Aitzpea Goenaga nos vino al Senado a hablar de Etxepare

Jueves 25 de abril de 2013

Aitzpea Goenaga es la directora del Instituto Etxepare de divulgación internacional del euskera y la cultura vasca. Y de la misma forma que le llamamos en mayo de 2011 para que nos explicara que hacía, le llamamos como Grupo Vasco también, dos años después y en plena crisis, para saber si poco a poco iba consolidando lo que emprendió. Nombrada por el gobierno de Patxi López continúa con el actual agitando las mismas banderas y con la misma entrega.

No es muy normal que en Madrid se hable del euskera. Suena raro y, a pesar de ser éste un estado con lenguas cooficiales, el catalán, el euskera y el gallego son considerados como un incordio o totalmente silenciados. No es verdad que el estado español sea un estado plurilingüe en su institucionalidad. Aquí lo que manda es el castellano y por no usar ni el rey en su mensaje de fin de año dice «Zorionak».

Esto fue lo que le pregunté y lo que me contestó:

Recuerdo que usted nos visitó el 5 de mayo del año 2011. Han pasado casi dos años. Mi primera pregunta va en ese sentido. ¿Ha habido avances? Usted ha dado unos números y me parece que han sido unos números muy magros. Dijo usted que era siete personas y que ahora son ocho las que trabajan en el Instituto. La verdad es que en personal no ha avanzado mucho. Entiendo que en una situación de crisis el presupuesto también ha menguado. Me gustaría saber el monto del presupuesto y en qué cantidad han descendido.

En aquella oportunidad también habló usted de que había veinticinco lectores. Nos gustaría saber cuántos hay en la actualidad. ¿Cuántos profesores tienen ustedes? ¿Qué relación tienen ustedes con el Instituto Cervantes? En la última comparecencia nos dijo que el Instituto Cervantes, independientemente del castellano, abordaba la enseñanza del gallego, del euskera y del catalán. ¿Cómo se establece esa relación? Es decir, si el Instituto Cervantes en Nueva York tiene profesores en euskera −si es que los tiene− ¿está instalado el Instituto Vasco Etxepare con edificio propio o, simplemente, tiene convenios de colaboración tanto con el Instituto Cervantes y también con el Instituto Ramón Llull? No sé cómo se funciona con la lengua gallega, no sé si en Galicia existe un Instituto de estas características. Independientemente de que existan el Cervantes y el Llull, también existen, a nivel exterior, concretamente en Madrid, la Casa de América, el Instituto Carolina o el Instituto Elcano. ¿Tienen ustedes relaciones?, porque me ha parecido entender que ustedes cuando actúan en el exterior también hacen uso del trabajo de las embajadas. ¿Es una labor sistemática o es una labor esporádica, de vez en cuando, y de andar por casa, o es una cuestión mucho más estructurada?

Como usted bien ha dicho al principio, la función del Instituto Vasco Etxepare es difundir el euskera y la cultura vasca, y lo estamos hablando aquí, en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos, pero ahí no he visto ningún avance. Hace cuatro años habló de los mismos países −Argentina, Chile, México y Uruguay− y no ha habido avances en ningún otro país más, por lo que veo. Me llama la atención que, por ejemplo, en Venezuela, con un nombre tan vasco como Bolívar, no tengan ustedes nada, o en Colombia. Y además, si alrededor de las cumbres iberoamericanas y los foros parlamentarios iberoamericanos ustedes están haciendo algún tipo de trabajo para que se sepa. Nosotros somos conscientes de que hay gentes que considera que el euskera, es una lengua minoritaria, es una lengua difícil y poco útil, porque dirán: sabiendo inglés y sabiendo castellano −¡hasta el Papa ahora sabe castellano!- imagínese, ¡cómo para empezar a aprender euskera! ¿Qué interés puede tener en América el hecho de que ustedes se presenten allí y digan que el euskera es una lengua de comunicación, que es una lengua viva y que, además, tiene un atractivo y es seguida e, incluso, aprendida? Nos ha hablado de los lectorados, pero nos puede decir ¿qué alumnos tiene la enseñanza del euskera en los países americanos? ¿Fomentan ustedes algún tipo de beca para ayudar a conocer y a aprender el euskera?

