan su origen vasco cuando, sentados en la silla ministerial, se jactan de ser ministros para todos los españoles. No lo dudo. Y que lo hagan bien. Pero que también barran para casa.
Por ejemplo. Nadie sabe como él que el Estatuto de Gernika está incompleto y que a él le tocan varias de sus competencias por transferir.
Son estas:
-Prestaciones por desempleo.
-Instituto Nacional de la Seguridad Social.
-Gestión del Régimen económico de la Seguridad Social.
-Bienes inmuebles adscritos al Insalud e Inserso con titularidad de la SS.
-Centros de Investigación y Asistencia Técnica.
-Fondo de Garantía Salarial (Fogasa).
Tiene tajo en el Ministerio y tiene tajo con esto.
Le deseo suerte y que haga valer su perfil político y sobre todo que barra para casa. Es solo cumplir la ley, esa ley que llena su boca.
Aquí sólo hay una casa, España, que es la de todos.
Don Iñaki, usted sabe mucho más de política institucional que yo, pero creo que todas esas competencias son del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, no del de Sanidad.
Las competencias de Sanidad están casi plenamente transferidas a las CCAA, guardándose solo seguridad alimentaria y cuatro cosas más.