El merecido homenaje a María Antonia Iglesias

Lunes 19 de enero de 2015

María AntoniaFinalizando el mes de diciembre recibí un llamada de Ana, la hija de la periodista María Antonia Iglesias, para saber si estaría dispuesto a acudir al homenaje que preparaba a su madre en Madrid a mediados de enero. Le dije inmediatamente que sí sin tener en cuenta que uno dispone y la naturaleza todo lo descompone.

Confirmada la fecha del acto el pasado 15 de enero fui al aeropuerto con tan mala fortuna que el avión de Madrid no aterrizó como consecuencia del viento y cuando se suponía que podía haber otro, en función de esos vientos huracanados, el acto ya había pasado. Y desde el aeropuerto le escribí a Ana lo que me pasaba y mi imposibilidad de acudir a tan merecido homenaje.

A María Antonia Iglesias le conocí cuando en la Televisión española de dos canales, sin privadas, era la gran señora de los informativos en tiempos de Felipe González. Y fue ella quien se acercó a nosotros. Sabía que saliendo de Madrid había otra realidad y que Euzkadi no podía definirse por los atentados de ETA. Me llamó y fui a comer un día con ella y parte de su equipo. Fui acompañado por Rafael Suso y ahí empezó una colaboración que duró mucho más de cuando dejó el gran poder de los informativos.

Admiradora de Xabier Arzalluz, periodista polémica y pugnaz, defensora de un estado español plural ha sido una rara avis en la pajarería madrileña llena de buitres, urracas, tordos, canarios, y mucho cacatúa. Ella era ella. Socialista proveniente del PC, católica, sentimental, amiga de Fraga y de Bono, pero también de los nacionalistas, era odiada por la derecha pura y dura que no ha tenido la elegancia en acudir a ésta especie de funeral laico organizado en los locales de la Asociación de la Prensa. El Madrid más egoísta, más apegado al refrán “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”, no ha querido reconocer su periodismo de investigación, su valentía y su entrega a la recuperación de páginas de nuestra historia reciente.

Recuerdo una vez que las Clarisas querían promocionar un libro de la cocina de sus fogones y le llamamos y enseguida encontró ubicación al reportaje en Informe Semanal, que fue un éxito.

El pasado 29 de julio de 2014, después de varios meses débil y tras varios sustos, el corazón de María Antonia Iglesias dejó de latir. La periodista falleció en su finca de Panxón (Vigo) a los 69 años de edad, dejando atrás toda una vida de éxitos periodísticos. El jueves pasado, sus colegas de profesión se reunieron en la Asociación de la Prensa de Madrid (a la que Iglesias perteneció durante casi 30 años), para dar el último adiós a la periodista que consiguió ser una de las primeras mujeres en ocupar altos cargos de responsabilidad en los medios de comunicación.

Una persona sensible y de gran corazón

María Antonia Iglesias, que nunca renunció a sus ideas, consiguió reunir a muchos de los rostros con los que compartió plató a lo largo de su extensa carrera profesional. De hecho, algunos de sus más enconados adversarios dialécticos acudieron a la sede de la APM para reiterar lo que todos los que tuvieron la fortuna de conocerla en persona ya sabían: que detrás de su vehemencia y explosividad verbal se escondía un ser sensible y de gran corazón. Así, entre los presentes se encontraban los periodistas Isabel San Sebastián o Jaime Peñafiel.

Al acto también acudieron numerosos rostros políticos. Alberto Ruíz Gallardón, Alfredo Pérez Rubalcaba, Antonio Miguel Carmona, José Bono, María Teresa Fernández de la Vega, Cristina Almeida, Manuel Chaves, Rodolfo Ares, Cesar Luena, o Juan Barranco quisieron acudir a la sede la Asociación de la Prensa de Madrid para rendirle tributo a la periodista fallecida.

Una ceremonia íntima y emotiva

La ceremonia, organizada por su hija Ana Iglesias, estuvo repleta de momentos de emoción. Entre otros, tomaron la palabra varias amigas de la periodista; el exdirector general de TVE, Ramón Collom; el periodista de El País, Juan Cruz; o el director de ELPLURAL.COM, Enric Sopena. El acto, que estuvo presentado por el periodista Fernando Delgado, consiguió abarrotar de periodistas, políticos y amigos el salón de actos de la APM.

Enric Sopena: “Debe estar en el cielo discutiendo con Dios”Enric Sopeña

“Hasta el día de su muerte mantuvimos una amistad mucho más de hermanos que de colegas. Nos vimos también en calidad de periodistas progresistas que deseábamos conseguir finalmente la libertad de expresión para este país. Durante muchos años, casi cada sábado, cenábamos mi mujer, ella y yo. Pasado el tiempo nos encontramos otra vez en Telecinco, gracias a Teresa Campos. Y más tarde, como es sabido, en La Noria. Fue una periodista extraordinaria. Genio y figura siempre. Era más tozuda y mandona que casi nadie. Bien lo comprobábamos en casa. Podíamos estar hablando y discutiendo hasta las cinco de la madrugada. Pero era más buena que el pan y más generosa que nadie. Era muy católica. Lo decía sin reparos. Debe estar ahora en el cielo, discutiendo, eso sí, seguro, con Dios”.