Y habida cuenta de que usted fue nombrada por el Gobierno anterior, dirigido por el lehendakari Patxi López, y mantenida en la actualidad por otro Gobierno de distinto signo, y, sin embargo, sigue usted al frente del Instituto Vasco Etxepare, puede decirse que usted es una persona que está trabajando desde un punto de vista académico y profesional, pero se habrá dado cuenta de las resistencias que pueda tener el avance del euskera. ¿Qué tipo de resistencia puede tener todavía que vencer para que uno ande por el mundo con la bandera del Instituto Vasco Etxepare? ¿Es algo insólito, extraño, encuentra acogida o es algo que se mira con cierta curiosidad o interés?

Y, finalmente, señora Goenaga, le animo, lógicamente, en su trabajo y le deseo que tenga usted éxito y mejor y mayor presupuesto cuando la volvamos a llamar y que, incluso, pueda duplicarlo en esa acción exterior y pase de ocho personas al doble, por lo menos −que tampoco sería mucho−.

Ha hablado también de crear redes, que es donde van a hacer el mayor esfuerzo. ¿Nos puede decir de qué forma? Porque, lógicamente, uno puede meterse en una red, pero es que el euskera es un idioma intrincado, es un idioma que no tiene nada que ver con el castellano ni con el latín y es muy difícil. ¿Qué ofrecen ustedes, qué atractivo, para que la gente pueda tener interés?

Nada más, únicamente animarle en su trabajo.

Muchas gracias, señor presidente.

La señora DIRECTORA DEL INSTITUTO VASCO ETXEPARE (Goenaga Mendiola): Gracias.

No sé por dónde empezar, señor Anasagasti. Quizá por la pregunta de los Cervantes o del presupuesto. Contestaré a todo. En cuanto a la relación que teneos con los Cervantes, tengo que decir que hay un convenio general con los Cervantes. Cada Cervantes es autónomo y ellos tienen sedes. Nosotros actuamos concretamente con cada Cervantes. En Latinoamérica no existen institutos Cervantes, menos en Brasil, porque los institutos Cervantes existen allá donde no existe el castellano como lengua oficial. Con el Cervantes de Brasil tuvimos relación a cuenta de una feria bienal de arte que se celebró, pero no hemos actuado ni hemos hecho nada concreto con el Cervantes. Con las embajadas, es verdad que son cosas puntuales. Nosotros nos apoyamos muchísimo más en las delegaciones del Gobierno Vasco que tiene en Argentina, en Chile, en Colombia o en México. Son para nosotros las plataformas de apoyo y estas delegaciones están conectadas con las embajadas, con los agregados culturales, a través de los cuales nos llegan las oportunidades de colaboración con ellos.

Los criterios para la selección. A la hora de hacer patrocinios y convenios, siempre vienen apoyados y avalados por las delegaciones del Gobierno Vasco en estos lugares, que son los agentes activos que nos apoyan. Tengo que agradecer -aquí está el representante de la delegación del Gobierno Vasco en Madrid- que nos apoyen en todo aquello que ponemos en marcha. Les tenemos que agradecer porque nosotros no tenemos presupuesto para tener delegaciones. Nos apoyamos en ellos.

