Martes 14 de mayo de 2019
Carmen Calvo
La Vicepresidenta del gobierno español, Carmen Calvo Poyato es una mina a la hora de expresarse y de producir frases para la historia. Seguramente nadie se olvida de lo que dijo sobre el dinero público de que como era público no era de nadie, o que había sido cocinera antes que fraila o que deseaba que la Unesco legislase para el planeta o que “yo transmito que soy muy yo y que voy de yo por la vida”. Se nota.
La buena Sra. acaba de acuñar otra frase memorable en relación con la presencia de los partidos en la Mesa del Congreso, lugar que aspira a presidir y a seguir dándonos alegrías descriptivas. Nos ha dicho a vascos y a catalanes que en dicha Mesa solo caben los partidos grandes, es decir el suyo y Podemos, aunque éste sea menos que el PP y Ciudadanos. ”La Mesa es representativa de los grandes partidos y representa de manera plural al conjunto de los ciudadanos”. Se le olvidó decir que con esa idea solo a los españoles. Y dijo más. ”En la Mesa no tienen que estar todos los partidos, para eso está la Junta de Portavoces”.
Pues no.
La Mesa es el gobierno de la Cámara y ahí deberían estar todos los partidos con voto ponderado. Es otra de las anomalías y errores de una transición timorata y excluyente. Y eso de que los partidos nacionalistas deben solo estar para votarles a ellos me recuerda aquello de “ha dicho madre que trabajéis que luego merendaremos todos”.
Yo desde luego, nunca le votaría a esta señora como presidenta, por torpe y maleducada, ni a los cuatro vicepresidentes, ni a los cuatro secretarios tan solo por ese lenguaje centralista, excluyente y agresivo con la verdadera pluralidad. Yo he sido secretario primero de la Mesa del Senado y Txabarri, Olabarria, Gaminde, Beloki e Iparraguirre han sido miembros de las Mesas del Congreso y Senado. Aquel PSOE era desde luego más inteligente e incluyente que éste.
No estaría nada mal que esa señora aprenda educación, historia y algo de política y sobre todo que no convierta el Congreso en una sucursal del Club de la Comedia.
The economist y la secta
Tras las elecciones del 28 de abril la prestigiosa revista británica The Economist ha escrito que la derecha española afronta una dura tarea para rehacerse tras el varapalo sufrido en las urnas en especial el Partido Popular. El semanario señala que Casado optó por transformar el PP de un partido amplio a una secta ideológica purgando a los moderados e introduciendo a un equipo sin experiencia. ”Su intento de reproducir, en lugar de desafiar a Vox, cuyo origen es una escisión del PP, fracasó”
Y da la clave de que los socialistas ganaron fueron movilizados por el espectro de Vox, lo mismo que a los independentistas catalanes.
Tiene sentido.
Carlos Herrera y la Cope
El odio de este hombre a los nacionalistas es de siquiatra. Separado de una navarra y desde su casposa emisora, donde tergiversa diariamente la realidad y hace comentarios hirientes, se cree con derecho a ser un ariete contra el gobierno de Uxue Barkos a los que machacaría de manera grave. De hecho lo hace con frases como esta: ”Este Gobierno de infiltrados del PNV, de Batasuna y de Podemos es una escoria”.
¿No será él la escoria?.
La ridícula llegada de Abascal al Congreso
Un amigo me envía un correo de cómo ha visto en el Congreso la llegada de Abascal para acreditarse como diputado: ”El tonto de Abascal es tonto y me da que para siempre. Llegan en coche blindado, con dos coches de escolta, su ventanilla bajada para que se le vea bien y saludando en el semáforo a la gente. Engreido, pagado de sí mismo”.
¡Vaya pájaro!.
Los cuatro ejemplos sirven para dibujar la España dominante: incapaz de entender la diferencia como una aportación al acerbo colectivo, irracional como lo fue desde que se expulsaron a los judios y a los moros, oscura, muy oscura, y con una carga lacerante de ignorancia supina. Se relevan entre ellos y siempre sale uno peor, uno más zafio, uno más botarate, uno más intolerante. Abascal saldrá y entrará ese Ortega Smith que no sabe ni conciliar cuatro frases seguidas. Saldrá Casado y quizás lo releve el propio Aznar que cada día tiene una expresión más aterradora. Saldrá Calvo y entrará alguien más bobo y más cerrado. Saldrá Herrera y quedará Losantos con sus monólogos delirantes. España, definitivamente, no tiene remedio. Ni para los que los que viviendo en el estado no nos sentimos españoles ni para los españoles a les que les toca sufrir los desmanes y los disparates de los que dicen ser sus servidores públicos. Por eso y en castellano existe esa frase tan expresiva de la fatiga y el hastío: «Apaga y vámonos»
¿Cómo va a votar este señor a un Abascal amenazado por eta cuando fraterniza con los asesinos que amenazan?