Domingo 12 de junio de 2016
Este domingo ha habido un mitincillo mediático en Donosti. Son encuentros hechos para las teles.
Quizás el PSE fundió sus baterías el sábado llevando al personal a Durango porque allí llegaba el gran jefe Pedro Sánchez. Y ante eso, que se quite el flamante presidente del Congreso de los Diputados Sr. Patxi López. Presidente por poco tiempo. El 26 vuelve a Portu. ¿De verdad?.
Y le he visto en ese acto, en el centro al donostiarra Ángel Gabilondo, llevar la voz cantante.
Pero, ¿alguien sabe quién es Ängel Gabilondo en Euzkadi?.
En Donosti si, los amigos de la familia. Pocos saben que es hermano de Iñaki, hijo de un muy digno gudari que tenía un puesto, no sé si en la Brecha o en la calle Urbieta.
Algunos, como un amigo que fue alumno suyo saben que le llamaban kokotxaundi por su mandíbula borbónica ya que les dio clases en el colegio de los Corazonistas. Pero poco más.
Ángel Gabilondo ha sido un buen ministro de educación con Zapatero, pero su vida la ha hecho en otros lares. Y eso es muy respetable. Pero lo vasco, siendo él vasco, no ha sido su asignatura metafísica.
Y es una pena, pues es un hombre con pensamiento y centralidad, pero viendo esa imagen hoy en La Concha y él hablando de la emoción de la política me preguntaba por qué hacía todas esas apelaciones un señor que casi nadie ha visto nunca en ningún acto vasco de nada. Y eso que los ha habido de todo signo. Ni ha participado en nada durante tantos años y ahora viene en campaña a hablarnos de la emoción de la política.
Y creo que esa es una asignatura pendiente del socialismo vasco y del porque pierde pie.
Todas las ambiciones de estos señores, a nada que despunten, está en Madrid. Euzkadi se les queda pequeña.
Patxi López, Ramón Jauregui, Txiki Benegas, Enrique Múgica, Aranzadi, Solchaga, Eduardo Madina,… gente valiosa que utilizan lo vasco como plataforma de lanzamiento y si te he visto no me acuerdo.
Mientras no haya socialistas vascos que apuesten de verdad por Euzkadi, que se comprometan vitalmente con su cuna, a las duras y a las maduras, que tengan billete de ida, pero también de vuelta, que se les cale a la primera que antes que la gorra mesetaria llevan la txapela, el socialismo de Pablo Iglesias tiene muy poco que hacer por estos lares a medida que la base socialista de la emigración vaya diluyendo sus raíces y el euskera a sea también la lengua de sus hijos.
Y siempre cuento la desagradable impresión que tuve de Gabilondo cuando en un desayuno celebrado en el Hotel Carlton de Bilbao le pregunté si sabía donde estaba: «Si, en el Carlton» me contestó. Le pregunté si sabía algo más del edificio. «Ni idea» me dijo. Y eso que su aita había sido gudari sirviendo en la defensa de un gobierno presidido por el Lehendakari Aguirre que había tenido su Moncloa allí.
A eso me refiero.