En cuanto al personal, quizá me he explicado mal porque hemos crecido no solamente una persona. Cuando vine en mayo del 2011 éramos 7 personas en total, es decir, 5 personas de plantilla, que eran personal eventual, más 2, María José Olaciregui, que es la directora del área del euskera, y yo, que soy la directora. Éramos 7 en total. Ahora contamos con una plantilla que es ya oficial. Eso quiere decir que ellos ya pueden asumir con visión de futuro ciertas tareas con las que antes quizás no se sentían seguros a la hora de abordar las ferias o de tomar iniciativas con ciertos agentes. Ahora tenemos una secretaria técnica, una directora de comunicación y una administrativa. Tenemos cuatro técnicos más la secretaria, con lo cual son siete más dos, o sea, nueve personas. Hemos crecido. Pero no somos muchos. A mí me da mucha pena -como comentaba en mi comparecencia- que no tengamos más apoyo o que no se vea necesidad de que seamos más, pero somos conscientes de la situación económica que existe ahora mismo. No obstante, nosotros podemos dar un gran impulso a la industria cultural y a la lengua. Ese impulso llegará. Moralmente lo sentimos, pero económicamente quizás necesitaríamos algo más. Los lectores han ido creciendo. Ahora tenemos 35. Hemos organizado un poquito mejor el mapa de lectores. Había muchos lectorados enfocados en un lugar concreto. Ahora nos hemos organizado. En Europa, por ejemplo, no existía ningún lectorado en Gran Bretaña. Ahora los tenemos en Birmingham y en Liverpool. Seguramente en Cambridge tendremos en 2014 uno más. En Alemania también hemos puesto orden y tenemos un par de lectorados más. En París también, en la Sorbona. Hemos -como les digo- organizado el mapa de Europa. Lo mismo hemos hecho en Iberoamérica.

Es verdad que no hay más presencia y es una pena, pero hemos optado por lo que ya existía. Hemos querido trabajar más sobre lo que existía en vez de crear nuevas vías sobre las que no podíamos incidir. Sí hemos interactuado y crecido. Ahora mismo hay una galería de arte que estará presente en una feria internacional muy importante y que llevará a artistas vascos. Y eso es de una importancia para nosotros fundamental. Lo mismo que en Méjico. Este año van a ir a dos. Estamos creciendo y actuamos cada vez más. Es verdad que hay un problema con Iberoamérica debido al presupuesto que tenemos, que cualquier cosa cuesta muchísimo más: los billetes, los desplazamientos. Es muy difícil. Pero no queremos perder; por eso, es importante, por ejemplo, el trabajo que hacemos con la cátedra Otaño que queremos crear en La Plata. Nos parece fundamental porque es una plataforma. Queremos, como decía, crear una. Son redes prácticamente invisibles, pero hay gente que está allí, que se encarga de actuar, de hacer acciones culturales concretas, de llevar escritores. Son agentes activos para nosotros que colaboran con las delegaciones del gobierno vasco. Cuesta construir esas redes, pero son las que queremos crear. Son redes que interactúan con otros festivales u otras actividades que existen allí.

Vamos creciendo. Los datos están ahí. Interactuamos y crecemos, evidentemente. El número exacto de lectores no lo puedo dar porque no lo tengo. He traído cifras de costos, pero no de personal.  Si hablamos de la utilidad del euskera tengo que contarles una anécdota. Cuando presentamos el euskera en el espectáculo “AT”, había un sketch muy bonito —quiero traerlo a colación, si me lo permiten, porque merecía la pena— sobre un legionario romano al que le descubre su sargento escribiendo de una forma que nadie entendía.  El sargento habla con él y le pregunta: ¿cree usted qué estos son mensajes? El legionario contesta que está escribiendo la historia de las guerras en su lengua materna, el euskera. Hombre, chaval —dice el sargento—, escribe en una lengua útil, en una lengua que tenga futuro. Todo este sketch estaba escrito en latín.  El señor sargento le da una palmadita al chaval y le dice que el latín tiene futuro. Dos millón años más tarde el euskera sobrevive con una fuerza y con una actividad en las redes sociales impresionante. Internet es una plataforma que dará vida y generará nuevas posibilidades al euskera.

