ALEJANDRO MUÑOZ ALONSO

???????????????????????????????Lunes 25 de enero de 2016

???????????????????????????????El domingo al mediodía recibí  una llamada que visto lo que me decían me  resultó intempestiva. Los servicios del Senado me notificaban que por interés de la  familia  se me informara que Alejandro Muñoz Alonso, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores por el PP en el Senado en la última legislatura, había fallecido.

???????????????????????????????Me decían que la viuda sabía del aprecio que Alejandro me tenía y que quería que supiera la mala noticia. Agradecí la deferencia.

La noticia me conmocionó. Había hablado con él hacía quince días y me había notificado que lo había pasado muy mal pero que tenía el cáncer controlado.

Habíamos estado en Nueva York el pasado mes de septiembre en un viaje del que di cuenta aquí, y todos los componentes de aquella  delegación valoramos la agilidad mental, la fortaleza, el buen apetito y la marcha del presidente  de la Comisión que había logrado aquel viaje para conocer la agenda de la presidencia semestral española del Consejo de Seguridad.

Pero es que yo llevaba coincidiendo con Muñoz Alonso desde los años ochenta en el Congreso y en el Senado. Natural de Salamanca, había sido un progre en los primeros años de la transición y promovido junto con otros quince la revista Cambio 16.En los viajes nos contaba como eludieron la censura aquellos años, sus relaciones con Fraga, una comida con Arzalluz después de haberle puesto a éste pringando, su cátedra en la Universidad, sus viajes por Europa con su mujer, como  le apasionaba el universo ruso y  sobre los libros que había escrito y como habíamos coincidido en la Comisión de Exteriores del Congreso y del Senado, en la Asamblea Parlamentaria de la Otan o en la reunión de la Cosac de parlamentos europeos .Nos entendíamos con dos palabras desde nuestras opuestas ideologías. Era senador por Madrid y lo hubiera seguido siendo pues Rajoy respetaba sus reflexiones intelectuales.

Era un placer escucharle sus vivencias, sus anécdotas y su erudición europea así como su sorna. Una vez se le ocurrió decirnos que le gustaban las tortillas de patatas del Corte Inglés y yo en un debate se lo saqué. Le dije que yo prefería las tortillas caseras  casa con huevos de gallina  que picoteaban  en el caserío. En el siguiente debate me sacó que me había visto comiendo en una hamburguesería en Luxemburgo y que eso no era una comida decente. También le reté a que en breve España reconocería a Kosovo y siempre me recordaba le debía una comida. Yo le replicaba que lo dije pensando en que el PP no iba a ser eterno.

Puedo contar decenas de hechos, iniciativas, recepción  a delegaciones  de todo tipo, desde chinos a vietnamitas pasando por rusos o mexicanos y en todas tenía la palabra oportuna .Recuerdo un viaje con él a Moscú cuando a Gorbachov le  dieron  aquel  el golpe de estado y allí fuimos con Benegas y Rupérez, y hasta cierta complicidad cuando yo denunciaba en Comisión que Margallo no comparecía en el Senado y si lo hacía en el Congreso, y me daba la razón.

Profesor de Universidad, Catedrático, un  buen español que defendía la unidad de España con uñas y dientes pero con quien se podía dialogar y llegar a la conclusión que la política no puede ser complicidad sin amistad. Con Alejandro no fue así. Siempre respetó al representante de Amaiur cosa que no ocurría en otras comisiones.

Y yo lamento muchísimo su defunción. El PP y la política española pierden a un hombre sabio y  nosotros  a un gran amigo y compañero.

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