Domingo 24 de diciembre de 2023
La semana pasada Zalbidegoitia me mandó un recorte de un diario de Santander con la fotografía de una casa fantasma con este titular: “La rehabilitación de la casa Rosales de Matalaseña dependerá de su futuro uso”. En el subtítulo decía: ”El emblemático edificio está incorporado en el Plan especial del Hipódromo Bellavista, que definirá su posible utilización y posterior renovación”.
El lehendakari Urkullu quiso ir el año pasado a verla. La alcaldesa del PP le dio largas. De haber sido por Revilla, la petición se hubiera resuelto. Tuve ocasión de conocerla y cuento la historia.
Una de las asignaturas pendientes que nunca podré cumplir fue el haber ido con el Lehendakari Leizaola y algunos supervivientes de los históricos acontecimientos de 1936 a recorrer esa dura ruta de la derrota que vivió el Gobierno y parte del pueblo vasco tras la caída de Bilbao y el fin de la guerra en 1937.
Me hubiera gustado haber acabado aquel periplo en una Casona inmensa en Cabo Mayor (Santander), con unas vistas espectaculares, donde vivió el lehendakari Aguirre con su gobierno casi dos meses tras la firma de su mensaje de despedida de Trucíos. Es una casa cuyas fotografías había visto pero tenía curiosidad por saber cómo se encontraba la misma. Por esta razón se me ocurrió escribirle al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla por ver si me podía decir algo de ella. Para mi sorpresa me contestó a vuelta de correo diciéndome que había ido a verla personalmente y me enviaba una colección de fotos donde se veía la casona cubierta por la maleza y en situación precaria.
En el 2020 volví a ponerme en contacto con el entonces presidente de Cantabria quien me citó para el jueves 12 de marzo de 2020. Al poco comenzaría la reclusión por el Covid.. Amablemente me dijo que iríamos a verla. Se lo comenté a mi hermano Koldo y allí nos fuimos. En una hora se llega a Santander y poco más a la sede del Gobierno de Cantabria, en la calle Herbosa 29 que me llamó la atención por su sencillez. Llegamos, dejamos el coche en un parking cercano y nos dirigimos al sexto piso donde estaba ya Revilla saliendo de un despacho. Con su estilo directo nos enseñó la galería de presidentes (llevaba ya el cuarto mandato), la habitación donde tenía residenciado todo lo referente a su mundo de comunicación con una persona al frente y en su despacho nos obsequió con su último libro “Por qué no nos queremos“, que iba a presentar en El Hormiguero, cuya portada es la de él con un perro inmenso, foto sacada por su hija Jana.
Me dedicó el libro y nos comenzó a hablar de su relación con Txaber Etxebarrieta, fundador de ETA y de cómo vivían en la Calle La Cruz de Bilbao cuando estudiaba en Sarriko y luego en Ledesma encima del Matxinbenta. Nos dio todo lujo de detalles y de cómo le mentalizó para que superara las pruebas de gimnasia para que no lo enviaran a “Casa Cristo” cuando hiciera la mili, pero cuál no sería su sorpresa cuando tras matar al guardia civil Pardines murió acribillado en junio de 1968 en Tolosa. Nos dijo que era un tipo muy inteligente. Habló asimismo de Iñaki Orbeta con quien hizo la mili en Garellano y de cómo se escapó del cuartel y de cómo le gustaría estar con él. Nos dio la impresión que para él Bilbao es una referencia importante en su vida y siempre que puede se da un paseo. Había estado un día en Sabin Etxea con Ortuzar y había tenido una charla agradable pero que éste no le había invitado a comer. Es público que mantiene una espléndida relación con el lehendakari Urkullu.