De igual manera, los lectores acuden a las clases de euskera con unas casuísticas totalmente distintas. Unos porque tienen un apellido vasco y quieren conocer sus orígenes, especialmente en Sudamérica y en Centroamérica. Otros se acercan por un interés meramente hacia la lengua y otros muchos por la música vasca que tiene una incidencia muy grande, por el rock vasco, por ejemplo. Algunos otros porque se han enamorado de alguien que es vasco o porque su marido es vasco o porque los padres de su marido o de su mujer eran vascos o porque han vivido aquí y han sido inmigrantes en un momento de su vida. La casuística es muy variada y rica. Nos interesa esa casuística. Es verdad que, por ejemplo, en el Cervantes las clases de castellano las demanda el currículum de la persona. El euskera no tiene ese peso curricular a la hora de encontrar un trabajo, pero tiene otras posibilidades y genera otras curiosidades y otros intereses. Hemos dado becas a los mejores alumnos de cada lectorado para incentivarlos y para que pudiesen venir a un “barneté”, que es una residencia de internos en las que aprenden euskera. Este año, por desgracia, no podremos responder a esa iniciativa debido a los recortes.

Yo inicié mi andadura en la anterior Legislatura, que era del Partido Socialista, y la he seguido con este gobierno que es del PNV. Mi fidelidad a la promoción de la lengua y de la cultura vasca no tiene color político. Para mí es fundamental. He trabajado mucho en yo. Ha hecho un recorrido de años y mi compromiso hacia el euskera es indiscutible. Además, no seré yo quien cambie ahora a la hora de impulsar y de emocionarme y de vivir como vivo la lengua y la cultura generada en torno al euskera. Creo que está por encima. Agradezco sinceramente al gobierno actual que confíe en mí y por entender que la cultura vasca y la lengua vasca están por encima de partidos políticos. Creo sinceramente que es una muy buena vía de trabajo.

Es verdad que yo, al hablar con ellos, les he dicho que dos años y medio son poco tiempo para que el instituto se haya asentado. Es verdad que la plantilla está desde enero del año pasado y que no lleva ni un año. Pero creíamos que era importante seguir con este trabajo. Las redes —como decía— son estas cosas invisibles, pero que son importantes. Las queremos crear con acciones concretas, como lo hemos hecho en la feria del libro de Guadalajara, o el festival de Guadalajara de cine o en otros festivales. Además, queremos crearla a través de las residencias que son muy activas a la hora de crear contactos entre los propios creadores.

A la pregunta sobre el perfil del alumnado, del señor Saura, ya he respondido cuando he contestado al señor Anasagasti. Me han preguntado que con quién hacemos los convenios de colaboración: El criterio suele ser una vía que tenga futuro y, sobre todo, interés para el sector que interactuaría con ese convenio. Siempre contrastamos. Esa es la ventaja de ser un instituto pequeño y ágil. Tenemos relación directa con todos los sectores y con todos los agentes. Esa relación y ese contacto son permanentes.

Con las universidades no hay convenios temporales, sino lectorados que están establecidos y que corren todo el curso escolar. Pronto empezará en Sudamérica el nuevo curso escolar, que va al revés, pero desde luego son fijos, están allí y hay lectorados muy activos y muy dinámicos en la UNAM de México, en Chile tenemos unos lectorados formidables, en Uruguay, etcétera. De verdad que son muy activos, muy comprometidos y que organizan muchísimas cosas.

En relación con la colaboración con el Llul y el Cervantes, hay una muy buena sintonía. Hemos organizado muchas actividades con el Cervantes de Nueva York, por ejemplo, con el de París, es decir, hemos hecho muchas cosas conjuntamente. Hay convenios firmados tanto con el Llul como con el Cervantes, y esos convenios se llevan adelante, es decir, son convenios es lo que actuamos y organizamos cosas conjuntamente.

Por lo que se refiere a la evolución del presupuesto, el año pasado teníamos una cantidad que se aproximaba a dos millones setecientos mil euros. Digo se aproximaba porque durante el año sufrimos recortes. Este año, lamentablemente, el recorte ha sido muy importante. Tenemos un presupuesto de dos millones. Sinceramente, tenemos un problema serio a la hora de atajar incluso los gastos corrientes del Instituto porque mi filosofía no me permite anular ciertos programas. Hemos dado prioridad a los lectorados, a las ayudas, aunque hemos rebajado muchísimo el presupuesto. Por eso hemos recortado, por ejemplo, en residencias, hemos recortado el sueldo a los lectores, hemos quitado ayudas para las actividades a los lectores, es decir, dolorosamente es la realidad y espero que existan las ayudas, que vengan y que nos apoyen algo más. Recibimos ayudas única y exclusivamente del Gobierno vasco, colgamos del Departamento de Educación, Política Lingüística y cultura, pero al ser un ente público de derecho privado podemos recibir ayudas de empresas o de otro tipo de instituciones, pero por desgracia no hemos recibido ninguna ayuda. Mi prioridad ahora mismo, una vez que se aprueben los presupuestos, es ponerme a trabajar para encontrar colaboradores.

