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Miércoles 27 de abril de 2016

Quien más está sintiendo la disolución anticipada de las Cortes, de esta neonata legislatura, la XI, es Patxi López. Sabe que no volverá al sillón presidencial del Congreso. Le han conocido unos y otros. Tanto como le conocemos en casa. Y este es de los que no ganan en el conocimiento. Todo lo contrario. Patxi no jugó limpio.

Llegó a esa silla tan alta en el hemiciclo por la abstención del PP y el voto favorable de Ciudadanos y el PSOE. Y el PP se abstuvo creyendo que el PSOE apostaba por la presidencia del gobierno de Mariano Rajoy. Tu presides el Congreso, yo el gobierno, era el pacto tácito.

Pero la obsesión de Sánchez por ser presidente con noventa votos y gracias a  sus juegos malabares hicieron que el PP tomara nota para el futuro. A eso se le unió la amenaza de llevar al Constitucional la no comparecencia de los ministros en la Cámara y boutades varias para que unos y otros hayan conocido al personaje y le hayan puesto encima la cruz.

Lo único que ha hecho este hombre en estos meses ha sido el ridículo, sacar el crucifijo del despacho y no hacerlo con los cuadros de los presidentes franquistas de esa casa. Como siempre hacen los socialistas estas cosas.

Tras la disolución temprana de esta XI Legislatura, cinco conclusiones más, además de la de Patxi:

1.- Una vez más se constata que el Rey no sirve para nada. Pones un maniquí en una sala, abre la puerta un militar, y te hace el mismo trabajo a precio cero. Para colmo se atreve a pedir a los partidos políticos una campaña barata. ¿Quién es él para pedir eso con un padre cuyo patrimonio se desconoce, una hermana  y cuñado en el banquillo y un suegro acusada de alzamiento de bienes?.

Lo malo pasa  como siempre, la culpa no es de él sino  de  todos esos cortesanos incrustados en el medios y en los partidos que le ríen las gracias y le dan el cabezazo. Y luego se dicen republicanos.

2.- Pedro Sánchez y Pablo Iglesias nos han mostrado su verdadera cara. Lo único que quieren es el poder por el poder asentada su acción política en  un  narcicismo  sideral. Vanidosos y presos  de la imagen.

Pedro Sánchez, que se cargó a Tomás Sánchez, que se fue a Lisboa, que insultó a Rajoy, que quedó el cuarto en Madrid, que obtuvo el peor resultado de la historia del PSOE ha tratado de engañar a todo el mundo, junto con el cursi Antonio Hernando, de que iba a ser el presidente del gobierno. Y por engañar le engañó al rey aceptando el encargo de formar gobierno cuando nunca le han dado los votos. Y para colmo quería que Podemos y Ciudadanos le dieran los votos gratis total, porque él tenía problemas con Susana Díaz. Y, rematando la faena y queriendo engañar al personal, organiza la ceremonia más cursi, más grandilocuente, y más sinsentido con un partido como Ciudadanos, partido que es una franquicia del PP con un niño bonito al frente.

Martes 26 de abril de 2016

¿Recuerdan cómo en Hiroshima, en todos los aniversarios, se tañe una gran campana que mueven elegantes jóvenes con guantes blancos que mueven un gran  badajo?. Todo ese halo  ceremonial, toda esa muy pensada liturgia, comienza a consolidarse en Gernika, donde anteriormente solo se hacía una ceremonia en el cementerio. Y Gernika es mucha Gernika para dejar este símbolo en un recuerdo de andar por casa.

Hoy ha habido entrega  del  merecido premio Gernika a Mujika y Etxeberria, homenaje al alcalde Labauria y George Steer, ceremonia en el cementerio con el tañido de la campana de la iglesia derruida, recuperación de su sirena y actos similares. Quizás falte la teatralización de la denuncia hecha por Labauria, Leizaola, Steer, y Echegaray, un Museo más centrado en el bombardeo, y una ceremonia con más invitados representativos, pero el recuerdo va bien y el año que viene ,que se cumplen 80,requeriría un concurso de ideas que consoliden una celebración impactante para que aquella tragedia no se olvide jamás. Y por eso hay que repetirlo y repetirlo y que guste y emocione.

