“Manca Finezza” es expresión del político italiano Amintore Fanfani. No le gustaba lo que veía. También por aquí ha faltado Finezza. En Euzkadi hemos aguantado dos campañas en una. La española y la vasca. La española polarizada en Sánchez y en Feijóo-Ayuso. La vasca con un PP que nos ha traído todas las miasmas de la meseta, un Podemos tratando de recomponer su arroz con pollo, un socialismo acomplejado y sin capacidad de vender sus logros y una Bildu a quien no se le podía decir que votarles era apostar por el cangrejo, porque se habían puesto muy sensibles y hablaban de campaña embarrada. Ante eso un EAJ-PNV tratando de explicar lo hecho y lo por hacer aguantando muy bien a los curalotodo con sus ataques repitiendo falsedades y caricaturizando al principal partido y a pesar de eso el PNV ha aguantado muy bien, a lo que hay que añadir, una pandemia y las consecuencias de la guerra con Ucrania.
Bien es verdad que ha crecido la abstención y eso nos diferencia más de España. Y es que cuando el votante pierde la ilusión o vota por resignación, mala señal. No hemos sabido motivarles o ha primado la arrogancia. Se ganarán las elecciones, pero en realidad se ha podido empezar a perderlas. ”La escucha activa” tiene que hacerse de forma diferente y más universal. No como una pieza de marketing. Una correcta política de comunicación exige utilizar más herramientas y no se han usado. Cuando el PNV juega como equipo, siempre gana.
Con los resultados del domingo podemos decir que la fotografía final, no la de la noche electoral y los resultados políticos de las elecciones, serán los mismos. Quizás por última vez porque esta sociedad está cambiando mucho. Tenemos un sistema mayoritario y lo que importan son los pactos y no quien ha ganado en tal o cual lugar. Con unas elecciones legislativas en diciembre y con un PP con la escopeta cargada y disparando basura, el PSOE huirá presumiblemente de cualquier pacto con Bildu. Ante eso el pacto PNV-PSE seguirá dando estabilidad a Euzkadi pero es verdad que, como también decía Andreotti de Fanfani que en la política italiana había dos cosas imposibles. Convivir con Fanfani y prescindir de él. A partir de hoy hay que convivir con un Andueza-Itxaso desatados y poco leales y con una Marisol Garmendia que ha hecho una campaña agria y mal encarada y como si fuera un pez fuera del agua.
Bildu ha crecido. Las encuestas diciendo a todas horas que la elección era entre ellos y el PNV, la retirada de 7 candidatos relacionados con el terrorismo, una campaña hecha con criterios peneuvíticos, la memoria de almeja de una sociedad que no recuerda claramente lo que supuso su paso por el poder ni su paso por el terror y el horror, la visibilidad de su presencia en un Congreso al que habían aborrecido ,su armiño encima de andrajos y una evidente buena campaña más propia de un baile de máscaras, han hecho lo que hoy celebran. Pero no van a gobernar en ninguno de los sitios en los que decían que iban a hacerlo, salvo en muchos ayuntamientos gipuzkoanos. Han ganado y el GBB y el EBB deberá hacer un buen análisis de situación. Algo pasa. Por eso digo que, a pesar de los resultados y por el sistema mayoritario, aquí no va a cambiar casi nada. Y eso es bueno para Euzkadi.
Y solo una petición. Analicemos los datos vascos y no nos obsesionemos con los datos españoles.
Román era de Algorta. Llegó un buen día al Centro Vasco de Caracas. Buscaba fortuna en aquella dura década de postguerra, pero no tenía suerte. Un buen día volvió a Euzkadi. Le rindieron los pocos bolívares de la época, y se compró un traje, un elegante abrigo, una bonita corbata y un sombrero. Tenía percha y labia. Se enamoró de una neska a la que le contó maravillas sobre su situación privilegiada en América y sus planes de futuro. Al poco se casaron y ya como pareja volvieron a Caracas. Allí Mertxe se dio cuenta que se había esposado con un fantasioso que construía castillos en el aire. Era verdad que trabajaba en una gran empresa pero solo era uno de los cuidadores del estacionamiento. Aquel matrimonio no fue bien y acabó fatal. No se debe ignorar la impura realidad.