En cuanto a los países a priorizar en Iberoamérica, desde luego México es uno ellos, Argentina es otro, y queremos empezar con Chile, Brasil y ojalá con Venezuela. En Colombia, por ejemplo, además de lo que hacemos tenemos una muy buena relación con el festival de Manizales, con el festival de poesía de Medellín, es decir, tenemos una serie de cosas con las que permanentemente colaboramos.

En cuanto a las preguntas que me ha realizado el señor Tovar, creo que ya he contestado a la evolución del presupuesto. Los fondos son públicos, como he dicho. Las casas vascas dependen de la acción exterior, que depende de la Lehendakaritza, pero tenemos relación estrecha porque son nuestro apoyo a la hora de divulgar y promover las actividades que realizamos. Colaboramos estrechamente con ellas y estamos intentando crear una manera de colaborar mucho más ágilmente con los colaboradores, con los agentes a los que damos ayudas, es decir, que automáticamente a los que damos ayuda no demos solamente la ayuda económica, sino que pongamos en conexión las delegaciones con los agregados culturales de los países, con las Euskal etxeak. Ese sería nuestro apoyo, que no es económico pero que se orienta a incentivar la participación de los agentes.

Con las empresas vascas, por ejemplo, colaboramos en México. Tenemos relación con EmpreBask, colaboramos con el boletín y hemos participado en actividades como, por ejemplo, con los congresos que organizan. Tenemos mucha relación.

Agradezco a la señora Nicolás su intervención. Las relaciones institucionales, por ahora, son puntuales. Es verdad que tenemos una relación general con los ministerios de aquí. He visitado el Ministerio de Cultura, también el AECID, con ACEX trabajamos en el arte, como ocurre ahora, que estamos trabajando con la Bienal de Estambul.

En Portugal, lamentablemente, menos las acciones concretas a través de las ayudas que damos, no hemos hecho nada y no hemos realizado ningún acto concreto. Es verdad que no llegamos por el personal y por todas las oportunidades que tenemos, pero es así. Tampoco con la Casa de América ni con la Fundación Carolina, pero apunto y tomo nota para poder ver las posibilidades que podemos crear para colaborar con ellos.

En cuanto a los criterios que seguimos a la hora de implantarnos, son varios. Uno se refiere a las oportunidades que esos criterios o esas colaboraciones pueden permitir a la hora de impulsar y que nacen de las reuniones que hemos mantenido con todos los agentes, como decía antes, respondiendo al plan estratégico que elaboramos y que hemos llevado adelante. Esas reuniones han sido muy interesantes, en las que recibíamos lo que los sectores veían como necesidades de incidir u oportunidades que podríamos trabajar, y nos pusimos a ello. En esa tarea hemos respondido a sus necesidades. Veían la necesidad de trabajar, por ejemplo, en México, como plataforma en el sector audiovisual de lanzarse para la distribución norteamericana. También nos pedían en Argentina y en Chile y hemos actuado con ellos. Los criterios surgen, como decía, de las oportunidades que nos vienen desde las delegaciones del Gobierno vasco o que el sector nos demanda.

La gastronomía no es un ámbito que nosotros toquemos porque es un terreno que viene de Industria con Turismo. Sí hemos actuado y nos aprovechamos del tirón que puede tener la gastronomía y nos ayudamos porque creemos que es parte de nuestra tradición y sí colaboramos en cosas puntuales. Hacemos mucho trabajo porque somos, como decía, una marca y un referente, y ese trabajo de poder actuar a la hora de colaborar y poner en contacto, por ejemplo, con el Basque Culinary Center. Colaboramos con ellos y hemos hecho un trabajo para una actividad en concreto que se va a celebrar en Argentina.

