SCHOMER FOTOGRAFIÓ LA CAMPAÑA DEL OCHENTA

Lunes 14 de septiembre de 2015

1151.15Acaba de fallecer Alberto Schomer, todo un artista. Gasteiztarra universal deja una inmensa obra fotográfica y de reflexión artística, además de numerosos premios.

Tuve la oportunidad de verle en tres ocasiones.

En 1980 se convocaron las primeras elecciones en la historia para el Parlamento Vasco. Habíamos aprobado el estatuto de Gernika en octubre de 1979 y el Lehendakari Leizaola había vuelto del exilio en diciembre. Todo estaba previsto para una campaña electoral que parecía ganadora para el PNV.

Teníamos un buen candidato, Carlos Garaikoetxea que había personalizado la negociación estatutaria con Adolfo Suárez, teníamos un partido de casi cien años que avalaba un trabajo de generaciones, teníamos un buen programa y sobre todo muchas ganas de ganar.

Encargamos la campaña a la agencia de publicidad Danis cuyo presidente, ya fallecido, se apellidaba Muro y que tenía como creativo a Iñigo Barrón y como gran comercial a Jose Ignacio Palacio. La sede estaba en la Gran Vía de Bilbao en un edificio adjunto al Parque.

El slogan de la campaña fue «Todo un Gobierno para todo un pueblo». Ganamos de calle.

Uno de los asuntos que tuvimos que resolver fue lo que nos propuso la agencia. Teníamos que pasar, desde el punto de vista de la imagen,  de un partido asambleario y de equipos a personalizar en Garaikoetxea la oferta de la campaña. Asunto nada fácil. Y fui el encargado de hablar con los prebostes de la época para lograr su permiso. Veníamos de la cultura Ajuriaguerra que no quería se hiciera hincapié alguno en el supuesto líder sino en el equipo PNV, como así había sido en las elecciones de 1977.

Y fue Schomer el encargado de fotografiar a Garaikoetxea y a los candidatos al Parlamento Vasco. Yo lo era y fui uno de los días al Hotel Villa de Bilbao donde el fotógrafo nos fue poniendo en corrillos hablando entre nosotros. Yo lo hice con Emilio Gevara y María Jesús Aguirre. Aquella foto, las malas lenguas de la época la llamaron la foto del Museo de Cera.

En otra oportunidad acompañé a Xabier Arzalluz al estudio de Schomer en Madrid. El presidente del EBB no era muy amigo de estos posados, pero lo hizo no sin protestar mientras Schomer le contaba mil cosas.

Y la tercera acompañando al Lehendakari Leizaola en una foto muy original donde había vencedores y vencidos de la guerra. Allí estaba Leizaola pero también Serrano Suñer, el general Lister, Carrillo, Pilar Primo de Rivera y gentes así.

He leído que todo este valioso material lo donó Schomer al Museo de Bellas Artes. Ya me gustaría que algún día se expusiera pues sus fotos además de artísticas son también, pasado el tiempo, históricas.

 

EL 11 DE SEPTIEMBRE DE NICOLÁS MADURO

Domingo 13 de septiembre de 2015

Día aciago. El 11 de Septiembre de 1973 un general asesino mandó bombardear la Casa de la Moneda de Chile donde falleció el presidente Salvador Allende. El 11 de Septiembre de 2001 los ángeles de la muerte enviados por Bin Laden perpetraron desde el aire uno de los atentados terroristas más pavorosos de la historia moderna.

11 de septiembre venezuelaEl 11 de Septiembre de 2015, Venezuela amaneció aterrada: Sin mediar prueba alguna, en uno de los juicios más viciados de los cuales se tenga noticia, un poder judicial manejado desde el partido de gobierno por el más ineficaz presidente que conoce la historia venezolana, dictaminó una condena de más de 13 años en contra de uno de los más destacados líderes de la oposición: Leopoldo López.