En este 79 aniversario  vuelvo a recordar nuestra vieja petición hecha a Suarez, González, Aznar, Zapatero y Rajoy que no es otra más que el reconocimiento del gobierno español, como sucesor de aquel asesino, de lo que supuso Genika, su destrucción y la acusación que habían sido  sus habitantes los responsables de aquella destrucción y de la petición de perdón como en su día hizo el embajador alemán en representación del presidente alemán Herzog.

El pasado domingo lo hizo la presidenta del Parlamento Foral navarro  ante los tres mil asesinatos en éste territorio histórico. Y no es que Aznarez tenga nada que ver con los asesinos pero a las Instituciones se les exige ejemplaridad y pedagogía política. Y Aznarez pidió perdón y colocó una placa en el Parlamento navarro.

Me decían los socialistas que ellos nada tenían que ver con aquello. Y los populares, no digamos. Y yo les decía: «¿No sois vosotros los que decís que España es una unidad de destino en lo universal?». Pues eso. Para lo bueno y para lo malo. España, como tal tiene una deuda de honor y tiene la obligación  de  pedir perdón. Como lo hacen los gobiernos democráticos. Y es que Gernika fue el banco de pruebas que Mola y Franco pusieron en bandeja a la Legión Cóndor para que ensayase la guerra total.

«Si no os rendís, arrasaré Vizcaya» bramaba  aquel salvaje embrutecido de Emilio Mola, el Director de aquella contienda. Aquel general asesino que empezó en Otxandiano, siguió en Durango, Amorebieta, Galdakano, Bilbao para hacer el escarmiento en Gernika. Y aquello ocasionó no solo el asesinato de más de mil personas, sino que 4.500 niños tuvieran que huir a Inglaterra, Francia, Bélgica y Rusia. Cuatro mil quinientos niños, que se dice prontó. Más que en esta actual guerra en Siria.

¿Y por qué los padres enviaban a sus hijos al exterior?. Pues porque aquella era una guerra de exterminio y temían con razón por la vida de sus vástagos. Una guerra terrorista que previamente sembraba el terror con sus bombardeos.

Por todo ésto, el gobierno español tiene que pedir perdón, y  recuerdo que es asimismo  una vergüenza que el partido socialista en el gobierno, nunca lo haya hecho. Ni le importe esto lo más mínimo.

Lunes 25 de abril de 2016

La Sexta y Cuatro, con sus exagerados y parciales comentaristas, abundaban este lunes en la «sensatez» del rey en pedir a los portavoces, que por la mañana habían pasado por La Zarzuela, que el jefe del  estado español les había pedido una campaña corta y no cara.

Y alababan el consejo del monarca. Un señor que se gana el sueldo tan fácilmente como trabajar una vez cada cuatro años, o  como en esta vez cada cuatro meses, en llamar a los partidos para preguntarles si tienen apoyos parlamentarios y darles la venia para que se vayan al Congreso a pedir el visto bueno a la hora de formar gobierno.

Y ya vimos lo que hizo hace un mes. Sánchez le engañó al decirle que lo tenía y le faltaron nada menos que  cuarenta votos para esa mayoría, mientras Rajoy desechó el honroso encargo. Al parecer este rey no tiene muchos poderes aunque si muchas prebendas.

Pero paralelamente está empezando a sacar la cabecita bajo el agua la información sobre  la responsabilidad de su padre en el caso Noos con reuniones en Palacio, con premios deportivos, con sponsorizaciones compartidas con su yerno Urdangarin evidenciándose lo que siempre hemos dicho que el suegro es más responsable que el yerno que no hizo más que hacer lo que veía en Casa y que si aquí hay algún culpable éste se llama Juan Carlos de Borbón y Borbón.

Por eso, no estaría nada mal que le recomendemos al hijo que si quiere unas elecciones baratas le diga su augusto padre que las pague él, que entre Corinna, sus porcentajes por la venta de petróleo, sus comisiones y amistades tiene un buen pico como en su día informó el Washington Post.

¿No hablaban de 1.800 millones?. Pues ahí tienen la cantidad necesaria para que al contribuyente español estas elecciones anticipadas no le cuesten un duro.

Si, ya sé que no me harán ni caso, y que este tema sigue siendo tabú, pero ¿a que es una buena idea?.