Iñaki Gabilondo: “Fue una periodista extraordinaria”Iñaki Gabilondo

“Me parece muy digno de mención que gozara de respeto de sus más enconados adversarios. Esto es muy interesante porque no es fácil de lograr. Ella no era especialmente dúctil y en el manejo de su punto de vista jamás hizo concesiones. A pesar de eso, y de la encarnizada disputa que libró con tanta gente, todos la respetaban mucho. Fue una periodista extraordinaria. Y donde más se puso de manifiesto fue en sus libros de entrevista. Son un modelo de género. Conseguía extraer todo de los políticos con su mirada inclemente”.

José Bono: “Era también muy católica, pero sobre todo cristiana”Bono

“Me hace ilusión haberme enterado por su hija de este homenaje y poder estar con los que la queríamos. Era una mujer entusiasta, vehemente, de izquierdas. Defensora siempre de la libertad, de la justicia y del socialismo. En el caso de María Antonia Iglesias era un puntal fijo, de los que no fallan. Era también muy católica, pero sobre todo cristiana. Era una mujer de fuertes sentimientos espirituales. De hecho, alguna vez me la encontré en el Carmelo de Albacete donde ella tenía buenas amigas y yo algún familiar”.

Antonio Miguel Carmona: “Me invitaba a merendar a su casa”Carmona

“Cuando cierro los ojos y pienso en María Antonia me viene a la memoria cuando me invitaba a merendar a su casa. Y yo le hablaba de olores. Del olor del Diario Informaciones cuyas rotativas inundaban de un olor a papel la calle donde yo nací, la de la madera; mientras ellas trabajaba por aquel entonces allí. Años después tuve la fortuna de conocerla. La conocí muy dedicado a la política. Ella acababa de escribir La Memoria Recuperada, y me hablaba de los maestros de la república, que fue su siguiente libro. Era una persona comprometida con la socialdemocracia. Y era una gran profesional y sobre todo una gran amiga, que me aconsejaba con un café por las tardes, en su casa, las cosas que yo hacía bien y las cosas que hacía mal. Me regañaba mucho. Un día le dije que al menos me dijera una cosa que hacía bien. Ella me dijo: Todo lo haces bien, menos lo que te digo”.

Cristina Almeida: “Su coherencia le guió hasta el último día”Cristina Almeida

“Estoy muy emocionada y sobre todo encantada de venir aquí a acordarme de ella. Los recuerdos de los vivos es que nunca se van. Y por eso quiero estar aquí con ella. Tengo muchos recuerdos de María Antonia. Ella es de la misma generación que yo. Tenemos la misma edad. Hemos tenido el compromiso de nuestro tiempo. Cada una en su profesión, pero siempre comprometidas contra las cosas. De ella siempre destaco su coherencia. La que le guió hasta el último día,  incluso estando ya muy mala. Siempre ha estado en el mismo lado, y esas cosas, hoy más que nunca, se agradecen mucho”.

Alberto Ruiz Gallardón: “Nunca olvidaré su consuelo cuando murió mi padre”Alberto Ruiz Gallardon

“Estoy emocionado, agradecido y convencido además de que se fue una persona excepcional, generosa, profundamente leal (a sus ideas y a sus amigos) y alguien que valoraba a los demás por encima de la coincidencia o discrepancia ideológica. Siempre mantuvimos una excelente relación. Pero yo no soy una excepción. Lo hizo conmigo, pero también con Manuel Fraga (a quien adoraba y echaba muchas broncas). Al final María Antonia era un ser humano formidable, con una generosidad y capacidad brutal. Por eso somos muchos los que la echamos de menos. Yo tengo con ella amistad heredada de su padre, a quien me aproximé a raíz de mi afición por la música, y a quien quería y admiraba enormemente. Por eso tengo muchos recuerdos de María Antonia. Pero el más excepcional de todos fue sin duda el día que murió mi padre. Lo cerca que estuvo de mí y el consuelo que me dio. No lo olvidaré nunca”.

Alfredo Pérez Rubalcaba: “Era todo carácter”Rubalcaba y Bono

Me parece un poco increíble. Como yo a María Antonia la veía muy poco, todavía creo que estamos en unos de esos lapsos de tiempo en la que no la veía. No me hago a la idea de que estemos hablando de María Antonia en pasado. Además, era una persona que parecía que no se iba a morir nunca, a pesar de su mala salud. ¡Tenía muchísima fuerza! Recuerdo mucho sus broncas. Por eso cuando dicen que era una periodista afín al poder y lacaya, pienso: ¡Madre del cielo! No la conocían. Si era todo carácter”.

María Teresa Fernández de la Vega: “Estuvo en todos los momentos”María Teresa Fernández de la Vega

“Tengo un recuerdo magnífico de ella como periodista y como amiga. María Antonia era valiente, comprometida y una luchadora incansable por las libertades. Como amiga estuvo en todos los momentos. Le interesaba muchísimo la política. Un día, me preguntó qué hacíamos los diputados. Yo le dije entonces que se viniera a mi circunscripción, a Jaén, durante un fin de semana. Se vino. Pasamos un fin de semana extraordinario”.

 

Un comentario en «El merecido homenaje a María Antonia Iglesias»

  1. Pues debe ser cierto esto que dijo Rubalcaba de que «en España se entierra muy bien»….
    reconozco que llegué a tener cierta simpatía por esta señora,hasta que un día la escuché por radio defender la creación de los GAL de manera ostensiblemente explícita.Reconozco que al menos fué sincera.Desde aquel día no la tragué.Descanse en paz.Saludos.

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