No sé por qué me acordé de esta historia que nos contaba nuestra ama al escucharle a Maddalen Iriarte en el debate en ETB con las candidatas a las Juntas Generales de Gipuzkoa cuando criticaba a los partidos del gobierno e indicaba que con ella se iba a dar el paraíso en la tierra. Al preguntársele por su experiencia y si ésta consistía en lo que había hecho Bildu, cuando gobernó la Diputación (2011-2015), así como sus propuestas sobre energía y los parques eólicos, en Corrugados de Azpeitia, o con aquel famoso invento tercermundista del puerta a puerta impuesto a golpe de corneta, sin olvidar la chapuza de no construir la incineradora en Zubieta teniendo que pagar posteriormente los gastos producidos para que ésta se hiciera en las dos legislaturas gobernadas por el PNV-PSE, puso cara de extrañeza. No le faltó a su realismo mágico la propuesta Robin Hood, aquella de quitar a los ricos sus dineros, para dársela a los pobres, que trataron de poner en práctica en su glorioso cuatrienio logrando ahuyentar a empresas y empresarios, pero sin mentar el único precedente que conocemos de recaudación inmediata de “impuestos” a los ricos como fue lo que bautizaron como “impuesto revolucionario” y que no era otra cosa más que robo, chantaje, extorsión y muchas veces muerte y en la mayoría de los casos tener que dejar de vivir en el país por parte de un empresariado altamente golpeado por la crisis. Era pues normal que la Sra. Iriarte repitiera que había que mirar al futuro y no al pasado. ”Debemos elegir entre avanzar o conformarnos”. Lógico. Un pasado tóxico de lo que mejor es silenciarlo porque solo aciertan cuando rectifican. Un pasado penoso del que nadie puede sentirse orgulloso, aunque la gran trampa es no querer hablar de él y que los demás caigan en ese cepo. Es peligroso en un baile de disfraces ir sin máscara. Pero hay que recordarlo, aunque no nos guste el drama. La memoria es “un músculo” que hay que ejercitar.
La super sur de Casanova.
El paradigma de todo este camuflaje es alguien a quien el olor agrio de la quema de contenedores en tiempos de Jarrai, no le inmutaba, como tampoco aquello tan humano de “socializar el sufrimiento”. Iker Casanova ha logrado lo más difícil todavía a la hora de hacer la magia que predican. A raíz de la llamada “crisis de las listas de ETA” según el PP, pocos hablaron de él. Casi todo se centró en los siete miembros de ETA que participaron en atentados que costaron la vida a seres humanos. Y es que alrededor suyo, y como buen camaleón, ha tejido una capa protectora como el teflón que le aísla de su pasado. Siempre son los demás los malos y siempre ataca para que no le ataquen. Cuando clava sus dientes, es difícil lo suelte.
Al PP le ha venido bien esta polémica como eje de campaña para señalar a un PSOE que estuvo dos días noqueados y sin dar explicaciones para luego decirnos que ya no existe ETA y que ese milagro lo lograron solo Rodríguez Zapatero, Patxi López y Rubalcaba. Se olvidaron del insigne Egiguren que por ahí anda reivindicando que lo logró casi él solito en Txillarre. Todo este montaje ha sido realmente curioso porque el presidente fundador de AP y luego del PP fue un ministro de Franco que votó SI a fusilar a Julian Grimau, tras torturarlo y echarlo por la ventana hace ya sesenta años.
Tampoco el PSOE ha estado muy listo recordando que ETA pm llegó a las instituciones de la mano del gobierno de Calvo Sotelo y del ministro Juan José Rosón y, Mario Onaindia fue senador, Eduardo Uriarte concejal en Bilbao y Rodríguez Azpiolea periodista experto en poner en El País, a los antedichos, como los héroes de la democracia. ¡Cosas veredes Sancho!. También es cierto que mucha culpa de esto la tenemos nosotros por no contar la historia como fue.