La colaboración con el surf era una manera que teníamos para entrar en las redes sociales en otros canales. Queríamos romper esa barrera, ese encapsulamiento que se va creando en el mundo al que ya accedemos. Queríamos saltar esas barreras y lanzarnos. Por eso tuvimos esa iniciativa.

En relación con los cursos, por ejemplo, puedo dar el dato de que el último curso de excelencia que celebramos fue uno de los más numerosos de los cursos de verano. Se apuntaron más de 130 alumnos, un número impensable para este tipo de cursos.

Creo que ya he respondido a todo. Quizá me he extendido demasiado. Muchísimas gracias y si hay alguna otra pregunta pendiente estaré encantada de contestar.

 

También me escrachearon

También me escrachearon

Sábado 20 de abril de 2013

Madrid es Madrid y piensa que solo es noticia lo que ocurre en la Villa y Corte. Digo esto porque los escraches son más viejos que el agua hervida. Concretamente en Euzkadi los hemos padecido unos y otros. En mi caso, también. Y traigo la prueba.

Fue en agosto de 1996. Una veintena de miembros de Herri Batasuna se concentró frente a mi casa en Bilbao y me acusaron de colaborar en «la estrategia de represión ejercida por el Pacto de Madrid». Los participantes, entre los que se encontraban los integrantes de la Mesa Nacional de Herri Batasuna Gorka Martínez y Joseba Álvarez, portaban pancartas en las que se mostraban fotos mías con la palabra «verdugo», como se recoge en la imagen. Ese día unas doscientas personas se manifestaron asimismo en Donosti desde el barrio del Antiguo hasta la sede del PNV en Alderdi Eder para reivindicar la libertad de Euzkadi y la liberación de los presos de ETA. Entre los manifestantes se encontraba Joseba Permach.

Otros tiempos, nada agradables. Sobre todo para la familia. Y en aquellos tiempos que te marcaran como verdugo no era cosa menor. En resumen. Esto de los escraches no lo ha inventado Ada Colau. La patente la tiene HB.

 

Ignacio

Viernes 19 de abril de 2013

Estuve hace unos días con el ministro del interior, Jorge Fernández. Me contó su viaje a Roma como consecuencia de la entronización del Papa Francisco. Me narró la llamada de éste al Prepósito General de la Compañía de Jesús y me comentó que el Papa tenía que viajar a Ávila a alguna conmemoración de Santa Teresa. Le dije que seguramente pasaría por Loiola y Xabier con más tiempo que Juan Pablo II. Y siempre que me ve Fernández me recuerda la deuda que hay con Ildefonso Moriones, profesor de Historia Eclesiástica, que editó un librito en 1976 titulado “Euzkadi y el Vaticano” sobre la historia de una viaje de diputados y burukides del PNV a Roma en tiempos de la República.

Monseñor Pizzardo era subsecretario de Estado en Enero de 1936, cuando con burukides del EBB el Grupo parlamentario vasco hizo visita al Vaticano. Pretendían los diputados vascos realizar una labor de paz espiritual y de concordia ciudadana, aprovechando su condición de católicos y sus excelentes relaciones con los restantes grupos democráticos peninsulares. Entendían que las diferencias podían ser resueltas por el diálogo y la comprensión. Iba a ser aprobado el Estatuto de Autonomía política, que dotaba a los vascos de una situación, desde la cual podrían influir poderosamente en la búsqueda de la paz civil. Había por otra parte problemas eclesiásticos pendientes: los nombres vascos en el bautismo daban lugar a penosas incidencias; la predicación en euskera era tomada como actitud política; la designación de los obispos no tenía en cuenta la norma de la Iglesia, según la cual, los prelados deben conocer el idioma de sus congregaciones. Renunciado por la República el derecho de presentación, el nombramiento de los obispos dependía solamente del Vaticano, que era donde había que plantear el problema. A todo esto fueron a Roma aquellos diputados. Previamente fue anunciada la visita y obtenido el placet para la audiencia.