Juicio y condena a Leopoldo pasarán a figurar junto con los casos de Dreyfus en Francia (1894-1906), el de los anarquistas Sacco y Vanzetti en EE UU (1920) y el de Nelson Mandela en Sudáfrica (1962), como una de las manchas más sucias caídas sobre el poder judicial en un país occidental.

El repudio internacional no se hizo esperar. No hay comisión de derechos humanos –partiendo desde Amnistía Internacional-  organismo judiciales de las Naciones Unidas, intelectuales y políticos de todas las tendencias -incluyendo hasta el super- izquierdista español Pablo Iglesias- que no haya mostrado reprobación ante la infamia judicial cometida en Caracas.

Maduro no solo ha liquidado al movimiento de masas montado por su predecesor. Ha echado además por la borda el enorme capital de apoyo internacional que le legó el talentoso finado.

Maduro ha terminado mostrándose al mundo como lo que es: un dictador de mala clase.

Las palabras de Felipe González no pudieron ser más terminantes: Con el oprobioso juicio y condena a Leopoldo, Maduro se ha convertido en un dictador “de facto”. La verdad es que desde hace tiempo ya lo era. Habría que agregar, para ser más precisos, que Maduro, después de la condena ordenada por él en contra de Leopoldo, ha revelado al mundo que él es un dictador “de jure”.

Pero no se trata, la de Maduro, de cualquiera dictadura. A diferencias de la norcoreana y de la cubana, Maduro representa, como la de al-Asad en Siria, la de Ortega en Nicaragua, la de Putin en Rusia y algunas más de nuestro tiempo, una dictadura electoral. Ese fue el lastre que heredó Maduro de Chávez. La diferencia es que –usando términos homéricos- mientras para Chávez las elecciones eran su “caballo de Troya”, para Maduro han llegado a ser su “talón de Aquiles”

Chávez se comportó muchas veces como un dictador. Pero la suya, si era dictadura, estaba legitimada por las altas votaciones que obtenía cada vez que era echada a andar la máquina electoral del PSUV.

Probablemente, como todo dictador o gobernante autoritario, Chávez incurrió en fraudes, si no en la contabilidad, por lo menos en los lugares de votación. Pero para que los fraudes resulten – y eso lo sabía Chávez- se requiere un país dividido en dos mitades, es decir, cuando las diferencias de dos bandos es de solo algunos miles de votos. Pero cuando las diferencias son de millones y millones de votos, punto en el que coinciden todas las encuestas venezolanas y extranjeras, ningún fraude puede ser posible. Así se explica entonces por qué el 6-D tiene vueltos locos a Cabello y a Maduro.

¿Qué hacer? ¿Suprimir las elecciones parlamentarias? ¿Así no más? ¿O inventar una guerra con el país vecino cerrando fronteras y deportando colombianos esperando que Santos pise la trampa patriotera? El plan no resultó. ¿Qué otra alternativa les queda? ¿Provocar una movilización multitudinaria a favor de López, con mucha bala, heridos, muertos, y así decretar el estado de sitio y suspender las elecciones en nombre de la paz nacional? Si así lo pensaron, el tiro les está saliendo por la culata.

La enorme cantidad de votos que ha perdido y seguirá perdiendo Maduro no eran todos a favor de la MUD. Como toda agrupación de partidos discordantes, la MUD debe dedicar muchos esfuerzos a la negociación y al dialogo para encontrar consensos adecuados, actividades que no despiertan sentimientos heroicos ni actitudes épicas, sobre todo entre los electores jóvenes. Pues bien: la brutal condena a Leopoldo López ha dado a la oposición, y por ende a la MUD, la mística electoral que aún faltaba. El descontento social ya existente será convertido, además, en un movimiento por la justicia, por la libertad, y no por último, por la dignidad ciudadana.

En Venezuela ha despertado una mística opositora y hasta el 6-D por lo menos esa mística será electoral. No hay otra alternativa.

A quienes defienden una “tercera vía” debemos recordar que Leopoldo López jamás se ha pronunciado en contra de las elecciones. No las consideró como vitales en un momento cuando aparecían distantes en el tiempo y por eso llamó a movilizaciones que desde un punto de vista estratégico han sido por muchos –y con razón- vistas como equivocadas.