Viendo este potaje hay que decir que Iker Casanova es el más ideologizado de los candidatos de Sortu en liza. Marxista leninista de los que creen que el fin justifica los medios se niega de manera beligerante a condenar a ETA. Un tipo como él no admite una enmienda a su brillante curriculum de dirigente de EKIN, grupo responsable de transmitir las órdenes a ETA en todo aquel conglomerado y por eso al parecer y por su pertenencia a aquella asociación de Boy Scouts que fue Jarrai, fue condenado en el sumario 18/98 a once años de cárcel por pertenencia a banda armada . Y en ella estuvo.
Duro fajador y con labia de vendedor de corbatas usadas, era de verle el pasado miércoles 17 en el programa-debate organizado por ETB con los cabezas de lista de Bizkaia para las elecciones a Juntas Generales y por tanto a Diputado General. De los cinco, cuatro eran mujeres y él, el único hombre. Al parecer Bildu no ha querido una mujer para optar a este importante cargo, cuestión que no le arredró a la hora de atribuir todos los males de la historia al EAJ-PNV, al que desea vehementemente desalojar de todas las instituciones.
Fue curioso cuando el moderador del programa, Xabier García Ramsdem les preguntó a todas las candidatas y, a él, por el capítulo de la seguridad ciudadana en Bizkaia y sin inmutarse y en lugar de explicar sus planes para combatir todo tipo de delitos, violencia, robos y demás lo desvió a la seguridad, no la física, sino la seguridad de tener un sueldo decente a la hora de comprar en un supermercado y a la seguridad de tener una casa para que los jóvenes se emancipen ya que las políticas del PNV no les dejan. No entró a la seguridad sobre la extorsión y violencia quizás para que no le recordaran que él vivió cómodo con la violencia y que nos mantuvo a todos bastante inseguros en aquellos años de cólera y plomo. Por la paz una ave maría, pero rezada por él.
Y estuvo bien la candidata del EAJ-PNV, Elisabete Etxanobe, cuando al hablar de la Super Sur, Casanova le dijo que solo la usa algún despistado que se equivoca de autovía y que costó construirla 2.000 millones. Etxanobe le puntualizó diciéndole que costó 800 millones y la usan diariamente 18.000 personas. También le contó los planes para ella sin olvidar el Puerto. Casanova, ante la evidencia no se ruborizó, ni pidió excusa alguna, sino siguió con su crítica demoledora, metiendo de matute el vertedero de Zaldibar sin olvidar de la “corrupción de la derecha vasca”, como si lo que hizo ETA y los apoyos que tuvo no fueran el ejemplo de la mayor corrupción que hemos tenido en la historia. Y es que a este tipo de políticos no le importa mentir con objeto de conseguir su objetivo algo, por lo demás, muy propio de su ideología autoritaria. Para colmo hablan de su ansiada unión de la izquierda, pero no mentan su gran hazaña como ha sido comerse con patatas a la EA fundadora de BIldu, tras haberle sacado todo su jugo en el baño María de mirar al horizonte y al futuro.
Posteriormente en Telenorte lo vio un amigo, enchaquetado y locuaz, que me dijo: ”Casanova y los suyos han montado un programa de gobierno en el que mezclan populismos y alternativas a proyectos consolidados del PNV. Son hábiles. Hablan de Busturialdea, no de Urdaibai, no se oponen directamente al Guggenheim Urdaibai pero están en contra de la turistificación de la economía, se apoyan en los desencantados para crear alternativa y en los descartados para crear electorado. Califican al PNV de derecha, emparejándonos con el PP y declaran que solo van a hacer pactos con la izquierda aunque están abiertos a todos con el fin de mejorar el bienestar de las personas. Pura palabrería de gente que nunca ha hecho nada serio por este país”. Un experto en pirotecnia verbal. Mejor así que cuando los suyos utilizaban la otra.
Por esta razón y ante la irrupción de este personaje en campaña como síntoma de algo distinto a lo conocido hasta ahora, es bueno decir que tienen que estar claros los bizkainos. Si Casanova hubiera sido Diputado General en el pasado no hubiera habido ni Metro, ni Guggenheim, ni Supersur, ni Zabalgarbi, ni devolución del Concierto, ni estatuto de Autonomía. El puerta a puerta hubiera sido, bajo su mandato, una anécdota ante el ejercicio de un planteamiento sin duda autoritario basado en su camuflada ideología. De ahí la necesidad de abrir los ojos y no chuparse el dedo. Y mucho menos este 28 de mayo.