Nos contó que tenía a una hija estudiando en Donostia que le llamó a cuenta de que cerraban la Universidad como consecuencia del Coronavirus y se sintió orgulloso de cómo logró que a la provincia de Santander se le llamara Cantabria, con toda la oposición de los Botín y de la derecha santanderina que nunca habían perdido electoralmente la ciudad de Santander. Recordó haber hablado en un mitin con Carlos Garaikoetxea y de cómo nos copió los estatutos para organizar su Partido Regionalista de Cantabria. En ese momento tenía Revilla 77 años. Es un buen comunicador, un tipo chispas, despierto, vivo, listo y envolvente. Tras una hora de animada charla bajamos al estacionamiento y Revilla nos invitó a subir en su coche, un Peugeot pequeño, conducido por él y con la parte trasera llena de comida para gatos pues le encantan estos animales y les da de comer siempre que puede. Le encanta la naturaleza y conoce datos de rincones y datos históricos que pone en valor.
La Casona de Cabo Mayor está en la avenida del Faro en su número 22. En una parcela de 6.404 metros cuadrados, que consta de dos construcciones, una principal, otra accesoria con garaje. Esta edificación se remonta al 3 de octubre de 1933, cuando un ciudadano en nombre y representación de José Rosales (1867-1950) presentó ante el ayuntamiento de Santander una solicitud para construir una casa de campo u hotel de familia en terrenos de Cabo Mayor, próximo a la playa de Mataleña. El Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos, nombre del órgano político que administraba tanto la entonces provincia de Santander, como algunas fracciones de Palencia y Burgos, que habían quedado bajo control republicano tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936, dispuso (posiblemente tras incautarse de ella) que acogiera al Gobierno Vasco.
Y es de aquí esta fotografía que publico en las que se ve al Lehendakari Aguirre ante la puerta de la Casona con los Consejeros Aznar, Nardiz y Monzón. La segunda es la vista actual del gran chalet cubierto de enredaderas y maleza. En esta casa nos esperaban el concejal de cultura y equipamiento del ayuntamiento de Santander del PP, así como un alto funcionario de dicho ayuntamiento, un vasco de Erandio que lleva 38 años trabajando en esta institución. Nos recibió también la persona que hace de guardés de la Casona y que ha evitado que los quince años que lleva la finca abandonada haya sido ocupada.
SEDE DEL GOBIERNO VASCO EN EL VERANO DE 1937
En este contexto de guerra y adversidad extrema, las máximas autoridades de Santander, encabezadas por el socialista Juan Ruiz Olazarán (1901-1999), consideraron una obligación facilitar en lo posible el acomodo a los numerosísimos ciudadanos vascos que habían llegado huyendo de la guerra y, por supuesto, proporcionar a su Gobierno un lugar digno donde poder establecerse. A pesar de la intensa campaña informativa que impulsó el Consejo Interprovincial en el territorio de su responsabilidad a través del único periódico que por entonces se editaba, debido a la escasez de papel (el diario República) y a la también única emisora radiofónica existente (EAJ 32-Radio Santander) animando a la población a que recibiera fraternalmente a los recién llegados, y de la puesta a disposición de sus dirigentes políticos de la finca y casa situadas en la carretera de acceso al faro de Cabo Mayor, lo cierto es que la convivencia entre los miembros de las comunidades montañesa y vasca iba a ser muy difícil y, en algunos aspectos, conflictiva y muy dura.
Varios factores contribuyeron a ello. Primero, la gran magnitud del contingente humano desplazado a la provincia de Santander en muy pocos días; y es que, en un momento en que esta contaba con unos 400.000 habitantes, se estima que la cifra de refugiados pudo ser de unas 180.000 personas. Ello comportaba, en segundo término, graves problemas de alojamiento para semejante aluvión humano. Un tercer problema vino dado por la escasez de víveres y artículos de primera necesidad debido al desabastecimiento que originaba el propio curso de la guerra, en general, y el bloqueo a que estaba sometida la provincia por tierra y por mar, en particular; de esta forma, la irrupción de multitud de refugiados supuso un agravamiento de las insuficiencias que ya se venían sufriendo, a la vez que una competencia cada vez más dura para conseguir lo que se necesitaba.