Pero, errores más o menos, Leopoldo es el dirigente de un partido de la MUD. VP, su partido, lleva candidatos y muchos de ellos serán elegidos con alta votación. Más aún: Leopoldo llegó a comprometer su propia vida exigiendo al régimen la fijación de una fecha electoral. Como Mandela, López ha cometido errores infantiles. Como Mandela, podrá rectificarlos. En cierto modo ya lo ha hecho.

De acuerdo a lo dicho, cualquier llamado a entorpecer el camino electoral ya trazado por la mayoría de la ciudadanía venezolana usando el nombre de Leopoldo López no solo significará colaborar con los siniestros planes de Cabello y Maduro. Significará, además, traicionar a Leopoldo López cuyos ideales políticos coinciden en este momento con los de la MUD de la cual él es un militante activo.

Si la oposición venezolana da muestras de madurez y civilidad y logra impedir así la estrategia anti-electoral de Cabello-Maduro, bloqueando incluso la posibilidad de un golpe de Estado, a la cual el desalmado binomio de gobierno intentará casi con seguridad jugar, el 11-S de 2015 podrá ser recordado como el día en el cual Nicolás Maduro comenzó a festejar su automagnicidio político.

 

 

GAUDEAMUS IGITUR EL HIMNO QUE DEBERIA RETOCAR GOIRIZELAIA

Sábado 12 de septiembre de 2015

upvEl Rector de la Universidad del País Vasco Iñaki Goirizelaia, sorprendió al Lehendakari y a todos los que no estaban en su ajo falsamente progre  con una iniciativa por lo menos sorprendente. No entonar el Himno Nacional Vasco, preceptivo en un acto formal e institucional con el Lehendakari según ley, y hacerlo con un Agur Jaunak que como diría Alfonso Guerra estaba suficientemente cepillado.

Se introducía una alusión a la mujer, que no crítico, pero se quitaba toda alusión a Jaungoikoa. Estos ateos son muy agresivos y beligerantes y al parecer les hace un daño enorme algo en lo que no creen pero en lo   que sí han creído nuestros padres(los suyos también), y decenas de generaciones anteriores.

Le tenía a Goirizelaia por alguien más armado intelectualmente y con mayor inteligencia emocional y si no es así, tiene buen trabajo en demostrarnos su solvencia  mandando  traducir al euskera y cambiar cosas chuscas de la letra del Himno Universitario Gaudeamus Igitur, que esa si podría ser competencia suya y no el Agur Jaunak.

El Agur Jaunak es un depósito de la historia y tiene semejante impacto emocional y de belleza  porque su autor se colocaba ante Dios en situación de respeto y de igualdad, pero creyendo que había un ser superior. Si no de que, este himno tendría semejante solemnidad y arraigo.

El Gaudeamus Igitur («Alegrémonos pues») es una canción estudiantil de autor anónimo. En realidad se titulaba De brevitate vitae («Sobre la brevedad de la vida») y se cantó inicialmente en universidades alemanas a mediados del siglo XVIII.

Aunque su letra es poco académica, la mayoría de las universidades europeas la suelen tomar como himno propio, entonándola en las grandes solemnidades académicas; no obstante, muchos coros interpretan solamente algunas estrofas pues algunas otras no son políticamente correctas como la que dice

«Vivant omnes virgines,

faciles, formosae

vivant et mulieres

tenerae, amabiles

bonae, laboriosae»

estrofa que no precisa de traducción, no comment.

Nadie conoce el origen exacto ni el nombre del compositor. Se cree que la música es de Johann Cristian Grüntaus (1717) y fue reescrita en 1781 por Christian Wilhelm Kindleben, teólogo evangelista (Berlin 1748-Dresde 1785).

