Lunes 22 de diciembre de 2014
Lo más importante de la resolución del juez Castro es que haya superado todas las presiones habidas y por haber para que la doctrina del fiscal Horrach, actuando como abogado defensor, no le sentara en el banquillo.
Y todavía no sabemos si se sentará en el banquillo. Tiene todas las papeletas pero esa decisión ya no está en manos de un juez honesto, valiente y prejubilado como Pedro Castro. Está en manos de otras fuerzas que siguen considerando una afrenta sentar a una Sra. Borbón en silla tan fea.
Lo ha dicho ese letrado que cada vez que abre la boca nos ilustra como se hizo la transición y llamado Miguel Roca, alguien muy poco recomendable. Y lo digo porque le conozco y le he aguantado en su etapa de portavoz de CIU en el Congreso.
¿Alguien se imagina a Xabier Arzalluz de abogado defensor de una Infanta?
¿No? Pues eso.
Y Roca se ha preguntado si la acusación popular está legitimada para lograr procesar a la Sra. Es decir, él pide aplicar la doctrina Botín, la doctrina del traje a medida de un banquero corrupto que debió dar con sus huesos en la cárcel. Pero estaba protegido por el PP y el PSOE. Acuérdense del indulto de Alfredo Sáez hecho por Zapatero.
Estoy seguro que presentarán recurso de apelación y moverán a todo quisqui para lograr sus propósitos.
Y veremos qué papel juega la nueva Fiscal General, llegada a dicho puesto tras la dimisión de un Fiscal que no toleró presiones.
Y veremos que dice su hermano en su discurso de Navidad. ¿Reiterará que la justicia es igual para todos para luego dedicarse a desmentir semejante aserto como hizo su padre?.
Creo que en el fondo Iñaki Urdangarin estará satisfecho porque él hizo lo que hizo porque vio lo que hacía su suegro y, tras el tsunami aguantado, ya estaba cansado de ser el chivo expiatorio.
Y ahora veremos que hace ese otro gran lacayo de las finanzas llamado Isidro Fainé, presidente de la Caixa. ¿Mantendrá en su puesto de Ginebra a una señora procesada por ladrona?.
Telefónica sacó del Consejo a su marido. ¿Lo hará Fainé?.
No lo creo.