Como era de suponer, todos estos factores no iban a pasar inadvertidos a José Antonio Aguirre, ni a sus colaboradores directos. Más aún, el sentimiento de todos ellos, una vez transcurridos los momentos iniciales de gratitud hacia las autoridades locales por permitirles instalarse en la que, de hecho, consideraban sede del Gobierno Vasco en el exilio, comenzó a ser de malestar, primero, y de enfado, después.
A ello coadyuvó, curiosamente, la propia residencia que le había sido proporcionada al Lehendakari, llamada «Villa Bohío». El motivo de ese enojo era la proximidad de dicha mansión a la batería de costa de Cabo Mayor, razón por la cual esa zona constituía un objetivo militar preferente para el bando enemigo, que lo atacaba de vez en cuando por medio de la Legión Cóndor. Así se lo hizo saber el propio Aguirre a Manuel Azaña Díaz (1880-1940), presidente de la Segunda República, durante una entrevista personal celebrada el 19 de julio de 1937 en Valencia, ciudad a la que se había desplazado Agirre en el avión «Negus», propiedad del Gobierno Vasco.
La visita para nosotros tuvo su punto de emoción cuando traspasamos la puerta de un inmueble muy deteriorado por quince años de abandono. Pensar que allí había estado viviendo el Lehendakari y sus Consejeros en aquella situación tan dramática, con parte de su pueblo por las calles de Santander y a punto de ser invadidos por las fuerzas militares sublevadas y que de allí salió para nunca más volver a la Euzkadi peninsular, emocionaba.
Amablemente el concejal del ayuntamiento junto con el alto funcionario y el guardés nos acompañaron por los tres pisos de la casa, sus estancias, sus balcones con soberbias vistas, y nos contaron la historia previa y posterior a la presencia allí del Lehendakari. Nos dijeron que el millonario, nacido en Filipinas, D. José Rosales propietario del inmueble había sido Director de la Compañía general de Tabacos de Filipinas y en un gran salón recibía a sus contactos y colaboradores. Él había fallecido en Barcelona en 1950.
Es una pena la actual situación de la inmensa Casona. Ojalá la destinen a una acción cultural o incluso a un hotel boutique. Podía llamarse Hotel de “El Lehendakari”. Estoy seguro que más de un vasco le gustaría pernoctar allí. Tampoco estaría nada mal que una de sus salas se destinara a recordar las efemérides. Vimos tanto al ayuntamiento como a Revilla dispuestos a darle un empujón al tema y que ese patrimonio histórico no se pierda. Lo mismo nos comentó el Lehendakari Urkullu que quiso ver esa casa tan histórica donde tantas decisiones se tomaron. Si a alguien le interesa este asunto de poderosa Memoria Histórica tengo una colección de fotografías de 1937 y de su interior en la actualidad, tres años antes. Ojalá se haga algo. Y podamos contar a las nuevas generaciones la historia de esa durísima “ruta de la derrota” para que no se vuelva a repetir. El presente sigue siendo pasado. Hacen pensar estas llagas abiertas y sangrantes de un mundo histórico que agoniza, sostenido tan solo por un retén de gentes hostigadas que le brindan su aliento, mientras una sociedad casi sin vínculos ni tradiciones, camina hacia la uniformidad. Sin advertir que su única salvación se halla en su identidad. Y esta Casona es parte de ella.
Gracias por hacerme saber algo de mi tierra que desconocía.Desde mi infancia en los 60 esa casa llamó mi atención cuándo mis padres me llevaban a Mataleñas.Gracias.
“La victoria tiene cien padres, pero la derrota es huérfana”. Los vascos , sin embargo, tenemos una habilidad especial para glorificar nuestras, abundantes, derrotas. Bueno, la verdad es que no creo que merezca la pena poner en un pedestal a “ esa casa tan histórica donde tantas decisiones se tomaron”. La casa, pues bueno, y las decisiones que se tomaron allí pues, tal vez necesarias, incluso valientes a nivel personal, no lo dudo, pero al fin de cuentas impuestas por la derrota. Negociaciones de tramolla con los fascistas italianos y con el Papa Pio XII para intentar salvar los muebles y que la “espantada” no diese demasiado el cante. En fin, lo dicho, “vae victis”. Dejando a salvo la actitud digna y valiente de algunos dirigentes, no todos, una derrota y una rendición. Probablemente inevitable, pero en modo alguno gloriosa.