En resumen. En tiempos de crisis los inteligentes buscan soluciones, los inútiles buscan culpables sin asumir nunca su responsabilidad.
Sabino Arana, tras fundar el PNV en 1895, tenía muy claro que la lucha era institucional y en 1898 se presentó a las elecciones, y salió elegido miembro de la entonces Diputación Provincial y en el ayuntamiento de Bilbao su recién fundado partido sacó cuatro concejales. Mi aitite fue concejal antes de la dictadura de Primo de Rivera. Pero ya a partir de 1937 fue el Neguri político la extensión de la dictadura y ocuparon el sillón sin protestar por la abolición del Concierto Económico aquel año. Fueron unos desvergonzados y nunca han pedido perdón. Muy buenos patriotas hispanos.
Areilza, Carega, Lequerica, Ibarra, Churruca, Galindez, Oriol, Zuazagoitia, Hurtado de Saracho, Ybarra, Careaga y Berasategui. Todos ellos además bajo la sigla de Falange y de las Jons. Repito, nunca han pedido perdón por haber dejado un Bilbao sucio, en la ruina, sin el menor futuro y habiéndose anexionado a todos los municipios del Txorierri. Lógicamente la ikurriña estaba proscrita.
Muerto el dictador, las Juntas de Bilbao del PNV deciden pedir al alcalde Berasategui una reunión, para conminarle a que la coloque. Se hace el remolón diciendo que debía atender a una huelga de transporte pero al final lo hace. ”Fuimos y llevé la ikurriña en el brazo -cuenta Josu Bergara- y los policías se nos cuadraron. Nos recibió el alcalde en su despacho, fue correcto, pero dijo que la ikurriña la pondría el siguiente alcalde, pero él no”.
Afortunadamente desde 1979 los alcaldes de Bilbao han sido, por este orden, Jon Castañares, José Luis Robles, José María Gorordo, Beti Duñabeitia, Josu Ortuondo, Iñaki Azkuna, Ibon Areso y Juan Mari Aburto, actual alcalde que lo volverá a ser este domingo.
Con esta fotografía que publico quiero homenajear a esta saga de alcaldes nacionalistas elegidos con la sigla EAJ-PNV, aunque hayan gobernado en coalición o con pactos. La renovación de Bilbao es una cadena que ha sido liderada por este grupo de personas sin olvidarme de todos los concejales. Nadie hace las cosas solo, aunque hoy en día no está de moda reconocer el trabajo pasado.
En 1979, parecía imposible lograr la alcaldía de Bilbao para el PNV. El candidato mejor posicionado era el socialista José Luis Ibañez, que se había enfrentado públicamente con la alcaldesa Pilar Careaga y trabajaba en la Caja de Ahorros Municipal como directivo. Jon Castañares, era un perfecto desconocido. Niño de la guerra en Londres, salido en la expedición antes de la caída de Bilbao en 1937, economista, soltero, metódico, ajeno al mundo político. Todos creían que el ayuntamiento iba a ser para el partido socialista. Para colmo el lema del candidato socialista aludía a su apellido y a una calle de la Villa, Ibáñez de Bilbao. Ese fue su lema de campaña. Ante aquel pesimista horizonte, yo era responsable en el BBB, acudí a la agencia que llevaba la campaña con el lema de: ”El PNV, el Partido Municipalista” y les dijimos que Bilbao merecía una campaña específica. Nos dijeron que ellos hacían la campaña paraguas y que nos arregláramos como pudiéramos pues no llegaban a todo. Tampoco había mucha experiencia ni existían los actuales medios audiovisuales, ni mucho menos internet. Todo era cercano y a veces muy doméstico, pero había un gran entusiasmo.
Yo había visto una campaña en Venezuela muy imaginativa del candidato ganador del partido Copei, Luis Herrera Campins y propuse aplicarla aquí. Había propuesto la celebración del Alderdi Eguna y en 1977 había tenido un gran éxito. Estaba avalado por aquello y no teníamos más remedio que agarrarnos a un clavo ardiendo. Por eso la aplicamos, copiándola tal cual, ajustándola a Jon Castañares con sus slogans.