Cuando los diputados llegaron a Roma, habíase disuelto el Parlamento de la República y estaban convocadas las elecciones a diputados. En la Subsecretaría de Estado, monseñor Pizzardo, el subsecretario, comenzó por pedir que tan numerosa comisión fuera reducida a tres miembros, a los que recibió. Antes de que los diputados pudieran desarrollar los temas que les llevaban al Vaticano, monseñor Pizzardo les espetó a la cara la siguiente oración: «En España han sido convocadas elecciones generales. En ellas luchan de una parte Cristo, de la otra Luzbel. Los católicos se han unido todos para luchar juntos en una sola candidatura. Los únicos católicos que se niegan a unirse con los restantes son los vascos. Si ustedes no firman una carta comprometiéndose a luchar en las elecciones con los restantes católicos, ni el Santo Padre ni el cardenal secretario de Estado les recibirán. Para la Iglesia, hoy, el problema mayor es el de ganar las elecciones convocadas».

Los diputados se quedaron estupefactos. Contestaron a monseñor que ellos no habían acudido al Vaticano a recibir consignas electorales; que si la Iglesia jugaba la carta electoral podía ganarla o perderla; pedían que se midiera la responsabilidad y contingencias que pudieran sobrevenir si se daba esta última solución, añadiendo que lo regular era que las izquierdas obtuvieran las mayorías en las capitales y en las provincias del Sur de Madrid, Cataluña y Asturias, sumando en total dos terceras partes de los puestos de la Cámara. No lograron impresionar a monseñor, ni fueron recibidos por el secretario de Estado, cardenal Paccelli, ni por el Papa, Pío XI a la sazón. Ignoramos la parte que el secretario de Estado y el Pontífice pudieran tomar en la actitud de monseñor Pizzardo.

Aquella espina histórica quedó clavada y en 1988 Joseba Zubia, Emilio Olabarría, Ignacio Echeverría y quien esto escribe quisimos repetir la experiencia que una vez más resultó fallida. Conseguida la audiencia con Juan Pablo II una larga mano de la embajada la malogró.

Ante la elección del nuevo Papa he querido saber si Monseñor Bergoglio había tenido alguna relación con la colectividad vasca en Argentina. El Centro Laurak Bat de Buenos Aires me remitió esta nota:

“Recordamos con cariño cómo el año pasado en la celebración de la fiesta de San Ignacio de Loiola, santo patrono de nuestro Centro y entre los actos conmemorativos de los 135 años de su fundación, iniciamos los festejos con una misa que se llevó a cabo en la iglesia de San Ignacio, la más antigua de la ciudad de Buenos Aires, que cumplía también 300 años.

La misma fue oficiada por el entonces arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio. En su homilía evocó la personalidad de quien fuera fundador de la Compañía de Jesús a la cual él pertenecía. Tuvo también palabras de reconocimiento y afecto para con nuestra institución y la colectividad vasca.

En la ceremonia hicieron guardia de honor nuestros dantzaris, con la bandera argentina y la ikurriña y al final de la misma bailaron un aurresku en el templo en honor de nuestro patrono. El cardenal Bergoglio saludó cordialmente en el atrio a la numerosa concurrencia y con la sencillez que lo caracteriza se retiró calladamente.

Por otro lado cabe destacar que actualmente tenía a su lado en el Arzobispado de Buenos Aires como vicario general y uno de sus más directos colaboradores a Mons. Joaquín Mariano Sukunza, un vasco nacido en Pamplona, quien pasó gran parte de sus años de niñez y juventud en nuestra casa, el Laurak Bat, compartiendo nuestra cultura y tradiciones”.

Seguramente a Jorge Bergoglio le hubiera gustado llamarse como Papa Ignacio, no en vano es jesuita, pero la Compañía de Jesús es todavía un hueso duro de roer en algunas instancias y ha elegido Francisco. Veremos lo que dice cuando visite Loiola. Ojalá le haga caso a lo que le ha dicho Jon Sobrino.