Precioso comentario
Un único detalle. El lugar se llama Mataleñas. Por lo demás muchas gracias por la reseña. Como familiar de un concejal socialista de Santander dn esa época, me ha emocionado leerlo
HOY ES NOCHEBUENA.
Desde luego muy interesante el artículo. Estaría bien darle una utilidad a ese sitio como recordatorio histórico. Es importante conocer la acogida que tuvo la gente de Euskadi por parte de Cantabria. Nos sentimos orgullosos de haber ayudado al pueblo vecino en esos tragicos días.
Pues claro que la alcaldesa del PP le dio largas a Urkullu para verla, por eso ningún pacto con estos, que son lo que son
Me gustaría cambiasen el nombre de la estación de metro de » Moyua » por » Eliptika «.
Eskerrik asko
Una cosa ¿Sabe alguien algo de Arcady Espada?, lo digo porque al bueno de Espada siempre se le acusó de haberse «movido» hacia la derecha más extrema, algo que este siempre negó diciendo que el era anti VOX, que si VOX tal y pascual, que si VOX muy mal y bla, bla, bla, bla…, pero…, luego «hasta donde yo sé», se lió con Cayetana Álvarez de Toledo, que por supuesto no está en VOX sino en el PP (al menos de momento), pero está en un ala del PP totalmente rancia…, la argentina se va a Argentina a hacerse fotos con Milei (el cual no sólo echa pestes de toda la izquierda en el mundo, sino que además se hace fotos y va a mítines de VOX, además de tener en las filas de su partido, gente que niega la represión de las dictaduras militares en su país), este tipo de amistades, el que les rías las gracias, o calles ante ellos, ya te va retratando como alguien de derecha muy extrema (vamos que nada de liberal o de centro o democráta), bien…, pero y ante esto, ¿sabe alguien que dice Espada?, la verdad es que lo ignoro, no parece saberse nada, pero como dice el dicho, ¡quién calla otorga!, por lo que si Espada ha llegado hasta aquí, planteando para muchos la duda de si era de derecha extrema y ahora se calla ante estas barbaridades y permanece «escondidito», pues amigo Espada más que pasar desapercibido, lo que haces es dar un cante tremendo, tanta historia para llegar aquí que es donde durante muchos años, muchos decían que estabas y no hablas ni para desmentirlo, si es que al final, el que juega con fuego termina quemándose (como German Tersch y otros, que provenía de una familia que se relacionó con el nazismo en Austria y con el fascismo en España, pero ¡el no!, por Dios, el no era así…, el era un buen tipo, sí…, durante años se le acusó de tontear con la derecha extrema y hoy está en VOX, todo iracundo y diciendo bestialidades, pero ¿es que es este hombre ahora así de repente?, pues no, muchos piensan que siempre fue así, que estaba «agazapado» jugando al rojo que no era y esperando a sacar la cabecita cuando llegarán mejores tiempos, que para él con VOX llegaron…, pero nada nuevo entre su entorno y orígenes, no hay «evoluciones», en su caso solo habría «involuciones», o quitadas de caretas, o lo de siempre, o vueltas a casa por Navidad, y como este tantos y tantos otros en la geografía española…).
Txema.Y yo.Moyua es el nombre que puso Areilza a la plaza Eliptica tras entrar con los militares en 1937.
De acuerdo en hacer de la Casona un centro cultural de recuerdo. Que lo visiten los jovenes para conocer nuestro pasado. Vascos y cantabros siempre estuvimos muy unidos. La acogida a los refugiados muy emotiva. Ganaremos mas en estar juntos que en seguir tirandonos piedras.
