Viernes 10 de junio de 2016
Recordarán como en la elección de la Mesa del Congreso, Carolina Bescansa, de Podemos llevó al escaño a su bebé. Lo hizo en el lugar de Madrid que mejor guardería tiene. Podía haber llevado a su abuelito, pero llevó al bebé. Es más tierno a la hora de hacer demagogia. Jamás se le ha vuelto a ver con su bebé en ningún acto político. Tan solo era una manipulación.
Y de eso se trata en estos tiempos que se llaman nuevos pero son más viejos que la Chelito, porque lo único nuevo es la superficialidad, la futilidad de los mensajes y el abuso de la televisión solo para unos cuantos partidos privilegiados. El 26 se eligen diputados y senadores, no un presidente de gobierno, y este dato constitucional, ni la RTVE pública lo respeta. En Euskadi se hace escrupulosamente. Si la democracia es un régimen de opinión pública, a los nacionalistas se les impide acceder a ella. ¿Elecciones democráticas?.
Debería haber una especie de Notario Mayor del Reino apuntando las propuestas de los partidos y si éstas no se cumplen o se cambian por una baratija, ese partido no debería volver a presentarse a unas elecciones para no hacer creíble aquella frase de Tierno Galván que decía que las promesas electorales se hacían para no ser cumplidas. Toda una tomadura de pelo.
Le vemos al líder de Podemos pasar de atacar a la Casta a querer formar parte de ella, usar corbata, decir que su mama le ve cara de presidente y pasar de asegurar que ya no hay ni izquierdas, ni derechas, a pactar con el Partido Comunista y declararse posteriormente socialdemócrata como Marx y Engels, los del Manifiesto Comunista. Todo muy poco serio.
¿Y de lo vasco?. Nada de nada.
Pero lo malo es que Sánchez quiere la exclusiva de la socialdemocracia cuando en estos años el PSOE ha sido un PP bis en asuntos que ellos llaman de estado. El hombre está nervioso pues ya se ve tercero en liza, por no haber sabido que en política los tiempos son fundamentales. Este no era el suyo para habernos organizado el numerito con Rivera. Jamás tuvo posibilidad de ser presidente y por su torpeza hay el 26 unas nuevas elecciones que van a crujir al PSOE. Con todo lo que eso implica interna y externamente.
Y ahí le tenemos a la Sra. Beitialarrangoitia diciendo que quieren ser los embajadores en Madrid. Una cursilada. Se va a Madrid a hacer política si tienes votos. No a ser un diplomático cuando te has pasado la vida diciendo que no había que ir a Madrid ni a heredar.
Y solo quedan los que van y vienen. No los que se quedan, y llevan esa cosa extraña en el léxico electoral que es la agenda vasca. No un bebé para exhibirlo cambiándole los pañales.