“Castañares Arregla Esto”. ”Por aquí Pasó un Amigo de Castañares”. ”Castañares el hombre Capaz”. Hoy es el día en el que la gente se acuerda de estos lemas de campaña.
Jon se prestó a todo lo que le dijimos. Era una persona magnífica. Sus posibles defectos los convertimos en virtudes. ¿Qué era soltero?. Se dedicaría las 24 horas al ayuntamiento. ¿Qué no sabía nada de política porque era economista y trabajaba en el Banco Bilbao?. Mejor. Bilbao estaba en la más absoluta bancarrota, con las arcas vacías y Jon la sacaría de la ruina. Y así le dimos vuelta a todas las acusaciones que nos hacían.
Fue una campaña de calle, de mucho contacto y de poner en cada esquina, en cada bar, en cada ascensor la pegatina de “Jon Castañares arregla esto”. ”Por aquí pasó un amigo de Castañares”.
Y para dar la sensación de que Jon iba a ser el alcalde, le pedimos al alcalde franquista que le recibiera en su despacho del ayuntamiento. Y le recibió José Luis Berasategui que era una buena persona, aunque desbordado por los acontecimientos y deseoso de traspasar el mando. Hubo respeto, y esta fotografía fue un puntazo. Ya la gente comenzó a pensar que tras Berasategui venía Castañares y no Ibáñez. Fue lo que ocurrió. También pusimos encima de la mesa el inicio de la limpieza de una Ría que era una cloaca navegable. Con Maren Leizaola e Iñaki Zubizarreta, visitó Londres y estudió como se había hecho lo mismo con el Támesis. Fue el inicio de un arduo trabajo de limpieza. Cuando hoy escucho a las candidatas de Bildu y Podemos hablar de Medio Ambiente, está claro que no saben nada de nada de la historia de Bilbao. Otro de los actos fue ir con un montón de críos al Parque de Doña Casilda a pisar la hierba porque la hierba es para ser pisada. Cosas así.
Y ante la inmensa sorpresa del candidato socialista y su equipo, ganamos las elecciones. Se había hecho un buen trabajo, estábamos compactados y había ilusión. Callamos la boca a los que no creyeron en lo que hacíamos. Ganamos de calle. Obtuvimos nada menos que 75.791 votos, el 39,36%, frente al apoyado, nada menos que por Felipe González, José Luis Ibáñez que obtuvo 26.888 y el 13,96%. Ni Azkuna logró tantos votos en su mejor momento.
Con el tiempo estando en Madrid me llamó el alcalde Azkuna, que estaba en la Villa y Corte con José Luis Sabas y su jefe de prensa para asuntos del ayuntamiento con la administración. Nos invitó a cenar a Erkoreka y a mí. En la cena el asesor mediático, ante su jefe, empezó a darnos una lección de lo que hay que hacer en una campaña para ganar. Le interrumpí y le conté la historia de esta sencilla campaña hecha con mucha ilusión y sin usar palabras en inglés y que él desconocía, concluyendo que a un alcalde es muy difícil apearle de su representación si lo hace bien, es cercano, cumple su programa y explica lo prometido. Y concluí: ”tu hoy no serías el asesor del alcalde Azkuna si previamente Castañares no hubiera sido el alcalde”. Azkuna asintió. Y es lo que creo.
Cuento esta batalla porque siempre olvidamos de dónde venimos y sobre todo del dato fundamental de que hay mucha gente que nos ha precedido habiendo hecho muy bien su trabajo.
Cuando falleció Jon Castañares en 2015, con noventa años, el alcalde Aburto encargó un funeral en la Catedral de Bilbao. Lo merecía. A él y a Robles, como tiene Azkuna, se les debería recordar con alguna nominación. Son parte de la historia de la ciudad. No solo Azkuna.
Este domingo la cadena no se va a romper, afortunadamente porque Bilbao sigue avanzando y porque el próximo cuatrienio será aún mejor que éste. Hay proyectos y es seguir una cadena centenaria de servicio.
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