El otro día, una amiga pidió un taxi y, despistadilla, le dijo al taxista, a la Plaza España!, El taxista le contestó que él, en Bilbao, no conocía esa plaza. La pobre, cortada, pero el taxista en su punto. Pues eso.
Desconocía estos datos Gracias por la información Por cierto, muchos santanderinos colaboraron con el pueblo vasco Mi madre acabó en la cárcel cuando entraron los fascistas por trabajar en el alojamiento de los refugiados
MD.Gracias por su comentario.Es una historia que nos han ocultado.Debería ser en el futuro una referencia de amistad.
Para Duki: mira en internet y, si te apetece, puedes leer a Arcada Espada en sus colaboraciones en El Mundo, yo no, pero he visto que anda por ahí. Y si, dicen que tiene una relación sentimental con esa «señora» de cuello largo y voz afrancesada. Un saludo.
El golpe terrorista franquista dio paso a tres años de guerra. Durante el mismo periodo, Cantabria recibió la afluencia de miles de refugiados vascos.
El PNV agradece eternamente la solidaridad del noble pueblo c´antabro.
Iñaki, recuerdo cuando hablaste en tu blog de aquella casa que os enseñó Revilla. Revilla tendrá muchos defectos, como cualquiera los tiene, pero es un tío llano y apasionado. Y es mérito suyo que la provincia de Santander se llame hoy Cantabria.
Recuerdo que en el Gara le pusieron a caldo por su amistad con Txabi Etxebarrieta. Sabe él hasta qué punto dice la verdad sobre esa relación, pero me creo que se conocieran en Sarriko. Revilla ya despuntaría como político entonces. Recuerdo que le escribí pidiéndole que hablara del túnel de La Engaña en sus entrevistas televisivas (otro tema digno de ser hablado), y me sorprendió cuando me escribió… y en su siguiente entrevista en TV con Iñaki López habló del túnel. Haría falta más gente como él en el mundo. Le deseo una feliz jubilación (si es que se jubila…) Me parece fatal que la alcaldesa de Santander haya hecho «silencio administrativo» a la petición del lehendakari para recuperar la casa. Penoso. Cero interés en recuperar la historia. Sería estupendo que el Gobierno vasco la pudiera recuperar como Euskal Etxea o lo que sea. Pero hace falta mucho dinero para eso… Ojalá fuera posible. Santander hizo bien, en cambio, erigiendo un monumento a las víctimas del Caso Almería, cosa que la ciudad andaluza aún no ha hecho.
Iñaki, recuerdo cuando hablaste en tu blog de aquella casa que os enseñó Revilla. Revilla tendrá muchos defectos, como cualquiera los tiene, pero es un tío llano y apasionado. Y es mérito suyo que la provincia de Santander se llame hoy Cantabria.
Recuerdo que en el Gara le pusieron a caldo por su amistad con Txabi Etxebarrieta. Sabe él hasta qué punto dice la verdad sobre esa relación, pero me creo que se conocieran en Sarriko. Revilla ya despuntaría como político entonces. Recuerdo que le escribí pidiéndole que hablara del túnel de La Engaña en sus entrevistas televisivas (otro tema digno de ser hablado), y me sorprendió cuando me escribió… y en su siguiente entrevista en TV con Iñaki López habló del túnel. Haría falta más gente como él en el mundo. Le deseo una feliz jubilacionMe parece fatal que al alcaldesa de Santander haya hecho «silencio administrativo» a la petición del lehendakari para recuperar la casa. Penoso. Cero interés en recuperar la historia. Sería estupendo que el Gobierno vasco la pudiera recuperar como Euskal Etxea o lo que sea. Pero hace falta mucho dinero para eso… Ojalá fuera posible.
Egun on, tengo una foto de esa epoca . me gustaria saber si el sitio es esa casona.
¿como te puedo enviar la foto?
Mikel.Al correo ianasagasti@yahoo.es