Letra

 

Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes. Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra.
Ubi sunt qui ante nos in mundo fuere? Vadite ad superos, transite ad inferos, ubi iam fuere. ¿Dónde están los que antes que nosotros pasaron por el mundo? Subid al mundo de los cielos, descended a los infiernos, donde ellos ya estuvieron.
Vivat Academia, vivant professores. Vivat membrum quodlibet, vivant membra quaelibet, semper sint in flore. Viva la Universidad, vivan los profesores. Vivan todos y cada uno de sus miembros, resplandezcan siempre.
Vita nostra brevis est, breve finietur. Venit mors velociter, rapit nos atrociter, nemini parcetur. Nuestra vida es corta, en breve se acaba. Viene la muerte velozmente, nos arrastra cruelmente, no respeta a nadie.
Vivat nostra societas! Vivant studiosi! Crescat una veritas, floreat fraternitas, patriae prosperitas. ¡Viva nuestra sociedad! ¡Vivan los que estudian! Que crezca la única verdad, que florezca la fraternidad y la prosperidad de la patria.
Vivat et Republica, et qui illam regit. Vivat nostra civitas, Maecenatum charitas, quae nos hic protegit. Viva también el Estado, y quien lo dirige. Viva nuestra ciudad, y la generosidad de los mecenas que aquí nos acoge.
Pereat tristitia, pereant osores. Pereat diabolus, quivis antiburschius, atque irrisores. Muera la tristeza, mueran los que odian. Muera el diablo, cualquier otro monstruo, y quienes se burlan.
Alma Mater floreat quae nos educavit, caros et conmilitones dissitas in regiones sparsos congregavit. Florezca la Alma Mater que nos ha educado, y ha reunido a los queridos compañeros que por regiones alejadas estaban dispersos.

 

Más información

La letra pudiera ser del siglo XIII, en base a un manuscrito en latín de 1267 encontrado en la Biblioteca Nacional de París. Las palabras de algunos versos son casi idénticas, aunque la expresión «gaudeaumus igitur» no aparece. Hay música en el manuscrito pero no tiene parecido con la melodía que conocemos.

Una traducción alemana de todos los versos se hizo hacia 1717 por Johann Christian Günther y comienza por «Brüder, laßt uns lustig sein». Este texto alemán, sin música, fue impreso en «Sammlung von Johann Christian Günthers» (Francfort et Leipzig, 1730).

Aparte el manuscrito latino, la versión más antigua conocida se encuentra en un cancionero estudiantil manuscrito, fechado entre 1723 y 1750, que se encuentra actualmente en la Westdeutsche Bibliothek de Marburg. Difiere considerablemente de la versión actual.

La primera aparición conocida de la versión moderna del texto latino está en la «Studentenlieder» de C. W. Kindleben, editado por Halle en 1781. En la página 56 Kindleben afirma que ha hecho importantes cambios al texto latino. No se ha conservado ninguna copia de ese trabajo pero sí de una reimpresión en facsímil de 1894 que se encuentra en la Harvard University.

En 1782 la melodía era tan conocida que, en la «Akademisches Liederbuch» de August Niemann (Dessau y Leipzig), en la Universidad de Yale, se indica como deben ser cantadas tres poesías con esta melodía. El primer documento impreso conocido de la melodia actual está en el «Lieder für Freude der Geselligen Freunde» editado en Leipzig en 1788, en la página 24.

Incluso uno de los compositores más importantes del siglo XIX, el alemán Johannes Brahms (1833-1897), la incluye en su «Akademische Fest-Ouverture» para orquesta, publicada en 1881. Brahms usa el Gaudeamus asi como otras canciones estudiantiles en esta obertura del Festival Académico (opus 80), compuesto en 1880 para agradecer el nombramiento de doctor honoris causa por la universidad de Breslau. Se encuentra entre sus obras maestras aunque parece que el tono desenfadado de la composición no fue completamente del gusto del claustro de la universidad que, no obstante, aceptó la dedicatoria.

Por último, debo decir que algunas fuentes afirman que el Gaudeaumus Igitur se compuso en Finlandia en 1582, pero no he encontrado sus fundamentos.