Se nos fue un Benedictino sabio, cercano y abertzale

Jueves 9 de enero de 2020

El 7 de enero 2020 a las 8:00 am. fallecía en la localidad de Flor Amarillo (Edo. Carabobo) el querido monje y sacerdote benedictino Jesús María Sasía Sopeña (Portugalete (Bizkaia).

Nació el 17 de febrero de 1926 y residía en la Abadìa «San José» de Güigüe. El padre Sasía realizó estudios de bachillerato en la Universidad Pontificia de Comillas de donde se trasladó hasta la Abadía de Santo Domingo de Silos donde se ordenó en 1950. Tras su paso por la abadía burgalesa se le asignó al monasterio de Nuestra Señora de Estibaliz en Araba. En 1967 se le destinó en un primer momento a la Abadía de San José en Caracas, oficiando su labor eclesiástica con posterioridad a Camurí Chico en el estado de Vargas y finalmente en 1986 en la Abadía Benedictina de Güigüe donde se encontraba hasta el 2 de enero cuando fue recluido en la clínica «24 Horas» de la localidad de Flor Amarillo donde falleció a causa de un paro respiratorio.

Cuando vivía en Caracas tenía mucha relación con el Centro Vasco siendo su capellán y celebrando las misas y funerales del primer domingo de cada mes. Escribía en Gudari, Euzko Gaztedi, enviaba colaboraciones a la Radio Euzkadi clandestina y escribió, entre otros un libro sobre la Iglesia Vasca perseguida en la editorial EKIN bajo el seudónimo de Manu Elu Lipuzkoa.

Un vasco, Bingen Amezaga, me lo describía así:

«Lo recuerdo de la Abadía Benedictina en San José del Ávila, cerca del barrio de La Pastora, allí arriba.

Fue un hombre muy inteligente y muy estudioso en temas históricos vascos. Y una característica muy suya, fue que era una persona muy humilde y muy amable. Una gran pérdida».

En esta abadía realizaba entre otras, funciones de hospedero, bibliotecario y organista además de ayudar a las personas que acudían a esta abadía desde diferentes puntos de Venezuela en busca de retiro espiritual. Al margen de su dedicación religiosa, adquirió un gran prestigio por sus inéditas investigaciones sobre la toponimia vasco-occidental de Bizkaia y Álava.

Durante su estancia en Estibaliz escribió numerosos trabajos sobre historia y su obra Toponimia Euskérica en las Encartaciones de Vizcaya, 248 pag. fue publicada por Chez l’auteur (1966). Tras su traslado a Venezuela mantuvo una gran actividad colaborando con todos los que se lo requerían tanto Euskaltzaindía, el Boletín Americano de Estudios Vascos, o en homenajes a personajes vascos. Ha colaborado así mismo con estudios sobre esta misma materia en diferentes publicaciones encontrándose citados en la mayor parte de las bibliografías especializadas sobre este tema.

En la red se pueden encontrar diferentes páginas en las que se citan viajes y estancias en la abadía donde se encontraba el padre Sasía en Venezuela y la actividad del mismo con los visitantes, realizando la función de relaciones públicas de la comunidad religiosa. El padre Jesús María entregó su vida a ser monje, y dentro del cristianismo ser monje es realizar el ideal de perfección al que estamos llamados los bautizados, tomando como guía el evangelio y la Regla de San Benito lo contempla, “Sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48)”.Descanse en paz querido padre Jesús María

Un comentario en «Se nos fue un Benedictino sabio, cercano y abertzale»

  1. pues vale,peor fue cuando se perdieron los ajustadores ,caldereros ,tuberos etc,etc, de euskalduna la naval etc,etc como ves lo que más abunda es el etc.etc,etc.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *