Miércoles 31 de marzo de 2021

No eludo hablar de Euskaltel. Estuve en su parto y hay dos cosas que me molestan y me incendian.
Entiendo que la noticia del acuerdo de Euskaltel no guste. Se tiene miedo a lo desconocido y al hecho de que una empresa emblemática vasca se diluya en el océano de los intereses de los fondos buitres o de fondos no vascos que solo buscan su rentabilidad económica y no social. Es lógico se piense así si algunas de las operaciones anteriores han carecido de acierto y sí de mucha opacidad beneficiando a unos pocos.
No me gusta que altos ejecutivos vinculados al PNV cobren bonus millonarios. No puedo decir nada de los no afiliados al EAJ-PNV, pero si sobre ellos. No han hecho absolutamente nada para que la Compañía exista. Y si los cobran los deberían donar íntegros a una Fundación, la ciclista por ejemplo. Algo en beneficio de todos, no de sus bolsillos. De no hacerlo es una inmoralidad y quien lo permita será tan culpable como quien los cobra.
Ya sé que una cosa es el mercado y otra el altruismo pero que no especulen con algo que nació de la política al servicio de todos y de una telefonía vasca. De lo contrario hay que señalarles como a gentes que roban el beneficio de una idea colectiva. Y hay que ser beligerante con ello. La Consejera Tapia lo ha pedido. Les dice que reinviertan esos bonus en la empresa. Que lo cumplan o ésta va a ser una de las piedras en el zapato para los que permiten esta asquerosidad.
El otro cabreo es contra la Izquierda Abertzale. Dice Maddalen Iriarte que la operación es un expolio. Y que el PNV se beneficia de ello. Su crítica es mentira carroñera. Pero algunos les dan cancha a quienes, si por ellos fuera, no existiría Euskaltel. Lo de ellos no era la construcción nacional sino la destrucción nacional. Sin esta premisa no se entiende nada y no les acepto se erijan en defensores de una bandera que no crearon, ni izaron, ni defendieron.
Lo que no es creíble es la artillería pesada de la Izquierda Abertzale que desde el minuto cero critica el acuerdo empresarial pues de un acuerdo empresarial se trata en una sociedad de libre mercado. ¿O no?. Ya sabemos que hágase lo que se haga, lo criticarán.
La inquietud nace sobre su futuro a seis años. Sin embargo nos dicen los acordantes que permitirá acelerar inversiones en las infraestructuras necesarias en el contexto actual que redundará en beneficio de los consumidores vascos manteniendo el nombre, la marca, el empleo y sus señas de identidad. Se trata de una OPE amistosa y el gobierno vasco apuesta por analizar el hecho como una apuesta para reforzar el músculo de una telefonía que no hace tornillos sino se dedica a la comunicación y ésta, guste o no, está globalizada.
Recuerdo como nació Euskaltel. Estuve en el parto en 1996. El PP requería nuestros votos para la Investidura de Aznar y la creación de Euskaltel era una de nuestras condiciones. El PP no quería. Telefónica había perdido el monopolio y no deseaba que entre vascos y catalanes el gran elefante se quedara sin trompa y sin orejas. Juan José Ibarretxe negoció sus aspectos técnicos hasta el último segundo. Ya habíamos decidido abstenernos en la Investidura, pero el acuerdo se logró con la última campana. Nuestra ausencia del pacto incomodaba muchísimo a CIU. Al día siguiente fui con Xabier Arzalluz a la sede del PP, Genova 13. De ahí es esta foto. Arzalluz quería la firma de Aznar, pero éste no quería. El tema de Euskaltel le ardía. ”No confiáis en la palabra de vasco” nos dijo y puso su mano sobre una carpetilla verde donde estaba el acuerdo que se iba a hacer público sin el punto dedicado a Euskaltel”. Si lo hacemos público, CIU nos pide lo mismo y son ellos los que garantizan la legislatura y vosotros los vascos sois cuatro gatos y con vosotros si lo podemos acordar. Se puede apostar porque tengáis una telefonía propia pero no Catalunya. Son siete millones y Telefónica se nos va al garete”.
Así nació Euskaltel en tiempos en los que la IA seguía apoyando a ETA y nosotros, como siempre, haciendo política en Madrid en beneficio de todos los vascos. Y no dejamos de recordar lo que supuso el equipo ciclista en el Tour de Francia. No fue idea de la IA. Habíamos acertado. Ante eso los grandes prebostes de la IA lo hicieron suya por lo que no nos llama la atención ahora su devoción con Euskaltel en unos partidos que nos decían que no había que ir a Madrid ni a heredar y no digamos haberlo hecho con el PP. Su crítica por tanto tiene la credibilidad de una organización, que como hemos visto en pandemia, están contra todo en lo que no estén ellos. Siguen sin saber actuar en democracia y sin aceptar las reglas del juego de una sociedad no tutelada. Para expolio el que hicieron y permitieron ellos.
En resumen. Tuvimos Euskaltel porque somos pocos. En Euskadi no hay masa crítica suficiente y quizás este acuerdo permita a la sardinita, que sin dejar de serlo salga de la piscifactoría vasca y pueda nadar en el Oceáno, pues el mundo audiovisual, la digitalización, las conexiones al instante o estás o te pasan por encima. ¿El futuro?.
Habrá que estar muy vigilantes para que sus señas de identidad y sus puestos de trabajo no desaparezcan. Y a no seguir aguantando las críticas de los que solo negocian en Madrid la situación de los presos. De sus presos.
En resumen. Fuera Bonus a gentes colocadas en dichos puestos por el PNV y fuera argumentos de una IA caracterizada por su crítica destructiva.
Entre Arnaldo Otegi, Maddalen Iriarte y el Gobierno Vasco, me quedo con el Gobierno Vasco. Solo le pido a éste que sea más beligerante y más informante. Y se involucre más.