Domingo 20 de diciembre de 2020
La transmisión de mando no suele ser fácil. Pregúntenle a Biden con Trump. Esta foto muestra una transmisión tranquila. Y lo es porque fue hecha entre personas respetuosa a pesar de que José Luis Berasategui, a la izquierda, era el alcalde no elegido por los ciudadanos de Bilbao. A la derecha está Jon Castañares elegido democráticamente en 1979. Obtuvo 75.791 votos frente a Santi Brouard de Herri Batasuna con 33.315, Adoldo Careaga deUCD, 33.187 y el batacazo de José Luis Ibañez por el PSE con 26.888. Este candidato se las veía muy felices y minusvaloró a Jon Castañares, ya que se había enfrentado en el pasado con la alcaldesa de Bilbao, Pilar Careaga. El candidato del PNV con el lema “Castañares arregla esto”, Castañares, el hombre capaz”, ganó por goleada y por una campaña magnífica.
Jon Castañares con once años fue uno de los “niños de la guerra” que fue a Londres, era economista y puso en limpio unas cuentas de un Bilbao en bancarrota. No tenía un duro. Bizkaia seguía castigada como “provincia traidora” y el Concierto Económico solo funcionaba en Araba y el Convenio en Navarra. La recuperación medioambiental de la Ría de Bilbao comenzó bajo su mandato.
José Luis Berasategui por su parte era un bilbaíno, intendente mercantil que había participado en la creación de la facultad de Ciencias Económicas. En la guerra había resultado gravemente herido en las Filas del Tercio carlista de Lácar. Fue alcalde de 1975 a 1979.
Desde dos mundos distintos, los dos sabían bien que Bilbao necesitaba una remodelación de arriba abajo. La fotografía es amable y conviene resaltar el fair play que existió en aquel relevo.
El Bilbao de hoy nada tiene que ver con el de 1979 pero es bueno recordar desde cuando se produce el cambio y quienes lo han hecho.
Bonito recuerdo. Fue un tiempo de grandes incertidumbres y emociones; de una militancia generosa y limpia.
En las crisis se reconocen las almas, pero algunos «eficaces» eligieron mutar y rodearse de dociles burocratas.Al final lloran sus costosas infidelifades; que esperaban, si solo eran trànsfugas en penitencia.
Sin ir más lejos el urbanismo de Bilbao con alcaldes franquistas fue un auténtico despropósito, que imagino llenaría muchos bolsillos de funcionarios corruptos.
Quiero creer que fueron los bilbaínos quienes mantuvieron en pie el espuritu de Bilbao frente a los intentos franquistas para dejar que languideciera.
Lo que es ahora Bilbao se lo debe en primer lugar a los bilbaínos y en segundo a los ayuntamientos nacionalistas, pese a que alguno de esos alcaldes quisiera poner su imagen por encima de la de todos sus antecesores en en el cargo.
Con todos sus logros, el gobierno local actual se puede considerar como un correcto gestor pero con con tendencia a la grandilocuencia verbal y a la venta de humo.
Y más que por el grisáceo alcalde por su concejal Gil, auténtico populista amplificador de problemas existentes que pretende solucionar y nunca lo hace.
El señor Castañares representaba muy bien al bilbaino de aquel tiempo. Poco estridente, no muy hablador y muy currante en unas circunstancias duras.
Y el Bilbao de 1979 tampoco se parecerá nada al Bilbao de 1940, digo yo.
Por lo demás intenta argumentar y no censurar. Ya que quien censura carece de capacidad para lo primero.